Yanagi como pocas veces en su vida, se sentía confundido y aturdido, todavía no lograba asimilar el hecho de que dentro de escasos minutos vería a Inui, después de mas de cuatro años, tiempo donde no hubo ni un llamado por parte de ninguno, hacia tanto que él se marcho de Tokyo, de que finalizo ese sueño que mantenían ambos, con porcentajes y probabilidades que al final no tomo ningún rumbo. Pero de algo estaba seguro, en esos cuatro años, dos meses con quince días sólo en su mente siempre estaba su mejor amigo de la infancia. A pesar de que a partir de segundo año, un enano molesto diariamente estaba admirándolo, diciéndole cuánto lo quería y en algún momento se propuso intentar querer a ese niño histérico y falló…porque ese no era como él, no era como Inui, su Sadaharu.
Tantas ya le estaban provocando mareos que se sentó en una banca alejada a las canchas donde seguro estaba Sanada reprendiendo al resto de los titulares. Una vocecita chillona lo sacó de su trance.
-¡Ah, Yanagi-sempai! Al fin lo encuentro…-dijo Kirihara dando un gran suspiro y sentándose junto a su superior favorito- Sanada-fukubuchou me mando a buscarlo, ya sabe como debe estar con toda esta situación del buchou. Los partidos ya van a comenzar así que dese prisa.- concluyo dando un brinco para retomar el camino, cuando vio a alguien del equipo rival acercarse, sin otorgarle importancia regresó a las canchas.
-¿Renji?- susurró el chico de Seigaku, dando unos pasos hasta su “profesor”.
-¿Sadaharu?- preguntó el castaño abriendo sus ojos y parándose de la banca.
-…- el pelinegro no emitió palabra y un desagradable nudo tomaba forma en su garganta.
-Creo que están perdiendo el tiempo, la victoria será del Rikkai, Genichiroh definitivamente le llevara la medalla del primer puesto a Seiichi.- soltó de golpe; anteriormente dio tantas cavilaciones para empezar con un alardeo esa charla tan esperada y temida a la vez.
-Mmm…-se limitó a murmurar.
-¿Crees que tienen oportunidad, Sadaharu? Contra nosotros, que ganamos dos años seguidos el nacional.- Dijo apretando los puños, ¿realmente después de ese lapso en que no se vieron sólo de su boca escaparían arrogancias en vez esas palabras amistosas que ambos necesitan oír?
El pelinegro lo ignoró completamente cruzando por su lado sin inmutarse y guardándose esos sentimientos que revivieron al ver la viva imagen de quien mas admira en este mundo, quien fue su compañero y amigo de infancia, y de quien ahora no reconoce, porque él recuerda perfecta y detalladamente la personalidad de Yanagi y a decir verdad era todo menos tan despreciativo como actualmente ¿Dónde quedo esa tranquilidad y paz que emanaba?
-Sadaharu.- musitó el chico provocando que el otro volteara a verle.- Te he echado de menos todo este tiempo.
-¿Si? Yo también, Renji.- dijo en un tono suave, volteándose con la intención de marcharse.
-Me alegra escucharlo, sabes…- Inui giró para atenderlo.- no fue mi culpa que haya tenido que irme.
-Lo sé, pero…al menos pudiste avisarme ¿no?
The Master asintió y dijo- Me era muy difícil, mas saber que no lograríamos nuestro sueño.
-Comprendo, pero los partidos ya van a empezar, debemos irnos.
-Escúchame Sadaharu,- pidió aumentando el timbre de voz.- yo no quería irme, quería quedarme contigo en Tokyo, Sadaharu, se que esto debí decírtelo antes y espero que no sea tarde pero es preferible esto que nunca, te quiero, eres muy valioso para mi, nunca podré encontrar en nadie lo mismo que en ti, siento que tu realmente me comprendes. Reencontrarme contigo después de tanto…aun no lo creo. Quiero que revivamos nuestra amistad perdida.
-Tal vez…mejor hablamos luego, Renji.- dijo ajustándose sus gafas.
Si, ya era hora de dejar su orgullo en el pasado y pensar en ese futuro que viviría junto a Inui, calculando porcentajes de quién sabe que asuntos.
FIN
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