Últimamente el grupo Lovely mochochang, más conocido como LM.C, había estado teniendo bastante éxito y eso había supuesto para los integrantes días y días de duro trabajo. El manager les había visto ya tan agotados que había pospuesto todas las actividades que tenían planificadas para la semana y les había dado a todos unas mini-vacaciones que los chicos habían celebrado con una juerga en vez de irse cada cual a su casa a descansar.
Al día siguiente estaban todos con una resaca impresionante y a partir de ese domingo de resaca empezó la semana de descanso.
El guitarrista, tras recuperarse de la fiesta, se dedicó a recoger y limpiar su apartamento, que estaba hecho un verdadero desastre, y a dedicarse a sus otros hobbies y sobre todo a descansar sin tocar en ningún momento la guitarra.
Estaban ya a miércoles y el guitarrista se encontraba sentado tranquilamente en su sofá fumándose un cigarrillo y disfrutando del silencio que reinaba en la casa justo cuando sonó el timbre de la puerta. Extrañado, ya que no esperaba ninguna visita, se levantó mirando por la mirilla y reconociendo a su amgio abrió la puerta sonriéndole.
-Hola ma…-
-AIJII!!!!!.-
Antes de que el primero hubiera podido acabar la frase su amigo se había tirado literalmente sobre él abrazándole eufórico. Ambos cayeron al suelo con el rubio encima aún abrazando al otro.
- Si Maya… yo también me laegro de verte pero… ¿podrías quitarte de encima?.-
Maya se levantó de encima de Aiji y se sentó a su lado para quitarse los zapatos antes de entrar.
- Gomen ne jeje pero es que te echaba de menos.-
Le dijo sincero poniendo un pucherito.
- Pero si no hace ni una semana que no nos vemos.-
Contestó Aiji extrañado levantándose.
- Ya… pero es que me acostumbré a verte todos los días y ahora pues… te echaba de menos..-
Le contestó con un gesto adorable y Aiji sonrió ante aquello acariciándole a Maya de forma cariñosa la mejilla; el rubio se ruborizó levemente antes ese gesto pero Aiji ya se había girado y adentrado en el pequeño salón por lo que no se percató del sonrojo de su amigo.
- Entra, te apetece tomar algo?.- Preguntó, Maya se levantó siguiéndole.
-Con una Cola o a´si me basta.- contestó el rubio mientras se sentaba en el sofá y Aiji aparecía de la cocina trayendo consigo una Cola para Maya y una cerveza para él. Se sentó a su lado y puso las latas en la mesita de enfrente. El rubio sacó uno de sus inseparables chupachups y con gesto feliz le quitó el papel y se lo llevó a la boca.
- tú y tu adicción.- Comentó divertido Aiji abriendo la cerveza y empezando a beberla.
- Oye, mejor que le tuyo ya es.- Contestó el otro señalando un cenicero que había en la mesita del centro lleno de ceniza y colillas de cigarrillos.
- Pero se puede saber cuanto has estado fumando últimamente?!.- Preguntó escandalizado el rubio al ver tantas colillas.
Aiji se encogió de hombros restándole importancia al asunto.
-Es que como estoy tan desocupado pues fumo mas…- Contestó tranquilo.
- Eres un fumata! Fumar es un vicio malísimo! Afecta gravemente a tu salud y en especial a tus pulmones!.-
Empezó Maya tantas otras veces.
-Deberías de hacer como yo y tomar chupachups, son mucho más sanos y están más ricos.- Dijo señalándole con aquel palito acabado en una bola de caramelo antes de volver a metérselo en la boca.
-Mejor tomar chupachups? No lo creo, con todos los que te comes al día tienes que tener el nivel de azúcar por las nubes; seguro que por eso es por lo que eres tan hiperactivo por que tienes un subidón de azúcar continuo.- Contestó Aiji medio en borma chinchándole como tanto le gustaba hacerlo.
El rubio le sacó la lengua que por cierto estaba de un color artificialmente rojo, el mismo del caramelo que se estaba comiendo.
- Oye! Eso no es verdad! Yo soy siempre tan enérgico por qué soy así no por que tenga exceso de azucar! Además, aunque eso fuera verdad siguen siendo mucho mas sanos que los cigarillos.-
- Me da igual si son más sanos o no, además el dulce no es que me apasione… uno solo de esos cacharros bata para empalagarme para todo el día.- Dijo el guitarrista del grupo sacando un nuevo cigarrillo y encendiéndoselo para dar una profunda calada.
-Bua no! Eso es malo malo!.- Exclamó Maya con tono infantil y moviendo los brazos de forma histérica.
-No! Los cigarrillos son malos! Si sigues fumando tendrás cáncer de pulmón y te morirás!.-
En la cabeza de Aiji apareció una gotita de sudor a lo muñeco manga.
- Maya… no seas tan extremista… que tampoco fumo tanto…- Le dijo, pero el otro siguió sin hacerle caso.
- Buaaa!! Te morirás y dejarás solito a Maya-chan! Buaa yo no quiero que te mueras! Yo quiero que estés conmigo! Con Maya-chan! – Exclamaba el rubio como si estuviera realmente al borde del llanto.
El berrinche de Maya estaba empezando a darle dolor de cabeza así que dejó el cigarrillo que tenía en su boca apoyado en el cenicero y acercándose a Maya le tomó de la nuca y sin mediar palabra le besó.
El rubio se calló al instante y también se quedó inmóvil. Tras unos segundos de shock cerró los ojos y se concentró en aquel beso tanto que no notó que el chupachups que tenía en su mano se escurría y caía al suelo.
Con Aiji cogiéndole suavemente por la nuca y Maya con sus brazos detenidos a ambos lados de su cuerpo sus lenguas comenzaron una batalla entre sus bocas cuyo único objetivo era explorar el territorio ajeno.
Tras unos minutos así en los que el cigarrillo había acabado por consumirse en el cenicero y el caramelo yacía olvidado en el suelo, ambos se separaron con la respiración entrecortada y sus rostros ruborizados, el del rubio más que el del otro.
Aiji se quedó mirándole unos instantes y después susurró:
- Sabes dulce.-
Maya le sonrió algo coqueto y le contestó:
- Y tú a tabaco.-
Aiji rió por lo bajo y acercándose de nuevo al rubio confesó con voz seductora:
-Creo que acabo de encontrar mi nuevo vicio.-
Y volvió a besarle demandante tomándole con una mano de forma ansiosa por la nuca y con la otra por la cintura. Maya esta vez le correspondió mejor y rodeó su cuello con sendos brazos para besarle con la misma pasión que irradiaba el guitarrista.
Aiji fue empujándole levemente hasta que ambos quedaron tumbados, Aiji encima de Maya, en el sofá para seguir besándose y hacer muchas mas cosas a las que pronto se harían los dos adictos.
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