***Valor***
Autor: Mireya Humbolt
Daisuke - Dark
No dejes que las lagrimas,
Nublen la luz en tu corazón,
Abraza el calor que nace,
Desde el fondo de tu interior.
No somos iguales, por que no lo seriamos jamás, tenemos gustos diferentes, sueños, ambiciones, metas y objetivos, demonios incluso físicamente, somos diferentes. Por que?, a esa pregunta es tan fácil de responder.
Elegante, el siempre sostiene un porte fino y al caminar parece infundir respeto y obediencia, muy a pesar de su edad, sus modales son únicos y sofisticados, siempre atento, educado y cortes.
Enigmático, sus hermosos ojos, dos pedazos de cielo, fríos y calculadores, capaces de descubrir los secretos de quien se atreviera a intentar reflejarse en ellos, conocedores del alma humana e inmortal, de los placeres mas exquisitos y sublimes.
Peligroso, por que su sola presencia podía infundirme miedo ante la anticipación de nuestro próximo encuentro, tan cercano, tan esperado y a la vez tan tormentoso. Por que somos diferentes, mientras que yo corro para buscar un nuevo objetivo y encontrar un nuevo objeto que satisfaga mi deseo, el corre tras de mi buscando atraparme para su propia satisfacción.
Claro que seria interesante averiguar que ocurriría una vez que ambos nos encontráramos frente a frente sin oportunidades de escapar, ni donde ocultarse, sin motivo para seguir corriendo, por que muchas veces he querido correr a su encuentro.
Por que? En verdad no lo has comprendido aun? No has aun comprendido por que el se encuentra en nuestro sueños?, por que cada vez que escuchamos su voz nuestro cuerpo tiembla con anticipación, no has descubierto el motivo por el cual su simple roce es una descarga que nos recorre a cada milímetro?.
Se que conoces la respuesta, yo no soy ningún tonto para engañarme, deje de hacerlo hace mucho cuando lo encontramos tirado en el patio de la escuela, tan pálido, tan indefenso, tan vulnerable, quise detenerte, no podía permitir que le ayudaras, por que sabia que en cuanto le tocáramos, en cuanto pudiera sentirle, ya no habría vuelta a tras, maldición no quería complicar mas nuestra situación.
Pero tu te negaste a escucharme, preferiste escuchar a tu corazón, ese mismo que ahora nos mantiene por las noches despierto, imaginando el tacto de su piel, el sabor de sus labios, su voz cargada de deseo y pasión, soñando con mil historias donde somos los protagonistas, donde no hay secretos y podemos caminar a su lado, ansiando estar con el, por que esa es la verdad los dos lo deseamos, los dos soñamos con tomarle y que nos tome.
Y ahora que?, ahora dirás que no es verdad?, correrás a buscar a tu supuesta novia y la besaras tratando de borrar estas emociones?. Sabes que de nada servirá, lo hemos intentado tantas veces que ya he perdido la cuenta, ninguna es como el, y el no es igual a nosotros, por que para el solo somos el objetivo atrapar, la causa de su maldición, de su dolor. No, no somos iguales, el es un ángel de alas blancas, inmaculadas que hemos condenado a sufrir tan solo por nuestra mera existencia, pero tampoco podemos rendirnos, dejarle ganar, por que seria el fin, tendríamos que desaparecer y nunca volver a verle y tu sabes que es mejor verle sufrir que nunca volverle a ver no es así?.
No, no somos iguales, el es hermoso, despreciablemente hermoso, dentro de su frialdad, arrogancia, su confianza, su perseverancia, el es la criatura mas hermosa que hay.
Quiero perderme en sus brazos y ser sometido ante su fuerza y poder, quiero gritar de dolor cuando me marque como su propiedad, le quiero ver con los ojos brillantes cargados de pasión, le necesito, como el aire para vivir y se que tu también le necesitas.
Dime ahora que harás, el solo esta a unos pasos, nos observa y espera el siguiente movimiento, podríamos altar por la ventana, ocultarnos en las sombras de la calle, o ir a los laberintos de rosas y dejar que por fin este juego termine.
Dime que aras Daisuke?, por que esta noche serás tu el que decida nuestro destino. Y yo que haré? Solo los observare, como ambos siguen parados uno frente al otro, a menos de un metro de distancia, pero podrían ser kilómetros, nosotros sosteniendo un hermoso colgante, invaluable propiedad de los Hikari, el desafiante e impasible, con su cabello moviéndose de forma salvaje conforme le acariciaba el viento, puedo sentir como los celos se apoderan de ti por unos instantes al desear que sean nuestras manos las que acaricien ese largo cabello, su sonrisa confiada, llena de burla y altanería, nada que de indicios de tener la misma lucha, las mismas dudas que nos aquejan, que nos torturan día con día.
Pero solo por un instante sus ojos brillan con vida, y nuestro cuerpo se tensa, la pequeña curvatura en nuestros labios la siento y se que has tomado una decisión, la suerte esta echada, y por algún extraño motivo siento la adrenalina por lo desconocido moviéndose por mis venas, la fuerza de los latidos de nuestro corazón, y no puedo reprimir la emoción del peligro, uno que yo jamás quise tomar y tu Daisuke has tenido las agallas de desencadenar.
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