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En lo profundo del corazón. por Gaia

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Notas del fanfic:

Ok, el resumen es nefasto, no atraerá a nadie, pero no se me ocurrió nada >_<

Sólo deseo que les agrade aunque sea un poquito

Notas del capitulo: ... tampoco se me ocurrio en qué género podía encajar XD
Bueno, no tendo demasiado que decir sólo... ojalá les guste algo.

Los personajes son de la diosa del yaoi Murakami-sama
En lo profundo del corazón.

No se dio cuenta de cómo llegó a aquel bosque, era oscuro y frío, los árboles eran meros troncos con ramas gruesas y puntiagudas, estaba tan cerrado el espacio entre ellos, que era muy difícil pasar entre ellos, incluso él, con su cuerpo menudo y pequeño estaba teniendo problemas para pasar a sus lados. Sus ropas tenían algunas rasgaduras y al igual que su rostro se había ensuciado ya.

Siguió su camino con dificultad hasta que su pie derecho quedó atorado entre una de las raíces retorcidas, comenzó a forcejear para poder liberarse, jaló muy fuerte para salir de allí, finalmente lo logró pero por el impulso hizo que fuera a dar al suelo, o más bien dicho contra las raíces sin fin de aquel inmenso bosque sumergido en las tinieblas.

Cualquier persona estaría experimentando en ese momento un profundo terror, estar en un bosque que pareciera muerto en la oscuridad, sin saber cómo se llegó allí son motivos suficientes para atemorizar a cualquiera. Pero él no, él no tenía nada del sentimiento llamado miedo dentro de su ser, ni el más leve estremecimiento en su cuerpo, él estaba seguro de que debía adentrarse hasta lo más profundo de aquel bosque, era como una fuerza magnética que lo atraía, sabía que no debía detenerse hasta llegar al centro de aquel mundo de árboles secos.

El camino estaba tornándose cada vez más difícil, su cuerpo ya tenía varias raspaduras que las ramas le habían ocasionado, su rostro también lucía varias cortaduras y su ropa estaba cada vez más rasgada.
Además era extraño, pero también su corazón estaba siendo oprimido por un gran dolor, tanto era el dolor que lo hacía ahogarse, y su caminar se volvía aún más complicado, además ese mismas sensación estaba haciendo que sus ojos se llenaran de lágrimas, era como si no poder llegar a lo más profundo de aquel bosque le provocara ese sentimiento, llegar allí era casi como una necesidad de la que dependía su vida.

Finalmente logró atravesar hasta el ansiado lugar, la parte más profunda de aquel bosque en tinieblas, llegó hasta la entrada de una cueva, también era oscura, pero estaban los ecos de una pequeña luz que venía del fondo de aquel lugar, que más bien parecía la entrada a un gran laberinto.

Estaba cansado y casi sin fuerzas, pero no podía darse por vencido, no ahora que estaba tan lejos, recorrió un camino largo por aquella cueva que más bien era un túnel, por fin llegó al final de la cueva, era como una habitación grande, y en el centro un pequeño niño con el cabello rubio, estaba sentado con sus rodillas sujetas a sus manitas y se podía escuchar los sollozos que salían de él, no era un llanto muy intenso, pero él pudo sentir el inmenso dolor clavado en su corazón que le causo la sensación del sufrimiento y la desesperación de aquel niño.

Lentamente comenzó a caminar para acercarse al pequeño, el niño parecía tan sumergido en su sufrimiento que no había notado su presencia, llegó hasta él y lentamente fue acercando su mano con varias cortaduras al pequeño, cuando por fin hizo contacto el niño se dio cuenta de su presencia, bruscamente voltio hacia él y le soltó un manotazo, él sólo retrocedió.

-¡¿Quién eres?! –preguntó el niño gritando, en sus ojos se podían ver las lagrimitas que brotaban.

-Me… me llamo Shuichi –respondió él, ver el rostro de ese pequeño le causaba una sensación que dolorosamente cubría todo su ser, era pesar e impotencia, pero al mismo tiempo su corazón se sintió un calor agradable cuando tocó a aquel niño rubio.

-¡Lárgate! ¡No quiero a nadie aquí! –el pequeño seguía gritando y las lágrimas seguían cayendo, parecía realmente desesperado porque Shuichi se fuera de aquel lugar, realmente parecía querer estar solo con todo aquel dolor.

Pero el cantante no deseaba alejarse de allí, deseaba borrar todo aquel sufrimiento impreso en el rostro del pequeño.

-¿Estás aquí solo? Podemos regresar juntos.

-¡Lárgate! –el niño gritó lo más fuerte que pudo.

Shuichi simplemente lo abrazó lo más fuerte que pudo, necesitaba proteger a ese ser tan hermoso que estaba sufriendo, el pequeño forcejeo durante largo tiempo, no quería que Shuichi lo abrazara, no quería que nadie estuviera con él en su sufrimiento, pero después de un tiempo en el que el pelirosa no cedía en su abrazo el niño tuvo que aceptarlo, tuvo que aceptar esa sensación agradable de protección. Su llanto se hizo más intenso y pego su carita al hombro del de mirada violeta.

-…l… no… no me… quiere –dijo en un susurro entrecortado.

-…l ya no está… pero yo sí Eiri –dijo mientras apretaba más al pequeño contra sí.

-¿¡Cómo sabes mi nombre!? –dijo el niño rubio sorprendido.

Shuichi se separó un poco de él y miró su dulce carita, le dirigió una dulce sonrisa, después lo volvió a abrazar.

-Te amo y siempre estaré contigo… aunque tú no quieras.

Eiri sintió el agradable contacto y sin darse cuenta correspondió a aquel abrazo lleno de amor.

Lentamente abrió sus ojos, el sol ya entraba calido por la ventana, había amanecido en un nuevo día. Intentó incorporarse pero no pudo, un cuerpo menudo y pequeño pero fuerte, lo apresaba en un posesivo abrazo, se giró un poco para mirarlo.

-Yuki… -habló dormido.

-¿Con que a mi lado siempre? –Dijo mientras limpiaba un poco de saliva de la mejilla de Shuichi –gracias… -y después colocó un beso dulce en los labios del cantante, cuando se separó dijo –Lo que ya no quiero es que te alejes de mí… baka.

FIN.
Notas finales: Esto fue todo, sé que no estuvo tan bueno, pero me desde cuando que rondaba mi cabeza y pues hasta hoy lo vengo escribiendo, bueno, finalizando.
Gracias por haber leido este pequeño fic, son muy amables n__n

Lean por favor Kyoto.

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