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Love Hurts por Mary-chan6277

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Notas del fanfic:

1) El título lo saqué de una canción de Incubus, por si se les hace conocido (han notado que todas mis historias tienen que ver con alguna canción de rock?! xDDD)

2)Si hay algún error lo siento :S juro que la rebicé... pero estoy un poco de afán... ya tengo q irme a dormir, ustedes saben, mañana madrugo y mi mamá es re intensa con que "tengo que descansar" ¬¬

3)Esto se me ocurrió muy de repente xD es un capítulo cortitito por ahora, pero juro que el siguiente ya será más largo :) (es q el tiempo apremia y no alcancé a escribirla completa... estaba planeado para ser un OneShot ^^)

 

 

===>bueno, q la disfruten!! :D

 

1

—Te has estado alejando de mí, ¿no es cierto?— no tenía ganas de mirarle a los ojos. Tampoco tenía ganas de hablar, de reprocharle nada, pero mi razón parecía tener varias cosas que preguntar, mientras que mi corazón decía que era mejor vivir en la ignorancia. Una ignorancia de sus sentimientos, y también de los míos. Así hubiese sido más fácil.

—No sé a qué se refiere, joven amo, pero si he incumplido con mis deberes como mayordomo de la mansión Phantomhive, le pido que me lo diga— esa fue la respuesta. Fría, meditada y calculada cada palabra. Terminó de abotonar el camisón para dormir, y simplemente se quedó observándome con sus ojos carmesíes, como una sangre que no circulaba por su corazón. Un corazón que ni siquiera palpitaba.

—No es eso lo que te estoy preguntando, y lo sabes— contesté. Odiaba que se quisiera hacer el listo con migo. Que evitara mis preguntas. —Has estado evitándome, hasta has mandado a Bard con el té de la tarde todos estos días. —dejé que Sebastian me arropará con las cobijas, que retirara como todas las noches el parche de mi ojo, dejando expuesto el contrato que nos mantendría unidos hasta el final de mis días. Quizás eso era lo único que nos unía realmente. —Hasta prefieres pasar tiempo con Pluto antes que con migo. Pensé que odiabas a los perros— ese último apunte iba más para mí que para él. Dejé que mis ojos se perdieran fuera de la ventana, dónde una luna resplandecía brillante y llena, tras una fina cortina de nubes blancas y de apariencia esponjosa.

—Joven amo— suspiró. Me miró con aire cansado, como si tuviera que decir algo terrible, yo tampoco quería escuchar lo que quería decirme, pero era necesario. —Me descubrió, he estado evitándolo, tiene razón. Pero tengo una buena explicación— se quedó en silencio, observando las llamas oscilantes de las velas del candelabro que había dejado sobre mi mesita de noche. Unas velas cuya luz se extinguiría en algún momento así como la vida de los mortales, las ilusiones, o los sueños. —Sé perfectamente cómo se siente acerca de mí— continuó sin hacer ningún tipo de contacto visual— es normal que sienta esa atracción, es curioso, pero a los humanos parece atraerles las cosas peligrosas y prohibidas. Bocchan, si me he alejado de usted es porque no quisiera hacerle daño. Quiero que entienda que con migo no es su lugar. Corra a brazos de su prometida, ella le adora y le dará una familia en el futuro. Con migo no encontrará ni amor, mucho menos una familia, y será infeliz. —Sentí que un sentimiento de desconsuelo me oprimía de repente el pecho.

 

Nos quedamos en silencio. Él no agregó nada más, y yo no me sentía con los ánimos para pronunciar palabra.

 

Yo tan solo era un niño huérfano, que quería el amor y la protección de unos brazos fuertes y cariñosos. Quizás fui a buscar esas cualidades en un alguien equivocado, ¿pero quién podría evitarlo? Sentía fascinación solo ante su presencia, sentía que quería permanecer por el resto de mis días junto alguien como él. Que me otorgara todo lo que perdí en el pasado, y que aliviara mi dolor.

 

—No te vayas— ordené cuando él se disponía a salir de la habitación dado por sentado que la conversación había llegado a su final. Se detuvo ante la puerta, volteó para mirarme, pero en sus ojos no pude ver nada más que la llama de las velas reflejándose en  sus orbes escarlatas. —Sebastian, yo no quiero ir dónde Lizzy, ni donde nadie más, yo te quiero a ti…— esas no eran cosas que diría, ni que hubiese pensado decir en voz alta alguna vez. Pero estaba ante la persona que me había jurado lealtad, la persona que había prometido estar a mi lado siempre. —Si no sientes nada, entonces fíngelo, al fin de cuentas, mi vida ya es una mentira, vivir con otra más no será problema— agregué sin mirarle, centrado mis ojos en la solitaria luna. ¿Se sentiría ella como yo?, ¿comprendería esa luna llena mis desgracias y mis desamores?— Prefiero vivir engañado y feliz, Sebastian. — su nombre parecía una melodía en mis labios, había optado bien en bautizarlo de esa manera. Recuerdo muy bien que había sacado ese nombre de un cuento para niños que me leía mi madre antes de dormir. Uno en dónde un valiente pirata se enfrentaba a monstruos, medusas y cosas imaginables, y siempre salía ileso. Ése era Sebastian.

—Entienda que esto terminará haciéndole más daño al final. —Respondió— aunque parezco un humano, este cuerpo es solamente un avatar de lo que realmente soy. Le recuerdo que la única razón por la que estoy con usted es porque su alma es una realmente especial, un exquisito ejemplar.

—Ya lo sé, no tienes que repetirlo— dije casi en un sollozo, llevándome las manos a los oídos en un infantil gesto, como si con eso sus palabras fueran menos lacerantes.

—Bocchan…

—Ven, acércate.— él como siempre obedeció de inmediato, después de todo, ese era su trabajo. Depositó de nuevo el candelabro en su lugar sobre la mesita de noche, y se sentó en el borde de la cama. —Bésame, es una orden— lo dije sin dudar, eso quería, y eso obtendría, como siempre había hecho con todas las cosas de mi vida.

 

Él me contempló unos momentos, no sabiendo que hacer.

 

—¿No se arrepentirá luego?— preguntó tomando mi barbilla con su mano enguantada, acercando su rostro al mío, dejándolo separado por escasos centímetros.

—¿Cuándo me he arrepentido de algo?— respondí con el tono de mando del líder de la familia. —Sólo finge que lo sientes. —Sebastian sonrío para mí.

 

Acunó mi rostro entre sus dos manos. Acarició con su pulgar mis mejillas, formando círculos sobre mi piel. Luego, acortó la distancia que nos separaba, juntando sus labios a los míos, obligándome con su lengua a que abriera la boca para darle más acceso a su caricia.

 

Sentía que todo quemaba por dentro. El mundo parecía borroso, el aire me faltaba y el corazón en mi pecho latía con muchísima fuerza.

 

Era la emoción, las ganas de tenerlo más cerca o un simple auto-reflejo, pero no pude más que rodear su cuello con mis brazos, y dejarme fundir por esos labios que tanto había deseado en secreto. Un secreto oculto incluso de mí mismo.

 

—Ahora me voy— dijo al separarse, mirándome directo a los ojos— mañana debe levantarse temprano y no quiero que por mi culpa tengamos inconvenientes. —besó por última vez mis labios, dejando en mi boca el delicioso sabor mentolado de su aliento tibio y refrescante. —Que tenga buenas noches. —Y soplando las velas, dejó la habitación sumida en silencio, solo iluminada por una luna llena que vivía eternamente engañada por la compañía de las estrellas: en el fondo, esos brillantes astros que compartían el firmamento con ella, jamás le pertenecerían.

 

 

Notas finales:

xD q les pareció?? rara, verdad?? no se de donde salió tanta "metáfora" pero bueno hahaha

Los reviews me harían feliz... sean hoestos si les guto, d´´igamenlo (eso me sube el ego xD) y si no les gusto, pues échenme la madre y díganme que no sirvo para escribir... todos los comentarios seran muy bien recibidos!! hahah hasta las puteadas hahaha

 

===> espero actualizar pronto, yo creo que mañana mismo seguiré con esto xD


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