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El secreto del ángel por zandaleesol

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Personajes: Harry Potter/Severus Snape

Disclaimer: Los personajes pertenecen a J.K. Rowling, no percibo beneficio económico por esto.


El Secreto del Ángel


&&&


Severus por fin pisó el umbral de la entrada al salón, Harry aún continuaba observando el árbol Navideño con arrobamiento, parecía muy complacido con el resultado final. El hombre de ojos negros apeló a su frialdad de antaño, pues no quería que el muchacho notara perturbación en él al momento de entregarle el ángel.


—Quedó muy hermoso… ahora sólo falta el toque final —dijo Severus con voz calma, mientras avanzaba hacia Harry.


El muchacho volvió el rostro sonriente.


—¡Lo encontraste! —exclamó Harry lleno de entusiasmo.


Severus experimentó un pequeño estremecimiento mientras los ojos de Harry se fijaban en el adorno.


—¡Es hermoso Severus! ¿Dices que yo lo compré?

—Sí Harry… así fue.

—Es perfecto para nuestro árbol… sí… no lo recuerdo pero sé que me gustan mucho los ángeles.


Severus no respondió sólo se limitó a asentir con la cabeza.


Harry tomó la varita permanecía junto a una mesa de arrimo y con un suave movimiento lo hizo levitar hasta que el ángel quedó posesionado en la punta del árbol.


—Quedó perfecto.

—Sí es cierto, es el ángel más hermoso que he visto… tan hermoso como tú —dijo Severus.


Harry fijó su vista en Severus. Que su esposo le dijera que era hermoso le provocaba una sensación agradable, tanto como la ardiente mirada de esos ojos negros que lo traspasaban.


—Creo que deberías ir a descansar Harry… ha sido un día muy largo —dijo Severus.


El muchacho que había vuelto a posar su mirada en el ángel que adornaba el árbol de Navidad, miró a Severus algo indeciso, no sabía porque sentía deseos de tomar la mano de su esposo e invitarlo a que fuese con él hacia la habitación, pero su indecisión sólo duró un instante, asintió con la cabeza.


—Esta bien, buenas noches Severus —dijo Harry volteándose hacia la salida, pero antes de llegar a la salida se detuvo y regresó tras sus pasos y se acercó a Severus y sorprendiéndolo le besó la mejilla.


***********

Severus después de ver salir a Harry se dejó caer sobre el sillón, ya no sabía como sentirse, si estar agradecido de que su esposo sufriera ese accidente, la actitud del muchacho era tan diferente, pero él sabía que en el fondo Harry no estaba siendo él mismo, era otro a causa de ese accidente. Posó sus ojos en el ángel y recordó vividamente lo acontecido aquel día terrible.


Flash back

Era muy temprano, fuera de la casa todo estaba cubierto de nieve, sólo faltaban siete días para Navidad, Harry estaba más emocionado que nunca por ello, su hijo que había nacido sólo hacía dos meses atrás había llegado para completar su felicidad junto a Severus Snape, el hombre que amaba con toda su alma.


Ángel era un bebé muy tranquilo, rara vez lloraba, aún era muy pequeñito y pasaba la mayor parte del día durmiendo. Habían sido dos meses agotadores para Harry, sobretodo porque Ángel por las noches despertaba cada dos horas para exigir su alimento, Severus ayudaba, sin embargo a pesar de eso Harry estaba agotado, aunque la mayor parte del tiempo fingía que no era así. Severus por su parte se había comprometido a ayudar durante las vacaciones de Navidad que le permitirían alejarse de la escuela por dos semanas, ya se había comprometido a cuidar a Ángel para que Harry descansara un poco, inclusive había planteado la idea de contratar a Dobby que aún trabajaba en Hogwarts para que ayudara a Harry con el bebé, pero eso era algo de lo que se ocuparía luego de terminadas las vacaciones.


Esa mañana se había encargado de alimentar a Ángel para permitir que Harry se quedará en la cama un poco más de tiempo. En ese momento Severus sostenía a su bebé en brazos mientras observaba complacido aquel paisaje nevado que parecía sacado de una postal. Mientras mecía suavemente al bebé en sus brazos le hablaba de todas las cosas que iba a enseñarle y todas las que harían juntos, sin saber que Harry apoyado en el marco de la puerta le observaba desde hacía rato.


—Estoy seguro de que Ángel será tan brillante como su padre, será un experto en Pociones —dijo Harry de pronto, sorprendiendo a Severus.


El hombre de ojos negros se volteó hacia la puerta con una sonrisa en los labios.


—Pensé que aún dormías, no quise despertarte… necesitas descansar mi amor.

—No te preocupes —dijo Harry acercándose a Severus para besarlo suavemente en los labios y al bebé en la frente —¿Se tomó toda la leche?

—Sí… tiene un apetito voraz —dijo Severus sonriendo.

—Salió a su padre —sentenció Harry.

—Supongo que te refieres a ti, porque yo no…

—Por supuesto que hablo de ti Severus Snape… sé que te mueres de ganas de hacerme el amor a cada rato.

—Es cierto no lo niego… pero sé que estás muy cansado, por eso estaba pensando en pedirle a Dobby que trabaje con nosotros.

—¿Dobby?

—Si mi amor, sé que a él le gusta trabajar en Hogwarts, pero no creo que se niegue a trabajar para su adorado Harry Potter, yo creo que aceptaría enseguida.

—Sev… yo…

—Lo sé Harry, sé que deseas cuidar al bebé tú mismo y que por eso dejaste tu trabajo de Auror, pero mi amor un poco de ayuda no vendrá mal, Dobby puede ayudar con otras cosas de la casa así tu puedes dedicarte a cuidar de Ángel con total libertad.


Harry se quedó pensativo por un instante y luego acarició la pequeña cabeza de su bebé.


—Creo que tienes razón… esta bien hablaremos con Dobby durante las vacaciones Navideñas.

—Me parece una buena decisión mi amor.

—Sev… tengo ganas de ir a Hogsmeade, el otro día de pasada vi en una tienda un adorno para el árbol, y quiero comprarlo.

—¿Qué tiene de malo ese mi amor? —preguntó Severus mirando hacia la punta del árbol que lucía una brillante estrella —. A mí me parece que ese adorno está muy bonito.

—Sí es cierto, pero es que el de esa tienda en Hogsmeade es algo especial, es un hermoso ángel de cristal que…

—Esta bien no tienes que darme explicaciones, ya comprendo… te fascinan los ángeles sin importar de que estén hechos… por algo quisiste llamar a nuestro bebé Ángel.

—Es que no existía ningún otro nombre más apropiado para él.


Severus sonrió con ternura.


—Es cierto, no hay otro.


**********


Aquella tarde Hogsmeade estaba totalmente animado, siempre era así pero estando cercana la Navidad aquella animación natural del pueblo crecía al doble. Harry se encontró con unas cuantas personas conocidas mientras hacía el camino hacia la tienda donde estaba el objeto de su deseo, intentó no entretenerse demasiado conversando, pero de todos modos no pudo evitar que la gente le preguntara por su hijo y él naturalmente no se negaba a hablar del bebé que era la mayor dicha de su vida.
Cuando llegó finalmente a la tienda un tanto preocupado creyendo que tal vez sería muy tarde para comprar aquel hermoso ángel que tanto le había gustado, pero lleno de felicidad comprobó que aún lo exponían en el escaparate. Sin permitirse ninguna distracción entró a la tienda, había bastante gente haciendo sus compras, se sintió algo desanimado pues era evidente que debería armarse de paciencia si deseaba comprar aquel adorno para el árbol. Cuando salió de la tienda cuarenta y cinco minutos más tarde llevaba con el aquel adorno bellísimo que pondría en el árbol, lo haría en homenaje a su bebé.


**********


Eran casi las seis de la tarde cuando finalmente apareció en su casa, le pareció extraño que la entrada al jardín estuviese cubierta de huellas de pisadas, eran muchas y se esparcían en todas direcciones, todas de distinto tamaño y forma. Parecía que un ejército había entrado a su casa, sin embargo no se preocupó. Antes de que alcanzara a sacar la varita del bolsillo de su túnica para abrir la puerta esta se había abierto, le sorprendió encontrarse con el rostro de su amigo Ron, de inmediato intuyó que algo había sucedido, las facciones del pelirrojo eran de preocupación, eso le puso en alerta de inmediato, al instante imaginó que algo podía haberle sucedido a Hermione o tal vez a otro miembro de la familia Weasley.


Cuando se encontró de lleno en la sala de su casa, de inmediato supo que algo andaba mal, su amiga Hermione estaba ahí, también los padres de Ron y la mayoría de los hermanos, sin poder evitarlo sintió un estremecimiento en el corazón, buscó a Severus y lo vio sentado en un sillón con las manos cubriéndose el rostro, tenía un aspecto de total aflicción, le bastó ver eso para precipitarse hacia su esposo.


—Sev… ¿Qué sucede? Por qué están todos aquí? —preguntó con apremio al hombre que continuaba con el rostro oculto.


No obtuvo respuesta de parte de su esposo, sin comprender volvió su vista interrogativa hacia los presentes, les recorrió con la mirada y percibió algo que lo atemorizó, ninguno de ellos se atrevió a levantar la vista y responder a su pregunta, nadie lo miraba, era como si de pronto tuviesen miedo de él.


—Es que nadie va a responderme… pregunté que sucede.


Entonces Harry vio a su amigo Ron apretar los puños y luego avanzar un paso hacia él, aún sin levantar la vista.


—¿Ron que sucede?


El muchacho pelirrojo finalmente levantó la vista y miró a su amigo con profunda lastima que no podía esconder, Harry sin saber que ocurría tembló, era la primera vez en su vida que Ron le miraba de esa forma, ni siquiera en los tiempos más oscuros de la guerra el pelirrojo le había mirado así, ni siquiera al saber lo que decía la profecía.


—Harry… debes ser fuerte… se trata de Ángel…

—¿Mi bebé? —preguntó Harry palideciendo bruscamente para luego mirar a Severus.

—Algo le sucede a mi bebé… ¿Severus donde está mi bebé?


El hombre de ojos negros dejó de cubrir su rostro y levantó la mirada hacia Harry, recién el muchacho vio que su esposo tenía aspecto de haber llorado mucho, entonces lo comprendió y sin esperar respuesta alguna corrió escalera arriba hacia el cuarto de su hijo. Como un bólido atravesó la puerta y fue directo hacia la cuna donde había dejado a su hijo dormido hacia poco más de una hora. El bebé no estaba, enloquecido y con el corazón martillándole el pecho dio vueltas por la habitación en busca de su bebé, de pronto la figura abrumada de su esposo apareció frente a él.


—¡Severus! ¿Dónde está mi bebé? ¿Dónde está Ángel? ¿Por qué no está aquí?

—Harry… mi amor… Ángel desapareció.

—¿Qué estás diciendo? Mi hijo desapareció… es una broma… un bebé no desaparece ¿Qué locura es esa?


Harry no obtuvo respuesta, Severus se dejó caer de rodillas en la alfombra, las figuras de Ron y Hermione aparecieron en la puerta, Harry levantó la vista hacia la pareja buscando una explicación.


—Harry… alguien entró a la casa y se llevó al bebé —dijo Ron con voz profundamente dolida.


Harry volvió a mirar a Severus que ahora lloraba más audiblemente.


—Ron estás diciendo que alguien entró a mi casa y se llevó a mi hijo.


Harry jamás había sido débil, al contrario todas las pruebas que había enfrentado en su vida le habían convertido en alguien fuerte, pero saber que su hijo había sido raptado lo superaba, se derrumbó sobre la alfombra deseando con toda su alma que fuese un error, que no fuera cierto, sin embargo las evidencias eran claras, demasiado claras. Un sollozo que desgarró el silencio de la casa se expandió abriendo una herida en todos quienes lo oyeron, era un alma dolida enfrentando el padecimiento más profundo que puede vivir alguien. Nadie tuvo valor de intervenir, Harry lloró sobre la alfombra, derramando torrentes de lágrimas, cuánto tiempo, nadie lo supo a ciencia cierta. Ron y Hermione salieron de la habitación dejando a los padres solos, no había palabras que pudiesen aliviar el dolor de esas dos almas.


En un comienzo Harry buscó los brazos de su esposo como refugio a su sufrimiento. Pero una vez que su mente entró en aquella vorágine de preguntas que necesitaban ser aclaradas le pidió a Severus que le explicara con detalles todo lo sucedido, fue entonces que su dolor se convirtió en furia. El hombre confesó que había estado viendo al bebé dormir luego de que Harry se marchara, tuvo la intención de leer un libro mientras velaba el sueño de Ángel así que había ido a su habitación por un libro, pero había recordado en el trayecto que en su laboratorio había dejado una poción cocinándose, debía retirarla del fuego sino se estropearía, habían sido sólo unos minutos que había bajado al subterráneo y luego al regresar había encontrado la puerta de entrada abierta y pisadas en la nieve que indicaban la presencia de alguien, había creído que era Harry quien había regresado, pero no era así, de inmediato se dirigió a la habitación del bebé pero cuando se había acercado a la cuna ya no estaba.


Luego de esa explicación Harry había enloquecido de dolor y de miedo por su bebé. En un principio esperaron que la persona que se había llevado a su hijo se manifestara de alguna forma, pero nada sucedió, el bebé simplemente desapareció y con él se fue la felicidad de Harry y Severus.


Fin Flash Back



Severus se levantó del sofá por fin, recordar todo lo sucedido el año anterior faltando apenas cinco días para Navidad, le resultaba demasiado doloroso. Su sentimiento de culpa nunca había menguado y Harry luego de la desaparición del bebé lo había acusado de ser culpable de no cuidar a su hijo, él sabía eso, se sabía culpable por esa razón había soportado todo lo que había sucedido después. Había estado seguro que luego de un mes de infructuosa búsqueda en que no hubo resultado alguno, simplemente Harry lo dejaría para siempre pues a esas alturas ya estaba profundamente resentido, pero no fue así, el muchacho quiso quedarse en el lugar donde había vivido las horas más felices de su vida junto a su bebé, todos los recuerdos de su hijo estaban en aquella casa y Harry no deseaba abandonar sus recuerdos.


Aunque mucha gente había insistido en que debía dejar la casa, sobretodo el sicomago que debió tratarlo a causa de la terrible depresión en la que cayó. Harry se negó en rotundo, se aferró, como un náufrago a su tabla, a esos recuerdos felices pero también dolorosos. Pronto vino lo inevitable, la lejanía de Harry, el desprecio, la rabia y finalmente el silencio, él y Harry dejaron de hablar, el muchacho comenzó a ignorarlo, aquello era peor que tener que escuchar las acusaciones que antes le hacía. No tardó en comprender que su matrimonio había terminado definitivamente, cuando Harry una noche se fue a un Bar en Hogsmeade y él lleno de celos no pudo hacer nada para evitarlo, y se puso a coquetear con el primer sujeto que encontró, no necesitó ver más para comprender que sucedería luego. Sus celos fueron más fuertes que todo y cuando Harry regresó esa madrugada él perdió la cabeza, no soportaba la idea de que Harry le diera a otro lo que a él le negaba, en un rapto de locura intentó someterlo por la fuerza, pero se detuvo a tiempo, en la mirada retadora de Harry vio como el muchacho hacía todo aquello a propósito, deseaba enloquecerlo y llevarlo a la degradación total para luego restregarle su odio. En ese momento se juró que nunca más perdería la cabeza de esa manera, soportaría todo lo que Harry quisiera hacerle, después de todo estaba seguro de merecerlo.


Así era desde hacía un año, su esposo lo había sacado se su vida, aunque compartían la misma casa eran dos extraños. Más de una vez había deseado tomar sus cosas e irse para siempre, pero sentía que hacer eso era renunciar a toda esperanza y no quería hacerlo, aún necesitaba creer que había una esperanza, que podía recuperar el amor de Harry. Ese accidente que había tenido en ese auto muggle parecía que le estaba dando aquella oportunidad por la que tanto había rogado. Ver la mirada dulce de Harry, oír sus palabras alegres otra vez parecían un sueño, sueño del que no quería despertar, aunque sabía que la amnesia no se extendería por mucho tiempo, el medimago había dicho que en cualquier momento los recuerdos de su esposo podían volver, pero hasta entonces él disfrutaría de ese dulce intermedio.


&&&


Llegó a su habitación y como cada noche se dio un baño para relajarse e intentar dormir un poco, desde hacia un año tenía sueño intermitente, sabía que bastaría una poción para solucionarlo, pero no deseaba hacerlo, sentía que había perdido su derecho a disfrutar de un sueño tranquilo entre otras muchas cosas. Ocupó el mismo lado de la cama, el izquierdo, el derecho había sido de Harry por mucho tiempo, aunque no tenía esperanzas de que el muchacho volviera a ocuparlo otra vez de todos modos lo dejaba vacío. Estaba preocupado por lo que estaba sucediendo con Harry, se preguntaba que sucedería cuando los recuerdos regresaran otra vez, sabía que el odio de Harry volvería pero en realidad no era lo que más temía, su esposo reviviría todo el dolor de la desaparición de Ángel otra vez cuando los recuerdos volvieran, quizá mientras más tardara peor sería.


No sabía cuanto tiempo había pasado cuando sintió que un ruido cerca de él, abrió los ojos sobresaltado y se sentó de golpe en la cama y tomó la varita que mantenía bajo la almohada y murmuró el hechizo para iluminar la habitación. Le asombró ver a Harry de pie mirándolo con expresión de niño que había sido atrapado cometiendo una falta.


—¿Harry? ¿Sucede algo, te sientes mal?

—Eh no… no Severus es… sólo que… bueno… es que no puedo dormir y…


Severus miró al muchacho con ojos temerosos, como si en la lejanía vislumbraran una luz de esperanza para su vida.


—Puedes dormir aquí si deseas… para que no te sientas tan solo.


Harry no dudó y se introdujo en la cama y se arropó, mientras Severus dejó de iluminar con su varita. Sería una prueba muy difícil para él tener a Harry tan cerca, pero tenía fuerza de voluntad, no entendía muy bien porque su esposo acudía a su habitación, sería posible que lo extrañara, no quería hacerse ilusiones. Cuando todo se volvió oscuridad otra vez, guardó silencio, un silencio que era tan abrumador, definitivamente no podría dormir ni siquiera en forma intermitente, hizo un esfuerzo por relajarse, pero de pronto el corazón le dio un vuelco, Harry se había arrimado hacia él y ahora lo envolvía con su brazo cálido.


—¿No te incomodo verdad? —susurró el muchacho con voz medio insegura.

—No Harry en lo absoluto —dijo el hombre mayor con cierto temor en la voz que no pasó inadvertido para el más joven.

De pronto Severus sintió como el aliento tibio rozaba su cuello y luego unas palabras sonaban sigilosas en su oído.


—Severus… hazme el amor…


Un torbellino de emociones sacudieron a Severus de pronto, la voz de Harry sonaba tan dulce y cariñosa, como desde hacía tiempo no la oía, ese pedido hizo que su respiración se volviera agitada a causa de la violencia con que su corazón comenzó a latir, no sabía que responder, amaba a Harry más que a nadie en el mundo pero temía aprovecharse de esa amnesia y que cuando todo volviera a ser como antes el muchacho lo odiara más por haber sacado partido de él.


—Harry… nada me haría más feliz en la vida que volver a tenerte como antes, pero tú… dejaste de amarme…esa es la verdad… y yo…

—No sé que pasó Severus… pero de algo estoy seguro, no he dejado de amarte, mi corazón me dice que yo aún siento algo muy intenso por ti.

—Harry… te amo… pero tengo miedo…


Severus notó que Harry a su lado permaneció quieto, pero luego lo sintió moverse fuera de la cama, se sintió apenado al ver que Harry desistía a causa de sus palabras, pero lo cierto es que el muchacho se acercó para encender la lámpara, después volvió a sentarse al borde de la cama y miró a Severus seriamente.


—Creo que puedo comprender que estés inseguro… dijiste que últimamente no nos llevábamos bien y supongo que la mejor prueba de ello es que ya no dormimos juntos.

—Soy el único culpable de que las cosas no estén bien entre nosotros Harry, yo te lastimé mucho.


Harry se quedó pensativo por un instante.


—Estoy seguro que esta amnesia mía es una nueva oportunidad Severus y no quiero dejarla pasar.

—¿Y qué pasará cuando tu recuperes los recuerdos Harry? ¿Qué pasará cuando tú me odies otra vez?

—¿Por qué llegué a odiarte Severus? No puedo comprenderlo qué fue lo que sucedió con nosotros, dices que me lastimaste ¿A caso tú me engañaste con otra persona?

—No Harry… yo jamás te he engañado con otro… tú eres el único al que yo amo y amaré siempre.

—¿Entonces fui yo? Qué fue lo que hice Severus… dímelo.


El hombre de ojos negros se cubrió el rostro con gesto angustiado, no quería engañar a Harry, pero no tenía valor para decirle la verdad y verlo sufrir por segunda vez aquel dolor tan terrible. Las lágrimas inevitablemente cayeron por sus mejillas no sabía que hacer, deseaba tanto a Harry, lo amaba tanto que el ver esa mirada esmeralda fija en él con la ternura de antes le atraía de manera inevitable.


—Harry te amo… y no me importa lo que pase después… en este momento sólo quiero amarte con todas mis fuerzas.


Harry sonrió ante esas palabras no necesitaba oír más, sin saber como eran las cosas entre ellos antes de que él olvidara todo, sólo se dejó llevar por sus instintos. Se recostó junto a su esposo y con la mano acarició la mejilla del hombre, luego dejó correr sus dedos suaves por la frente, dibujó el contorno de los labios con delicadeza; Severus sólo se entregó a las caricias que tanto había extrañado, sería capaz de soportar lo que sucediera después, valía la pena con tal de sentir una vez más el amor de Harry.


El muchacho sentía crecer dentro de él la necesidad, su cuerpo se estremecía de deseo y ansiedad, podía notar el deseo que se despertaba en Severus y sin pensarlo más se montó a horcajadas sobre el hombre que gimió al sentir el rocé de esas dos erecciones que clamaban contacto.


El deseo de Harry era tan intenso como el de su esposo, por eso rozó su sexo en repetidas ocasiones contra el de Severus, sintiendo que con sólo eso se venía, sin embargo hizo un esfuerzo por controlarse y lo consiguió, se inclinó y buscó con ansiedad los labios del hombre y pudo sentir los de él buscar anhelantes también los suyos, el beso duró todo lo que el aire de sus pulmones les permitió, cuando lo rompieron sus bocas buscaron con apremio otras zonas que besar; Harry se deshizo de la parte superior de su pijama y ayudó a Severus a quitarse el suyo, las manos de ambos buscaron sus pieles para acariciar con urgencia todo lo que pudieran. El paso siguiente fue quitarse la parte baja del pijama, cuando sus erecciones a punto se encontraron ambos gimieron intensamente, Severus aprovechó de acariciar el trasero de Harry mientras que el muchacho mordía los pezones de su esposo.


—¡¡¡Ahhhhh!!! Harry… por favor… ya no puedo más… te necesito ahora…


El chico sin preguntarse si aquello significaba que su esposo deseaba tomar o ser tomado, simplemente acomodó su posición y dejó que el miembro de Severus entrara en su cuerpo, la sensación fue dolorosa para Harry, apretó los labios y descendió despacio hasta que el contacto fue profundo y total, imaginó que eso debía ser producto de mucho tiempo sin contacto, Severus lo estimuló con caricias en el miembro aquello fue reconfortante para Harry, con eso logró que el dolor pasará y el muchacho comenzó a subir y bajar una y otra vez sintiendo como crecía el placer con cada movimiento. Severus se sentía en la gloria sintiendo su miembro apretado por la estrechez de Harry, la fricción lo enloquecía cada vez más hasta que finalmente sintió que con fuerza volcánica dejaba toda su intima humedad dentro de Harry. El muchacho por su parte al sentir el líquido caliente que inundaba su estrechez gritó con deleite para luego derramar toda su fuerza vital sobre el vientre de su esposo. Luego de unos segundos de permanecer quieto se dejó caer a un costado y se acurrucó en los brazos de Severus que lo recibió dichoso, repitiendo una y otra vez cuanto lo amaba, aunque el hombre de ojos negros no lo hubiese dicho Harry sabía que era así, Severus lo amaba y él estaba seguro de amarlo también, sin importar lo que hubiese sucedido lo amaba y lo amaría siempre.


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