Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Carta de un Mitómano por Crucio

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Disclaimer, VK pertenece a Matsuri Hino.

Este one-shot es parte del compendio de relatos eróticos "Hablando sobre sexo" disponible también en ff.net, bajo el seudónimo de KirscheH (soy la misma autora, aún así).

Carta de un Mitómano

Agazapado, encogido sobre sí mismo, luchando contra la propia cordura se encontraba el vampiro. Furibundo en medio de ideas interrumpidas, fragmentos del ayer, exuberancia locuaz y lavanda dolorosamente impregnada. Sus ojos rehuían de la grisácea luz del lluvioso atardecer, escondiéndose incansablemente entre su antebrazo o bien detrás de las pesadas cortinas recorridas de la ventana. Debía sentirse aliviado por no tener que lidiar ese día con la intensa luz del sol, sin embargo su cuerpo se resquebrajaba como si miles de rayos solares atravesaran todo su organismo, destrozando, desgarrando, incinerando.

El delicado aroma a lavanda se deslavaba lerdamente siendo consumido por el olor a tierra húmeda, las gotas de agua cayendo sobre la Academia Cross intentaban borrar los pecados cometidos. Cerró los ojos una vez más, elevando una plegaria al cielo para que también se llevaran sus heridas, sus imposibles e inclusive hasta su propia existencia.

Se dejó caer sobre el suelo, qué importaba si lo encontraban boca arriba con la mirada perdida en medio de un caos reinante, su lado del cuarto era tan turbio como su mente misma y no podía ser de otra manera.

Y es que siempre que tenía un pensamiento en la cabeza debía sacarlo de su interior, transcribirlo en un lenguaje explícito cuya intensidad se sintiera letra por letra y mientras más lo plasmara, más se volvería realidad, se recrearían en palabras los instrumentos necesarios, las medidas se volverían exactas al instante, los resultados serían los esperados sus dedos aferrados a la pluma sentirían el gozo del éxito, porque él era un genio pues volvía sus proyectos una realidad.

Pero los sentimientos ¡oh los sentimientos!, ¿cómo se trabajan?, ¿cómo se miden?, ¿cómo se transforman?, ¿cómo puede el genio de las ciencias enfrascar los sentimientos para dominarlos con sus fórmulas?, ¿cómo puede convertir en realidad algo que se le escapaba de las manos?

¿Y entonces que hacía con todo lo que tenía atorado en la mente, el corazón y su alma? ¿A dónde iría a parar semejante embole tan sublimemente deletéreo? ¡Ojalá pudiera consumirse en tinta para escribir todas aquellas palabras impronunciadas! Quizás así tuviera el valor para expresarse y no acallar la voz de aquel grito de tortura insoportable. De esa forma, al menos, se sentiría un poco más libre, menos esclavizado aunque mucho más adolorido. …l sabría de sus sentimientos, él conocería de su autoflagelo, se enteraría de su idolatría humanamente pasional y no meramente ilusoria. Sabría que no era el niño amando al dios en el pedestal, sino él, individuo, amando su existencia cercana anclada a lo terrenal.

Así se arrancaría las dudas sobre las ilusiones, se gastarían todos sus sueños y con la delicadeza del rechazo directo, por fin podría quemarse volviendo cenizas todos sus anhelos. Ya no habría duda o zozobra, sólo la soledad de quien ha sido destrozado a golpes de sinrazón; porque aquel que le había arrancado toda capacidad de amar no volvía su mirada melancólica hacia él, sino se volvía hacía alguien delicadamente miserable e importunamente inocente. Pero entonces ya no habría hilo demencial al cual ceñirse, en el cual creer en una posible equivocación, sobre el cual tejer caricias, sueños y proyectos. La magia del genio que lo vuelve todo realidad su sufriría un fatídico desenlace: desvanecerse.

Si al genio le quitas la genialidad, entonces ya no es nada, es un ser relegado a la normalidad, encerrado en una sociedad asfixiante, demandante, esclavizadora, sin la genialidad. Ya no sería él, sería… ya no sabría lo que sería.

Si fuera pluma, si fuera lápiz, si con sus sentimientos pudiera tocar el objeto de su afecto… le enseñaría, le mostraría la belleza de su mundo, un lugar en donde él ya no compadeciera, ya no sometiera su esencia, ya no silenciera sus carencias. Le construiría con su genialidad cualquier cosa que él demandara, por vano capricho pasajero que fuera.

¡¡Si tan sólo fuera tinta!! Iniciaría plasmando Kaname: con una letra rimbombante, elegante, inclinada hacia la derecha, pero de trazo firme y preciso, sin honoríficos o altiveces, porque esta carta era para alguien cercano al corazón, mas no para la figura lejana en su apoteosis.

No, no te levantes de tu lugar, me gusta en donde estás, sentado en tu sillón favorito con aquella postura tan relajada en donde puedes estirar tus piernas, descansar tus brazos y dejar tus pensamientos volar, mirando hacia un horizonte en el cual nadie puede alcanzarte; anhelando, suspirando, imaginando… no sabemos qué, pero te trae paz.

Por favor, no cambies tu postura, serénate e inclusive vuelve a tu mundo soñado si gustas; pero me gustaría, desearía, que tus ojos recorrieran estos símbolos con los que escribo con un poco más de atención de la banalidad acostumbrada, esperando puedas comprender más de lo que tú delirante emisor es capaz de expresar.

Caprichoso, altanero, voluble e irracional, así soy; tan intempestivo como el elemento al cual gobierno, ¡oh no! No pongas esa cara, no vengo a hacer un soliloquio de mí, es sólo que no sé por dónde comenzar a explicar mis razones para escribir esto, ya ves, también soy un poco denso y me empeloto conmigo mismo. Pero eso ya lo sabes, pues sé de tu molestia en ese tema… está bien, está bien, tienes razón debemos hablar de cosas menos irritantes.

¿Puedo sentarme? Me voy a sentar aquí, o al menos imagina que me siento aquí, no a tu lado para no importunarte, sino en algún espacio lejano en donde no te incomode, entonces nos miraremos furtivamente en la oscuridad de tu cuarto, jugando a vernos y no hacerlo en realidad.

Cierra tus ojos, mi señor, por favor hazlo, para que así pueda concentrarme mejor. No te preocupes, nadie nos escuchará, nadie nos verá, por favor confía en mí. ¿Sabes? Me gusta mirarte, descubrir tus gestos poco a poco bajo la luz de la luna. Te he observado ya tantas veces, pero aún así no me canso de hacerlo, no me quiero perder ningún nuevo descubrimiento; además es la única forma en la que puedo tenerte para mí… porque yo sé que tú no eres para mí.

No, no abras los ojos, mi señor, tampoco hables, déjame seguir. ¿Te disgusta el tacto de mis dedos sobre tus labios? Lamento mi osadía, pero sólo quiero que me escuches. Tú y yo. Sí, sé que te disgusta pensar en algo entre nosotros, por eso mismo tú y yo no nos pertenecemos. ¿Puedo tocarte? Mejor tócate tú, mi señor, pon tus manos sobre tu rostro, acaríciate delicadamente con los nudillos. Tus manos son hermosas, me gusta verlas, anhelo poder tocarlas, si pudiera hacerlo… si pudiera hacerlo, te rozaría suavemente, tan finamente que sentirías mi tacto como el revolotear de una mariposa, descubriría lerdamente cada fibra sensitiva de tu ser, ¿encontraría nuevas emociones en tu bello rostro? ¿Eso te gustaría? Entonces desliza tus dedos sobre tu cuello, deja que se pierdan debajo de la camisa. ¿Están fríos?, ¿por qué sonríes?, ¿se siente bien así? Continua palpándote mi señor, prosigue con este goce, no te avergüences, ¿prefieres que yo te toque?

Imagina que es mi tacto el que está sobre ti, serpenteando por tu torso, encontrando que zonas te hacen respirar más profundamente. Ahora mi dedo pulgar está sobre la aureola, trazando invisibles círculos, ¿quieres más? Tendrás más, mi señor, te tocaré con mis labios ¿en dónde? No lo sabrás pero lo haré, el lugar en donde te besaré me lo guardo para cuando lo sientas. No desesperes, ¡oh! No aprietes tus muslos así, no voy a lastimarte, ¿lo ves? Mis uñas apenas si rozan el satén con el cual te cubres  ¿Qué te produce escalofríos?

No abras los ojos, mi señor, deja que esta fantasía siga corriendo.

Descúbrete el torso ¿puedes sentir mis cabellos cosquilleando sobre tu piel? Mi nariz la moveré por tu cuello, mientras mis manos siguen acariciándote con la misma delicadeza en diferentes partes del cuerpo. ¿Quieres tocarme tú también, mi señor? Puedes hacerlo, me encantaría que lo hicieras.

Tu labio inferior entre mis labios sería tratado como el más dulce manjar, entreabre los labios e imagina que me deslizo dentro de ti. Poco a poco voy tocando cada parte de ahí, tú te mueves conmigo, de forma lánguida pues apenas nos estamos conociendo, no tenemos por qué llevar prisa, poseemos todo el tiempo del mundo. Es mejor así, porque disfrutamos al máximo de cada nueva sensación, tú mío, yo tuyo, sólo por esta fracción de segundo.

Tócate, que yo te vuelvo a mimar, enrollando tus cabellos a mis dedos, descubriendo la sensibilidad de tu cuello, encendiendo la pasión en tu pecho, enseñándote que no habías soñado con retorcerte al ser acariciado en el ombligo, tampoco habías divagado sobre arquearte por ser besado tan pasionalmente mientras es acicalada tu espina dorsal y uno de tus pezones.

Baja tú mano por el ombligo, ¿sientes tus vellitos vibrar bajo mi tacto? ¡Ah! No te abochornes por palparte ahí, sí, abre un poco más las piernas para sentirte más cómodo. Explora, disfruta cada roce en ese exquisito miembro, tómalo entre tus dedos e imagina que son mis labios los que le rodean, los aprieto delicadamente y te recorro, desdibujando tu dureza bajo mi boca. Sabes a belleza, sabes a sutileza, tu sabor: es la pura gloria.

Mis manos no se olvidan de tu cuerpo, te tocó aquí, te tocó allá, sintiendo tu vientre bullir y tus testículos estremecerse. El sudor perlando tu constitución hermosa, te hace brillar a la luz de la luna; eres toda una belleza oscura.

¿Deseas más, mi señor? Continúa, dejándote arrastrar por esta ilusión, que yo te preparé con mis fluidos ¿es tu primera vez? No tengas miedo, yo te llevaré por esto acompasadamente, recuerda, tenemos todo el tiempo.

No te decepciones, mi señor, ahora sólo sigue estas líneas recreando con tu mente todas las sensaciones descritas para reproducirlas con avidez. Ah, pero no dejes de acariciarte, que yo tampoco lo hago.

Te volveré a besar en los labios, jugando con tu lengua, te acariciaré a lo largo de la espalda, también mimaré tus glúteos, una de mis manos seguirá para alzar una de tus bellas piernas ¿quieres que sea la izquierda o la derecha?, ¿te da igual? Me inclinaré hacia ti, me sentirás urdiendo dentro de ti; primero sentirás como un agente extraño explorando lugares demasiado íntimos, quizás te tenses un poco, pero te gustará, poco a poco volverás a relajarte, tu respiración se hará más profunda, dejarás reposar tu cuerpo sobre este dulce tacto. Tu vientre se contraerá, pues ahora tu piel sujeta fuertemente uno de mis dedos, tu espina dorsal propagará las descargas eléctricas que mis movimientos hacen, te retorcerás, alucinarás, viajarás y pedirás más porque esto aún no ha terminado.

No, no abras los ojos, mi señor, déjate envolver por estas poderosas sensaciones, siente mis carisias como la seda que cubre ahora tu cuerpo, tan delicada, tan cálida y seductora, estoy obrando éxtasis en todas partes de tu ser.

Arquearás la espalda, mientras estrujas el sillón con tus manos, porque mi dureza dentro de ti es algo portentoso. Iniciaremos lento, como los inocentes exploradores que somos, pero tu cuerpo no podrá controlarse demasiado, porque te gusta, porque te enloquece, porque ya no sabes ni en donde estás. Gemirás, sudarás, clamarás por más… a veces iremos muy rápido, a veces volveremos a irnos lento y tú te revolcarás en el placer, jadeando desesperadamente, deshaciéndote a cada holeada de excitación, porque estoy en ti, tocándote una y otra vez, aquí donde más te gusta, aquí donde más te estimula, aquí que te hace desear no volver a respirar.

Libérate mi señor, apodérate de este instante, tómame tan fuertemente como yo te arrebato a ti el alma en este instante. Nadie puede arrancarnos este segundo, en este ínfimo momento, eres mío con mis manos sobre tu rostro, sobre tu sexo, sobre tu espalda, tus brazos, tu cuello, con mis labios robándote hasta el último aliento. Con los ojos cerrados intentarás buscarme y yo me adentraré todo lo que me dé mi anatomía para hacerte sentir que somos sólo tú y yo.

¿Lo ves? para siempre estaremos así, tú con tu más bello gesto lleno de placer, mis manos sobre tu cuerpo, tus lágrimas derramándose sobre el silencio, tú rodeándome con tu caliente angostura, por siempre y para siempre, pues el tiempo se ha ido, nos hemos escapado de él, este místico instante será de ahora en adelante eterno, hasta el fin.

Abre los ojos, mi señor, pronuncia el nombre de tu ser amado, pronúncialo en vez del mío. No, no te preocupes, recuerda que yo no estoy a tu lado, porque lo que era para nosotros, ya lo hemos consumado, tú bien lo sabes. Levántate, espabila esas piernas y no dudes ni por un instante en olvidar todo esto, en continuar tu vida al margen de mí, porque después de esto ya descanso en paz, porque lo que siento… lo que siento en verdad… tú ya lo sabes.

Hanabusa dio la espalda a la ventana por donde se entreveían los diminutos rayos del sol, estrujó las hojas de papel cuya constitución se destrozaba al contacto con el hielo, observando cómo las palabras se perdían, siendo olvidadas incluso por su propio autor. Oh, estaría bien… estaría bien destrozar todos esos pensamiento y sentimientos en las manos del inclemente frío del hielo.

Notas finales: Mea culpa: soy fangirl del fangirl; ¿existe fanboy? de Aido, es un personaje sumamente divertido de escribir, tan delicado como mordaz, tan serio como infantil, una completa bipolaridad, una locura genial o una genial locura ¿importa? Yo creo que no. Cierro los ojos y sólo puedo imaginar la delicadeza con la que Aidou trata a Kaname, basta ver sus sentimientos al observar la vida del susodicho; tanto sufrimiento, tanta agonía y unas manos que no puede extender para aliviar; entonces le corroe, le quema, ya saben lo que siente ¿no? Por eso, este one-shot es delicado, suave, tierno, porque bajo toda esa argamasa chacharachera frívola, Aido es: amor puro.

Sus reviews son bien recibidos, quejas, protestas, ideas, sugerencias, cualquier cosa, por favor háganmela saber.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).