Blasfemia
¿Por qué siempre que alguien muere el cielo es gris y llueve?, tal vez sea por la tristeza que nos invade o porque siempre que alguien muere los colores de nuestra vida se van… ¿Quien sabe?, solo se que ahora odio el mármol, el blanco, puro y frío mármol que dice tu nombre, la odio como no tienes idea, pero por mas que la odio y me duela verla, odio esta satisfacción que tengo al dejarte un ramo de lirios blancos junto con todas las rosas que él dejo para ti.
Dios ha muerto
Al ver tu lapida rodeada de un mar de rosas rojas, dejando mis lirios blancos en medio de tanto color rojo me invade los celos y rabia de que el haga algo como esto, cuando no hay mayor culpable de tu muerte que él.
-¿Cuánto tiempo mas vas estar así?- su voz, como siempre neutra y sin trasto de dolor o de sentimiento alguno, pero tanto tu como yo sabemos que no es verdad, que en la oscuridad de esa noche pudimos oír su voz llena de sentimientos.
Cuando en vez de eso alguien mas llena tu Corazón
-¿Cómo puedes venir a su entierro cuando fuiste tu mismo quien la asesinaste con tus palabras?- te mire fijamente mientras te hablaba, tenia que encararte quisiera o no
-Tú eres tan culpable como yo Zero, sabia que algo así podía pasar y aun así seguiste, ambos somos culpables de su muerte- sus ojos se pusieron de un rojo tan vivos, hipnotizándome como cada vez que lo haces, no sabes ¿Cuanto odio eso de ti?
Tu alma está en llamas
-Te odio Kuran, por tu culpa ella murió cuando jamás debió suceder
-Ahora soy Kuran, anoche era Kaname- me tomaste de la ropa acercándome a ti, pero antes de besarme te detuviste ya que imagino que sentirte el cañón de mi Blood Rose
-No me toques – te dije en un susurro lleno con rabia, rabia por lo que había sucedido, rabia por no tener la persona que mas había, no que habíamos querido y rabia por tu maldita cercanía que me hacía sentir sediento.
Todas sus necesidades
Tomaste la Blood Rose, y la pusiste frente tu rostro, era claro tus intenciones. Querías retarme a que hiciera lo que mas había deseado durante mas de 5 años, matarte por ser lo que mas odio en esta vida, matarte por lo que me hicieron cuando era un niño, matarte por lo de Yuki y por lo que me estas haciendo con tu cercanía, haciendo que me pierda en el aroma de tu piel.
¿Cómo las pueden llamar la blasfemia?
-No puedes o no quieres – susurras con cinismo antes de apartar mi arma con tu mano, bajándola para poder besarme.
El beso era posesivo a lo cual yo me rehusaba, pero a cada segundo sentía como ganabas, ganas el control sobre mi cuerpo y sobre mi ser… Jamás me cansare de decirlo te odio… pero con cada contacto que tenemos empiezo a creer no es odio sino algo mas; me niego a creer algo así, yo te odio por ser un maldito vampiro por jugar con Yuki y por jugar conmigo haciéndome tu títere.
El amor es natural
-Te vi rezar por la salvación – mantuve mis ojos cerrados, mientras con tu hipnotizante voz me hacia dócil, lo mas seguro es que estuviera usando su poder sobre mi- pero nada te salvara de mi Zero y lo sabes- rozaste tus colmillos contra mi piel, haciendo que me estremeciera y que inconscientemente pidiera por mas, porque mordieras mi piel y bebieras de mi, con las ganas o mas de que yo tenia de morderte y beber de ti.
Te ve orando por salvación
-Sabes a donde ir- me susurraste antes de alejarte de mi y de la tumba, dejándome solo a mí con mis lirios, con montones de rosas rojas que habías dejado para Yuki y a la lapida de la que fue tu hermana, mi primer amor, mi única y mejor amiga.
Para que el corazón entienda
Ya había pasado 3 días desde el entierro. No había salido de mi habitación, pero la sed me estaba llamando cada vez más y más fuerte a tal punto que sino no probaba una gota de sangre, las pastillas ya no me bastaban y la necesidad era cada vez más fuerte.
En ese momento recordé tus palabras “Sabes a donde ir”, claro que lo sabia, quieres que vaya al lugar donde empezó todo para nosotros tres, el lugar donde estábamos antes de que ella se fuera, el lugar mas doloroso para mi.
Que eres tú
Las ganas de huir me invadieron al estar frente a frente, pero por mas que mi conciencia gritara que me fuera que huyera de este lugar, de estas cuatros paredes, mi cuerpo no respondía a mis deseos y se que él no ha hecho o dado alguna orden para que fuera esa estatua que ahora soy ante ti.
Mi nueva religión eres tú
-Esperaba por ti- fueron tus únicas palabras antes de ofrecerme tu mano, un llamado sin palabras para que me acercara ti.
-… ¿Qué quieres de mí?
-Lo mismo de hace 4 cuatro noches, se que lo quieres, porque mi sed no se calma por mas sangre fresca que tome – me tense al oír esas palabras – y eso también te pasa, por mucho que intentes negarlo Zero
Dicen que este amor es blasfemia
-Mientes –mi parte humana intentaba negar lo que tú me dices, dejan en claro que mi conciencia humana predominaba sobre mi lado inmortal y de mi neófita vida como vampiro
Es una blasfemia
Es una blasfemia
-No intentes negarlo Zero- abandonaste tu comodidad en el sofá, para invadir mis sentidos con tu cercanía, atontando cada parte de mi cuerpo que cada vez estaba mas deseosa de tu sangre y de tu cuerpo- cuando ahora mas que nunca deseas mi sangre- negué con la cabeza y cerrando mis ojos fuertemente, ya que su aroma seductor me era una tentación imposible de pasar.
Pero mi nueva religión eres tú
No intente detenerle, como tampoco salte a su cuello como un animal hambriento; solo me deje guiar por mis sentidos, los que me dejaban caminar por este camino lleno de deseo, pasión y libido por el vampiro que ahora me tenia entre sus brazos.
La fe es un crimen
Rosaste tu nariz por un costado de mi rostro, delineando mi frente, mi mejilla hasta llegar a mi cuello, mientras tus manos bajaban muy suavemente por cuerpo. Solo podía suspirar y disfrutar del momento; entre mas, tus manos y tu aliento jugaban con mi piel, mas deseaba que mi cordura se fuera, no deseaba pensar en ser consiente en lo que estábamos haciendo.
Cuando todo tu amor es totalmente ciego
Cuando sus labios empezaron a besar mi piel, marcándola como tuya, en ese momento algo de lucidez regreso a mi y fue cuando me di cuenta que estaba en la misma habitación, la misma que habíamos empezado este juego de atracción en el que el odio mezclado con la necesidad de tenernos así mutuamente.
-Ah – fue el leve gemido que mis labios soltaron cuando clavaste tus colmillos en mi piel.
Pero en medio de todo este mar de sensación tan placentero en las que poco a poco me iba perdiendo, no puede evitar recordarla.
Tu espíritu esta sangrando incompleto
-Flash Black-
Culpa por siempre a la realidad
Estaba sentado en tus piernas, dejado mis piernas a tus costados. Estaba bebiendo de ti, a la vez que tú bebías de mí. Compartiendo así un acto íntimo para nuestra especie. Mis manos acariciaban tus cabellos y nuca, mientras las tuyas memorizaban cada centímetro de mi piel que habías dejado al descubierto.
Al terminar de beber de mi, lamiste mi herida, para luego recorrer mi tatoo de forma tan tentadora y provocativa que me hizo hundir aun mas mis colmillos en tu piel para no gemir.
Nuestras caricias nos hacían borrar la realidad en la que estábamos, borrando todo lo que nos relacionaba, entro ello a Yuki. Ni tú ni yo nos habíamos percatado de que ella era la espectadora de nuestras caricias y besos, de nuestros susurros mezclados con nuestros gemidos de placer.
El amor es natural
No fue hasta que sentimos el poder de Yuki explotar por la ira que sentía al vernos que nos percatamos de su presencia, o por lo menos yo lo hice.
Todo mi libido había desaparecido al girar mi rostro y verte llorar por la rabia o de dolor, no sabia cual de la dos era. Muy lentamente te acercaste a nosotros, pero te detuviste al tocar con tu pie a mi Blood Rose.
-¿Por qué?- fue lo único que nos preguntaste, pero por más que intentaba articular una silaba o letra no podía. Todo mi cuerpo era solo una estatua de hielo y mi conciencia no sabia que decirte por verme en los brazos del hombre que dices amar – respóndeme – pediste con un hilo de voz.
-No necesitas que te explique lo que estamos haciendo Yuki – te mire sorprendido por el tono serio y gélido en que le habías hablado a Yuki, tu mas preciada persona.
-¡RESPONDEME! – intente volver a hablar pero las palabras no podían o no querían salir de mi boca- ¡Yo te amo! ¡¿Por qué me haces esto?!
Te vi rompiendo con las tradiciones
-¿Para quienes son esas palabras Yuki?!- respondiste aun mas serio y frío que la vez anterior
-¡¿De que hablas?!
-Dices amarme, pero tu lado humano ama a Zero o ¿Me Equivoco?- ahora eres tu la que te quedaste sin palabras – ¿A Quién de los amas realmente Yuki?
-¿Por qué los dos me están traicionando?
-Tú y yo no somos más que presas y cazador Yuki- fueron las únicas palabras que salieron de mi boca, frías, insensible e hirientes, las que menos quería decir, pero eran las únicas que había logrado articular por la más dura y pura verdad.
En esta olvidada tierra de dios
-¡Mientras!... Juramos que nos perseguiríamos hasta el final de los días
-Eso lo juro tu parte humana, no a la vampiresa que esta enfrente de mi – me levante lentamente del regazo de Kaname para encararte de frente; ahora que por fin mis labios podían hablar no quería parar – tu eres la única que nos debería elegir a ¿Quién amar?
-¿Por eso me traicionaron los dos? ¿Para burlarse de mí?
Eso eres tú
-Lo que hicimos fue porque ambos lo quisimos así, en ningún momento estuviste presente en nuestra mente mi pequeña Yuki- ambos se miraron fijamente como si estuvieran hablando dejándome a mi el papel del observador.
-Ya entiendo… ninguno de los me ama.
-… - no pude decir nada a esas palabras ya que solo quedaba en mi un gran cariño y resentimiento hacia ti, cariño por lo representaste en mi vida y resentimiento por abandonarme. Todo lo que alguna ves fue, solo eran ahora recuerdos de un paso y mi único presente era el de desear otra vez entre las caricias del vampiro que estaba a escasos dos metros de mi.
Mi nueva religión eres tú
-Si tanto te duele aceptar la realidad, entonces debería irte y olvidarla, desaparecer de ella- le dijiste levantandote de tu lugar.
Dicen que este amor es blasfemia
Te acercaste a mí tan rápidamente que no pude evitar ese beso tan posesivo y demandante, sin dejar de mirar a Yuki. Tu beso era tan violento y controlador que no me dejaste despegarme de ti y ver lo que Yuki estaba haciendo.
-Eso haré… espero que nunca mas se vuelva a tocar, ¡LOS ODIO!- esas fueron tus ultimas palabras, llenas de odio y rabia.
Después de eso solo el fuerte y estruendoso ruido de un disparo se oyó en la habitación. Cuando logre liberarme del beso de Kaname, lo único que vi fueron tus ropas entre cenizas y la rosa de resina entre ella.
Es una blasfemia
-End Flash Black-
Abrí mis ojos para fijarme en el techo de la habitación, mientras lagrimas salieron de mis ojos pero de mi boca solo salían suspiro de placer. Me había perdido tanto en el recuerdo de ese día que no me había percatado de que ambos estábamos en la misma cama en la que Yuki nos encontró.
-No – te dije – no puedo- con mis manos de tuve tu boca y tu rostro.
Tomaste mis muñecas y las subiste a ambos lados de mi rostro apoyándolas sobre las almohadas, acercaste tu rostro al mío y me miraste fijamente con tus pupilas que al igual que las mías estaban rojas, clara señal de que nos necesitábamos.
Es una blasfemia
-Déjala en el pasado, en este momento solo somos tu y yo, como hace 5 noches – bajaste de mi cuello dejando una cadena de cortos besos- Eres mío Zero y tu cuerpo lo sabe… mi sangre te llama, deseas beberla- subiste hasta mi rostro otras ves, solo para cortar tu lengua con uno de tus colmillos y así dejar que algunas gotas de sangre mojaran mi rostro, haciendo que mis sentidos estuvieran a flor de piel- Solo olvídala – susurraste antes de besarme.
Pero mi nueva religión eres tú
No se como, pero el recuerdo de Yuki no invadió mas mi mente, solo deseaba mas de ti, de tus manos de tus caricias y de tus besos en mi piel.
Tus manos recorrían todo mi cuerpo desnudándome, tu boca no solo besaba mis labios y mi piel, sino que también jugaban con mis pezones torturándolos a tal punto de ponerlos duros, rojos y húmedos, no solo por tu saliva sino que también habías rozado tus colmillos mi piel haciendo pequeños cortes que se cerraban y reabrían cundo volvías a rozar tus colmillos.
Eso eres tú
Seguiste jugando con mi cuerpo, acariciando mi sexo, estimulándome cada vez más y más a tal punto que solo podía gemir y arquearme de placer. Pero al sentir tu lengua rozar con mi muslo, en la parte mas cercana a mi sexo me hizo temblar levemente de placer, ya que esa lamida era la misma que haces antes de morderme.
Blasfemia
-ahhhhhh- agarre con fuerza las sabanas antes de cerrar mis ojos con fuerza y arquearme de placer y dolor, al sentir tus dos colmillos en mi muslo- ahh… Ka-na...me ah- el éxtasis de la pasión inundaba cada vez mi cuerpo.
Mi cuerpo empezó moverse buscando más placer, todo mi ser pedía a gritos más. En un arrebato de placer aleje tu rostro a la vez que cortaba mi lengua con uno de mis colmillos llenando mi boca de sangre para besarte. Te besaba con necesidad, desespero y pasión, mientras te daba de mi sangre en el mayor apto de sumisión de un vampiro a otro, ya que cuando un vampiro le daba de su sangre a otro en medio de un beso este dejaba en claro que le pertenecía; no se si me arrepentiré de esto, pero es lo que siento en lo profundo de mi ser.
Dios esta muerto
- ah ah ah- corte el beso dejando a ambos jadeantes y necesitados de aire.
En este momento mis ojos estaban nublados por el placer, dejando solo mi sentido del tacto como mi único guía. Cerré mis ojos al sentir tus manos que me atrajeron aun más a tu cuerpo, las mismas manos que me sujetaron fuertemente antes de subir mi cintura para luego muy lentamente empezar a invadir mi cuerpo.
Blasfemia
Me agarre tan fuerte de tu cuerpo, haciendo que mis uñas rasgaran tu piel, dejando que tu sangre manchara tu piel en las sabanas de seda, pero eso no pareció importarte ya que callaste mis jadeos con tus labios, besándome de la misma forma en la que yo te había besado hasta hace unos momentos. El beber de tu sangre fue algo que me sorprendió y aun que culparía después a mi sed, no negare que me hizo feliz, tanto que estoy seguro cuando sentiste cuando sonreír en medio del beso.
Eso eres tú
Empezaste a mover mis caderas marcando un ritmo algo pausado mientras duraba nuestro beso, pero cuando lo rompí satisfecho de tu sangre, cambiaste el ritmo de mis caderas, empezando un vaivén rápido, rudo y hasta algo violento que a ti ni a mi nos disgustaba, prueba de ello eran los fuertes y sonoros gemidos que salían de mis labios y de los tuyos, gemidos de placer. Duramos largos y placenteros minutos o tal vez horas besándonos y gimiendo de placer, pero al sentir que llegaría al final me abrase a ti al a vez que gemía tu nombre
-¡Kaname! - No paso mucho para que tú también acabaras en mi interior
Mi nueva religión eres tú
Me acostaste en la cama para llenarme de besos en todo mi rostro, me agrado sentir esta parte humana de ti, tan humana, que de verdad me hacia sentir amado por ti; pero se que no todo puede ser felicidad y color rosa entre nosotros dos.
La realidad regreso a mi golpeando fuertemente como si de una cachetada fuera. Había vuelto ser tuyo y en este punto debo decir que ya no me importa que tomaras mi cuerpo cada noche, pero la realidad es que tu eres uno de los vampiros sangre pura mas temidos por la Sociedad de Cazadores de Vampiros, sociedad a la que yo pertenecía como su perro y futuro presidente. Y aunque fuera un vampiro de la más baja clase para ellos era su mejor cazador y la sociedad vampirica no era más que una escoria que se había convertido en un dolor de cabeza.
Dicen que este amor es una blasfemia
-… Esta será la ultima vez que hagamos esto – fue lo que te dije apartándome de mi para sentarme en el borde de la cama dándote la espalda.
-No intentes culpar a tu instinto porque más de una vez me has demostrado que no es así
-… No lo digo por eso – me levante de la cama para mirarte – Soy un vampiro que en cualquier momento llegara al grado mas inferior de la cadena, pero también soy un cazador, quien se piensa titular como presidente- sonreí con ironía, al imaginarme lo irónico que seria la situación
Es blasfemia
El presidente de la Sociedad de Cazadores no era más que un vampiro que había logrado beber la sangre de tres sangre puras y acabar con la vida de dos de ellos
-Eso lo se, pero ya no eres cualquier vampiro Zero- Tomaste mi mano para atraerme a ti en la cama, dejando nuestro rostro muy cerca- ahora eres mi pareja, mi ser mas amado y el único del cual puedo beber para calmar mi sed y no te pienso dejar ir
Es blasfemia
-¿Vas a encerrarme?
-Si es necesario, si – Tomaste mi cuello con tu mano- pero ya no podrás huir de mi, aun eres un neófito, un neófito que no puede controlar su nueva sed, una amenaza para los tuyos – acercaste tu rostro a mi oído para susurrar - hasta que no puedas controlarte, eres total y plenamente mío Zero – no sabes como odio que tengas la razón.
Pero mi nueva religión
-Te odio- te dije, a lo cual sonreíste depuse de volver a susurrarme
-Te are mío todas la veces que sean necesarias, hasta que esos odios se transformen en las verdaderas palabras que no quieres acertar
-y ¿Cuáles son esas palabras?
-Te amo- Te mire tan sorprendido de que pudieras decirme esas palabras así de fácil que no sabia que decir o que hacer. Solo pude desviar mi vista y ver algunas de nuestras prendas en el piso de madera.
Eso eres tú
-Tal vez… - acariciaste mis cabellos y giraste mi rostro para que nuestros ojos se encontraran – si te amo como dices
-Tenemos toda la eternidad para descubrirlo Zero- me besaste mientras tus manos volvían a acariciar mi cuerpo para volver a la pasión de hace unos minutos.
En estas cuatro paredes, testigos de nuestros susurros, caricias marcadas por la pasión, el deseo y el amor que solo demostrábamos con nuestras manos y besos, me percate que fuera de ellas, este amor seria una blasfemia pero ahora eres todo para mi… si todo y mucho.
Eso eres tú
Amor Yaoi
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