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Mi droga más tóxica por octavaluna

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Notas del fanfic:

Disclaimer(se escribía así?) Los personajes no son míos, pertenecen a las reinas del yaoi en la sombra, las magnificas CLAMP

Era como una droga. Como la heroína de la que me hablaron en otro mundo. Ahora estaba experimentando todos los síntomas: adicción, deseo, necesidad, aturdimiento, embriaguez… me atraía, me hacía perder los sentidos y me incitaba a no parar. El único problema que no era una inocente e indefensa substancia. Mi droga, era la boca del hombre que no soportaba ni en pintura. Su aliento, su voz, su sabor… me estaba intoxicando progresivamente. Pero a mí no me importaba. Al menos en esa noche.


-Aaah! Kuro… que apasionado que estás, mi lindo cachorrito…


-¡Cállate ya! –gruñí mientras le lamia los pezones. El sabor de aquella piel tan pálida era similar a lo que siempre imaginé que fuera el manjar perfecto. Me estaba excitando cada vez más. Cogí sus muñecas con mi mano derecha y se la subí por encima de la cabeza. Me levanté un poco y le contemplé comiéndomelo con la mirada. Estaba absolutamente indefenso, con una ligera sonrisa burlona en el bello rostro, su cuerpo esbelto brillaba bajo la luna a causa de las gotas de sudor que resbalaban provocativamente y se mezclaban con las mías en la cortina sobre la que estábamos restregándonos. ¡Creía que me iba a correr en aquel preciso instante! Demasiado hermoso, demasiado excitante, demasiado toxico.
Pero me contuve, la mano que tenia libre la acerqué a su rostro y dejé que me lamiera los dedos. Acto seguido los acerqué a su apertura, y justo cuando iba a meter uno dentro, me contuvo su voz asustada.


-¡Espera! Viene alguien. –y tenía razón. En él pasillo se estaban oyendo unos pasos. Las cajas de cartón nos estaban ocultando, pero el calor del ambiente y la fuerte respiración nos delatarían. Mierda! Se supone que estamos tendiendo una emboscada… Un hombre con uniforme y cara de sueño pasó al lado nuestro sin darse cuenta de nada. Pasado el peligro destapé la boca del mago que había cubierto con la mano para que no exhalara ningún ruido. Pero quien tuvo que hacer esfuerzos sobrehumanos para no gemir fui yo, ya que unas hábiles manos agarraron mi pene y lo comenzaron a masajear. Mordiéndome el labio para no abrir la boca miré entre furioso y lujurioso al idiota que nos había puesto en aquella situación. Se estaba divirtiendo. Momentos después bajó la cabeza, y sentí una oleada de placer al ser introducido en una cavidad húmeda y caliente. Se la metió en la boca y acto seguido volvió a sacarla solo para comenzar a lamerla y volver a chupar. No pude aguantar más. Me vine en su boca ahogando los jadeos para no revelar nuestra posición. Le oí tragar, bajé la mirada para encarar unos ojos burlones y satisfechos. Tenía una amplia sonrisa en la cara con un hilo blanco colándose por una de las comisuras. Pero a pesar de la tranquilidad que aparentaba, yo sabía que el mago casi no podía más.

Me puse de rodillas a su nivel y lo besé, probando entre su boca el sabor de mi propia esperma, mientras le agarraba su erguido miembro y lo comenzaba a masajear. Era extraño. Teniendo sexo en un almacén comercial con mi molesto compañero de viajes cuando se supone que debemos de capturar al ladrón que aparece allí cada noche, para conseguir la pluma de Sakura como recompensa. Lo aprisioné contra una pared y conseguí ahogar con mi lengua el grito que habría producido al correrse sobre mi mano. Separé nuestros labios para que pudiéramos recuperar el aliento. Me levé la mano manchada de semen a la boca y lamí un poco. Perfecto, el mejor lubricante natural.


Acerqué un dedo a su entrada y se lo introducí. Ahora era él quien se estaba mordiendo el labio para no gritar. Todo sonrojado, con las gotas de sudor cayendo por su rostro y su cuerpo, caliente y excitado de nuevo. Mi visión y mis sentidos se deleitaban hasta el máximo. Soportó la intromisión de un segundo dedo con coraje y demostró una gran fuerza de voluntad por no gritar. Esperé hasta que se acostumbrara y comencé a moverlos lentamente, haciendo círculos para prepararlo. Su mirada lujuriosa me estaba volviendo loco. Ya estábamos los dos duros otra vez. Cambié de posición a una más cómoda, y separé un poco más sus nalgas.


-Listo? –le susurré casi inaudible.


-Sí… por favor, hazme tuyo. –ante tal respuesta le metí la lengua hasta la garganta, al mismo instante que entraba dentro suyo. Estrecho, caliente, deseado… creía que me iba a volver loco. Nos besábamos frenéticamente olvidándonos de respirar. No podíamos separar nuestras bocas, si lo hacíamos, gritaríamos. Su cuerpo temblaba violentamente, pero los dos ardíamos como el fuego. Comencé a embestirlo, primero suavemente, después con más ritmo y fuerza. Ya no me importaban sus gemidos que mi lengua no podía contener, yo mismo estaba jadeando sonoramente, no importa si nos pillan, ya da igual todo.

Cuando eres totalmente adicto a una droga, lo único que te importa es conseguir más y más dosis. Es una obsesión involuntaria, que elimina todos los sentidos, nubla la mente, y solo deja el placer, lo necesitas cada vez más, y cuando llega el clímax y todo acaba en su interior, al mismo momento que una calidez mancha nuestros estómagos. Es una sensación que me tiene preso, soy un adicto.



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-Ne, Kurorin, al final hemos hecho bastante ruido…


-Lo sé estúpido. –sin nada de maldad, mientras le acariciaba el cabello.


-¿Nunca dejarás de ser tan frío conmigo, verdad kuro-puu? - Sentí un leve beso en mi mejilla. – Bueno, esa rudeza fue una de las cosas que me atrajo de ti.


- Te odio. No te soporto. - Cogí su mano y la besé, en el dedo anular de la mano derecha, un poco más arriba de donde brillaba un fino anillo de plata. Igualito al mío. Acto seguido lo abracé suavemente, inhalando el aroma de sus cabellos, sintiendo l acalidez de los brazos que rodeaban mi espalda.


-Lo sé, y yo también te amo Kuro-tan.



Algún día, como todas las drogas, me acabará consumiendo. Su aliento, su voz, su sabor… me estaba intoxicando progresivamente. Pero a mí no me importaba. Al menos en esa noche. Ni todas las anteriores que pasamos juntos, ni las que nos quedan por pasar.






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Una luz se colaba por las grietas de la pared. Estaba amaneciendo allí fuera. Observaba a mi chico vestirse mientras realizaba el mismo acto.


-Es una pena, kurorin, que al final no hayamos pillado al ladrón.


-¿Que quieres que te diga? No nos hemos esforzado mucho que digamos. Bueno, lo probaremos mañana.


-…


-Aunque…


-No creo que haga falta querido.


-¿Eh?-dirigí la vista hacia donde él estaba mirando. En la esquina de la pared hecha a base de las cajas de cartón detrás de las cuales nos ocultábamos había un hombre tirado en el suelo. Indudablemente se trataba del ladrón. El mago le tomó el pulso.


-Hyuu~ sólo está desmayado.


-¿Pero por que está así?


El rubiajo me miró con cara divertida.

-Creo… que nos ha visto en un momento poco adecuado y le ha dado un infarto.


-Tsk! Por eso siempre digo que eres tóxico.





FIN













notas del final(que no me deja ponerlos en lo del azul, no se por que):


bueno, este ha sido un fic reflejo. espero que os haya gustado. Le estoy pillando el truquillo a eso de escribir lemon XD


pero creo que hay que aclarar algunos conceptos:

1. el anillo en el dedo anular de la mano DERECHA significa que tienes un amante.
2. no me pregunteis de donde salió la cortina, es un almacen de una fábrica téxtil.
3. No soy una drogata, nunca he probado nada más fuerte que una aspirina. Los efectos de la droga me los he inventado
4. este fic fue hecho en un ataque de inspiración mientras escuchaba la canción "toxic" en un amv... no planeaba hacerlo, ha sido un acto reflejo. XD




gracias por leer !! ^^

para ti solo son unas palabras, para mi, una inmensa alegria, por favor, deja un review y estrecha los lazos del mundo de las fangirls ^0^







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