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Aprendiendo a sentir por maxi anime

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Notas del fanfic:

 

Hola a todos, si se es una pareja algo extraña pero la soñé recientemente y el sueño no me deja en paz así que decidí ponerla, haber que les parece Fans de SAINT SEIYA, van o no van juntos. Ese sueño o sueños, porque han sido muchos y los estoy escribiendo, se basan en los capítulos donde Phenril Y Shiryu pelean y hasta el final del mismo donde el dragón llora por Phenril,  al final más aclaraciones.

Declaimer: los personajes no me pertenecen y no gano nada con este fic

 

La fría escarcha cubría su cuerpo casi en su totalidad, solo su rostro quedaba aun inmune al frio que azotaba a su alrededor. No había ningún sonido, todo era silencio mientras una fuerte ventisca azotaba la región, se sintió por escasos momentos privilegiado al ver hacia arriba y percatarse que las copas de los arboles, de aquel frondoso bosque lo cubrían, pero pequeños copos de nieve escapaban de las ramas y hojas para caer delicadamente sobre él. Su cuerpo estaba frio, ya no podía moverse de aquel lugar y no era solo por las heridas de batalla, su cuerpo ya no le respondía.


¿Cuántos días había pasado allí? Ya habían pasado de los cinco días, aunque no estaba seguro debido a la falta de luz del lugar donde se encontraba cuando era día y noche. Abrió sus ojos para volver a sentir el frio desolador, impecable y asesino, como le decían los pobladores de lugares cercanos, miro al cielo y por escasos segundos sus ojos se nublaron, una suave gota reboso sobre su rostro y cayó en la fría nieve a su alrededor, miro aquella gota ¿agua? No era posible, en un lugar tan frio donde el sol no salía salvo en primavera, no podía haber lluvia en ese momento, ¿llanto? Podría ser, un llanto arraigado de decepción, tristeza, melancolía o soledad, cualquiera podría ser, pero más posible era la primera, más que nada por aquel insulso recuerdo que lo mantenía con vida aun.


Flash Back.


Un fuerte dolor surco por su cuerpo, podía sentirlo pero no expresarlo, era tan fuete para hacerle llorar, pero no podría, ya no recordaba cómo hacerlo desde la muerte de sus padres. Abrió los ojos con rapidez para encontrarse con un rostro bajamente familiar, aquel que juro enterrar bajo la cascada congelada, este lo estaba abrazando trasmitiéndole un calor, pero no era cualquier tipo, era algo que lo hacía sentir bien, un abrazo que lo estaba haciendo sonreír, no era como el calor que los lobos le daban en las frías noches, era uno más cálido, confortante, su sonrisa se trasformo de un momento a otro, ya no estaba feliz por aquella atención, sino porque varios sentimientos surcaron por él ¿Cuándo había sido la última vez que sintió algo parecido? No lo recordaba con claridad, pero ese calor parecía al de su madre cuando lo abrazaba de niño, volvió a cerrar sus ojos mientras sus manos se aferraban a la armadura de quien le estaba dando ese calor tan confortable e único.


De pronto sintió un vaivén, con miedo abrió los ojos, solo para encontrarse que el rostro de su anterior enemigo miraba al frente y caminaba con decisión hasta el bosque más cercano siguiendo el camino hacia el gran palacio del norte. Una vez dentro el mismo lo deposito en el suelo, apoyándolo en el tronco de un árbol, rápidamente se quito el pecho de la armadura para dejar ver su ropas y le coloco aquella especie de camisa que llevaba, se la puso como cobija en el pecho y luego volvió a colocarse debidamente la armadura para seguir su camino. En ese momento lo creyó oportuno, intento levantarse, pero el fuerte dolor regreso atacando todo su cuerpo, en especial el pecho, cerró sus ojos en queja de aquello y luego los abrió para ver a aquel guerrero volviéndolo a recostar.


-Quédate aquí- le dijo con seriedad- No te muevas.


-No- replico con enojo- dame mi gema.


-No- respondió este con más seriedad- Quiero que te quedes aquí, volveré por ti, no te dejare morir.


-No puedo, no debo dejarte avanzar- dijo con tristeza, sentía que estaba fallándole a su diosa y así mismo.


-No llores, liberaremos a Hilda, ya lo veras, pero estas muy débil para batallar- le dijo con una sonrisa en su rostro- quiero que te quedes aquí, volveré por ti y te llevare ante ella, lo prometo.


-No, no debo dejarte pasar- dijo con decisión- No debo.


-Estás muy débil, aun con mi cosmos no recuperaras fuerzas tan rápido, quédate aquí, tranquilo, disfruta de la bella naturaleza, cuando vuelva no podrás gozar de sus sonidos tan hermosos.


-No lo haré- dijo intentándose sentar, lo que le costo por el sumo dolor que despertó en el.


-Phenril no- le grito y lo volvió a sentar- quédate aquí, quieto, tu cuerpo no resistirá si sigues esforzándote de esa manera, prometo volver por ti no soy tan ruin para abandonarte, mi maestro me enseño muchas cosas y una de ellas que a no abandonar a la gente que nos necesita, tú me necesitas Phenril ¿verdad?- dijo pasando su mano con lentitud sobre su rostro- Claro que me necesitas, entonces se bueno y obedece quédate aquí pronto volveré.


-¿Lo juras?- dijo con un tímido brillo en sus ojos.


-Lo juro por mi vida, termina la guerra volveré por ti lo antes posible, prométeme que me esperaras aquí, en este árbol.


-Lo prometo- contesto con una sonrisa de oreja a oreja.


-Muy bien, ahora a terminar esta guerra sin sentido- dijo saliendo corriendo.


-Dragón- dijo en susurro-Te lo prometo, Shiryu el dragón, te esperare- dijo antes de sumirse en un profundo sueño.


Fin Flash Back.


Sentía que sus fuerzas lo abandonaban, sus ojos se cerraban rápidamente, sentía mucho sueño embargándolo y frio en todo su cuerpo, su vida lo estaba abandonando, mas aquellas palabras que le dijo el caballero del dragón lo hacían mantenerse despierto, lo hacían seguir luchando contra el mismo frio que azotaba a la región y que lo estaba obligando lentamente a dejarse caer en brazos de la muerte.


Cerro sus ojos dejando caer una pequeña lagrima, la decepción se apodero de él, al parecer a nadie él le importaba, alentó su respiración para que así la muerte no tuviera que ser dolorosa, ya no quería seguir luchando, no quería volver a ser despreciado. Pero un fuerte calor se le interpuso a sus objetivos suicidas, abrió los ojos con lentitud, allí estaba él, abrazándolo con fervor, dándole calor y parte de sus cosmos, comenzó a despertar, noto que la nieve ya no lo cubría y se sentía mucho mejor.


-Resiste Phenril, resiste por favor- logro escuchar antes de caer en un sueño profundo, placentero y confortado por aquel calor que lo estaba acobijando.


Despertó en un lugar tranquilo, con la luz del sol dándole en la cara, ¿Sol? Eso no se veía mucho en Asgard, se sentó en la cama, notando que ya no estaba rodeado por el bosque y la nieve, ahora estaba en una cama dentro de una habitación con una sola ventana dejaba ver un frondoso bosque afuera. Se levanto con lentitud, un fuerte dolor en su espalda lo hizo retorcerse, espero un poco hasta que se calmo y comenzó a caminar a la puerta en la cual había un espejó, se miro fijamente, ya no vestía sus ropas nórdicas, no conocía ese tipo de ropaje pero al menos le quedaba bien, el pantalón era de un café claro y no le llegaba hasta los tobillos, la camisa era del mismo color pero le cubría los brazos completamente pero dejaba su cuello al descubierto, se miro fijamente en la cara muchas marcas de la batalla ya no estaban y tenían vendajes en sus manos y tobillos, podía sentirlos, miro mas su rostro, su pelo ya no era tan largo, ahora solo le quedaba lo que tenía en la cabeza, su larga melena ya no estaba y como si fuera poco una gran vendaje blanco estaba en su frente siendo oculto por su ahora corto flequillo, en sus pies había lo que parecían sandalias, que lo cubrían totalmente.


Abrió la puerta, percatándose que esta no tenia manija  comenzó a caminar por la casa al parecer de barro donde había estado, había una cocina pequeña y una mesa con cuatro sillas. Salió por la entrada principal, no muy lejos se escuchaba una cascada a toda prisa se dirigió a ella y la vio, era enorme y fluía agua continua y violentamente, se acerco sin pensarlo, quería sentir el agua que fluía, eso era algo que en Asgard muchas veces el no podía sentir, como era el agua líquida, como se sentía contra su piel.


-Quieto- dijo alguien deteniéndolo por detrás.


Instintivamente se dio vuelta y se percato de quien lo detuvo, no tardo dos veces en abrazarle y comenzar a llorar- Cumpliste tu promesa Dragón.


-Un caballero siempre cumple su palabra ¿Te sientes mejor Phenril?- dijo el pelinegro abrazándole dándole una sonrisa.


-Sí, gracias por regresar por mí.


-No es nada, además tenía que cumplir mi promesa y yo cumplo mi palabra siempre, ahora Phenril aun no te has recuperado totalmente ¿Qué haces tan lejos de casa y en un lugar tan peligroso?


-Quería sentir el agua Dragón, en Asgard no muy a menudo puedes sentirla fluyendo en ríos o en una cascada, es mas nunca la sentí en una cascada.


-Pero no debes ir por el risco, podrías caerte, ven, vamos debajo para que puedas sentirla.


-Si- sonrió- pero quiero sentirla caer.


-La sentirás, créeme, yo he vivido aquí desde niño y se mas que tu.


-Dragón…gracias- dijo aferrándose más a su brazo mientras caminaban de bajada por el risco hasta el final de la cascada donde comenzaba el rio.


-Esta fría- dijo Phenril metiendo las manos en la orilla del rio mientras delante de él la caída del agua se veía en todo su esplendor.


-Vamos a casa ahora, debes descansar, tienes muchas heridas y tienes que sanarlas.


-Como digas- dijo sacando con lentitud las manos del agua y luego lo siguió hasta la pequeña cabaña, donde una muchacha alterada salió y cayó en brazos de Shiryu.


El pelinegro no la tranquilizo abrazándola y luego cuando esta miro a Phenril caminar tranquilo suspiro de alivio, el trió volvió a entrar a la casa, la muchacha fue hasta la cocina a preparar la comida mientras ellos dos fueron a la habitación. Shiryu recostó a Phenril en la cama y lo tapo con una cobija muy fina, seguido le dio un beso en la frente y se sentó en una silla a su lado.


-¿Por qué el beso?- pregunto el Asgardiano sin entender.


-Dos cosas, muestra de cariño y quería ver si tenias fiebre.


-¿Qué es fiebre?


-Cuando tu cabeza está más caliente de lo que debería estar.


-¿eso es malo?


-Sí, porque eso significa que estás enfermo.


-No quiero estar enfermo- dijo haciendo puchero.


-Está bien, no te pongas así- dijo revolviéndole el cabello- Eres un caballero, un hombre hecho y derecho.


-Un lobo- replico- fui criado por lobos soy lobo.


-No eres un animal, tienes piernas y brazos, eres un ser pensante, no eres un lobo, eres un ser humano, una persona- le replico Shiryu.


-No quiero ser una persona- dijo molesto- las personas son tus amigos por intereses y no les importas de verdad.


-Yo soy una persona Phenril y tú me importas- le sonrió- No somos amigos, pero podemos llegar a serlo  y no será por intereses, mira que yo no tengo nada de valor y tu tampoco, así que seremos amigos porque nos queremos.


-Si tengo, mi manto sagrado- dijo haciendo memoria- ¿Dónde está?


-En aquella esquina, junto a mi armadura de dragón- señalo Shiryu a donde descansaban las armaduras de dragón verde y la de lobo azul, ambas se veían esplendidas, la armadura de Shiryu emanaba un brillo verde muy fuerte, mientras que  la armadura de Phenril estaba llena pequeñas grietas, se podía notar mucho daño en ella.


-Mi manto sagrado no era así- dijo molesto el lobo del norte- era más brillante y no tenía grietas.


-Quedo así desde que nos enfrentamos Phenril, conozco quien arregla armaduras, antes tienes que ponerte bien, debes de recuperar tu salud y acostumbrarte a los climas cálidos, en Grecia hace mucho calor y a ti no te va a gustar el calor.


-Me pondré bien muy rápido lo prometo- dijo recostándose en la cama con mucho entusiasmo-quiero ver mi manto sagrado brillando más que el tuyo.


-Es una armadura, no un manto sagrado, descansa- le sonrió- si en una semana estas mejor nos vamos a toda prisa al Grecia a que reparen tu manto sagrado- luego le beso en la frente con lentitud.


Phenril se quedo quieto, extrañado por la reacción, si bien el dragón  le había dicho que el beso en la frente era para saber si tenía fiebre, ya se lo había hecho antes y ahora con más lentitud, no entendía mucho sobre los sentimientos, después de casi doce años de no tener alguno hacia otro ser humano, pero si de algo estaba seguro era que el cariño que le daba Shiryu era mas cálido que el que le daban sus padres cuando niño, aunque en su mente algunas cosas no recordaba con claridad.


El día se hizo noche, Phenril miraba continuamente por la ventana como el día pasaba, no sabía hacer nada más y su acompañante se negaba a dejarlo solo temiendo que su salud cambiara de un momento a otro o que algo le pasara mientras no estuviera ya que cuando solo el lobo del norte podía escaparse sin más ni más. A Phenril nunca le gusto estar encerrado en cuatro paredes, pero por alguna razón, al estar el dragón a su lado se sentía cómodo en aquella habitación, pequeña pero acogedora según su gustos, al menos no era nada parecida a las habitación pequeñas del gran palacio en Asgard donde antes de la guerra fue llevado a vivir por orden de Hilda.


-Dragón ¿Se puede ver la osa mayor desde aquí?- pregunto mirando el cielo.


-Creo que si- contesto mirando por la ventana- desde aquí se ve la constelación del dragón.


-Tu- sonrió de par en par.


-Algo así, ¿sabes cómo se llama la estrella más brillante? Etami, después esta Draco que hace muchos años fue la estrella polar, y desde aquí veo a Alioth, ¿sabes porque sé que es él?


-¿Por qué se me parece?


-No, porque es la estrella más brillante de la constelación osa mayor, mira allá esta- dijo señalándola- es muy bonita y es más brillante que nuestro sol, es blanca.


-Allí estoy yo- sonrió emocionado.


-Esa es tu estrella.


-Eso no lo sabía ¿cuéntame mas de las estrellas Dragón?


-Veamos, a tu derecha, continuando con la cola tenemos una estrella doble, Mizar y Alcor, Mizar es la cuarta más brillante y ambas son blancas.


-Syd de Mizar.


-Syd tenía un gemelo tengo entendido, llamado Bud de Alcor, pero sigamos, para el final de la cola esta Benetnsach, es la tercera más brillante y es de un blanco azulado- explico mientras señalaba.


-Mime de Benetnsach- dijo relacionado la estrella con su compañero.


Shiryu sonrió, le revolvió el pelo y luego continuo- a tu derecha, ósea donde está tu estrella a la derecha esta Megrez, una estrella blanca secundaria, debajo esta Phecda, la sexta más brillante y es blanca, a su derecha esta Merak y es la quinta estrella más brillante y arriba de él esta Dubhe que es la segunda más brillante, es un sistema de muchas estrellas, la que vemos es de un amarillo naranja, las que no se ven son blanco amarillas o amarillas y junto a Merak señalan la actual estrella polar, véase Polaris  o sea el polo norte.


-Alberich de Megrez, Tholl de Phecda Gamma, Hagen de Merak Beta, Siegfried de Dubhe Alfa- dijo recordando cada nombre de sus compañeros- dime Dragón ¿Qué paso con ellos?


-Supongo que la mayoría no sobrevivió a la guerra.


Phenril sintió un fuerte dolor en el pecho seguido por un sentimiento que lo abrumaba, miro al cielo y recordó cada estrella y a cada uno de sus compañeros, instintivamente unas lagrimas recorrieron su rostro, pero él no lo noto ya que cuando se dio cuenta estaba en brazos de Shiryu quien estaba ayudándolo a calmar su llanto, lo que hizo que el llorara con mayor intensidad ¿pero porque? Se pregunto él, adiaba a la gente y ahora que sabía que sus compañeros de armas ya no estaban más algo lo abrumaba, mentalmente no entendía mucho de los sentimientos humanos, pero con el tiempo quizás si los entendería, si el dragón le ayudara enseñándole al respecto, al menos ya se había hecho de un amigo, su primer amigo.


Continuara  

Notas finales:

Espero les allá gustado y aquí como prometí mas aclaraciones

1-      Me llamo la atención que Shiryu no tenía intenciones de matar a Phenril en toda la batalla, si las hubiera tenido se hubiera quitado la armadura, a mi parecer la historia de Phenril le llego al alma y por ello no quería hacerle daño, mas Phenril sentía más rabia que otra cosa porque Shiryu no entendía su forma de pensar y por eso lo atacaba.

2-      Me pareció tierno que Shiryu llorara por Phenril, pero a mi parecer no lo mato, en todo caso lo dejo helado o desmallado, porque Phenril ha vivido en ese tipo de ambientes, según yo sería absurdo que muriera ante esa situación, por eso en mi sueño Shiryu volvía por él y lo curaba levemente.

3-      Todo esto es parte de mi mentalidad retorcida, sino les agrada no lo lean, porque la verdad hasta a mi me sorprende esta pareja, pero se ven bien Phenril aprendiendo a ser humano y Shiryu como su mentor ¿No creen?

Si les guata este tipo de fics, vengo escribiendo varios de esta pareja basándome en ese capítulo, y he escrito mas de Asgard, si quieren que los publique por favor díganmelo, así lo haré porque no estoy muy segura de que lo que escribo sea correcto o este bien inspirado en las serie.

Nos vemos, o mejor dicho nos leemos

 


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