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Pesadilla por Mitsuki_neko_huchiha

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Notas del fanfic:

Etto, bueno, soy nueva en el anime de Junjou Romantica, pero bueno, me ha encantado y pues me inspire mientras comía una milanesa con espagueti (Dios sabrá porque) y pues inmediatamente comencé a escribir, así que, pues espero les guste.

Notas del capitulo: Disfruten por favor
Un escalofrió Le recorrió la espalda y despertó de golpe, ese sueño, no, esa pesadilla volvía a acosarlo. Takahashi Misaki se giro un poco y se encontró con el rostro apacible de su “novio”. El gran escritor súper popular Usami Akihiko, quien dormía muy tranquilamente. Este, entre sueños, se movió y tomo posesivamente la cintura del castaño, abrazándolo. El menor se sonrojo y trato vanamente de zafarse del agarre de su opresor, no importaba cuanto tiempo haiga pasado, aun no se acostumbraba a dormir junto a él. Resignado se acomodo mejor y cerro sus ojos para poder dormir, o por lo menos intentarlo






En un gran cuarto blanco se hallaba durmiendo Misaki hasta que lentamente abrió sus ojos de color verde.


- hum… ¿donde estoy? –


Se sentó en la cama, recargándose contra los barrotes de la cabecera. Se tallo un poco los ojos y miro a su alrededor, en una de las esquinas se hallaba una silla vacía y a un lado de la cama había una mesita donde se encontraba un jarrón de color azul con una hermosa rosa blanca y junto a él un pequeño Suzuki-san con un listón blanco con corazones azules.

El sonido del trinar de los pájaros afuera combinado con el sonido del silencio dentro de la habitación relajaba el cuerpo del joven Takahashi que se hallaba, extrañamente, adolorido hasta que la puerta de la habitación se abrió de golpe causando que el cabello castaño del universitario se erizara. Por la puerta abierta entro una eufórica Aikawa con una cámara que lanzaba flashes sin parar, un médico y un par de enfermeras, una de ellas llevaba en brazos un bulto cubierto con una cobija azul celeste y por ultimo un apacible Usagi con una leve sonrisa dibujada en el rostro. Todos se reunieron alrededor de un confundido Misaki.


- hoo Misaki-kun muchas felicidades – Casi grito la pelirroja, entregándole una gran cantidad de regalos a él nombrado.

- sí, muchas felicidades – Dijo una de las enfermeras mientras la otra le entregaba cuidadosamente el bulto, acomodándolo entre sus brazos.


Usagi, quien no había pronunciado ni una sola palabra en el rato que llevaban ahí, se acerco y se sentó a su lado, rodeándolo con sus brazos, recargando su cabeza sobre la de Misaki.


- Estaba muy preocupado –

- ¿Preocupado? – Repitió el de ojos verdes que aun no entendía nada.

- Así es… - Interrumpió el médico. - …Fue un parto difícil –

- ¿Parto? –


Volvió a repetir las palabras, más esta vez con un tono horrorizado, bajo la mirada mientras con su mano derecha apartaba un poco la cobija del pequeño bulto que llevaba en brazos, dejando ver el rostro de lo que parecía ser un bebe, o más bien, una réplica en miniatura del Usami, quien dormía plácidamente en sus brazos. Trago saliva sonoramente cuando escucho el grito de una voz muy conocida, la de su hermano.


- ¡¡¡QUIERO VER A MI SOBRINO!!! –


Un apresurado Takahiro apareció en el marco de la puerta con la respiración agitada seguido de su esposa, quien sonreía dulcemente con un ramo de flores en los brazos. Misaki sintió como todo comenzaba a dar vueltas y las fuerzas lo abandonaron, asiendo que callera desmayado.






- ¡¡¡HAAAAA!!! – Dio un salto en la cama despertando al escritor mientras seguía gritando y tomaba el enorme Suzuki-san entre sus brazos apretándolo con fuerza apretándolo con fuerza. Se hizo un novillo en la cama y se cubrió con las sabanas.


- Misaki… ¿Estás bien? –


Pregunto medio dormido el de cabellos cenizos, a el joven no le importo si el mayor estaba enojado o no (Pues siempre despertaba de mal humor) lo único que le interesaba en eses momentos era el sacar de su cabeza, esas imágenes. El otro al ver que no respondía le quito las sabanas de encima encontrándose con el de ojos verdes en posición fetal y temblando levemente. Acerco sus labios al cuello del menor quien se separo de golpe dejando sorprendido al otro que en un nuevo intento dejo acorralado al universitario mientras, a la fuerza, juntaba sus labios. Misaki trato de zafarse nuevamente pero Usagi tomo sus manos y con una sola de las suyas aprisiono sus muñecas sobre sus muñecas.

Poco a poco como siempre sucedía, Misaki se dejo llevar por los besos y las caricias del de ojos moradizos y poco a poco esos besos y caricias comenzaron a subir de tono obligando al castaño a dejar salir suspiros y gemidos de placer mientras se aferraba con fuerza a las sabanas de la cama en un intento de calmar las sensaciones que tantas veces había sentido su cuerpo. Momentos, aunque le costara admitirlo, perdía la noción del tiempo y de la realidad y deseaba una y otra vez el ser estrechado por los brazos de Usagi, mientras susurraba palabras dulces en su oído.

La noche acabo y dio paso a la leve luz del sol, estaban recostados en la cama, se hallaban descansando después de su agotadora actividad, pero al terminar uno de los tantos besos y en un descuido de Akihiko, Misaki se escabullo de entre sus brazos y salió de la habitación.


- ¡Tengo que preparar el desayuno! –


Bajo corriendo las escaleras y se dirigió a la cocina, comenzó a sacar los sartenes para preparar la comida. Mientras encendía la hornilla se quedo pensando en el sueño que tuvo y una leve aura negra apareció a su alrededor, todo había empeorado y para colmo todos perecían estar felices con eso, incluyendo a su hermano. Saco las cosas que necesitaba de la nevera y en un tiempo determinado todo estuvo listo y servido en la mesa. Llamo a Usagi quien bajo y tomo su lugar en la mesa frente a Misaki.

- Itadakimasu – Pronunciaron al unísono y comenzaron a comer en silencio, ignorando los extraños comentarios que hacia el escritor acerca de la comida. Aunque el castaño hubiera preferido mil comentarios así en lugar de la pregunta que el Usami saco de tema.


- Por cierto ¿Se puede saber porque despertaste tan alterado? –


Takahashi pudo sentir los colores subirle por la cara, dándole un tono rojo en las mejillas que poco a poco se iba extendiendo por toda su cara. Bajo inmediatamente la mirada escapando de la del mayor quien se extraño, nuevamente, del cambio en el comportamiento de su pequeño amante.


- Etto…no ocurre nada…es solo que…ajaja…yo… - el pobre castaño no tenía ni la más mínima idea de que decir. – “¿Por qué me pasa esto a mi?” – Se lamento el joven Takahashi mientras unas gotas de sudor bajaban por su cabeza.


- Mientes – Dijo seriamente el mayor.

- ¿Mentir? ¡Baka! ¿Y por que debería mentir? – Dijo comiendo un bocado más tratando de cambiar rápidamente de tema.

- Eso es lo que tú me vas a decir – Sentencio regalándole una mirada que hizo que Misaki se estremeciera.


Comenzando a preocuparse por su seguridad física y emocional se pregunto si hubiera sido mejor el contarle su extraño sueño, pero suponiendo como era el escritor, seguramente tomaría eso como una confesión o peor aún, como inspiración y todo sería peor.

El desayuno termino en silencio pero Misaki sentía como si algo malo fuera a pasar, de repente llego Aikawa para salvación del universitario y obligo al escritor a terminar su trabajo mientras él hacia sus labores en la casa, claro que ahora tenía mucho más tiempo para todo eso pues ya no tenía que asistir a la universidad, pero aun así no le gustaba el dejar las cosas para último momento como cierta persona que conocía y que en esos momentos se encontraba siendo regañado por la pelirroja debido a que se acercaba la fecha de entrega y el manuscrito aun no estaba terminado. Una leve sonrisa afloro en sus labios.


- “La manera tan despreocupada en la que se comporta Usagi-san…me parece tan…dulce, se comporta como si fuera un niño pero aun así…a mi…” – Un tono rosa apareció en las mejillas del de ojos verdes, hasta que razono de lo que estaba pensando. – “¡¡Que me pasa!! ¡Estoy hablando como una niñita enamorada!” –


Se dirigió a ordenar las habitaciones superiores y acomodar la enorme colección de muñecos de peluche de Akihiko.

Comenzó a acomodarlos y quitarles el poco polvo que tenían y hubo uno que llamo su atención, uno de los tantos muñecos, más pequeños que los otros y que tenía un listón blanco con corazones azules. Sus ojos se abrieron con sorpresa al recordar donde había visto ese muñeco antes.

- Tranquilo Misaki, no es raro que haya estado en tu sueño, vives aquí, convives con ellos todo el tiempo, tranquilízate – Se dijo así mismo mientras se apretaba las sienes.

Respiro profundamente y salió de la habitación, por lo visto ya habían terminado pues Aikawa se preparaba para irse.


- ¡Adiós Misaki-kun, por favor vigila que Usami-sensei termine todo el trabajo! – Le llampo desde la planta baja donde se encontraba.

- Haa…claro – Se despidió amablemente después de que bajo las escaleras.

Una vez más se quedaron solos y fue cuando Usagi aprovecho el momento y abrazo a Misaki por la espalda, aferrándose con fuerza a él, l castaño solo se sonrojo y trato de zafarse pero el de cabellos cenizos no se lo permitió.



- Ya me dirás que te ocurre – Susurro a su oído.

- ¡Ya te dije que no me ocurre nada! –

- y tu sabes que mientes – Solo bajo la mirada y guardo silencio, lo que decía Usagi era verdad, mentía. - ¿No confías en mi? – Inmediatamente se giro a verlo.

- ¡Claro que confió en ti! – Lo miraba directamente a los ojos, a lo que el mayor sonrío y acerco sus labios a los de él, tomándolo de la cintura para sí acercar sus cuerpos. – Es solo que…bueno…me da un poco de vergüenza…y también miedo…solo eso –


Usagi se dirigió hasta el sillón donde se sentó, con Misaki en sus piernas, aunque este en un principio lo rechazo completamente termino cediendo a los caprichos del escritor y le conto todo.

Al principio el de ojos morados parecía incrédulo a lo que el otro le contaba, pero cuando termino de hablar se levanto y tomo a Misaki en brazos comenzando a subir las escaleras.


- ¡¡Oye, bájame…¿A dónde me llevas?!! – Forcejeo para que lo bajaran.

Abrió la puerta y lanzo a la cama a el castaño subiendo sobre el después. – Voy a tratar de hacer tus sueños realidad – Beso sus labios con fuerza y ocurrió, lo que tantas veces había ocurrido ya.

Y fue ahí donde Takahashi Misaki supo que había cometido un grave error.
Notas finales: ¿Que tal? Bueno, malo, por favor, es muy importante para mí el que me den su opinión, ¡¡Bye, Bye!!

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