Fuji se había torcido el hombro durante las prácticas y Tezuka lo mando a descansar para que no se lastimara más, al terminar el entrenamiento se fueron juntos a la casa de Fuji que aun se veía adolorido por su hombro; la golden pair había ido por un helado pues Eiji no dejaba de molestar a Oishi con que quería un helado y el sub-capitán termino por complacer al gato, después de salir de la heladería cada uno con un cono de helado gigante con tres bolas de helado de diferentes sabores pasaron frente al restaurante de Kawamura, y este justo salía cuando ellos estaban en la puerta.
-Chicos, ¿qué hacen por aquí? –pregunto Taka-san.
-Nada en especial –dijo Oishi tras comer de su helado –¿a dónde vas?
-Pues quede de llevarle a Fujiko sushi de wasabi y voy para su casa.
-¡Takashi necesito ayuda! –dijeron desde dentro del restaurante.
-Rayos, tengo que ayudar a mi padre –se lamento Taka-san.
-Hoi, hoi, si quieres nosotros le llevamos el sushi a Fujiko –dijo Eiji que no dejaba de comer su helado.
-Gracias, aquí tienen –dijo Taka-san entregándole a Oishi la caja –también hay sushi normal pero ese es para Tezuka.
-¿Y Tezuka sabe que hay sushi para él?, nya –pregunto Eiji con obvias intenciones de dejar sin cena al capitán.
-No te lo vayas a comer, Eiji, si no quieres que te mande correr cincuenta vueltas –advirtió Taka-san.
Taka-san entro de nuevo al restaurante y la golden pair se dirigió a la casa de Fuji a llevarle su comida, también aprovecharían para ver como se encontraba de su hombro. Cuando llegaron a Eiji ya no le quedaba helado pero aun tenía que terminarse el cono, pero ya estaba tan lleno que a penas y le daba unas cuantas mordidas, termino por dárselo a Oishi rogándole porque se lo comiera, Yumiko atendió la puerta y los dejo entrar.
-Taka-san le mando algo de sushi a Fuji –dijo Oishi.
-Syusuke está arriba en su alcoba –dijo Yumiko sonriente –le alegrara verlos.
La hermana de Fuji se fue al estudio donde estaba trabajando mientras que Eiji y Oishi subieron al piso superior y vieron la puerta de la habitación del tensai que se encontraba entre abierta, se acercaron y cuando Oishi estaba por entrar escucharon la voz de Tezuka.
-Tranquilo lo hare con cuidado –dijo Tezuka calmadamente.
-¿Me va a doler? –pregunto Fuji con algo de temor.
-Un poco… pero voy a prepararte, relájate.
-¡Aaahhh! –exclamo Fuji.
Tanto Eiji como Oishi se habían puesto tan rojos como el cabello del gato por lo que estaban escuchando, querían botar la caja del sushi y huir a toda velocidad de ahí pero sus piernas no se movían y solo se miraban espantados, mientras en la habitación los ruidos continuaban.
-Déjate de juegos… ¡aaahhh!... y hazlo.
-Bien voy a hacerlo, te va a doler… ¿listo? –advirtió Tezuka.
-Hazlo ya –exigió Fuji.
-Si te duele mucho dime.
-¡Haaaa! –grito Fuji.
Parecía que se habían quedado petrificados de la impresión pues no podían moverse ni siquiera para taparse los oídos, solo se encontraban parados en la puerta de la habitación del castaño mientras seguían escuchando lo que ocurría dentro de la habitación.
-Kuni… Kunimitsu muévete.
-Relájate o te dolerá mas –dijo Tezuka que al parecer hacia esfuerzo.
-¡Duele!...
Los gemidos de Fuji continuaron y se escuchaba a Tezuka respirar profundamente por el esfuerzo que hacía, en las mentes de Oishi y Eiji se formaban las imágenes de sus amigos con Tezuka encima de Fuji.
-Mas fuerte –pidió Fuji respirando entrecortadamente –así, así... ¡aaahhh!
Parecía que estaba a punto de darles un colapso nervioso, pero aun así no podían alejarse de ahí era como si esa puerta fuera un imán gigante y ellos simples trozos de metal atrayéndolos e impidiendo que se fueran.
-¿Te gusta? –pregunto Tezuka.
-Si…por Kami… que bueno eres.
-Aprendí varias cosas en Alemania.
-Lo aprendiste muy bien –dijo Fuji que se escuchaba extasiado –¡ahí!... ahhh…. ¡ahí, ahí!
-Estoy por terminar –aviso Tezuka.
-¡Ahí!... un poco más… ¡aaahhh!... por favor…
Los chicos que se encontraba afuera escuchando todo de todo estaban temblando y entonces escucharon que la hermana de Fuji subía por las escaleras, se miraron sin saber qué hacer para impedirle oír lo que estaba haciendo su hermano en la habitación, llevaba una bandeja con unos vasos y una jarra de agua, los vio con cierta curiosidad por un momento debido a las caras que tenían.
-¿Qué pasa chicos?, ¿aun no le han dado el sushi? –pregunto Yumiko curiosa.
-Se encuentra algo ocupado –dijo Oishi con presteza.
-Oh… cierto esta con Tezuka-kun, pero ya deben estar por terminar –dijo Yumiko despreocupadamente.
Los chicos miraron sorprendidos a la hermana de Syusuke, pues ella estaba al tanto de lo que hacía su hermano en la habitación con el chico de lentes y al parecer no le importaba que lo hicieran en casa cuando ella estaba.
-¿Sabe lo que hacen? –pregunto Eiji con un hilo de voz.
-Claro ellos me dijeron lo que harían –dijo Yumiko como si nada.
-¿En serio? –pregunto Oishi atónito.
-Si, además si Syusuke dice que Tezuka-kun es bueno le pediré que lo haga conmigo.
-¡¿Qué?! –exclamaron Oishi y Eiji.
No podían creer lo que escuchaban, eso era… simplemente… no había palabras para eso, no podían dejar de pensar que los hermanos Fuji eran de mente muy abierta si pretendían compartir a Tezuka, la hermana de Fuji los miraba muy extraña pues no entendía la reacción de los muchachos.
-¿Qué les pasa?, mejor entren –dijo Yumiko queriendo abrir la puerta.
-¡NO! –dijeron Oishi y Eiji.
Por querer impedir que Yumiko abriera la puerta al fin habían recuperado el movimiento y se cruzaron en el camino de Yumiko, el gato piso a Oishi quien perdió el equilibrio y se fue a estrellar en la puerta llevándose consigo a Eiji, como la puerta se encontraba entre abierta esta de un golpe se abrió dejando ver a Fuji y Tezuka.
-¡Aaahhh! –suspiro Fuji.
-¡No quiero ver! –dijo Eiji.
Sin embargo la escena que encontraron no se parecía a la que se cruzaba por las mentes de la golden pair, pues si bien Fuji se hallaba acostado sin camisa en la cama Tezuka solo estaba sentado en la orilla de la cama a su lado con las manos en la espalda del tensai.
-¿Qué es esto? –pregunto Tezuka con seriedad.
-¿Qué les estás haciendo a Fujiko? –dijo Eiji levantándose de un salto.
-Solo me está dando un masaje –dijo Fuji incorporándose.
-Pero te estaba doliendo –dijo Oishi aun sonrojado.
-Presione con fuerza para destensar el musculo que tiene lastimado –explico Tezuka pasándole la camisa a Fuji –y pues le dolió.
-¿Y por que luego Fujiko pidió que lo hicieras mas fuerte? –pregunto Eiji de brazos cruzados.
-Pues después de que el dolor aminoro me gusto y si presionaba mas fuerte me destensaba más eso es todo –dijo Fuji poniéndose la camisa.
-¿Esto es lo que aprendiste en Alemania? –pregunto Oishi a Tezuka.
-Me hacían el mismo masaje durante mi rehabilitación y aprendí –dijo Tezuka sin añadir más.
-¿Y Yumiko-san quería que tu le dieras un masaje también? –pregunto Eiji avergonzado.
-Pues sí, ¿a qué otra cosa podría referirme? –dijo Yumiko confundida.
-¿Qué estaban pensando que hacíamos? –dijo Fuji mirándolos acusadoramente –luego dicen que soy yo el de los malos pensamientos cuando ustedes no se quedan atrás.
La golden pair se miraron entre sí totalmente avergonzados murmuraron algo de que Kawamura les había mandado sushi y ellos lo habían llevado, Yumiko los miraba extrañada por el comportamiento de los jóvenes, Fuji solo sonreía mientras que Tezuka los miraba con gravedad a punto de mandarlos a dar cincuenta vueltas a la cuadra, después presurosos y sin dejar de mirar al suelo se despidieron y salieron de la habitación del tensai, aunque un minuto después volvió a entrar Oishi y dejo la caja del sushi en el escritorio de Fuji luego volvió a salir.
-Tienes unos amigos algo extraños Syusuke –dijo Yumiko saliendo de la habitación.
-Por eso son mis amigos –contesto Fuji.
Yumiko cerró la puerta dejándolos solos, Fuji trataba de no echarse a reír, pues las caras de Eiji y Oishi eran dignas de recuerdo y solo dejaba escapar una suave risa, pronto sintió unos brazos que lo abrazaban por la espalda y las manos se habían abierto paso por la camisa desabrochada, Tezuka deslizaba sus manos por su abdomen acariciándolo suavemente, luego los labios del capitán empezaron a marcar un camino en su cuello.
-¿Qué haces?
-Conozco otra forma para quitar la tensión –dijo Tezuka sin dejar de besar el cuello del castaño –¿quieres intentar?
-¿De qué se trata? –pregunto Fuji volteándose para ver a Tezuka.
-Digamos que los malos pensamientos de Oishi y Eiji ahora sí estarán fundados –dijo Tezuka con una mirada llena de deseo –¿qué dices?
-Siempre estoy abierto a probar nuevas terapias –dijo Fuji con una mirada igual.
Se besaron demandantemente y Tezuka le quito la camisa a Fuji quien trataba de desabrocharle los pantalones al chico de lentes y se recostaron en la cama del castaño, ahora si quien estuviera detrás de a puerta escuchando estaría teniendo los malos pensamientos que en esta ocasión serian correctos mientras Tezuka practicaba con Fuji su terapia.
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