Este esta es mi segunda aventura con un hombre que rétalo en este sitio para otras personas. Esto sucedió hace a penas unas semanas después de lo que me paso en el metro, cuando yo contaba con mis recién cumplidos 25 años. Si mal no recuerdan estoy a punto de casarme con mi novia de toda la vida Shizune. Con ella he disfrutar de los placeres de la carne. Como en los fines de semana no tengo muchas cosas que hacer, ya que mi novia es enfermera y siempre esta ocupada, decidí unirme a un grupo social algo importante en mi ciudad, lo cuál me permitió conocer a mucha más personas y disfrutar de muchas cosas que en mi juventud no pude por trabajar y estudiar a la vez, como ir a las fiestas, conciertos, otras actividades con el grupos, entre muchas cosas más.
Pero lo más importante de todo esto es que me hice gran amigo del líder de “Kazoku” (nombre del grupo significa “familia”), un hombre de unos treinta cinco años, hermoso, delgado pero de un cuerpo bien marcado, alto como 1,83, cabello rubio algo largo, unos hermosos ojos azules y la sonrisa más encantadora que nunca había visto antes., de un carisma impresionante con el cual puede conquistaba todas muchachas y además de despertaba la admiración de muchos de nosotros.
Poco a poco fue surgiendo una gran confianza entre los dos, hablábamos de todo, política, arte, cine, música, etc., pero siempre terminábamos hablando de lo mismo, sexo.
Un día, a eso de las ocho de la noche, estábamos en lo más importante es una de nuestra reunión cuando se suspendió la corriente eléctrica y en medio de la confusión, en plena oscuridad sentí que alguien me manoseaba los muslos hasta llegar al entrepierna que por cierto, se empezó a desperar mi miembro y disfrutar de aquellas caricias. Pero de repente, rechacé aquellas manos que me estaban llevando al mismo cielo por que no quería que nadie se diera cuenta que me gustaba que me tocaran (esto después de mi primera experiencia) y sobre todos por que en el grupo sólo habíamos puros hombres.
Llegó nuevamente la energía eléctrica después de unos quince minutos y se reinició la reunión, pero yo sólo pensaba en la persona que podía haber llegado a tanto. El Minato-san (ese es su nombre) notó mi confusión y mi desconcentración y me indicó algo molesto que quería hablar conmigo luego de que terminara la reunión para que lo ayudara con algunas cosas.
Todos se marcharon dejándonos a solas en medio del salón, así fue, arreglamos algunos documentos mientras me interrogaba sobre el cambio de mi comportamiento, pero yo me salía por la tangente, por lo que él decidió invitarme a tomar unos tragos en un sitio algo concurrido.
Al calor del alcohol, solté la lengua y le conté lo que había sucedido, a lo que Minato-san reaccionó de una manera que no esperaba, me felicitaba por haber despertado en "alguien" esa tipo de pasiones pero que no me preocupara porque a él también le había ocurrido algo similar, que lo que había que hacer era saberlo manejar y si quería que lo aprendiera a disfrutar, por supuesto que le dije que no me interesaba, porque aunque me llamaban la atención los hombres (sobre todo él), estaba bien con la belleza de su prometida. Claro omitiendo a toda costa mi primera vez con un hombre.
Él insistía, hasta que dijo que no habláramos más del asunto, que estaba muy caliente y ya era hora de irnos, fue cuando aprovechó y me invitó a un sitio donde las chicas nos atenderían muy bien, pero esa seria mi primera vez con ese tipo de chicas y ante esta perspectiva no quería aceptar, pero como me esta calentando mucho y sabia que Shizune no estaría en casa, acepté y nos dirigimos a aquel lugar.
En el camino debíamos atravesar por un tramo despoblado y algo oscuro, cuando ya estábamos en mitad de camino a Minato-san se le ocurrió sentarse sobre unas piedras y descansar un poco, alegando que la tenía muy parada y no quería llegar así al sitio, yo accedí y me senté junto a él.
La confianza que teníamos me hacía sentir muy bien, luego de divagar sobre algunos temas me preguntó que si realmente me había disgustado el hecho de que alguien me hubiese acariciado amparado en la oscuridad, a lo cuál le contesté que estaba confundido, pero que en realidad lo había disfrutado, él se reía y me dijo que si sospechaba de alguno de mis compañeros, le dije que no (pero en verdad sospechaba de Sai uno de los más jóvenes del grupo).
Me confesó que le hubiese gustado que al que acariciaron fuese él, mientras que colocaba su mano en mi bulto e iniciaba unos suaves pero firmes movimientos, estaba algo desconcertado pero no intenté rechazarlo (por que en verdad quería saber que era estar con él), por el contrario empecé a moverme y a excitarlo más y más, bueno la verdad yo no sabía cual de los dos estaba más caliente, él tomó la iniciativa y me desabrochó el cinturón, bajo el cierre de mi pantalón y me los bajó junto con mis pantaloncillos, me acariciaba y besaba mis piernas y mi pene con maestría (no era él primero al que se la mamaba), curioseaba con mi culito virgen pasando sus dedos y su lengua por él, estaba como en la gloria, no sabía que aquel hombre, me pudiera estar haciendo todo eso, introdujo sus dedos en mi hoyito, luego lo ensalivó y me acomodó dulcemente de tal forma que quedara con la cola parada y las piernas abiertas.
Él se ubicó y suavemente empezó con la penetrada que yo estaba esperando, me la metió toda de su solo golpe, era un miembro grande y grueso (a comparación de la mía), me dolió muchísimo lo que me impidió disfrutar en un principio pero ya que paso el dolor yo solo comencé a moverme, primeramente a un ritmo lento pero muy rico y satisfactorio para los dos, hasta que poco a poco iba subiendo la intensidad de sus envestidas y en cada una de ellas no dejábamos de gemir, gritar y hasta pedir más.
Muchos minutos después de estar gozando tan maravillosamente y en donde yo ya había logrado tener mi primer orgasmo, Minato cuando sintió que iba ya le faltaba poco para llegar y hice que se detuviera por que quería saber ha que sabía su rico miembro y sobre todo su leche.
Con un poco de timidez, comencé a chapársela siguiendo sus movimientos e indicaciones hasta lograr que se viniera en mi boca, fue algo maravilloso, inolvidable y muy rico. Desnudos en medio de la noche y abrazados estuvimos por mucho rato, tiempo en el que me confesó que había sido él el tipo que por segunda vez me había tocado el bulto en esa reunión (claro él no sabe cual quien fue el primero).
Pero después de ese primer encuentro, ya no tuvo otro, ya que fue enviado a otra ciudad para ayudar a establecer ahí otro grupo “Kazoku”… Que lástima verdad. Además ya no podría ser, en menos de dos meses es mi boda.
