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En nuestro camino por RAMSIN

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Notas del fanfic:

 

Este fic es un Gojyo x Hakkai ( los adoro ), también algo de Sanzo x Goku ( aun pienso si solo será algo shonen ai o no, lo veré en el camino del fic), otra cosa, lemon, acción, algo de violencia, Mpreg. si no les gusta o no saben qué demonios es pues tienen chance de devolverse o cerrar la ventana, no obligo a nadie a leer lo que no quieren y es bajo su propio riesgo si lo hacen, por lo demás ahora si les dejo en el fic.

 

Notas del capitulo:

Un encuentro clandestino, meses sin sentirnos, deseos encontrados, un descubrimiento, nada con ajo y muchos celos de un dragon.

 

Como una inauguración, así me siento con este primer fic de Saiyuki, en verdad que me atreví a subirlo solo por dos razones, la primera es que hice un oneshot que termino siendo este fic  je je je, y la segunda fue la inspiración y fuerzas que me dio el ver otro trabajo Mpreg  de este genial anime, espero les agrade y es mi primer trabajo de Saiyuki así que sepan perdonarme, como siempre se debe poner en claro Saiyuki no me pertenece, no pretendo poseerlo y mucho menos pero tengo derecho a darles un mundo de inimaginables historias sórdidas y variadas.

Este fic es un Gojyo x Hakkai ( los adoro ), también algo de Sanzo x Goku ( aun pienso si solo será algo shonen ai o no, lo veré en el camino del fic, otra cosa, lemon, acción, algo de violencia, Mpreg. si no les gusta o no saben qué demonios es pues tienen chance de devolverse o cerrar la ventana, no obligo a nadie a leer lo que no quieren y es bajo su propio riesgo si lo hacen, por lo demás ahora si les dejo en el fic.

 

En nuestro camino.

Capitulo 1

Causa y efecto.

 

Oscuro, frio y convenientemente solitario, en medio de un espeso bosque que no dejaba que los débiles rayos de una luna llena llegaran al suelo, entre muchos árboles, ruidos de animales y una brisa malévola que mecía las copas de los arboles causando sonidos extraños, entre todo ese escenario había dos extraños llenos de deseos reprimidos, sensaciones inequívocas de que era el momento perfecto y el lugar perfecto para entregarse a la locura, sin duda alguna lo era para uno de ellos, estaba al límite de lo posible, con su cuerpo deseoso de sentir el calor del otro, de recorrer su piel como si se tratase de un libro siendo leído, sus manos deslizándose por aquella cintura delgada y tentadora, arrancándole un beso voraz, su lengua traviesa recorriendo a plenitud su interior, saboreando, degustando y dándose un banquete digno de un rey hasta que la falta de oxigeno les hizo detenerse en sus actos.

-          No... no tan brusco. - susurro a su compañero que seguía lamiendo la comisura de aquellos labios tentadores. -

-          Debemos aprovechar el momento, casi nunca podemos hacer esto. - deslizo su mano derecha por todo el pecho de su amante. -

-          Lo sé, yo también te deseo pero es peligroso.

Inclino un poco su cuerpo fuera del árbol donde se ocultaban para lograr ver como a unos metros de ellos había una improvisada fogata aun encendida y en el suelo junto a aquel cálido fuego también estaban los cuerpos de dos personas durmiendo.

-          El mono no va a despertar a menos que le llames a comer y Sanzo cayó como mosca después de beber. - sonrió complacido al recordar su plan de emborrachar al monje que era el único estorbo entre ellos esa noche. -

-          No puedo creer que Sanzo se dejo engatusar por tu plan. - sonrió con duda. -

-          Tiene el ego más grande del universo, solo hay que tocarle la tecla correcta y listo. - volvió a su labor de deslizar sus manos por la ropa del castaño. - pero ya no hablemos de ellos, quiero lo mío.

-          Pervertido. - ladeo la cabeza dejando que el medio demonio comenzara a desatar los botones de su camisa verde, sintiendo como aquellas manos le recorrían placenteramente por encima y ahora por debajo de la ropa, tocándole con demencia y necesidad reprimida después de varios meses sin hacer nada. -

Sus incursiones amorosas eran así, sin tiempos establecidos, sin modalidades o reglas ya que las pocas veces que tenían estas oportunidades se entregaban con locura desmedida hasta que el tiempo les volviera a permitir un pequeño espacio de privacidad. Sus vidas no eran las más normales con demonios pisándoles los talones todos los días, recorriendo un camino que parecía interminable rumbo al oeste, sin saber  a qué atenerse y sobreviviendo unas veces y luchando otras, entre tanto tiempo juntos aprendieron a diferenciar el cariño, la amistad y el compañerismo del amor pasional, poco a poco esa llama que se encendió el día que se conocieron fue volviéndose un incendio de magnitudes insospechadas, sus tratos, sus juegos, sus peleas, todo les llevo a esa verdad irrefutable llamada amor, y como les costó aceptarlo.

 En especial para Gojyo que se auto nombraba el mas macho de todo el mundo, sus incontables incursiones en las camas de las féminas, sus flirteos y su descarado régimen amoroso solo era un tapadero para profundas heridas del pasado, su manera de llevar un vacio en el alma que causo el maltrato de una mujer, la que le destrozo su infancia y a la que trataba de complacer en sobre medida, tanto esmero por poner en un pedestal al género femenino le hizo desviar el camino hacia la vida sexual libertina con un trasfondo de solo complacer sus pecados, expiando su corazón dolido donde no entraba si quiera un rayo de cariño para alguna de las incontables amantes que pasaron por sus manos.  

Debía admitir que el vivir con un ser como Hakkai le cambio un poco el panorama, era un ser muy diferente a cualquier otro, descubrió que entre una apacible sonrisa se ocultaba una persona tan llena de miedos como él, pero sus temores era diferentes,  no distaban de lo amoroso en cierto punto pero si eran dos extremos de una misma moneda, un amor perdido y un amor no correspondido, ambos sentimientos entremezclados, una sensación de acompañamiento se instalo en el corazón de ambos, aprendieron a sobrellevar su amistad con un cierto dejo de más que amigos, se conocían muy bien, hasta demasiado bien para el gusto de Gojyo en algunas ocasiones.

-          La abstinencia no es buena para mí. - susurro con descaro al oído del castaño. -

-          Admito que te has portado mejor que nunca. - rodeo con sus brazos el cuello del pelirrojo. -

-          Te necesito. - en un solo movimiento ya había bajado los pantalones de su amante. - se mío otra vez.

-          Estas hablando de mas. - acallo las palabras de Gojyo con su boca, sus labios se juntaron en un beso desesperado, nuevamente juntos, sintiéndose uno en ese inmenso espacio. -

Con mucha suavidad deslizo sus manos por toda aquella piel expuesta, sintiendo el pecho, estomago y caderas de Hakkai, era un placer inmenso el que le dejara tocarle de esa manera, sintiendo como su cuerpo se tensaba y una gama de pequeños gemidos empezaban a brotar de sus labios, susurros descarados que eran arrancados de su boca gracias a que las habilidosas manos del medio demonio empezaron  a tocar su naciente excitación, suavemente de arriba abajo, en un vaivén delirante mientras sus respiraciones se entrelazaban por la cercanía de sus rostros.

-          No hagas ruido. - le mordisqueo el lóbulo de la oreja con suavidad mientras le regañaba por subir el tono de sus gemidos. -

-          Solo... sigue. - escondió su rostro entre el hombro de Gojyo, aquellas sensaciones eran el paraíso, no podía detener lo que su cuerpo hacia por puro instinto. -

Mientras su mano derecha le acariciaba movió su otra extremidad por toda la espalda del castaño, su mano desliándose en un recorrido delicioso que acabo donde la espalda pierde su nombre, con mas descaro apretó aquellos muslos como si fueran frutas maduras, tocando y moviendo sus dedos hasta abrirse paso entre sus muslos llegando al lugar deseado para cumplir su cometido. Con un fuerte gemido de Hakkai ahogado en su hombro confirmo que estaba donde debía, acelerando sus caricias mientras sentía como las caderas del mismo empezaban a balancearse al ritmo que le impartía, entre caricias se sintió llegar al clímax, aquellos dedos tocando en lo profundo de su ser, llegando a los lugares más recónditos de su cuerpo de un manera que jamás imagino. Sus piernas temblaron gracias a los espasmos de un venidero orgasmo, un cosquilleo divino en su bajo vientre, calor y deseo desatado en un solo acto, con fuerza termino mordiendo el hombro de Gojyo para no dejar ir un solo sonido de su boca, estaba en la cumbre del placer mismo sintiéndose llegar entre las manos del medio demonio.

-          Esa valió por los meses que no pudimos hacer nada. - sonrió descarado a un sonrojado y sudoroso Hakkai. -

-          ¿Te lastime? - recordó haberle clavado los dientes en el hombro. -

-          Fue pervertidamente divino que me morideras. - le sonrió como solo él podía mientras tomaba nuevamente las caderas de Hakkai entre sus manos. - quiero seguir, aun falto yo.

-          ¿Qué esperas?. - deslizo su lengua en son provocador por la mejilla del pelirrojo. -

-          Eres todo lo que deseaba en esta vida. - con mucha facilidad alzo el cuerpo del castaño lo suficiente para ubicar sus muslos en el sitio correcto. -

Sabía que era verdad lo que le decía con tanta pasión mientras comenzaba a entrar en su cuerpo, dolorosamente al principio pero nunca lo suficiente para lastimarle, jamás pudo entender como un hombre tan básico en superficie podía darle tanta delicadeza y cariño en sus encuentros, no podía entenderle pero sin embargo era un verdadero alivio que fuera así, se sentía realmente bien entregarse a él, sentirle dentro suyo, su cálido ser rodeándole en todo sentido, sus manos aferradas a su cuello mientras que sus piernas se enroscaron en la cintura de Gojyo para darse mejor apoyo a lo que hacían, aquellas embestidas empezaron a ser cada vez mas rápidas y profundas, sintiendo como llegaban al punto exacto donde la pasión no tiene retorno, sus bocas se unieron nuevamente en un ferviente beso lleno de lujuria, sus lenguas entrelazadas solo podían tocar a placer, sus jadeos y gemidos apagados fueron como música para sus oídos. ¿Cómo era posible que un hombre le  brindara la satisfacción que no logro en años con muchas mujeres?, no podía darle explicación pero si podía sentir que su corazón estallaba de felicidad con cada beso, cada caricia y cada contacto que le brindaba Hakkai, era su elixir sanador, el ser que curaba su herido corazón con cariño desmedido, entre esos pensamientos pudo sentir que su cuerpo llegaba al límite de las emociones, embistiendo con más fuerza dejo que su cuerpo liberara aquel compendio de sensaciones reprimidas por meses, era la pequeña muerte en vida, con unas ultimas y jadeantes estocadas derramo su semilla en el interior de su amante, sus cuerpos quedaron letárgicos por unos segundos, respirando acelerados y sudorosos.

-          Me sentí morir. - susurro con suavidad sobre el cuello de Hakkai. - no sé cómo logras que me vuelva loco.

-          Es amor. - acaricio con sus manos la roja cabellera de su amante. -

-          Es un sentimiento que empiezo a entender gracias a ti. - le dio un casto beso en los labios. -

-          ¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! - un grito retumbo en medio de aquel bosque, ambos hombres quedaron petrificados al ver al dueño de aquel lastimero sonido. -

-          ¿Go..go...goku?. - Hakkai estaba totalmente pálido viendo al pobre chico que permanecía como piedra mirándolos a uno pocos metros de ellos. -

-          ................ - Gojyo solo pudo bajar la mirada con rabia, su encuentro perfecto fue arruinado por el mono. -

-          ¿QUE DEMONIOS SUCEDE?. - la voz de un medio adormilado Sanzo resonó en el bosque, se despertó con pistola en mano gracias al grito de Goku. -

-          Ha...ha...ha... - Goku hacia más señas que fiscal de transito mientras veía hacia donde estaba la pareja. -

-          ¡No.. no digas nada!. - Gojyo le devolvía las señas moviendo sus manos, estaba desesperado porque el chico le entendiera que debía callarse la boca. -

-          Baka. - Sanzo miro algo extrañado las expresiones del chico. - ¿qué haces allí parado a estas horas?

-          Yo.... Pues.....- estaba entre responderle a Sanzo y entender las indescifrables cosas que le intentaban decir Gojyo y Hakkai con sus manos ocultos tras el árbol. - me dieron ganas de hacer pis...

-          Duérmete. - se hecho de cabeza sobre su improvisada cama sin más interés en Goku. -

Y el pobre Goku en verdad solo se levanto  gracias al segundo llamado de la naturaleza más fuerte que el hambre, entre dormido y despierto se había movido cerca del árbol donde estaba la pareja en su encuentro sexual, desabrocho sus pantalones muy inocente y cuando iba a liberar su pobre vejiga vio que algo se movía entre las sombras, al agudizar la vista por creer que era algún demonio fastidioso que iba a atacarlos descubrió a cierto dúo en plena faena de movimientos extraños, gemidos y contorciones exageradas. El asunto quedo hasta allí esa noche, Hakkai muy avergonzado trato de remendar el asunto hablando con Goku pero este no parecía con ánimos de escuchar que "era" lo que en verdad hacían ellos dos allí escondidos pero sospechaba que no era nada sano ni bueno, por su parte Gojyo le juro por lo más sagrado que si le decía algo a Sanzo el se encargaría de que su boca no volvería a probar alimento solido por el resto de su vida.

Y en verdad Goku olvido el altercado muy pronto, su mente no puede guardar muchos datos y menos si te están amenazando con dejarte comiendo con una pajilla para lo que te quede de vida, entre todo esos anécdotas el grupo continuo su viaje como siempre, la acostumbrada tanda de demonios queriendo cazarlos, un poco de desorden, salvando vidas por aquí y por allá y siempre con desagrado del monje, unos disparos y gritos, nada fuera de lo normal hasta 2 meses después cuando el grupo estaba bajo un sol inclemente, conduciendo por el paraje mas desértico que podrían imaginarse que existiera en la faz de la tierra, el cuarteto estaba silencioso, ahorrando  sus energías para el próximo pueblo que no estaba muy lejos según la fiel información que siempre manejaba el conductor Hakkai.

-          ¡TENGO SED! - Goku grito lastimero mientras se tiraba prácticamente en el suelo del jeep. -

-          Al menos no es hambre. - sentencio Gojyo con pesadez, no tenia ánimos de buscarle lio al mono. -

-          ¡TAMBIEN HAMBRE! - un sonido de gruñidos se hizo presente en medio del silencioso paraje desértico. -

-          Mono tonto tu estomago es demasiado escandaloso. - el pelirrojo se burlo con descaro mientras pinchaba el estomago del chico. -

-          Ese ruido no fue mío. - se defendió indignado por la acotación. -

-          ¡Cómo no va a ser tuyo si eres el tragaldabas del grupo!

-          ¡NO FUE MIO! - comenzó a jalar los dos mechones de cabellos rojos que sobresalían en la cabeza del medio demonio. -

-          ¡SUELTAME... ESE ERA TU ESTOMAGO!

Ambos comenzaron a forcejear por quien tenía la razón pero entre el calor y el fastidio, el más iracundo pasajero del vehículo decidió poner fin a la discusión de una manera racional y directa.

-          ¡AL QUE VUELVA A AHABLAR LO MATO!. - Sanzo alzo su pistola y apunto al dúo que seguía sujeto de las ropas discutiendo. -

-          Gggrrrrrrrrrrrruuuuuu................. - aquel sonido se repitió con más fuerza que antes. -

-          NO ES MI ESTOMAGO!. - grito feliz Goku al notar que todos miraban hacia el verdadero culpable. -

-          Eh.... Creo que tengo hambre. - Hakkai sonrió con nerviosismo mientras seguía conduciendo. -

Unas horas después el grupo se encontraba al fin en uno de los incontables pueblos que se encontraban en su viaje, con soberana emoción Goku fue el primero en bajar del vehículo para entrar a la posada coreando que comería hasta hacer reventar con su peso la silla donde se sentaría, no muy lejos el monje rubio le seguía dentro para calmar los ánimos de un alborotado Goku, ya era más que costumbre el ponerle frenos y siempre seria así, Gojyo espero a que ambos se fueran para poder hablar con Hakkai, estaba seguro que su amante "clandestino" estaba un tanto extraño desde hacía unos días.

-          Hakkai. - le miro con seriedad mientras el susodicho acariciaba a Hakuryu que se poso sobre su hombro ya en su forma original. -

-          ¿Dime Gojyo?. - emprendió la caminata rumbo a la posada. -

-          No sé como preguntarte esto. - llevo sus manos atrás de su cabeza en pose pensativa. - ¿te sientes bien?

-          ¿Bien en qué sentido? - siguió distraído con el dragoncito blanco. -

-          Has estado comiendo más de lo normal, pensé que eran ideas mías, pero me preocupa que estés enfermo y por eso tratas de comer más para curarte.

-          Eso es una tontería Gojyo, estoy bien. - sonrió como siempre hacia, no sentía para nada que el comer un poco mas fuera algo de que angustiarse. -

-          Pero... - trato de pasar su mano por sobre el hombro del castaño  pero Hakuryu se enfureció dándole una buena mordida en la mano. - AAAAAAAHHH!! ¡ME MORDIO!

-          ¡HAKURYU ESO NO SE HACE!. - Hakkai le reprendió con asombro, aquel animalito nunca se había portado así con ninguno del grupo. -

-          ¿Porque me mordiste?. - se miro la marca de colmillos en su mano. -

-          Kiiiuuuuuuu.... - aleteo siseando mientras su cola pasaba a enrollarse mas en el cuello de su dueño como si le quisiera proteger. -

-          Parece celoso. - mascullo entre dientes el pelirrojo. -

-          No son celos, Hakuryu no es así. - miro al dragón con suma seriedad. - ¿estás hambriento también?

-          Kiu. - lamio la nariz de Hakkai en señal de cariño. -

-          Extorsionador. - Gojyo rodo la mirada con fastidio. -

-          El solo me cuida, verdad Hakuryu.

-          Kiuuuuuuuuu!!!. - asintió con su cabecita muy emocionado. -

 

Otra cosa extraña que estaba notando Gojyo en ese día, primero fue el apetito de Hakkai, su nueva y extraña costumbre de no comer nada que le huela a ajo, también estaba lo de que Hakuryu se había vuelto sobre protector de su dueño, no dejaba que ni el mismo Goku se acercara mucho a Hakkai, parecía desmedido por cuidarle y ni hablar de cómo lograba espantar a todos del castaño. Después de una buena comida pronto cada uno se fue a dormir, tendrían que continuar su viaje a la mañana siguiente,  pero aun Gojyo sentía ganas de charlar con su compañero así que rompiendo con la regla de no visitarse en medio de la noche se escabullo de su habitación rumbo a la de Hakkai, sin hacer mucho ruido giro la perilla de la puerta confirmando que el susodicho no había pasado candado, una ligera sonrisa se apodero de sus labios, esta noche no solo conversaría con Hakkai, quizás tendrían un poco de "acción". Como si fuera un ladrón entro silencioso y cerro nuevamente la puerta, miro a todos lados notando que la "mascota" de Hakkai no estuviese por allí para volver a morderlo, comprobado aquello noto como había un bulto en la cama bien arropado hasta la cabeza y dándole la espalda.

-           Vine a conversar contigo, quiero estar seguro que todo está bien. - sin medirse en hacer ruido, se paro cerca de la cama. -

No obtuvo respuesta, un silencio sepulcral fue lo único que recibió así que supuso que el pobre castaño estaba agotado del viaje y la comida, con ternura paso a sentarse en la cama junto a él y poso sus manos por todo el contorno de las caderas, deslizándolas suavemente mientras le decía algunas cosas en susurros.

-          Vamos Hakkai despierta, me arriesgue mucho al venir aquí para estar contigo, estoy deseoso de que hagamos algo divertido esta noche. - paso su mano por lo que supuso era el trasero del mencionado. -  

-          Quita tus manos de mi trasero ahora mismo.  

-          ........... - Gojyo se puso azul al escuchar aquella voz fría y cortante,  de un segundo a otro su cabeza estaba siendo apuntada por la fría y despiadada pistola desterradora de Sanzo. -

-          Y Hakkai cambio de habitación conmigo... - una sonrisa malévola se apodero del rubio. -

 

Continuara....

 

En verdad que me siento muy feliz de culminar este prime capitulo!, espero les agradara y sientan curiosidad de saber que pasa ahora, porque los cambios en Hakkai... (Que mas que obvios) un Hakuryu con ¿celos o sobreprotección?, muchas dudas y muchas respuestas más adelante y ya todos sospechan de la aventurita que tienen Hakkai y Gojyo pero eso se discutirá después.

 

Próximo Capitulo:

Uno en un millón.

 

¡URASAIIIII!

 

Aquella mesa repleta de alimentos parecía sacada de un deseo reprimido de Goku, sin duda alguna todo olía exquisito, la comida caliente y lista para ser devorada por los comensales, todos estaban listos para la carrera contra reloj, en situaciones así siempre Gojyo y Goku terminaban a los golpes por el ultimo bocado, y no fue diferente en esta ocasión, en poco rato la mesa quedo prácticamente vacía a excepción de un rollito primavera que estaba solito sobre un plato, el mono y la kappa pervertida cruzaron miradas desafiantes ante la presa, ese rollito debía terminar en el estomago de alguno de los dos.

-          Es mío. - siseo malicioso el pelirrojo mientras arremangaba su chaqueta para mejor maniobrabilidad con los palillos. -

-          Yo lo vi primero. - Goku hizo sonar sus palitos en son provocador. -

-          ¡ES MIOOOOOOOOO!!

Ambos se lazaron contra el pobre rollito primavera, la lucha sin cuartel era demoniaca hasta que de entre el tumulto una llamarada de fuego enorme cubrió al dueto en un segundo dejándolos carbonizados, estupefactos y confundidos.

-          Gracias Hakuryu. - Hakkai toma muy feliz el último rollito con sus palillos y se lo come de un solo bocado. -

 

Notas finales:

GRACIAS POR LEER Y ESPERO SUS COMENTARIOS YA QUE ESTPY MUY EMOCIONADA CON ESTO!.


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