La lluvia caía sin desolación contra el vasto suelo y sin piedad, sin consideración, mojando y empapando todo aquello cercano, el cielo estaba gris y el sol parecía haber huido de los gritos y los golpes que en ese horrible sitio nos dábamos sin piedad.
Un golpe, una patada y un grito.
Siempre era asi, siempre lo lastimaba como si yo fuera un maldito imbécil sin sentimientos, hasta habían beses que tocaba mi pecho y no podía oír latir mi corazón, lo cual me llevaba a pensar en lo muerto que estaba por dentro.
Yo, tan malo, tan déspota, tan cruel y avaro; no soy más que un insecto insignificante en este basto mundo lleno de superiores ante mí. Yo, tan callado y tan ajeno a todo y a todos, aunque esto sea una gran mentira, pues en el fondo siempre lo eh querido, en el fondo siempre me ah afectado este mundo, porque si puedo sentir, soy capaz de reír pero no rio, soy capaz de llorar pero no lloro.
Solo me guardo estas emociones que me vuelven imperfecto, para poder ser perfecto; perfecto ante todos, ante todos soy un dios, un ser fuerte e imponente, todo el mundo me ve con pánico y al pasar por un pueblo, ciudad, casa o barrio todos me bajan la cabeza con pánico y se alejan de mi camino, incluso mis más sórdidos enemigos.
Todos me miran con devoción, pero yo a ellos, a esos pobres vasallos que me suplican piedad, yo los miro con envidia, con envidia de no tener lo que ellos tienen, envidia de no poder reír libremente, envidia de no ser como ellos: pobres e inútiles pero amados y apreciados.
El mundo deseo volverme un moustro y lo logro porque eso soy un vil ser sin piedad, un imbécil que se miente a sí mismo en vez que al mundo, peor que eso o hay nada, soy un… ni si quiera tengo nombre.
La lluvia a cantaros nos baño aun mas, pero en vez de agua creí que eran aquellas lagrimas que se ahogan en mi pecho al no poder salir, y los truenos que golpearon la faz de la tierra, son los gritos de impotencia que no puedo expulsar y en mi garganta se han guardado y ocupado todo mi ser.
Como duele, como duele no poderte decir lo que siento por ti.
Mas me callo, es mejor… para los dos, no quiero provocar un Armagedón con mis estúpidos sentimientos, llenos de deseos y dulces palabras de cariño, pero no, nunca te lo diría, no, no mereces amar alguien como yo, pues tú te mereces algo mejor, te mereces todo, y yo puedo darte todo lo que quieras, pero sé que nunca lo aceptarías de mis manos.
Realmente, desearía abrazarte en ves que golpearte y regañarte como si fueras un niño-y no lo eres- desearía tanto para ti, desearía darte todo, todo aquello material que te pudiese sacar una sonrisa, te daría poder si lo desearías, te daría el sol y la luna, te regalaría hasta un corazón y ese es mío, te daría todo, hasta un país con todo sus integrante para que te sirvan y como un rey te traten, pero más que material, te deseo regalar algo lleno de oro y no es físico, te regalaría algo tan valioso y perfecto que pocos ricos tienen… te regalaría todo el amor que tu se pudieses aguantar.
Te regalaría mi más puro amor y mi más larga bendición. Desearía llenarte de placer y lujuria en las sádicas noches de tu vida, te tomaría con tanto libido y pasión, aria que tu cabeza explotara de tanto placer y tu cuerpo temblaría pero no de miedo-como lo haces ahora- temblaría de emoción y furor, tu piel sudaría y tus ojos se humedecerían, me encargaría que todas las noches fueran las mejores, cada una mejor que la otra.
Pero tengo que ser realista, esto jamás pasara, nunca te podre tener en mis brazos a no ser que sea obligado.
Allí estamos, solos tu y yo en la soledad del bosque, en la soledad de esta terrible noche, tu rostro está lleno de sangre, tu boca no para de sangrar al igual que tus demás heridas. Asía poco que no me desafiabas de esa manera.
Creo que aquel odio que te carcome por fin sea liberado y ahora solo deseas verme muerto, duele, pero ya estoy acostumbrado a esto, estoy acostumbrado a tu mirada llena de recelo e ira, pero en esa mirada llena de sangre se esconde un hermoso rayo de luz que piden afecto sin pudor, un rayito de luz que me ruega un abrazo o por lo mínimo una caricia.
Esos lóbregos ojos que muchas veces no me dicen nada, ahora ame dicen mucho, me dicen por un lado que me odian y desean verme muerto o en cenizas y por otro lado e grita una muestra de afecto o ternura que jamás le podría dar.
-te odio-susurro desde aquella larga distancia-realmente… te odio-mi alma se rompe cada vez que me dices aquellas imples palabras-como te odio-cayó de rodillas al suelo mientras la sangre seguía cayendo de su cabeza y sus preciosos cabellos se pegaron a su piel de porcelana ahora llena de sudor y ese liquido rojo-no mereces nada realmente, no mereces no vivir-entonces después de esas palabras que sentencio en mi pecho el callo sin aire al suelo humedecido.
No dije nada, las palabras se ahogaron en mi boca, en mi corazón…
Me acerque hasta el, hasta su precioso cuerpo prohibido, me acerque hasta su alma que agonizaba en el suelo sucio y al llegar a él me arrodille y lo tome en brazos, acunándolo en mi regazo, el peleo y comenzó a tratar de golpearme con sus nudillos ya rotos y desgastados por todo la golpiza de hace horas atrás.
Se revolvió, pero yo solo quería examinar la gravedad de sus lesiones, entonces cuando me acerque un poco a él, un violento puñetazo impacto en mi rostro, ladeándolo asía otro lado, la sangre emano de mis labios. Me quede un instante algo conmocionado pero luego volví a la normalidad.
Pero lo que realmente me conmociono fue al verle, sus ojos rojos hirvientes dejaron colar algunas lágrimas cristalinas, lagrimas que se fundían con la sangre de sus mejillas. Una tremenda cortada impacto mi corazón al verle llorar. Apretaba sus dientes y su seño aun seguía fruncido, yacía a la defensiva, pero sus ojos se habían roto, habían roto aquella muralla que divida sus sentimientos.
Sentí yo romperme también.
-Madara-llamo lleno de ira y melancolía-¿Por qué lo hiciste?-me pregunto con su voz a punto de romperse-¿Por qué dijiste que me amabas y ahora me haces esto?-si, hacia unas noches, me pase de copas de alcohol y sin darme cuenta tome su cuerpo sin pedir permiso, de cierta manera abuse de él, pero creo que en mi ebriedad le dije que lo amaba, ahora que lo eh roto golpes como acostumbraba a dar a la hora que me desobedecía solo para que los demás temblara la ver mi ira ante la anarquía-¡¿Por qué demonios juegas con migo?!-volvió a gritar esta vez su vos se partí en un sollozo y las lagrimas siguieron fugándose de sus ojos precioso.
Ante aquellos precioso ojos llenos de dolor y desesperanza, me destroce, me volví millones de pedazos con tal solo verlo llorar y nunca lo había visto asi, jamás había visto esa faceta tan débil.
Itachi, mi pobre Itachi…
Pues él no tiene a nadie siempre ha estado solo en este mundo, el destrozo a su familia por una razón justa y el siempre ha sido marginado cuando realmente es el muchacho mas filosofo y de buen corazón que jamás encontraras.
Nunca tuvo nada…
Nunca tuvo a nadie…
Nunca tuvo algo…
Nunca tuvo nada…
Entonces de mis ojos una pequeña lagrima callo pero fue opacada por toda las gotas de lluvia que mojaban mi cara.
Tome su cabeza y la pegue en mi pecho, el siguió llorando sin parar y maldiciéndome, allí deposite su cabeza y acaricie su cabello, entonces le susurre con suavidad en el oído.
-no puedo amarte, aunque te amo-le abrase como si temiera perderlo-pero no debo- apreté mis dientes para ahogar mis sollozos.
Entonces el cielo lloro mas y Dios hizo que el paisaje tronara y gritara mil veces más. Mi corazón se reventó de tantas lágrimas contenidas y mi alma huyo de mi cuerpo pues pensó que estaba muerto, muerto por dentro.
Y la paz se esfumo, como bien siempre se había ido.
Y el amor se quedo guardado en el fondo del abismo, donde mejor debe estar.
Y la esperanza huyo.
Entonces nos volvimos nada, porque eso debemos ser nada, sin emociones y sin sentimientos, nada, para ser perfectos, al ser nada, eres todo al mismo tiempo, porque nunca sentirás remordimientos ni and aparecido, nada…
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