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Pequeño pervertido por LaDy YuRi YaOi

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Notas del fanfic:

Bueno, debo decir que este fic está dedicado completamente a mi pequeña Katsura.

Notas del capitulo:

Es el prólogo del fic que intento hacer paralelo a mi queridísimo Espiral ascendente... Espero les guste tanto como me gustó y me costó escribirlo.

Disfruten la lectura.

Prólogo.

Pequeño pervertido.

 

 

Esto es vida... E incluso si no lo era, podría ser algo parecido al paraíso. 

 

Hoy era el día de mi cumpleaños y el día de ayer, luego de un par de negociaciones, mi madre había accedido a dejar que faltara a clases. Era ése el gran motivo de que aún estuviera en ella acostado sólo con los ojos cerrados.

 

Un ruido me sacó de mis pensamientos y cuando me encontraba concentrándome en oír de donde provenía, escuché la voz de la pareja de mi madre retumbar en la sala. Uh, mal día para recordar que junto a mi cumpleaños, es también el día en que ese tipo se muda a casa. Me acomodé un poco más, recordando el día en que mi mamá nos comunicaba que Yoshiki vendría a vivir junto a su hijo a casa.

 

“Genial mamá, más bocas para alimentar”, pensé en voz alta recibiendo una mirada acusadora de ella y de mi hermano.

 

—Bueno, Takuya –la miré suspirando o tramando algo—, ya que estás tan feliz por tu madre serás la persona indicada para compartir el cuarto con el hijo de Yoshiki. –Terminó diciendo. Creo haberla mirado despectivamente mientras mi hermano mayor contenía las ganas de reírse.

 

Patrañas, ¿No podía ser tan malo compartir el cuarto con otro adolescente, verdad? Y como buen anfitrión, no bajé a recibir a nadie. Sentí un ligero movimiento en la puerta de mi habitación el cual decidí ignorar de plano mientras no tuviera que ver con mi cama. Todo estaba bien hasta el momento en que sentí un aroma dulce y un cosquilleo cerca de mi rostro.

 

—¿Qué diablos? –Abrí mis ojos, pestañeando varias veces hasta ver que una carita estaba a centímetros de la mía. Unos ojos grandes me observaban atento.

 

—Ah, lo siento Takuya –escuché la voz de mi hermano mayor desde la puerta—, el pequeño insistió en que quería conocerte.—Giré mi vista hasta toparme con su figura y luego intente sentarme mientras el pequeño se acomodaba en mis piernas.

 

—¿Tú eres mi hermano mayor? –Habló de la nada mirando como estiraba mis brazos.

 

—¡¿Qué?! –Eso sí que me tomó desprevenido. Que yo sepa, mi mamá no tuvo otro hijo después de mí, así que fruncí el ceño y miré a mi hermano que aguantaba su risa al ver mi cara de sorpresa— ¡¿Y tú de qué te ríes?! –Le cuestioné.

 

—El es Akiharu, el hijo de Yoshiki. –Este mocoso que me mira con atención es el hijo de la pareja de mi mamá. Ok, creo que me demoraré en procesar la información.

 

—¡¿Ah?! –Pensé que moriría con lo que acabé de escuchar. Mi hermano se sentó en el filo de mi cama

 

—Te presento a tu nueva carga, pequeño Taku-chan –odié su risa fastidiosa—. El es Akiharu. 

 

¿Aki qué? Esto es una pesadilla estoy seguro, quizás deba dejar de comer fruta por las noches. Puedo apostar que esto es efecto de aquella manzana. Sí, tenía un aspecto raro era como aquella que la bruja le dio a blanca nieves y…

 

—Miku —¿Eh? De nuevo fui interrumpido. El pequeño estaba ya aún costado de mi cama, ahora que lo pienso… No es tan alto. Admito mi derrota pensé que al menos tendría mi edad.

 

—¿Miku? –habló mi hermano robándome las palabras.

 

—Así me dice mi padre. –Mencionó en voz baja, meciendo su cuerpo mientras sus manitos descansaban atrás.

 

—¿Acaso Miku no es nombre de mu…? –Un cojín terminó en mi rostro de forma sorpresiva— ¡Hey! –Reclamé mirando a mi hermano. Eso fue un ataque a traición pero cuando estaba por responder recibí aquella mirada que sólo puede significar una cosa: mi boca tiene que estar cerrada.

 

—Bien, Miku. El sujeto que está ahí es tu otro hermano mayor, Takuya –Me señaló con su dedo pulgar mientras cruzaba sus piernas. No quise presentarme, me sentía molesto por aquella actitud que demostraba tener ese que dice ser mi hermano mayor—. Con él te quedarás compartiendo cama –si…cama. ¿Qué?—, por el momento y habitación.

 

—Hermano… Tienes que estar bromeando –traté de poner mi mejor cara de súplica—, él…

 

—El tiene nombre, Akiharu o Miku. Tú decides como llamarlo. –Me interrumpió.

 

—Bueno –mis ojos rodearon hasta toparme con la figura del susodicho que miraba todo mi cuarto, luego su mirada se posó en mí. Oh, no. Me sonríe de forma inocente y siento unas ganas enormes de…

 

—Que bien, aceptas. Le diré a mamá que está con Yoshiki abajo –de nuevo interrumpió mis pensamientos—, Miku-chan debe estar cansado por el viaje largo –miró al pequeño castaño que bostezaba tapando su boquita con su pequeña mano—, ¿No es así? – aquella cabecita se movió afirmando las palabras— Y como tú estás en la cama, arrópalo y haz que duerma contigo mientras ordenamos todo abajo. Sin peros.

 

Mi miró unos segundos, le devolví la mirada hasta que el salió y entró sólo para dejar dos maletas grandes en la que era, hasta ahora, mi habitación.

 

Solté un gruñido, ¿qué clase de cumpleaños era ese? Esto apesta, pasé de tener una cama para mi solo a tener a un crío que a lo mejor no sabe usar el baño. Jalé mi cabello desesperado.

 

— Takuya –para cuando dejé de hacer lo que hacía el pequeño me miraba intensamente—, tengo sueño –pasó su manito por sus ojos grandes. ¿Y a mi qué? Se podía acostar solo—. Ayúdame a cambiarme.

 

Lo que me faltaba. Me levanté para dirigirme a una de las maletas. Cuando por fin lo pude abrir encontré enseguida un pijama celeste con estampado de conejitos. Creo que estuve media hora tratando de contener la risa por lo inocente del pijama por que cuando me di vuelta el pequeño estaba en mi cama dormitando. ¿Acaso? “Por favor no” supliqué en voz alta mientras me acercaba a ese cuerpecito inerte, ¿acaso tengo que cambiarlo?

 

—Sí, tienes que cambiarlo Taku-chan –habló mi hermano que pasaba con unas cajas hacia la habitación que era de mi mamá—. Yoshiki pide disculpas por no poder arroparlo el.

 

Su figura desapareció por la puerta. Es su hijo, él debería estar cambiándolo no yo. Soy simplemente… No, ahora soy el hermano hasta que toda esta obra barata de la unión de familias acabe. Me acerqué a su cuerpo y lo acomodé de tal forma que empecé sacando los mini-zapatos junto a sus calcetines, luego subí para poder sacar el pantalón. Por suerte este sólo tenía un elástico así que tuve que bajarlo, luego acerqué el pantalón de su pijama.

 

“Qué piel más suave y blanca”, sin darme cuenta o de forma inconciente pasé una de mis manos suavemente por aquellas piernas a la par de que una sonrisa boba aparecía en mi rostro mientras observaba que su boxer era del pato Donald.

 

—Mhm… –un quejido se dejó escuchar en mi habitación.

 

Miré el rostro de Miku tranquilo y luego seguí bajando la vista hasta que... Oh, no. ¿Qué hace mi mano cerca de su parte íntima? Sentí mucho calor en el rostro. “Uh, estas cosas no me pueden pasar a mí.” Saqué mi mano de ahí rápidamente y me alejé de la cama unos momentos.

 

“Qué horrible, qué vergonzoso. ¡Creo que necesito una novia urgente! ¿Y si no es eso? Entonces cualquier chica que se quiera acostar conmigo.” Pasé mis manos fuertemente por mi cara aún maldiciendo por dentro lo que acababa de hacer. Parece chiste de mal gusto. Miré de nuevo hacia la cama y el pequeño se estaba contorsionando en busca de calor así que dejé mis pensamientos aún lado y volví para ponerle el pijama, esta vez completo. Para asegurarme de que no ocurriese lo mismo desvié mi rostro dejando que mis manos hicieran su trabajo.

 

Terminé de acomodar la ropa que usaba junto a la mía y un dolor de cabeza me indicó que era hora de dejar de pensar. Me acomodé de lado contrario y cerré mis ojos.

 

El sueño me venció y creo haber estado quieto.

 

—Se ven tan lindos –escuché una voz a lo lejos—, esto de que compartieran habitaciones fue una buena idea cariño.

 

—Claro que sí –esa voz era la de mamá lo apostaría sino fuera porque estoy cómodo y me siento abrigado—. No encuentro la hora de ver cómo se comportará Akiharu con él.

 

—Ah, estamos iguales –no entiendo, ¿Akiharu? ¿Quién es?—. Mi hijo es tan caprichoso que no querrá soltarlo –no imagino que alguien quiera soltarme, digo, soy irresistible lo sé. ¿Hijo? No estaba entendiendo nada, sólo abracé el bulto que me brindaba más calor—. Eres una mala mamá, quieres ver a tu hijo sufriendo.

 

Escuché unas risas sueltas y luego ruidos que me devolvieron al mundo de los sueños. Casi…

 

—Takuya –ahora sí que eso parecía real—, hora de que te levantes. ¿No vas a pasar todo tu cumpleaños durmiendo verdad?

 

Abrí mis ojos y miré a mi mamá, a su lado estaba su pareja sonriendo, cuando bajé la vista estaban unos ojitos mirándome de forma enfadada.

 

—¿Quién eres? –De golpe llegó el recuerdo de lo ocurriendo antes y cuando traté de alejar mis brazos de su cuerpo en me lo impidió— ¡Oye! ¿Qué haces? –Dejó mi cuerpo de espaldas a la cama y el se sentó en mi vientre. “¿Qué le pasa? Están su papá y mi mamá mirando.”

 

—Soy Miku –me dijo posando una de sus manitos en mi pecho—, tú eres Takuya –sonrió de manera traviesa y terminó apoyando su cuerpecito en mi pecho dejando nuestros casi pegados—. Mi hermano.

 

Notas finales:

Sólo una cosa por decir, este si que si estará actualizado por semana...

¡Te amo pequeña Katsuu!

Gracias por leer ;D

PD: Si les gustó por favor, comentar. Se que nunca lo pido pero para este trabajo eso es un pequeño incentivo.


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