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"Entre la Cocina y el Espacio Estelar" por Ddai

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Notas del fanfic:

Obviamente Bleach, ni sus personajes, me pretenece, son propiedad de Kubo Taito Sensei y yo solo tomo prestados a sus personajes para darle salida a mi rebelde imaginación.

Gracias a Saya Sumeragi Neesama por su apoyo y ya sabes que va dedicado a tí con mucho cariño^^

Tambien dedicado a Liz Uzumaki, quien esta ahí para ver lo que ya llevo y llorar cuando no hay nada XDDD 

Pues fue hecho como un reto para ver quein gana.. Luego pongo quienes compiten contra mi XDD

Condiciones: [tal cual me las han mandado]

Fic de 23 capítulos donde, 

Ulquiorra es acosado

Ulquiorra uke

Ulquiorra aficionado a los aliens

Con una mascota conejo

Conoce a Grimmjow chef que cocina mal

 

 

Bueno creo que con el primer capítulo cubro casi todo XD...

Notas del capitulo:

Nada creo XD sólo espero que lo disfruten ^^

"Entre la Cocina y el Espacio Estelar"

Capítulo I

"El Inesperado Indeseable"

 

Había un calor insoportable, tanto que hasta derretía las suelas de los zapatos, el asfalto estaba tan ardiente que se podía freír un par de huevos fácilmente en él. Estaban en vacaciones de verano y la mayoría de las personas se iba a las playas a disfrutar del sol, la arena y el mar, pero él no era de los que pensaba que eso fuera divertido, tenía la piel blanca, casi como la de un cadáver, el sol lo dejaba rojo como camarón y su piel quedaría dolorosamente dañada si se exponía mucho a él, la mejor opción que tenía era meterse a su tina, con hielos en el agua y su ventilador prendido, además cada vez que se tuviera que asomar al "Mundo Humano" tenía que usar bloqueador solar, de "al menos" Ochenta de FPS, sólo para estar seguro de que el sol no dañaría su piel ni por un segundo, era un "poco" caro, pero valía la pena, la verdad lo compraba por cajas, ya que lo usaba casi todo el año, incluso había quienes pensaban que estaba loco, pero le venía valiendo lo que los demás creyeran de él.

Apropósito de salir al "Mundo Externo", le tocaba pisarlo hasta las seis de la tarde, el sol ya habría bajado un poco su intensidad, pero él no iba a arriesgarse, aún eran rayando las dos de la tarde, tenía tiempo para seguir remojado un poco más. El solo pensar que tenía que ir a trabajar lo agotaba. Abrió los ojos lentamente, mirando el techo, su estómago le recordaba la necesidad de comer y su piel la de permanecer en el agua ¿A cual debía de hacerle caso? Debió haber llevado bocadillos...

¿Llevar bocadillos...Al baño?... ¿Estaba demente?... Tal vez...

Se levantó, ya que se había decidido por la comida, apagó su ventilador y salió del baño, no olvidando llevarse su Venty, su actual mejor amigo, si tan solo tuviera suficiente dinero como para poder tener el clima prendido veinticuatro horas sería perfecto, en su cuarto, en donde se hallaba el baño como complemento "especial", estaba su colchón de agua, con una toalla mojada con agua fría encima, se tumbó en él, haciendo una "escala" a la cocina, conectó su ventilador en el contacto que estaba convenientemente cerca, el calor era infernal y eso que vivía en el décimo piso del edificio, en donde supuestamente había más ventilación, pero que rayos, el aire llegaba ardiendo, además de su Venty, y el agua fría, estaba vestido únicamente con unos bóxers cortos y ajustados que no dejaban nada a la imaginación... Aún así sentía que moriría "Al vapor"...

Tocaron a la puerta y él chasqueó la lengua, ya que estaba juntando apenas el "coraje" para irse a la cocina a exponerse a mas calor ¿Quién podría osar molestar a insanas horas infernales?... Se levantó con pesar, poniéndose en el trayecto una bermuda cómoda de algodón y una amplia camisa del mismo material, abrió la puerta para volverla a cerrar en el mismo instante, ese era Ichimaru Gin, quien fuese su senpai por largos seis años tiempo atrás, justo ahora eran vecinos, Gin vivía en el departamento de a lado, no es que lo detestara, sólo no lo soportaba, y no era porque fuera pareja de su amor platónico de la infancia, simplemente deseaba no seguir viéndolo a diario, ni estar enredado en sus chismes...

- ¡Por favor Ulquiorra kun! ¡Chappy necesita cuidados y no nos lo podemos llevar! ¡Moriría de calor en la playa!-a sus veintiséis años ese hombre era una endemoniada "ternura"...

- ¿Por qué debería de cuidarlo?-preguntó Ulquiorra, abriendo su puerta apenas una rendija, mirando al peliplateado con uno solo de sus ojos verdes, él jamás aceptó cuidar al bicho ese, él detestaba a los animales, y los animales no lo toleraban...

-Porque es lindo, tierno y esponjosito. Además lo otros vecinos no me soportan y no entiendo porque será si yo trato de ser lo más amable posible con todos, pero ¿Cómo iba a saber yo que Neliel no sabía que Jiruga se acuesta con el menor de los hermanos Granz? ¿Y cómo iba a saber que Jiruga ignoraba que los hermanos Granz son unos incestuosos? Para el caso ¿Cómo podría saber que el menor de los hermanos no sabía que el mayor tenía un novio en el extranjero? ¡Por todos los Cielos yo NO lo sé todo!-Ulquiorra lo estaba llamando desde hacía unos minutos, pero él no lo estaba oyendo-Tampoco tenía idea de que Rangiku san no sabia que Hisagi y Kira eran pareja ¿Cómo iba a saber, además, que ella andaba con un niño de catorce años?? No podría haber adivinado que ella no sabía que Shiro chan tenía una novia de la escuela y menos me iba a imaginar que nadie sabía que la chica en cuestión es la hermana menor de Kurosaki... ¿Te imaginas? Shiro chan saliend...-

- ¡Ichimaru!-Ulquiorra lo interrumpió bruscamente al sacudirlo ligeramente, agarrando al conejo- ¡Ya entendí! ¡Lo cuido! Adiós...-entró a  su casa, dejando al conejo en el piso; ese hombre era el único que lograba sacarlo de sus casillas, y en verdad lo detestaba por eso, cada que hablaban estaba en peligro de perder su fachada imperturbable, tenía que mejorar su tolerancia hacia los "Indeseables"...

-Ulquiorra Ku~n-tocó de nuevo- ¡Aún no te digo de las importantísimas  necesidades "especiales" de Chappy!-él en verdad parecía muy preocupado por su mascota; Ulquiorra sabía que si no lo oía no lo iba a dejar en paz nunca...- ¡Ulquiorra Ku~n!-siguió golpeando la puerta.

- ¿Qué sucede? -abrió una vez más, pero una rendijita, sólo para poder oírlo lo indispensable, de antemano sabía que se podía arrepentir de hacerlo...

-Chappy necesita comer cinco veces al día, no lo olvides, come lechuga, centeno, cereales, toma leche, jugo y Coca-Cola, no le vayas a dar Pepsi porque no le gusta y le sienta mal, también come helado todos los fines de semana,  no dejes que vea la tele porque se envicia, duerme en un cojincito rojo, no dejes que pase mucho calor ya que podría darle rabia y el clima le puede dar resfriado, si lo dejas mucho tiempo solo se pone triste ya que le da depresión, necesita oír música, pero no le vayas a poner de rock porque altera sus nervios, es un animalito muy delicado y...-

-Ichimaru-dijo Ulquiorra muy serio-Sé como cuidar a un animal ¿Acaso crees que nunca he tenido uno?-le dijo queriendo que se marchara de una vez.

-Yami no cuenta Ulquiorra-el único ojo verde que se podía ver a través de esa rendija pareció destellar-Como sea, aquí te dejo unos dólares para su alimento y ya tienes mi número de celular por si llegara a pasar algo. Nos vemos en unos días ¿Sí?-dicho eso se despidió para irse cantarinamente, su pareja lo esperaba en el estacionamiento; ellos se irían de "Luna de Miel" una vez más,  ese viaje era para celebrar su sexto aniversario, y habían ahorrado, entre los dos, lo suficiente para poder pasarse cuatro semanas encerrados en una de esas cabañas cercanas a aguas termales sin nada mejor que hacer que amarse, era de lo mas discreto, privado y nadie tenía porque enterarse de su paradero... Por eso es que él había dicho que se iban a la playa.

Ulquiorra palpó el sobre, para no tener que abrirlo aún, habían unas llaves, seguramente igual tendría que cuidar que el departamento de sus vecinos no quedara sepultado bajo el polvo "asesino", como el propio Aizen senpai lo llamaba, justo como cada año. ¿Por qué no le dieron a Neliel el conejo? Ahh sí, la peliverde había asfixiado al viejo gato de Ichimaru, también había estrujado hasta la muerte, dolorosamente triturado, al canario y no quería bajo de qué habían perecido la pareja de hámsters del peliplateado, eso había sido muy traumático...

El suspiró pesadamente ¿Qué si había tenido mascotas antes? ¡Claro que no! Lo más cercano a un animal que había tenido fue albergar a Yami Ryalgo en su departamento y a la semana lo estaba sacando de su hogar, pudo pasar que se le insinuara a cada rato, pudo soportar que viera televisión hasta altas horas de la madrugada y su escándalo insano, incluso soportó que entrara a su cuarto sin llamar primero, pero jamás ¡JAMAS! Le perdonaría que bebiera directo de los envases ¡Mucho menos cuando se enteró de que no se lavaba los dientes! Y que, de encima, rompiera su delicioso sillón individual de cuero al sentarse en él, fue mucho más de lo que podía tolerar... Ahora tendría que chantajear a sus progenitores para que le compraran otro.

¿Y por qué estaba ese tarado en su casa? Porque esa bestia, con la que había estudiado la preparatoria, no tenía lugar a donde ir luego de que saliera de casa de sus padres, ellos eran algo parecido a mejores amigos. ¿Solución? Lo mandó a enlistarse al ejército, bajo amenaza de muerte social, Ulquiorra podría publicar algunas cosas sobre Yami que éste no quería que nadie más supiera, como que le gustaba usar ropa interior femenina de encaje color rojo... Perturbador... Buscó al conejo con la mirada ¿En dónde se podría haber metido?

- ¡NO! ¡CONEJO!-se tiró al piso justo a tiempo para desconectar el ventilador, esa monstruosa pelusa estuvo a punto de convertirse en un manojo de carne quemada con rizos- ¡No hagas eso!-el conejo parecía mirarlo confundido, dejó de mascar el cable al no gustarle el sabor. Ulquiorra lo miró con filo ¡Ahora no tenía ventilador! Menos mal que sabía de electrónica, bastaría con revisar el cable y un poco de cinta aislante... Maldijo al conejo al menos tres veces, y ahora lo había perdido de vista, Ichimaru pudo haberle advertido de su bestia destructora para que pudiera poner todos los cables en alto ¿Dónde se había metido esa bola de pelos? Miro el pasillo en dirección a su puerta abierta- ¡Mi cama!-se refería a su colchón de agua que estaba en el piso- ¡Mis revistas!-tenía una extensa colección de  revistas de avistamientos ovnis y extraterrestres que había iniciado cuando tenía doce años... Este iba a ser un día muy largo...

ªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªª

El lugar estaba muy concurrido ¿A quien se le ocurría viajar en verano? No tenía con quien quejarse, había sido su propia elección; andaba por las calles, odiando tener tanta gente cerca, muchos se le quedaban mirando por su gran altura, por su piel saludablemente "carne", ya que carecía del tono amarillento habitual en los japoneses y ese cabello escandalosamente azul que tenía ¿Era su culpa ser tan llamativo? No, todo era por culpa de los genes, él no había obligado a sus padres a "fabricarlo". El no tenía la culpa de ser un b... ¿Por qué recordaba eso? Tal vez de haber nacido negro hubiese sido mejor para él, pero el destino lo había querido así, incluso su hermana, teniendo la piel "quemada" combinada con su cabello rubio "hiere-vista", había corrido con mejor suerte, suponía... Aunque si lo miraba de manera crítica los dos estaban mas que "bien" jodidos...

Pronto llegaría a su destino y no tenía ni idea de que haría después, no quería llegar a casa de su tío, porque era un viejo amargado, tampoco tenía otro lado a donde llegar... Ni siquiera sabía a donde estaba yendo realmente, la única parte de Japón que conocía era Tokyo, en donde había vivido algunos años, y un poco de Okinawa, no tenía ni la mas remota idea de cómo sería Karakura, tenía la sensación de ser un "Pez fuera del agua" y toda esa gente mirándolo no lo ayudaba en lo absoluto.

Lo peor,  no sabía como se suponía que iba a llegar a esa dirección que le habían dado porque, para colmo de males, estaba incompleta, para "mejorar" su día había perdido le número telefónico del amigo que se la había dado, por lo que no tenía como pedir referencias, sólo podía vagar por las calles hasta hallar a alguien que supiera dónde era ese maldito restaurante.

-Carajo-mascullo calladamente, nadie le daba oportunidad de preguntar, todos creían que era un maleante, o algo así, por su color de cabello tan llamativo y su ropa medio descuidada, ya que traía puestos un pantalón de mezclilla color café deslavado y una camiseta color naranja neón,  joder, nadie le creía que su cabello era natural ¿Cierto?. Hasta los policías lo miraban pesadamente, ya había sido arrestado antes, incluso en otros países, no era algo por lo que quisiera pasar de nuevo.

Sólo le quedaba una cosa por hacer, hacerse pasar por turista, total que su nombre de por si sonaba extranjero, fingir que era un "pobre y perdido Gaijin" no podía ser tan complicado ¿Verdad?...

Pasar tres horas perdido y vagando por todas partes no le había hecho gracia. ¿Es que ninguno de esos idiotas entendía ni lo mínimo de francés? Y él que tampoco entendía  inglés. Aunque él pudiera entender lo que le dijeran en japonés los demás no entendían cuándo él pedía referencias, quizás se le había pegado mucho el acento francés. Podía probar suerte y subir a un tren para bajarse en cualquier parte, quizás, y solo quizás, eso le serviría de algo...

ªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªª

Ulquiorra se la había pasado persiguiendo al mentado conejo, levantando cables, revistas y cualquier otra cosa que esa bestia peluda pudiera destruir con esos dientecitos que tenía, si alguien quería saber su opinión, él diría que Neliel no mató a las otras mascotas por "exceso de amor" si que lo había hecho por falta de paz, orden y respeto. Esa bola de pelo era un gran caos.  ¿Cómo podía algo tan pequeño ser tan amenazante?

Cuando terminó de poner todas sus cosas a salvo encontró al "bicho" ese sobre su colchón de agua, lamiendo la superficie ¿Tendría sed? En ese momento miró su reloj, eran las cinco con quince minutos ¡Se le hacía tarde para el trabajo! Dejó al conejo ahí para meterse abañar, saliendo diez minutos después, eran ya las cinco con veinticinco, tomó su uniforme perfectamente planchado y enfundado en una bolsa negra para ropa, tomó sus llaves, billetera y al méndigo conejo; lo llevó al departamento de Ichimaru para dejarlo en sala con agua y comida, al tiempo que ignoraba todas las notas que habían pegadas por doquier, no tenía ni tiempo ni ganas de leer nada que hubiese sido escrito por ese peliplateado destrabancado y cínico...

Eran las cinco con treinta y ocho ¡Demonios! Bajó lentamente ya que el ascensor estaba tardando demasiado y aún no lo venían a reparar, seguramente alguno de los otros inquilinos habían hecho "algo" de nuevo dentro de él... Corrió hasta su paradero y por fortuna parecía que su autobús aún no pasaba, suspiró aliviado. Esperaba que no tardara mucho en pasar, jamás había llegado tarde a ningún lado y no quería que fuera la primera vez, por el apuro ignoró por completo al tipo que estaba sentado en el mismo paradero...

ªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªª

El tenía horas, ¡Horas!, perdido en esa ciudad ¿Qué podía hacer? Quizás nada, ya se había cansado de intentar preguntarle a la gente, todos le huían por su aspecto o no lo entendían; en ese momento oyó unos pasos acelerados, sin levantarse giró la cabeza hacia atrás y lo primero que distinguió fue la esbelta silueta moviéndose a toda velocidad, el sol aun brillaba y el ambiente todavía estaba cálido, y mucho, pero esa piel tan blanca, ese cabello mas negro que la noche y sus ojos ¡Dioses! ¡Sus ojos eran los más verdes que había visto nunca! ¡Eran como el vidrio color kiwi al sol en un atardecer! Tan verdes como gelatina de limón y tan fuertes como... ¡Que demonios! No sabía pero era tan raro de ver como... ¡Como trufas negras! ¡Al carajo! El joven, porque esa espigada silueta dejaba saber de inmediato que era un varón, se detuvo junto a él, seguramente para esperar el autobús, si bien ya se había cansado de intentar preguntar en donde estaba esa dirección incompleta creía que esa singular pieza de encanto sobrenatural bien valía la pena por un ultimo intento, se levantó y quiso llamar su atención, pero ese joven simplemente parecía no darse cuenta de su presencia.

-Excuse moi-comenzó el peliazul con su voz sedosa y ligeramente suave, acentuando perfectamente su acento francés-Pourriez-vous me dire où est ce lieu? [¿Podría decirme dónde está éste lugar?]-habló primero en francés, pero Ulquiorra negó con la cabeza, dando a entender que no entendía ni media palabra de lo que le decía, menos mal que no lo había asustado con su "Aspecto" rebelde-Adresse... [Dirección]-la cara del muchacho era la misma-Oublier...[Olvídalo]-pero sonrió ampliamente mientras apuntaba a su muñeca, como si le estuviera pidiendo la hora...

-Cinco con cuarenta y seis-frunció el seño internamente, ya era muy tarde, dijo mirando al extraño extranjero, le pareció atractivo, ese color de cabello era tan peculiar y llamativo...

-Merci-él sonrió-¿Por dónde ir autobús?-pidió, fingiendo un muy mal japonés y el acento francés lo ayudaba a "regarla" con el acento japonés, esperó alguna reacción y que el chico mordiera el anzuelo, ya mucha gente le había dicho que su acento francés era irresistiblemente sexy.

-Hacia el centro comer...-se detuvo a mitad de la oración ¿Tenía sentido decirle si no iba a entender ni una sola palabra de lo que le dijera?

-Hacía el centro comer... ¿Cial? ¿Cuál emmm en todos?-no tenía ni la menor idea de cuantos hubieran por ahí, pero fingir un poco mas no le haría daño a nadie, aparentemente.

-¿Entiende japonés?-el extranjero asintió-Va hacia la Plaza Oriente,  después dobla hacia los condominios "Yamamoto", sigue un poco mas derecho hacía la zona industrial y se va por ultimo a la salida de la ciudad  dando vuelta para volver justo sobre el periférico-le molestaba que ese tipo no dejara de mirarlo de manera tan penetrante, odiaba cuando la gente lo miraba de vistazo siquiera.

Merci Mon chérie Vous êtes d'une beauté charmante [Gracias mi amor, Eres una belleza encantadora]-tomó la mano de Ulquiorra, besándosela con cierta picardía en la mirada y sin apartarla del joven de ojos verdes, quien parecía muy sorprendido. El pelinegro le arrebató su mano, alejándose un par de pasos de él-Je voulais juste vous remercier [Solo quería darte las gracias]-

-Idiota-masculló con una mirada que mezclaba el vacío y sus ganas de matarlo. No le gustó que le agarrara la mano, no le gustó sentir esos labios sobre su piel, mucho menos le agradó la extraña sensación que le produjo, como si su cuerpo vibrara, odiaba todas esas sensaciones-No te atrevas a tocarme de nuevo...-en ese momento se detuvo el autobús ahí y él se apresuró a abordarlo, vio con terror, terror de tenerlo cerca por mas tiempo, que ese tipo pretendía subir también, pero por fortuna desistió, se dio la vuelta y Ulquiorra no supo mas de él; pagó el servicio y tomo asiento ¿Qué había pasado? No lo sabía y no lo quería saber, esos extraños incidentes le pasaban una vez cada siglo y no tenía porque repetirse. Contuvo un suspiro de cansancio, primero el estúpido conejo y luego el estúpido extranjero, había tomado clases de francés en la secundaria pero con los años y el desuso se el había olvidado todo lo poco que había aprendido, lo que sí sabía como lengua madre era el ingles, ya que le era muy indispensable para leer sus revistas de ovnis, lo bueno de ello es que así nadie sabía lo que estaba leyendo, consideró aprender otros idiomas, pero la verdad no le alcanzaba el tiempo ni las ganas de hacerlo, suficiente tenía con aprender toda la historia de su país y de algunos países europeos como para matar su tiempo libre con otros idiomas, le gustaba estudiar, pero no era un obsesionado de  su puntaje...

Llegó al trabajo justo a las seis en punto, menos mal que no estaba entrando "tarde", de suerte que el autobús lo dejaba a solo una cuadra de distancia del restaurant; entró corriendo por la puerta de servicio, todos lo miraron extrañados, él jamás llegaba tarde, ni siquiera por accidente, su jefe entro a la cocina en ese momento, con su habitual seriedad.

-Ulquiorra-habló el jefe y el mencionado lo miró al jefe, era un hombre de unos treinta años de cabello largo, negro y trenzado, de ascendencia china, era un poco esclavizador pero igual era comprensivo-Hoy saldrás a servir mesas, Yylfort se quedará en la cocina y date prisa que solo el pelirrojo" nuevo" ha llegado y Edorad No se presentará hoy-dicho eso salió de la cocina para poner el letrero de abierto, el lugar no solía abarrotarse de gente, pero cuando había clientela debían de atenderla bien, para que les dieran ganas de volver, eso era lo que él siempre les decía...

-Entendido-contestó él y fue a cambiarse; el uniforme le quedaba perfectamente, mandil largo y rojo quemado, pantalón y chaleco negros, camisa blanca de manga larga y una pequeña corbata rojo quemado, zapatos negros y recién boleados, impecable como siempre.

Salió al comedor y se puso a colocar los saleros que hicieran falta y el resto de las cosas, en algunas había floreros adornándolas y en otras tenían servilleteros artísticos de buen gusto, el lugar tenía cierta clase, por eso había aceptado trabajar en el sitio. El pelirrojo ya había barrido el lugar y cambiado los manteles, aunque en un principio les pareció que era bastante torpe demostró ser bastante hábil con el llevar y traer platos con solo dos días de práctica.

Ulquiorra miró hacia la cocina, Yylfort estaba ahí, hablando muy "animadamente" por teléfono, parecía que de un momento a otro iba a explotar. El pelinegro ya había terminado su parte y se quedó por ahí, esperando a que entrara algún cliente, no le importaba si eran muchas o pocas siempre y cuando la jornada no se le hiciera larga. El rubio de largo cabello salió corriendo mientras insultaba en ingles y en español, eso lo entendía el ojiverde luego de haberlo oído ya muchas veces en todo el tiempo que llevaba trabajando ahí, Yylfort lucía como si quisiera cometer un homicidio, eso le recordó que vivían en el mismo edificio y que era una fortuna que ese "tipo" viviera en el sexto piso, a cuatro pisos del suyo.

 Renji cruzó una fugaz mirada con Ulquiorra, ninguno de ellos entendía nada y en apariencia  a ninguno le apetecía saber, el pelirrojo siguió leyendo ese libro, ya que estudiaba en sus ratos libres para no tronar materias, el pelinegro se fue a sacar los menús para dejarlos a mano en el momento en que entraran los clientes. Leyó lo que tenían para ese día: Estofado, Croquetas y... Todo lo demás de siempre, de postres igual. ¿La recomendación del día? En blanco, "Que novedad" pensó con sarcasmo.

En ese momento alguien entró al restaurant, él no miró para ver de quien se trataba porque dio por sentado que sería el rubio furibundo que acababa de salir, los clientes solían entrar un poco mas tarde siempre.

-¡Mon Chérie!-esa voz y ese acento, Ulquiorra giró la cabeza lentamente para asegurarse de que se había "equivocado"- Je vous ai trouvé ¡HA! Je ne peux pas croire que vous travaillez ici[Te encontré. ¡JA! No puedo creer que trabajes aquí]-el pelirojo miraba la escena un poco confundido, el extraño se había acercado a Ulquiorra, queriendo tomarle las manos, como si fueran amigos de toda la vida. Grimmjow en verdad estaba admirado de su "buena" suerte para ese día.

-Aléjate. Basura-Ulquiorra retrocedió un par de pasos, listo para soltarle un golpe. ¡Eso era el colmo! ¿Cómo había sabido ese tipo dónde trabajaba? ¿Acaso era un acosador?

-Ne soyez pas timide blanche [No seas tímido Blanche]-el chico parecía muy enojado, tanto que no dejó que le tocara las manos ni un poquito-Ce doit être le destin [Esto debe ser el "Destino"]-antes de darle tiempo de reclamar Grimmjow jaló a Ulquiorra, besándolo.

Renji se quedó con la boca abierta, completamente sorprendido, no entendió mas que unas pocas palabras, ya que él estuvo aprendiendo francés un tiempo y se acordaba de algo aún, y ahora el beso entre ellos dos... ¿Ulquiorra era gay?

El choque del hueso contra hueso resonó en el lugar, el alto peliazul cayó sobre una mesa, Ulquiorra estaba esperando en su lugar, muy alerta, parecía tener ganas de seguir con la querella y el peliazul parecía estar muy dispuesto a darle gusto y con todas sus fuerzas, pero en ese momento entró Shawlong, mirando a ambos con dureza, en especial a uno de los dos...

-¿Porqué golpeas a nuestro nuevo Chef?-dijo el jefe ante lo que parecía la mirada atónita de Ulquiorra. Nuevo Chef? ¿Era en serio? Renji pensó que eso se iba a poner muy feo...

 

Notas finales:

Espero que lo hallan disfrutado y muchas gracias por sus RR de antemano y por haber leido ^^

Si no contesto todos los RR es porque estoy haciendo el segundo capítulo....

Y ya peuden comenzar a calificar que yo pasaré en brebe a hacerlo XD Se cuidan mucho ^^


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