-¡¡¡AHH!!!- se escucha un grito.
-no puedo creerlo Snivellus, caíste en esa broma tan baja- se ríe un moreno de ojos cafés.
-eres tan patético Snivellus- se burlaba otro moreno de cabellos casi azulados y ojos como el mar.
-¡basta los dos!- regaña un castaño de ojos dorados -¡ni siquiera se pueden esperar a entrar al colegio!-
-pero Remus, esta es un oportunidad que casi no tenemos- gimoteaba James –tener a Snivellus fuera del colegio, solo y sin protección del rubio oxigenado ese, y desprevenido-
-me vale un cuerno James, no puedo creer que le hagan esto a Severus- dice señalando al moreno de ojos negros que estaba tirado en el piso con sus elegantes túnicas manchadas en tinta.
-no te preocupes Lupin, estoy bien- trataba de levantarse.
-déjame ayudarte Severus- decía tratando de ayudarlo pero este lo esquiva –Severus por favor-
-no Lupin, estoy bien- “su mirada jamás se había visto tan oscura” pensaba Remus.
-¡SEVERUS!- un enorme grito hizo que el susodicho se tensara demasiado y en su mirada se posara el miedo, la desesperación y el temor.
-p-padre- jadeaba mirando a su padre con miedo.
-¿qué significa esto?- le agarraba fuerte el brazo -¡por Merlín Severus, eres un Snape, piensa en tu apellido, no puedes andar con esas pintas en la calle, piensa en lo que dirían los Malfoy, o los Nott, o los Zabini, incluso hasta los Parkinson!- le gritaba golpeándolo en el pecho.
-lo lamento padre, solo que…- miraba a los tres Griffindor.
-¿solo que, qué Severus?- siseaba agarrándolo fuerte del cabello.
-nada…- murmuraba.
-bien, entonces prepárate, te espera un largo castigo- y sin decir más se retira jalando a su hijo de los cabellos.
----------&&CON SEVERUS&&----------
-padre, por favor suéltame- suplicaba el menor que era llevado rápidamente a su habitación.
-¡NO!- gritaba – ¡jamás te perdonare que hubieras estado con esos malditos Griffindor, además de caer en unas de sus estúpidas trampas, y no hacer nada al respecto!- lo arrastraba hasta su habitación.
-padre por favor, te suplico tu perdón, estaba distraído y no me di cuenta-
-claro, tu como siempre distraído, no puedo creer que seas mi hijo- lo lanzaba contra su cama – ¡y ahora te recordare que no debes permanecer distraído!- y con un latido empieza a golpear la espalda de Severus.
-¡AHH!- gritos de dolor satisfacían a su padre.
-¡eres un Slytherin, mantén tu orgullo!- y seguía golpeándolo mientras su hijo lloraba lo menos que podía.
----------&&TRES ESCOBAS&&----------
-el papa de Snivellus da miedo- decía James.
-sí, no puedo creer que diga esto pero, pobre Snape- poyaba Sirius.
-da un poco de pena, su padre es muy intransigente- comentaba el castaño.
Varias horas se quedaron conversando hasta que en el ángulo de mirada de Remus apareció su inalcanzable amor.
-¿Remus?- llamaba James -¿Remus…?- seguía llamando pero este no respondía, estaba perdido en las rubias cabelleras de Lucius. “se ha dejado crecer el cabello este año” pensaba cariñoso. El gran Lucius Malfoy era ¿Cómo decirlo? …perfecto.
-¡REMUS!- gritaron los dos al mismo tiempo exaltando al pobre castaño.
-Remus, te estábamos hablando- decía preocupado Sirius.
-ah… ¿qué? ¿Qué pasa?- parecía confundido.
-¿a quién estabas mirando?- le dijo juguetón James.
-eh…yo…a n-nadie- sonaba nerviosos.
-vamos dinos…- dijo Sirius con ojitos.
-no estaba mirando a nadie- contestaba un poco más firme –además, ¿Quién se fijaría en mi?- dijo un poco triste.
-Remus…no digas eso- dijo severo James –sabes que eres un chico lindo, amable, cariñoso, inteligente y…-
-un estúpido que se deja manipular, el bate de todo el mundo, y la copia del salón, además de un licántropo, mestizo y pobretón- dijo interrumpiendo a su amigo.
-Rem…no digas eso, sabes que lo que dijiste es mentira, menos lo del licántropo en adelante, pero te queremos así como eres- decía Sirius mientras se levantaba y lo abrazaba seguido de James.
-gracias chicos- devolvía el abrazo.
No muy lejos de ahí un rubio miraba con impaciencia a los tres Griffindor, le hervía la sangre el tan solo ver a esa par de idiotas abrazar a lo que pronto el pertenecería.
-¿Qué tanto miras Lucius?- le pregunta Ettan.
-nada que te interese Nott- siseo.
-hey, cálmate, no hay necesidad de responder así- le dijo ofendido.
-entonces metete en tus problemas, sabes que odio que se metan en mis problemas- mascullo.
-¿y ese problema empieza por la “R” y es un león?- pregunto divertida Narcisa.
-pues querida Narcisa, te comento que…- no pudo terminar la frase pues Remus ya se había perdido de su campo de visión.
-¿Qué, que Lucius?- preguntaba la rubia.
-nada- fue lo único que comento.
Pasaron varias horas y los Slytherin hablaban entre si, a excepción Lucius que buscaba desesperadamente a su lobo con la mirada. Llegaron las 10:00 PM y nada que aparecía.
-es hora de irnos Lucius- decía Andrómeda que los acompañaba en el lugar.
-si claro, vámonos- se levanto y justo cuando iba saliendo se tropieza con quien buscaba.
-¡hey!, rubio oxigenado fíjate pro donde pasas, pudiste lastimar a Remus- protesto Sirius.
-calma Siri, no paso nada- tranquilizaba el castaño. E increíblemente Lucius no había dicho nada, solo había enarcado su aristocrática ceja.
-Sirius, por favor, ¿nos darías permiso?- le pidió Narcisa.
-claro Cisa, como no- dijo corriéndose a un lado.
-gracias- dijo la rubia sonriente saliendo con las demás serpientes.
-maldito rubio, puedo haberte lastimado- mascullo James.
-pero no paso nada, así que es mejor que busquemos lo que se te perdió James y vayámonos, no me gusta este lugar en las noches- dijo Remus.
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-estúpidos Griffindor se notan sus malas costumbres y educación- decía molesto Ettan. A su lado Andrómeda solo bufaba.
-te recuerdo Ettan que uno de esos estúpidos Griffindor es mi primo, así que te pido respeto con el- le ordenaba la rubia.
-calma Cisa, no vale la pena- se burlaba Rodolphus Lestrange.
-Rod tiene razón, no lo vale- decía Ashtaroth mirando coqueto a Rodolphus.
-ja, ja, ja mira como me rio Ash- decía sarcásticamente Ettan.
-ya déjense de peleas, parece unos Griffindor’s- espetaba Lucius ya harto de las estupideces de sus amigos.
-¡hey! Quieto con ese cometario Malfoy, nosotros tenemos nuestra dignidad- se defendía Rabastan Lestrange.
Entre risas y comentarios cada uno se fue dirigiendo a sus respectivas mansiones.
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A la mañana siguiente Lucius no podía dejar de pensar en el hermoso Remus Lupin. Faltaba exactamente 2 semanas para iniciar su sexto año y para volver a ver a su futuro novio.
-señor Malfoy señor, su padre lo necesita señor- decía un elfo entrando a la habitación y abriendo las cortinas.
-¿y para que me necesita?- pregunto con desdén. Odiaba ver a su padre desde tan temprano.
-señor no lo sé señor, solo me dijo que necesitaba hablar con usted sobre el señor amigo suyo Snape, señor- dijo el elfo acercándole una toalla.
-mmm…dile que ya bajo- y a regañadientes se levanto y se metió a la ducha. “¿Qué querrá hablar conmigo de Severus?” se preguntaba el rubio mientras tomaba su dicha mañanera.
Después de 15 minutos bajo a desayunar donde lo esperaba su padre muy serio “seguro no es nada bueno” pensó el más joven.
-buenos días padre, ¿que deseas hablar de Severus?- saludaba mientras se sentaba a comer una tostada con mermelada de fresa (su favorita).
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