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Por que es mi cumpleaños por neko Sasukeray

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Notas del fanfic:

Esta historia es continuación de un anterior fanfic llamando "prometido", el cual he subido en otra ocasion... por lo que tal vez no entiendan algunas cosas si no han leido aquello... vale????

Notas del capitulo: vale pues aqui esta este fanfic que espero les guste y solo aclarare rapidamente:
1.-Madara y Tobi son personas diferentes (tomenlo como que Tobi es Obito... vale??? n_n)
2.- contiene ligero vocabulario vulgar en el lenguaje de los personajes (digo para que no se extrañen de que Madara llame a Itachi perra... jajaja XD).
asi que sin mas que decir aqui va:
-¡Feliz cumpleaños!- gritaron al unísono aquellas latosas personas que se encontraban sobre el colchón de su cama brincando como desquiciados, gruño, aun somnoliento tuvo la oportunidad de apreciar, a través de la tenue luz que entraba por un pequeño espacio abierto en su ventana, que aun era demasiado temprano. Apretó la almohada que abrazaba con clara molestia, sin embargo su gesto inexpresivo como siempre no delato en ningún momento que estaba un tanto asustado, y es que todas las mañanas era lo mismo. Sus infantiles familiares entraban sin consideración alguna a su alcoba solo para gritarle en los oídos todas aquellas tonterías que se les hubiera ocurrido para despertarlo con un buen susto: felicidades por el día de san Valentín, feliz día de los Uchiha, feliz día del Yaoi, feliz día de las comadrejas y un largo etc.… etc. En fin que nunca se salvaba de ser despertado de formas tan salvajes, por que claro que los intrusos se aseguraban de hacer temblar la cama de Itachi de forma descontrolada, obligándolo de abrazarse a lo primero que encontrara con todas sus fuerzas, y aun que el semblante del moreno de la coleta permaneciera siempre sin gesto alguno, aquello parecía hacer la escena aun mas divertida. Sus parientes rieron fuertemente dejando en claro que una vez mas el orgullo de los Uchiha había sido el objeto principal de sus burlas, al mismo tiempo el adulto mayor tomo asiento en el borde de la cama y el otro se hinco sobre el colchón.
-Oye comadreja. ¿Te despertamos de un buen sueño?- cuestionó Madara con un claro tono de diversión que se adornaba perfectamente sobre sus labios, y con su dedo índice señalo una mancha en la cobija que seguro seria producto de un sueño bastante placentero. Itachi mostró indignación pero sin prisas coloco la almohada que abrazaba sobre dicha acusación para que dejaran de mirarlo con morbo.
-No molesten- contesto bajo aun que de forma seca
-Tobi no molesta…- se acercó sonriendo. -Tobi es un buen chico-afirmo
-Vamos Itachi… no seas amargado-
Y no era una acusación lejos de la falsedad, el moreno siempre parecía de malas, o mas bien casi siempre. Ya que en cuanto cierto jovencito azabache comenzaba a dirigirle la palabra o prestarle atención, Itachi se veía como si hubiese consumido alguna efectiva droga que al instante lo ponía de buen humor, dando el lujo a todos de apreciar la bella, discreta e inusual sonrisa que poseía.
-Buenos días nii san- dijo una suave voz desde la entrada, era su hermano, todos apreciaron la figura del menor de los cuatro que no había entrado por completo a la habitación, negándoles la oportunidad de apreciar por completo a aquel adolescente.
Entonces ocurrió de nuevo, aquella extraña droga corrió por el interior de su cuerpo y su alma, surtiendo efectos a una velocidad envidiable. Los ojos de Itachi parecieron mas grandes y brillantes, sus cejas dejaron de fruncirse y tomaron una posición noble, sus labios se tornaron un tanto rojizos y suaves acompañando a la discreta sonrisa que se formaba, un bello pero indiscreto rubor subió asus pómulos e incluso su postura lo hizo ver mas imponente.
-Buenos días…-respondió con voz elegante. -Sasuke- y el nombre fue saboreado al salir de su boca.
-El desayuno esta listo- afirmo sonriente a la vez que desaparecía por el pasillo. Dejando a un embobado moreno, a un divertido Madara y a un ilusionado Tobi.
-Buenos días Sa-su-ke…-arremedo el adulto mayor sin dejar de sostener la risita que se cargaba. Itachi lo miro molesto.
-¿No tienes otra cosa que hacer mas que molestar…?-cuestiono enojado.
-Pues no… ya estoy retirado del trabajo ninja… así que no- dijo pensativo. -Por lo tanto te aguantas perra- la última palabra la recalco fuertemente mientras en su mirada se dibujaba el claro placer que le producía todo aquello.
-Vaya zorra ninfo mana…- replico con sonrisa de medio lado. -Y yo que creí que algún hombre urgido te estaría esperando en su cama… para usarte- se cruzó de brazos como si hubiese obtenido la victoria. Y hubo un largo silencio. Aun sostenían la mirada del otro esperando ganar aquella infantil aun que insultante guerra.
No que se llevaran mal o se odiaran.
Itachi jamás podría odiar a Madara después de que los había cuidado durante años como si fueran sus hijos, era simplemente su extraña forma de expresarse todo lo que se apreciaban. Y es que aun que fuera un hombre maduro, Madara nunca se había comportado de acuerdo con su edad.
Sin embargo, años atrás cuando había ocurrido aquel accidente en el que los padres de Itachi y Sasuke perdieran la vida, y aun que no fuera su obligación el hacerse cargo de ellos, los había adoptado, criado y amado como si fueran sus propios hijos, pero teniendo miedo de que aquellos pequeños e inocentes niños se fracturaran como frágiles copas de cristal había optado por usar un lenguaje un tanto vulgar con el cual se dirigía a ellos. Nada de besos, ni abrazos ni siquiera los buenos días les daba, y pensaba que criar niños era como limpiar sus finas copas de vino, si las limpiaba y tocaba a cada instante se romperían, imposible reparar piezas tan únicas y bellas como aquellas, si proporcionaba un amor un tanto empalagoso a aquellos pequeños al grado de asfixiarlos seguro que estos se largarían de su lado.
Y siendo sinceros, desde que habían llegado a su vida, esta había tomado un cambio abrupto que al final de cuentas no era en nada malo para el. Habían sustituido su soledad por momentos de alegría, y los momentos difíciles solo habían logrado mostrarle lo bello y delicado que era su corazón, pues nunca antes se hubiese preocupado de tal forma por una misión, pero ver alguno de sus pequeños tumbado en cama por fiebre era algo que no soportaba. También había tenido la dicha de conocer el orgullo de tener a Itachi, el genio de los Uchiha, que sin duda alguna siempre le daba una buena noticia indirectamente, como cuando pasaba por la calle y le decían: “Oh usted es el padre de Itachi Uchiha, no sabe cuanto me alegra trabajar con el”. Así es ahora se podía dar el lujo de ser padre.
Y quien le hubiera dicho que su vulgar forma de hablar no era en nada amorosa, estaba equivocado. Pues había conseguido que los pequeños Uchiha, ya no tan pequeños, permanecieran a su lado, en aquel modesto departamento demostrándose su extraño amor. Y eso le bastaba.
Por otro lado, Itachi de tan solo catorce años, no supo que hacer al momento de hallarse repentinamente solo con su pequeño hermano de nueve años. Quien dijera que la familia estaba para apoyarte si que cometía un gran error, pues poco después del funeral de sus padres, Itachi y Sasuke anduvieron rodando de casa en casa, entre tíos, primos y demás personas que los cuidaban unos días hasta que claro los botaban en la casa siguiente, dando como escusa el hecho de que no podían con ellos, claro que Itachi no los culpa ni despreciaba por aquello estaba conciente de que cuidar de dos niños ajenos era algo bastante complicado. Hasta que, de entre todas las personas de la villa Uchiha, fueron a parar a la casa mas alejada del resto donde se toparon con la persona mas extravagante que habían visto y también la mas solitaria, Madara. Quien en un principio no estuvo muy seguro de aceptarlos, pues era un inexperto en cuanto a cuidar niños, y de igual forma Itachi tampoco estuvo en total acuerdo de permanecer en ese lugar, es decir, parecía que Madara no podía ni siquiera cuidar de si mismo, pues la casa era un completo desastre, el mas el adulto no sabía ni como usar la lavadora por lo que siempre mandaba sus ropas sucias a alguna mujer adulta que loca por el haría lo que fuera, aun que Madara nunca correspondió a ninguna de aquellas mujeres. Seguro que era homosexual, pero eso a Itachi no le molestaba en lo mas mínimo siendo que el también lo era. Bien que al pasar el tiempo el adulto aprendió a ser un gran padre, lavar, cocinar, limpiar y criar niños se volvió su nuevo y gratificante trabajo, así que al final Itachi se quedo por que entendió que Madara había dado todo de el para apoyarlos y además, aun que no lo dijera, le había tomado cariño al igual que Sasuke.
El como era que en aquel modesto departamento se había agregado la inocente e infantil presencia de Tobi, era algo que realmente aun no le quedaba del todo claro a los demás miembros de aquella pequeña familia, ya que este había llegado casi al mismo tiempo que los hermanos con la diferencia de que ni siquiera había pedido permiso para entrar cuando ya se encontraba instalándose en la cómoda habitación que quedaba junto a la del dueño de la casa. Quien no sabía la razón por la que este aun se aferraba a mantenerse a su lado, aun que muy en el fondo presentía que Tobi estaba interesado en el como algo mas que familia pero se hacia el desentendido por que el buscaba a otra persona que estuviera mas que preparada para el, por no decir a alguien mucho mas maduro, sin embargo eso de que el fuera el maestro que dominara las inexpertas manos del moreno escandaloso y le enseñara como utilizarlas de una forma placentera era algo que no sonaba tan mal, sobre todo cuando este gateaba acercándose lentamente hasta donde se hallaba el moreno de la coleta, dándole a Madara la vista perfecta de su bien formado traserito.
-Tobi creé que Ita-chan esta triste por que Sasu-chan no le dio un beso de buenos días…-comento no con el afán de molestar, aun que si provoco un leve enojo en el mencionado por entrometido.
-Si Itachi… ya dile a Sasuke que es hora de que te entregue su cuerpo… como prometió…-escupió Madara como burla. Y bien Itachi sabía que en el fondo su alocado tutor tenía un tanto de razón al decir aquello, recordó brevemente lo que había ocurrido el día en que su hermano menor se había transformado en su prometido, suspiró.
¿Cómo diablos pensaba que Sasuke le correspondería en el amor… cuando eran hermanos? Y ¿Cómo se le podía haber ocurrido que el menor hablara enserio cuando se había comprometido de tal forma?
Seguro que su ototo ni siquiera recordaba aquello, aun que muchas veces había llegado a creer que si, pues era muy común entre ellos que se formara un juego un tanto provocativo donde se daban ligeros roses en los labios que nunca se convertían a atrevidos besos, también había habido miles de caricias que radicaban en simple manoseo e incluso palabras un tanto subidas de tono… pero nunca nada quele diera el indicio de que tenia el completo derecho como pareja sobre el azabache.
-Vamos no seas tonto…-Madara se puso de pie al mismo tiempo que el de la coleta.-¿Qué es lo peor que puede pasar?-pregunto al aire, Itachi comenzó a colocarse su ropa casual, hoy no tenía trabajo por lo que se quedaría en casa, al mismo tiempo espero a que su tutor concluyera con sus palabras sabiendo que estas le darían el animo que necesitaba para cometer semejante locura. -No te va a dejar de querer solo por que te le declares…-finalizo al instante que se retiraba junto con Tobi.
Itachi toco su collar que traía puesto, su mas preciado tesoro después de Sasuke.
En la cocina se encontraba Sasuke colocando los trastes correspondientes para que sus familiares pudieran comer lo que con tanto esfuerzo había preparado, más aun por que su adorado aniki era quien siempre le daba el visto bueno a su comida, no había nada que preparara y recibiera una critica por parte de este, e incluso había aprendido que su comida lograba hacer que la inusual sonrisa del morenode la coleta se mostrara en su imperturbable rostro. Una hermosa sonrisa de la cual Sasuke se había enamorado como un desquiciado. Giro su vista rápidamente hacia donde se encontraba el horno, analizó lo que había dentro de este, un apetecible pastel de chocolate que cocino para el dueño de todo su cuerpo. Rememoró sus antiguos actos de niño, en especial el día que le había dicho a Itachi que todoel le pertenecía… el día que se le había declarado. El ahora tenía dieciséis años por lo tanto su hermano contaba con veintiuno, y a decir verdad estaba más que listo para cumplir su promesa.
“¿Pero en que diablos estas pensando Sasuke?” se auto regaño y llevo el cucharón que traía en la mano en un suave aun que sonoro golpe hasta su frente, donde dejo una visible marca rojiza, su piel era muy sensible. Siempre notaba que tenía marcas o rasguños de golpes que no recordaba haberse dado.
Pronto llegaron su tutor y Tobi, mientras se acomodaban en la mesa, el adulto despeinado pudo notar el accidente que había tenido su hijo.
-Vaya ¿Pero que es lo que te paso?- dijo con una mueca que mostraba lo gracioso que se veía el menor y con su dedo índice señalo la frente de este, quien en un intento por ver lo mismo que Madara hizo un ligero gesto de puchero.
-Otra vez te has golpeado…-comento el moreno de la coleta que entraba por la puerta de la cocina, a excepción del azabache los otros dos ya habían tomado asiento en la mesa, Itachi estuvo tentado a soltar una risita al ver a su hermano, mas se contuvo ante el pensamiento de que tan sensible podría llegar a ser la pálida piel de este si el la rozara con sus manos. Deshizo su pensamiento recriminándose y se dirigió a su asiento.
No tardaron mucho en encontrarse todos reunidos en la mesa comiendo gustosos lo que el menor de la casa había cocinado, estuvieron en silencio unos breves minutos, los mismos en que se acababan la primera porción.
-Escuchen…-llamó el adulto responsable de los Uchiha, Sasuke comenzaba a servirles la segunda porción. -Hoy Tobi y yo saldremos…-
-¿Ah así?-cuestiono interrumpiendo el anuncio de Madara, quien le soltó un imperceptible golpe sobre el hombro. -Aauu… digo ah si… Tobi saldrá con Madara…-afirmo moviendo sus brazos a forma que los hermanos supieran que decía la verdad.
Claro que ni Itachi ni Sasuke se lo creyeron, pero a veces era mejor no preguntar que tipo de morbosidades planeaban los adultos.
-Bueno… y ¿A dónde irán?-pregunto con naturalidad el azabache.
-Por ahí…-murmuro despreocupadamente el adulto. No se pregunto mas, ni se comento nada… bien aquello había sonado a un descarado “Que te importa”. y finalizaron de comer.
La televisión era un simple entretenimiento que no hacia mucha relevancia sobre la atención de su espectador, Itachi miraba aun que poco le importaba lo que ocurría en las imágenes que le eran presentadas, tomo el control entre su mano y bajo el volumen. Pudo percatarse como su tutor y compañía bajaban presurosamente por las escaleras provocando leves vibraciones en el suelo de madera, Madara tomaba un pequeño morral al tiempo que sacaba del interior una cajetilla de cigarros. Se dirigía hacia la entrada acomodando las prendas que llevaba puestas. “¿Qué clase de adulto se viste así?” se preguntaba mentalmente el moreno, viendo indiscretamente a su tutor, quien llevaba puesta una camisa negra, ajustada, desfajada y medio abierta, mostrando una parte de su pecho, el pantalón no se quedaba atrás en lo apretado y dejaba que se notara sus bien formadas piernas y trasero, el boxer de aquel adulto se asomaba ligeramente, claro indicio de que aquel pantalón le llegaba a la cadera, finalmente su cabello negro, largo y quebrado era acomodado en un sutil movimiento que hacia su mano. “ Aun así… mi ototo esta mas bueno” sonrío perversamente dejando de mirar a Madara que eufórico gritaba el nombre de quien sería su acompañante.
Tobi corrió hasta la entrada, siempre hacia lo que Madara le dijera, como un niño pequeño no se le despegaba ni un minuto y sus brazos se quedaban cortos cuando se trataba de abrazarlo, aun que secamente fuera empujado por los brazos del mayor, no dejaba de mostrarle su cariño. El inocente adulto llevaba una playera de cuello alto y mangas largas color azul y su pantalón negro era mucho mas holgado, sonriente salió y cerro la puerta sin cuidado alguno, no sin antes gritar un “Adiós Sasu… Ita…”que ambos hermanos tuvieron por seguro que se escucho en toda la cuadra.
Harto de no comprender todas aquellas tonterías, que se le presentaban frente a sus ojos, decidió apagar el aparato quedado la casa en silencio que solamente era perturbado por el tallar de la fibra y el agua, que a momentos corría a través de la llave del lavabo, donde se encontraba Sasuke muy ocupado limpiando los trastos
Giro su vista levemente hasta toparse con la delgada figura de su hermano menor, este le daba la espalda por lo que dudo que pudiera percibir su indiscreta mirada, el azabache se limpiaba las manos con una pequeña toalla, había terminado de lavar. Los oscuros ojos de Itachi recorrieron la figura del menor, desde la punta de sus mechones de cabello que se alzaban levemente hasta sus tobillos, deteniéndose lentamente en cada una de las partes interesantes. Como el cuello, la espalda, la cintura, el trasero y las piernas. Fue cuando noto lo apretado que era el pantalón que mas bien podría haberse comparado con un simple mayón. Las finas manos del azabache aparecieron sobre su cintura tentando el lugar donde se encontrara amarrado el delantal que llevaba para no ensuciarse, y en un suave aun que rápido movimiento deshizo el moño haciendo que dicha prenda volara mas despegada de su pecho.
Sin percatarse de cómo fue que paso Itachi se giro sobre si mismo, quedando su pecho recargado en el respaldo del sillón y arrodillado sobre este, sus brazos se cruzaron sobre el mismo respaldo y su mentón se recargo en sobre estos. Sus orbes oscuras miraban perplejo cada movimiento que era ejecutado por el menor, este se estiro ligeramente hacia adelante alzándose un poco sobre la tarja, llevo su mano hasta tocar la perilla de la ventana. Pero inútilmente solo lograba rozarla, se estiro aun más, su trasero inconscientemente se levantaba al realizar dicho acto.
Itachi pasó saliva dificultosamente, la próxima vez que su hermano se fuera a comprar ropa lo acompañaría para asegurarse de que esta fuera la adecuada para no alterar a sus incestuosas hormonas.
Al fin, tras una dura batalla con la ventana, el azabache había logrado cerrarla. Se encamino hacia la puerta retirándose el mandil y colocándolo en su lugar, una vez que estuvo en la sala noto que su hermano mayor lo observaba, y no parecía tener ganas de dejar de hacerlo.
Se sintió ligeramente avergonzado.
-¿Acaso me has estado viendo todo el tiempo?-cuestiono con un ligero rubor en sus mejillas, el moreno sonrío.
-mmm… ¿Por qué? ¿Te molesta?-pregunto divertido viendo lo incomodo que comenzaba a ponerse el menor.
-¿Te gusta que yo te vea… mientras te bañas?-pregunto sin pensarlo y tras analizar su palabras su rubor se hizo aun mas notable, el mayor también se sorprendió. -Digo… ¿Te gustaría que te viera?-se auto corrigió con un tono de voz bastante avergonzado, las palabras habían salido con gran trabajo.
-¿Me ves cuando me baño?-sintió un calor inundar sus pómulos, tenia por seguro que el color cereza de las mejillas de su hermano también se había posado en el.
Silencio. Ninguno de los dos quería hablar.
Itachi se levanto del lugar en el que se encontraba, lentamente camino hasta el menor. Sin previo aviso sus brazos rodearon la cintura de su hermano y lo atrajo hacia su cuerpo, se unieron en un calido abrazo que ambos querían.
Y ambos sabían lo que estaba por suceder.
Notas finales: Siii ya se que soy un sucio y despreciable gato por haber dejado el fanfic en lo mas bueno... XD
jeje pero prometo que no demorare mas de una semana en subir la otra parte que tiene el lemon... lo que pasa es que mi querido hermano editor solo pudo revisar esta parte... ha estado ocupado... jeje pero ya pronto subire la otra parte, que tambien es el final... vale???
mientras he de agradecerles mucho que me dejaran sus lindos reviews... ya que me anima a seguir escribiendo
nos vemos...
itasasu forever dttebayo!!!
-El arte de explotar al maximo el yaoi- la oracion de mi religion XD

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