Fuego vivo...
Ardiente deseo.
*Iori.*
Hay veces en la que me pregunto, si existe otro sentimiento además del odio, en mi caso no lo sé pues nunca necesite de otros más que el odio, eso me lo inculcaron mis padres...
Desde que tengo uso de razón, mis padres solo me enseñaron: a odiar, a descargarlos contra otros y a como desear la sangre del descendiente de aquel clan traidor, nunca me dieron razones del por qué debería matar a alguien que ni siquiera conozco...
Hace algunos años, tuve la oportunidad de verlo, y ni bien abrió sus labios para hablar yo lo golpee, le deje en claro que lo odiaba, que su sangre era el único liquido capaz de saciar mi sed, el correspondió del mismo modo salvaje, golpeándome... y seguido de una frase que no olvidare, pues sus palabras y el brillo en sus ojos me impactaron...
-"no me dejare derrotar por ti... serás tú el que caiga a mis pies..."- y sus ojos brillaron como el sol, su guardián, me quede admirado por esos ojos, a partir de esa fecha siempre nos frecuentábamos, mejor dicho lo seguía a todas partes para pelear y acabar con él; un deseo extraño nacía en mi, cada vez se vuelve más intenso e incontrolable, un deseo que me obliga a apaciguar mi odio al estar con él, por mi odio hacia él entre en el mismo colegio que él, pero ahora en el fondo deseo no haberlo hecho, este nuevo sentimiento me duele, y es realmente doloroso en algunos momentos, es como si me carcomiera una llama de adentro hacia fuera, cuando peleamos, como en estos momentos, me quedo sin aire, sé que no es por la agitación o alguna herida, es por algo mas, cuando siento su puño en alguna parte de mi cuerpo, me corta el aire, cuando veo su sonrisa altanera y presumida, mi corazón se detiene, ¿por qué?, ¿Qué es esto, que quema dentro de mí...? ¿debería dejarme llevar por esa flama ardiente, y conocer algo prohibido...?
Al fin decido salir de mis pensamientos, y acabar con él, sin embargo aunque mi mente tiene deseos de verlo en el suelo bañado en su propia sangre, mis puños no encuentran la fuerza necesaria para cumplir mi capricho; solo logro darle un golpe que lo desconcierta, y él me lo devuelve, haciéndome un corte fino en los labios, al igual que yo a él en el primer golpe; un grito casi apagado nos desconcierta, y nos detenemos justo uno en frente de otro, de nuevo esa sensación de ahogo, esa sensación de que me quedo sin aire, mi respiración se acelera, me provoca... tomarlo del cuello y ...
-¡basta...!- grito la mujer como pudo, pues su respiración era acelerada, nos separamos, aun sin despegar nuestras vistas, ese brillo que veo en las batallas, se fue apagando, una desesperación crecía dentro de mí por ver ese brillo vivo, no quería que desapareciera, sin meditarlo lo tome del cuello de la camisa, lo acerque a mi rostro, tan cerca que me asusto su cercanía, pues mi corazón no paraba de latir, parecía que estallaría, sin perder rastro de nuestras miradas, su aliento chocaba con mi rostro y mis labios cercanos a los suyos no parecían querer dejar salir mis palabras, apreté con fuerzas mis dientes, y susurre contra sus labios...
-esto aquí no se acaba... algún día serás mío, y nadie podrá salvarte de mis garras...- el sonrió con prepotencia, y mi mente dejo de razonar, lo solté lentamente, al sentir su mano sobre mi muñeca...
-el que no se salvara eres tu...- y ese brillo nuevamente en sus ojos, hizo que se dibujara en mis labios una sonrisa, me termine de separar de él y me aleje, con dirección opuesta a la de él y su novia...
al acercarme a la salida, de aquel parque, encuentro a uno de mis pocos amigos, me observa de arriba a abajo, y sonríe burlonamente, paso por alado de él, e ignoro su sonrisa...
-Iori...- llama y me detengo, volteo hacia él y me lanza un casco, señala su moto, sin más suspiro, y sonrío siguiéndolo...-¿hasta cuándo vas a seguir con esta estúpida venganza?- dijo luego de un largo y cómodo silencio, no tenía intenciones de responder, por lo que lo ignore...-en mi opinión no creo que tu debas seguir esa tonta tradición, es asunto de sus padres, no de ustedes...-
-ya, y tu ahora eres el abogado de Kyo...- dije con burla, el acelero la velocidad...
-no, pero no quiero que te suceda nada; eres mi amigo...-
-gracias...- sabia que K' se preocupaba por mí, siempre lo hizo, al igual que Terry, ellos son los únicos a los que considero amigos... pensando en eso llegamos a mi hogar, baje y con una sonrisa le di las gracias a K', quien solo hizo una mueca de preocupación y luego se marcho, entre a mi casa, y subí a mi habitación directamente, no tenía ganas de encontrar a mis padres y escuchar los mismos sermones de siempre, sabía que K' tenía razón, pero no lo hacía por mis padres, lo hacía por mí, por esos brillos que me cautivaron... ¿un momento dije me cautivaron...? ¿qué es esto que siento...? ahora creo que me volví loco, suspiro de cansancio y entro a darme un baño, mientras estoy en la ducha, cierro mis ojos entregándome a las caricias del agua caliente, suspiro nuevamente, y dejo abiertos mis labios como queriendo que se escape una palabra que no dejo salir, por causas desconocidas, me pierdo en mi mente, se siente delicioso esas caricias tan tímidas del agua, recorre todo mi cuerpo sin pudor alguno, yo solo me dejo hacer, siento unas manos cálidas alrededor de mi cintura, pero no abrí mis ojos, los deje avanzar hasta mi pecho, y luego con fuerza me volteo y arrincono contra la pared; observe ese brillo en ese intruso, sonreí y sé que esa persona hizo lo mismo, me beso, tranquila, y dulcemente y luego...
-Kyo...- susurre y desperté, estaba aun parado bajo la ducha, estaba sonrojado, agitado y nervioso, ¿que fue todo eso...? ¿acaso quiero besarlo...? imposible... sentía ese sonrojo aumentar, pues mis manos inconscientemente recorrieron el lugar por donde pasaron esas manos, inmediatamente cambie la temperatura del agua por una fría, me tranquilizo, suspiro, y me dejo llevar por esa corriente fría trato de ignorar, todo esos sentimientos que están atormentando mi pecho, arde, duele, pero es un dolor placentero, me molesto, y trato de ignorarlos, mi mente esta confusa, quiero correr a lado de esa persona y me siento perdido... unos minutos mas y salgo de la ducha, me observo en el espejo y me desespero porque ese sonrojo no se va, me recuesto y trato de olvidar ese tonto sueño...
las horas pasan, y no consigo olvidar ese sueño, me he puesto a pensar en su sonrisa, en sus ojos su manera de golpear, su voz al decir mi apellido, pues entre los dos soy el único que lo llama por su nombre... esto que siento, en mi pecho es un sentimiento que no entiendo mucho, suspiro y me levanto de la cama es obvio que esta noche no dormiré a causa de este sentimiento desconocido, me dirijo a la ventana me siento y observo el cielo, veo a mi guardián: la luna...
sonrío, siempre persigue al sol, pero este nunca se detiene, ambos sienten un gran odio contra el otro; cierro mis ojos, y de nuevo esta él, es como si mi mente se empeñara a mostrarme su imagen... gruño y me acuesto nuevamente para dormir en algún momento tendré que hacerlo...
Escucho unos ruidos en mi ventana, como pequeñas gotas golpeando la ventana, no hago caso las ignoro, estoy un poco cansado pues anoche no dormí sino hasta las cuatro de la mañana, me acomodo mejor para seguir durmiendo, tenía planeado faltar al colegio hoy, pero mi plan se ve estropeado, alguien trata de entrar a mi habitación, pregunto con voz molesta quien era, pues la pagaría caro quien quiera que sea...
-hermano... soy yo...- escucho la voz de mi hermana menor, suspiro, ella es a la única persona que no lastimaría ella y mi nana, le doy el pase para que entre a mi habitación, entra alegre y con mucha energía, supongo que lo saco de mi madre y de mis abuelas, las mujeres Yagami siempre son enérgicas, la observo con seriedad, y ella mantiene su sonrisa...
-¿qué quieres?- pregunto con mala gana, ella hace un puchero y modela para mí, es cuando recuerdo, hoy es su primer día en mi colegio, pues ella vivía con mi abuela para aprender, unos cuantos secretos de la familia, hace unos meses termino y volvió, mis padres la inscribieron en mi colegio para que cuidara de que no hiciera de sus travesuras... suspiro...
-hermano, ¿no me digas que olvidaste que hoy comienzo en tu colegio?- dijo con un divertido puchero, la observo y sonrió...
-está bien, dame unos minutos y estaré contigo...- con un si enérgico se retira de mi habitación, sin ánimo alguno me dirijo al baño dejo correr al agua por mi cuerpo mientras la imagen de Kyo ocupa mi mente... ¿pero... por qué...?
Al salir, mi pequeña hermana no me da tiempo a desayunar y arrastra hasta el auto, en el camino comienza a tararear una canción un poco molesta por ende pegajosa...
-¿de dónde escuchaste esa canción?- digo para sacar un tema, ella me mira y sonríe...
-mh... creo que lo escuche de una caja musical... ayer en el parque...-
-¿en el parque?; ¿que hacías en el parque...?- dije, me preocupaba que mientras yo peleaba con Kyo, ella hiciera sus travesuras...
-nada, nana me llevo a jugar mientras mis padres estaban atendiendo sus negocios, y tú estabas en el colegio, por cierto hermano...- la mire por unos segundos como indicándole que siguiera...- ¿quien es ese Kusanagi...?- dijo inocentemente, pero sus ojos mostraban travesuras...
-es... mi enemigo...- respondí sin mas...
-si es tu enemigo, eso también lo convierte en mi enemigo... ¿no es así?- dijo, esta vez sentí su risa traviesa, suspiro, y detengo el auto a unas cuadras del colegio; la observo seriamente...
-no te metas en mis asuntos, no quiero que hagas ninguna travesura, por más que mis padres te lo hayan ordenado... ¿entendiste...?- ella me miro con temor en sus ojos, por el tono de voz que había usado, lo sé, sé que mi padre la trajo para que ella acabara con Kyo, pero nadie más que yo tiene ese derecho... solo yo... suspiro al ver como bajaba su mirada, sabía que ella no tenía la culpa, coloque mi mano sobre su cabeza, y puse en marcha el auto...
Pronto llegamos al colegio, y nos vimos rodeados, por los curiosos de siempre, también por los babosos de siempre, a quienes fulmine con la mirada, luego me encargaría de ellos; acompañe a mi hermana hasta el salón de maestros... en nuestro camino, divise a Kyo, estaba con su novia; al pensar esa palabra, mi estomago dio un vuelco, sentí un malestar y muchas ganas de ir y golpear a Kyo, hasta que la mano de mi hermana me despisto, la observo...
-¿hermano estas bien...? te quedaste observando a esa pareja...- sonrío y sin decir nada nos adentramos al salón de maestros, una vez que la acompañe a su salón, me aleje de allí; fui a la azotea, quería pensar y claro también descansar, pues no dormí mucho anoche... subí a lo más alto y me recosté observando el cielo, cierro los ojos, y antes de poder quedarme dormido, escucho unas voces; me acerco para ver de quienes eran, mi sorpresa se hace presente, al ver a Kyo y su patético alumno hablando, bueno, o casi pues su tonto y patético alumno lo tenía contra la reja de la azotea, Kyo no se notaba nervioso, más bien tenía los ojos cerrados, y el otro idiota, patético y tonto se sonrojaba, me molesto, trate de controlarme para no bajar y golpear a ambos, a Kyo por dejarse acorralar así, y al otro idiota, patético, tonto y cabeza hueca del alumno, por... por... me frustre al no saber porque, pero me molesta su cercanía...
-Kusanagi-san, yo...- dijo relamiendo sus labios, me dio la impresión de que... mi sorpresa aumento al ver que se acercaba a su rostro, mi furia aumentó, ahora sí que lo mataría, y no solo eso lo reviviría para poder matarlo de nuevo, de un salto me acerque a él, lo tome de los hombros y lo aleje de Kyo, al escuchar la voz de Kyo; volví en mi, nos observamos y luego, aprieto mis dientes, me controlo...
-¿que haces Yagami...?- dijo observando a Shingo, y este solamente me observa con odio, ignoro la presencia de Kyo, y respondo del mismo modo, estaba preparado, para matarlo, pero el timbre de la campana sonó...
-vamos, Shingo...- dijo, sentía su mirada sobre mí, pero lo ignore, supongo que eso aumento su ira...
-Kusanagi-san...- dijo mirando a Kyo, aun no apartaba mi mirada de el...
-vamos, ya es hora del almuerzo...- luego de que me dedicara una última mirada de odio, sonreí con arrogancia, lo seguí con la mirada mientras lo veía irse por la puerta, una vez que no estaba a mi vista, suspire...
-bien, ¿ahora tratas de matar también a mi alumno?- dijo Kyo tras de mí, había olvidado que estaba allí, inmediatamente, lo observo, quería golpearlo, y reclamarle que... ¿que rayos quiero reclamarle?... de nuevo me siento atacado por la marea de emociones, emociones que nunca necesite, emociones que creía no tener, me sentía ahogado, sofocado, no podía respirar sin temer que dijera algo que no quería; no quería escucharlo, no quería que me tocara, quería estar solo... -Yagami... -dijo llamando mi atención, desvié la mirada, me mordí el labio inferior para no dejar escapar algo que me sofocaba...
-vete... quiero estar solo... aléjate de mí...- dije como pude, me tape la boca con mi mano derecha, no tenía fuerzas para alejarme de Kyo, su aroma, su aliento, sus ojos, su voz, quería que todo fuera mío, lo deseaba; si esto seguía así, no podría controlarme, y estoy seguro que haría algo de lo que luego me arrepentiría...
-no eres nadie, para ordenarme...- dijo, y luego no pude razonar, sin poder detenerme, lo empuje con mi mano derecha hasta que quedo contra la reja, me miraba fijo, y podría decirse que estaba un poco sonrojado, y nervioso, aunque pudo haber sido mi imaginación, pues era yo el que estaba nervioso, sin saber qué hacer, respiraba agitadamente, me acerque a su rostro...
-haz silencio...- susurre contra sus labios, cielos, no podía controlarme, observaba sus ojos, sus labios...
-Yagami...- dijo respirando de la misma manera que yo, y no pude evitarlo, uní mis labios con los de él, fue un beso tierno, inocente, mis manos temblaban, estaba embriagado con sus labios, había probado, varios labios pero, ninguno se compara con los de él, pase mi mano izquierda por su nuca, y mi mano derecha quedo en su cintura, sus manos estaban en mis brazos, temblando, quise profundizar el beso, pero, la puerta tras nosotros se cerro, eso hizo que nos separemos de inmediato, observe la puerta, y luego lo observe a él, estaba sonrojado con su mano en sus labios, mirando el mismo lugar que yo hace instantes, luego me miro, nos quedamos mirándonos por unos segundos, y luego me golpeo, caí al suelo a causa del impacto...
-supongo que me lo merezco...- dije, pues a pesar de querer corresponder al ataque, sabía que no debí haberlo besado, pero también sabía que quería aun mas, y eso era justamente lo que quería evitar...
-¿que rayos, fue eso...? ¿por qué me besaste...?- dijo tranquilamente, pero con furia en sus ojos, me levante y sin decir nada trate de abrir la puerta, pero estaba, cerrada del otro lado, su rostro palideció al darse cuenta, ambos suspiramos, nos observamos, y nos sentamos alejados uno del otro... las horas pasaban, y nadie venia, ya era de tarde y nadie se dio cuenta de que faltábamos, comenzó a hacer frio, suspiro, mi hermana ya se habrá ido con mi nana, por eso no me preocupo, lo que me preocupa es que el deseo de besar a Kyo, no desaparecía...- ¿tienes, frio...?- la voz de Kyo me saco de mis pensamientos, lo observo, esta sonrojado y mirando al lado opuesto de donde yo estaba, sonrío, lo veo temblar, me acerco a él, me siento a su lado, el esconde su rostro en su rodilla, entre sus brazos, yo me cruzo de brazos, es exquisito sentir el calor de Kyo, pienso eso mientras observo las estrellas y me dejo vencer por el sueño...
Continuara: "Fuego vivo II: Luna."
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