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Muriendo en Vida por loca_cool

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Notas del fanfic:

NARUTO NO ME PERTENECE SINO A SU CREADOR AMSASHI KUSHIMOTHO

Notas del capitulo: BUAA ES UNA DE LAS COASA MAS TRISTE QUE EH ESCRITOOO!!! T-T

¿Cuántos años han pasado? Desde la última vez que miro su rostro, desde el fatídico día en el que asesino a toda su familia, ese día donde todos cayeron inertes a sus pies y mirando  a los occisos con su rostro manchado de sangre congénita. Desde ese día cuando mato a su padre, madre y parentescos, desde ese día donde marco la desolación en su destino.

¿Cuántos años han pasado? Desde la última vez que vi el sol brillante y caluroso, dándole ánimos de vida y marcaron un hermoso día o desde la última vez que miro la luna marcando un dulce y claro descanso en una noche escarlata. Ahora los días son infiernos arduos sin convicción o perdón y las noches…son simplemente la obscuridad en la boca del lobo.

¿Cuántos años han pasado? Desde la última vez que vio un real sonrisa, una real lagrima, una real risa, un real sentimiento de compasión, un real sentimiento de pasión, un real amor, un real amigo, una real felicidad. Ahora solo tiene sonrisas macabras y lagrimas de cocodrilo, compasiones rayadas con la humillación, lujuria mas no pasión, y odio corrompiendo su corazón.

¿Cuántos años han pasado? Desde que le perdió. Aun recuerda el día cuando le dijo a Minato lo que haría y porque lo hacía, una obligación por su villa, un acto patriota, un acto sin medir consecuencias pues eran infinitas e inexactas. Aun recuerda como le grito y le rogo que no lo hiciera, pero para el la rendición ya no era una opción.

Itachi, el asesino bestial Itachi, el demonio de ojos rojos. Así le llamaba la gente asi el vivía, asi siendo el inocente de pecados obligados a cometer, siendo un pobre cordero junto a lobos hambrientos, siendo el la marca de la desgracia en el sello Uchiha, siendo el solo un pobre mas engañado por la política y la corrupción de una nación.

Pero una persona no lo marcaba como demonio, solo una persona conocía la realidad y era esa persona a quien había amado. Minato, ese hombre de cabellos de oro y sonrisa angelical, de ojos zafiros como un cielo despejado y amor eterno y consolador. Minato e Itachi habían mantenido una larga relación amorosa pero se destruyo al enterarse de la obligación política que tenía que hacer su amado.

Matar a su familia para detener  la guerra.

Quiso detenerlo, quiso hacerle huir de la villa, quiso quitarle la espada de sus manos asi como su decisión mortífera, quiso detenerle, quiso correr detrás de él, quiso ir al concejo de viejos estirados y jurídicos soberbios y hacerles entender que lo que hacían era incorrecto, quiso detenerlo…ralamente quiso que todo fuera una maldita pesadilla mas no la nefasta realidad.

No pudo hacer nada, cuando llego a la estancia Uchiha solo quedaban muertos y mutilaciones, sin rastro de Itachi ni de su espada sedienta de sangre y almas, simplemente en una lejana esquina el pequeño hermano de su amado, desmayado en el pis y los ojos cubiertos de lagrimas. Minato sabía que Itachi no podía matar a su pequeño Sasuke por mas que le obligasen, no mataría a un inocente.

Y Minato quedo en silencio, Minato no salió a buscarle, Minato no grito, Minato n cayo, Minato solo dejo derramar una lagrima por el cruel destino que había sido obligado a cumplir su amado, Minato solo lloro en silencio mientras llevaba a Sasuke al hospital y solo el viento y su Dios comprendían su dolor.

Y pasaron años, pasaron largos años, ocho largos años en los que no pudo ver a su amado, sabiendo que era un Akatsuki y criminal, pero sin reconocer su salud, no sabía si estaba bien, si comía o no, si estaba enfermo o herido. Cada mañana se transformo en una tortura al darse cuenta que su cama estaba sola, sin el cáliz de su amado regocijándole, sin el dulce aroma de sus cabellos, sin su sedosa piel o extasiantes labios.

Hasta ese día…

Hasta ese día en la que se habían encontrado. Itachi tenia 21 o 20 años de edad y se veía hermoso, maduro y frio, fuerte y rustico, cabellos largos negros y ojos asesinos, piernas largas y rostro desafiante. Minato embobo un instante pero reaccionar al ver que un kunai era lanzado estrepitoso contra su cuerpo que por gracia logro esquivar.

Miro molesto al azabache de ojos rubíes y asi mismo el acompañante de Itachi, un hombre de dos metros de altura y azul le miro completamente anonado ante la conducta repentina de ese frio hombre.

-Kisame…déjame solo-le dijo o más bien ordeno a su amigo que después de pasar algunas miradas por ambos sujetos reencontrados, despego sus pies del árbol donde se encontraban y corrió hacia el alba, dejándolos completamente solos.

Dejándolos en un largo silencio, en el que Itachi miraba fijamente a Minato, pudiendo recordar la felicidad eterna que había pasado con él y así añorando su hermoso pasado infantil, pero ya no era infantil, el era un asesino frio, malévolo, calculador y completamente…infeliz y tenía que vivir con su infelicidad.

Pero el asesino ralamente deseaba lanzarse en brazos del rubio y recargar su cabeza en su hombro, dejarse llorar largas horas, dejarse sollozar sin vergüenza, dejarse besarle y sentir su aroma. Itachi lloro internamente de felicidad al verle y lloro de dolor pues sabia que no le podía acompañar.

Lo pondría en peligro…

-Itachi-llamo el rubio con una voz estupefacta-tanto tiempo y me lanzas un kunai-comento un poco adolorido sentimentalmente, pues esa acción de desprecio y odio le había desgarrado un pedazo de su corazón y del mismo Uchiha que escondia sus razones.

Un silencio espantoso les recorrió

-¿Qué quieres?-le pregunto fríamente el Uchiha haciendo brillar su Sharingan, mostrándose intimidante y macabro.

-solo quería verte una vez más-le contesto y el menor sintió su cuerpo temblar-tanto años…-bajo su cabeza mirando el suelo y tomar el kunai lanzado para observarle-esta mañana me levante y no recordaba como sonaba tu voz, ni como olías y creo que por poco olvide tu rostro-una punzada rodo su pecho como si clavasen una flecha en su alma-no quiero olvidarte, no quiero…te quiero es a ti-dijo mostrándose serio y reacio, empuñando el kunai par alanzarlo contra un árbol a metros de distancias, dispuesto a llevárselo a los confines del mundo, dispuesto a sentir su corazón una vez más a su lado.

Una sonrisa se formo en los labios del menor que con gracia y elegancia bajo del árbol en el que estaba y se acerco lentamente a Minato, con un mirar poco confiables, intimidador para cualquiera pero no para su amado que firmemente le sostenía la mirada, se mostraba valiente y valiente debían de estar.

-no quiero-dijo Itachi encarando a su antiguo amado, a tan solos centímetros de distancias-tu y yo no tenemos absolutamente nada-mentira, Itachi le amaba, aun lo amaba pero sabía que huir con él y volver a ser una persona normal le pondría en riesgo pues los akatsukis le perseguirían y terminarían matándolos por traición.

Minato sintió un golpe en su estomago, sintió como un puño se hundía en su abdomen, sacando su aire y obligándole a jadear adolorido, con gotas de sangre que cayeron de su boca. Una mareo brutal, una adormecimiento en su cuerpo, sus ojos pesados, su abdomen adolorido, cayó al suelo inconciente por el brutal golpe de Itachi Uchiha.

El menor miro como se desmayaba su amado. Respiro profundamente para tomarle en brazos y llevarlo hasta un árbol que formaba una sombra en el suelo, allí le deposito con suavidad y ternura, protegiéndolo de los incontenibles rayos de sol.

Se sentó al lado del desmayado y le miro un largo rato, no había cambiado nada…

-te extraño-dijo entristecido, recordando su infierno, recordando el infierno que vivía, recordando los robos, los heridos, las muertes, las maldiciones y todos los actos impúdicos que había sido obligado a hacer en la organización-Minato-dijo sintiendo humedecer sus ojos. Ya simplemente no podía mas, no podía soportarlo más.

 No quería ser más un criminal.

No quería que le mirasen con miedo y odio.

No quería huir más de sus sentimientos

Quería llorar con libertad, sin tener que aguantar sus sollozos audibles en las noches.

Quería sentirse amado y protegido

Quería felicidad de una buena vez.

Le quería a él…

Estuvo a su lado unas cuantas horas, horas suficientes como para que las noves tapasen el imponente sol y dichas dejar caer una incontenible llovizna sobre los dos hombres que permanecían en ese bosque. La lluvia mojo todo arboles, suelos, personas, pájaros y animales y sobre todo mojo la tristeza del corazón de Itachi.

Dicho se levanto del suelo, secando sus lágrimas y retomando el aliento, debía buscar a su compañero Kisame que debía estar preocupado por el por todas las horas que se demoro junto al inconciente hombre. Arreglo su capa y dispuesto a irse cuando un fuerte brazo le tomo por el hombro y lo estampo contra el tronco de un árbol.

-argg-gruño el Uchiha por el golpe, miro furico a Minato  que había tomado sus brazos y los había inmovilizado completamente con el fin de que no oyera. Sus cuerpos estaban cerca, estaban a poco centímetros de distancias, el aliento tibio del mayor le reconfortaba sus labios y ambos con los ojos abiertos se miraban-suéltame-le dijo frio, guardando todo sentimiento.

-¡cállate!-le grito fuertemente-¡cállate! ¡Cállate!-le grito ya desesperado e impotente de no poder ir un te amo de sus labios, le necesitaba, necesitaba oírle nuevamente, necesitaba sentir al verdadero Itachi no ha ese Itachi frio y falso-porque-sus ojos azules comenzaron a llorar como el cielo dejaba caer gotas de lluvia-¿¡Porque haces esto!?-grito reiteradamente sollozando, llorando a centímetros de Itachi.

Y fue demasiado…

Minato sabía que le amaba, Minato siempre sabia todo Minato sabia que sufría, Minato sabia su pensar, Minato sabía que no podía que darse con él, Minato no sabía que hacer para tenerlo nuevamente a su lado…

De repente el lloroso hombre se acerco más a su cuerpo, dejando que solos sus tibias respiraciones aliviaran sus cuerpos por la helada lluvia. Soltó las manos ajenas y estas se recargaron sobre el hombro del rubio y este dejo sus brazos en el tronco del árbol imponente, dejándolos demasiado cercas, demasiado peligroso, demasiado tentador, demasiado comprensible y sobretodo demasiado prohibido.

-solo una vez más-le susurro el hombre mayor, que luchaba para mirarle y no errar sus ojos ante la tentación tan cerca de sus bocas-solo un beso mas-una lagrima peleaba por salir de los ojos entrecerrados del Uchiha, una lagrima rebelde que se negaba a rodar por sus pálidas mejillas-por favor…solo dame un último beso-pidió tomando con una manos el rostro del azabache.

Y ante esa complicación de sentimientos, ese deseo de cerrar sus ojos y dejarse llevar, ante esa complicación de caracteres, ante todo esas sensaciones cosquillosas y adormecedoras, ante todo eso sus labios se rozaron, sus ojos se cerraron y por un pequeño instante Itachi fue feliz, besando la humilde boca de Minato, acariciando sus labios con los suyos, sintiendo su sabor y cáliz, sintiendo su corazón latir muy cerca del suyo… y sabiendo que mas nunca le debía de ver…

La lagrima rebelde marco su rostro, la lagrima de amor e impotencia, la lagrimilla que decía adiós para siempre, la lagrima que marcaba su descendencia al purgatorio, pues sabía que este era su último aliento, sabía que este era la última vez que le miraría, sabía que ya no debían estar juntos, lo estaba implicando a un mundo peligroso y no quería que Minato muriese o pereciese ante su dolor.

Se separaron lentamente, Minato tenía los ojos entreabiertos mirando el rostro de Itachi, mirando la lagrima que surcaba la mejilla de su amado, mirando a ese niño que tanto amaba, miraba a su querido Itachi en bruto, tal y como era, sin mediciones o perfecciones, miraba al verdadero Itachi Uchiha: una persona sentimental y dulces, honesta y noble, racional y predilección por el humor.

Pero de repente las palabras de Itachi sellaron su felicidad por siempre.

-no te quiero volver a ver en mi vida-dijo con los ojos aun cerrados y su seño fruncido.

Y desapareció…dejando solo al rubio, desapareció en una milésima de segundo, marcándole con palabras frías y serias y por más que doliera aceptarlo era verdad. No podía estar con Itachi los perseguirían Akatsuki y la milicia de su villa, la traición los marcaria nuevamente, como antes les había marcado.

-adiós Itachi-susurro para dejarse caer rodillas al suelo y dejar que la lluvia limpiara un poco el dolor que ensuciaba su corazón…

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Kisame miro como Itachi venia saltando de rama en rama a paso rápido y con una expresión de frialdad total, pero algo no estaba bien con el, Itachi se veía diferente, parecía volátil, como si su mente estuviese a punto de estallar, parecía un niño traumado a su decir, lo notaba en sus ojos fijos en algún punto.

-¡vámonos!-le grito pasándolo haciendo que Kisame corría por las ramas húmedas por la lluvia, un poco impresionado por su conducta.

-¿Qué sucede?-le pregunto sorprendió mas solo tuvo un nuevo grito de Itachi

-¡vámonos!-le volvió a gritar corriendo más rápido, corriendo y corriendo como si huyera de todo y dejase todo atrás y realmente eso le pasaba, estaba huyendo de su vida, huy de todo lo que amaba y asi mismo dejaba a todo aquel que le amaba.

No hablaba, Kisame se limito a preguntar. Solo el silencio le acompañaba, solo el frio de la lluvia, solo las lágrimas de su corazón, solo el adiós inmortal, solo un corazón herido por si mismo, solo estaba el…tan solo como un muerto vagante, tan solo como una adiós, tan solo como una ave muerta.

-“adiós Minato”-pensó y de repente sus pies resbalaron y callo brutalmente al piso enlodado, ensuciándose de pies a cabeza y mojándose por toda el agua estancada del húmedo pasto, quedando sucio y desagradable, impregnándose del olor de la tierra mojada, impregnándose de su propio dolor.

Entonces no pudo más y rompió su máscara de frialdad…

Lloro, comenzó a llorar como nunca había llorado en su vida, sollozo con fuerza hasta sentir que su estomago se partía en dos y sus ojos se quemaban por el ardor en ellos, lloro y lloro, ganándole a la lluvia que le impregnaba con su frialdad, ganándole al helado viento, pues su corazón era un tempano, tan frio que dolía y tan solo que mataba…

Después de todo el ya estaba en su purgatorio…

FIN

 

 

Notas finales: UN MISERO REV POR FAVRO T.T

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