CORAZON GITANO
PROLOGO
Si había algo que odiaba por encima de todo, era no tener una idea clara de lo que le pasaba, Degel siempre había vivido con la seguridad de saber cuál iba a ser su destino y también con la precisión de que podría seguirlo sin nunca dar un paso mas allá de lo permitido, ahora la pradera que se extendía frente a él lo volvía loco porque revelaba con claridad todo lo que el n podía entender, todo lo que representaba Kardia en su vida, cerró los ojos apreciando en silencio la calda brisa de otoño que chocaba contra su rostro y tras unos minutos volvió a abrirlo esta vez con el corazón en un puño, llevaba dos horas esperando, a veces temiendo que él no viniera, y otras recordando que la persona esperada lo último que conocía era la puntualidad, sin embargo eso ya no le era suficiente, Kardia nunca le había hecho esperar tanto…
Cerró los ojos sintiendo pasar cada segundo como un puñal en su pecho, aguantaba las lagrima que luchaban por salir de sus ojos rogando que llegara pronto, que apareciera… por Dios , suficiente tenia con el extraño mensaje de aquella mañana y el dolor visto en sus ojos, las preguntas se arremolinaban en su mente cada una más cruel que otra y todas preguntándose el porqué de la cita ¿quería dejarlo quizás? O era NO sacudió la cabeza deseando alejar dichos pensamientos de su mente, Kardia lo amaba…de eso no podía tener dudas… jamás ¿verdad?
Cayo irremediablemente de rodillas, sabía que él no debía amar a Kardia del mismo modo en el que el joven norteamericano no debía hacerlo con él, no solo por que el otro era un hombre al igual que él, sino porque este era extranjero, no podía siquiera imaginar la reacción de su familia si se enterara, si por un momento…. Ellos sospecharan, sería su fin, sonrió con tristeza, al tiempo que se preguntaba si acaso habría sido mejor no conocer a aquel hombre que en tan poco tiempo le había sentir tanto, miro a lo lejos de nuevo y retorno a dos meses atrás cuando conoció a el “señor de occidente” como le había llamado su nana entonces.
:::::::::::::::::: Flash Back :::::::::::::::::::
Un joven de admirables ojos azules y largos cabellos aguamarina caminaba por encima de una delgada baranda al borde de un balcón de altura notable, practicaba con sencillez y elegancia su equilibrio y estaba mas que claro que su simple acción tenia con los nervios de punta a todos los presentes que le observaban la buena mayoría sirvientes de la casa.
-si yo fuera tu me bajaría- le dijo un joven peli azul de unos 17 años, de hermosas facciones y cuerpo envidiable, su llegada aquella mañana había causado sensación entre las muchachas de la casa, la mayoría primas de Degel, a las cuales el había oído describir, hasta el cansancio, al joven extranjero.
-no es asunto tuyo-se limito a responderle con su frio comportamiento de siempre, quizás resultado de la molestia que indirectamente le había causado y sin embargo aunque había sido cortante el otro le había mirado divertido.
-yo solo digo...- sonrió el peli azul, parándose a un lado de la baranda y observándole fijamente, Degel miro al extranjero con el seño fruncido era la primera vez que alguien no se iba en cuanto el comenzaba a portarse de aquella manera tan molesta, muchos en esa casa le conocían lo suficiente para temer sus reacciones y aquel joven parecía solo divertido con todo ello.
Decidido a ignorarle siguió su practica en silencio, sintiéndose sin poder evitarlo la mirada de aquel desconocido sobre suyo cada vez más molesto, no le gustaba la sensación de ahogo y nervios que lo atosigaban sin razón aparente, deseaba que el se retirara, cerró los ojos con molestia decidido a dejarlo por aquel día sin embargo aquel breve momento de distracción le había costado, erro un paso y resbalo por la misma baranda que antes lo sostenía, cerro los ojos listo para un golpe que no sintió, al abrir los ojos noto que aquel mismo joven que era la causa de su caída, había sido el que le había impedido el daño.
-te lo dije- susurro ayudándole a poner los pies en el suelo y luego separándose de el con una mable sonrisa y aquella inquietante mirada en sus magnificas orbes
-hijo es hora de irnos- se escucho una voz antes de que el pudiera decir nada, al volverse se encontró con un hombre de aprox. 40 años de aspecto elegante y serio que parecía dirigirse únicamente al peli azul.
-voy...bueno adiós-le sonrió mientras se volvía y comenzaba a ir hacia aquel hombre solo en ese momento Degel se dio cuenta de que el peli azul vestía de un modo informal pero aun podía notarse la elegancia y perfección en su forma de ser, no era cualquier tipo de persona.
-nana quienes eran esa personas-le pregunto a la anciana que se había acercado unos minutos después de que los señores extranjeros se habían ido.
-ah son los Scorpius unos socios empresariales de su padre joven Degel-le dijo la mujer mirándole con serenidad- son gente de occidente, tal vez por eso le resulten extraños
-entiendo-su voz se perdió con el viento.
::::::::::::::::::::fin de flash back:::::::::::::::::::::::
Miro para abajo y tras unos segundos noto una sombra acercarse, al elevar la mirada lo descubrió, era Kardia, había venido
-pensé que ya no venias-dijo nervioso
-siento haberte hecho esperar, perdóname-Kardia lo atrajo a el...sus labios se unieron en un desesperado beso, que parecía decirle algo más profundo de lo que él podía entender-perdóname Degel-susurro con dolor contra sus labios al separarse, su voz tenía un extraño sonido, ese sonido que notamos en las personas que están llorando. El peli aguamarina le miro-regresare a casa –susurro mirándolo a los ojos- debí decírtelo, creí que las cosas podrían cambiar si mi padre lo entendía pero –sonrió con tristeza- perdóname Degel, te juro que te amo pero- se mordió el labio inferior y un gesto de impotencia aprecio en su rostro
-te vas –susurro asustado el menor, notando por primera vez el choque de la realidad, entendía que había algo mas tras las palabras de Degel, algo que el siempre habia sabido… él iba a casarse, estaba claro demasiado.
-si…-lo abrazo y el otro no se negó –perdóname, te juro que te amo –repitió , porque sabía que probablemente nunca más lo podría decir, amaba a Degel, pero más fuerte que ese amor, era el temor que sentía por su padre, sabe que nunca le daría la contraria.
-te vas-repitió en apenas un susurro mirándolo a los ojos entre el terror el dolor y la resignación, no podía ser y era, el lo sabía, debió saberlo siempre, pero mirarlo
-te amo –dijo el otro. Degel le miro sin saber si gritarle que no lo dijera o quedarse a decírselo el ahora que nadie podía detenerlo….
Lloro en silencio y extendió los brazos hasta el cuello del peli azul y en un suspiro se lo dijo con lagrimas en los ojos –también te amo…. Te amo Kardia te amo tanto… -y le beso, sabiendo que era probablemente la última vez.