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Closer To me... por Ayame Hitsuko

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Notas del fanfic:

Como sabrán los personajes de Slam dunk no me pertenecen, son solo historias donde la imaginación se echa a volar trayendo a mentes los deseos mas internos, las necesidades más reales a favor de una pareja que no fue constituida en el anime pero si en los corazones de las fanaticas

Usada como parte inspiradora letra traducida de la canción closer to me de five, espero que lo disfruten

Notas del capitulo:

Deseando que disfruten esta nueva historia, hasta pronto

Basado en Slam dunk de Inoue takehiko-sama

Closer to me

By Ayame Hitsuko

 

 

Episodio 1: Aunque no me puedas ver….

 

“Constantemente estás en mi mente, todo el tiempo pienso en ti y aunque las palabras son duras de decir, te extraño”

 

Una vez más sin dilación ni contratiempos encontraba una nota en su locker, lo que al principio comenzó como una broma de instituto comenzaba a perturbarle, había intentado dar con el remitente, no podía fiarse de nadie, no cuando todos a los que consideró alguna vez amigos le dieron la espalda, suspiró y se apoyó contra su locker, cerró los ojos suavemente con la intención de que la furia no diera paso a un nuevo sentimiento.

 

Ya no era más el adolescente despistado, socarrón y pendenciero, una vieja lesión en la espalda endureció su mirada, lo suficiente para ser comparada con cierto personaje de su pasado, dadas las circunstancias aquello le hubiera hecho rabiar, sentirse impotente y hasta cierto punto agredido.

 

Para él la personalidad taciturna de rukawa no era la manera más pertinente de llevar una vida, pero la suya yéndose a pique tras la aparatosa muerte de sus mejores amigo fue la tabla de salvación, si no hubiera sido por él, por su aletargado recuerdo, por su inmisericorde partida todo se hubiera ido a la mierda.

 

Aun con cerrar los ojos podía ver el rostro desencajado, las lagrimas aletargadas, incluso podía escuchar sus gritos, la suplica en sus ojos, el llanto cuando ellos le dejaron ahí, sin tener siquiera la oportunidad de seguirlos, de seguir yohei con él las cosas hubieran sido diferentes, tendría a su gundam, a aquellos a los que consideraba sus hermanos.

 

Si no hubiera sido por la arrebatada idea de conducir la motocicleta que en los años de juventud perteneciera a su padre…

 

Si tan solo él no hubiera sido culpable de sus muertes, de acortarles la existencia de tajo….

 

Aquel día era una tarde cuyos nubarrones no presagiaban algo bueno, pero estaban emocionados, nada les dijo que en temporada de lluvias no era muy buena idea conducir a alta velocidad dada la humedad del asfalto.

 

Las llantas se deslizaron sin control contra el pavimento, el horror de su amigo aun lo tenia presente, incluso su fuerte agarre y ante todo la manera de ante todo protegerle, nadie habría podido decir que a parte de cargar con la muerte de yohei, de su accidente la motocicleta derrapara llevándose consigo a sus 3 mejores amigos…

 

Ookus, takamiya y Noma.

 

Pero lamentablemente no podía regresar el tiempo, por más que durante largas noches lo había suplicado, a cuanta persona se le acercara, pero nadie pudo arrancar de él la culpa inminente, ni el odio de la familia de yohei, quienes antes del terrible acontecimiento lo consideraban como un integrante más.

 

Habían pasado ya 7 años, a pesar de eso el dolor seguía latente en su pecho, consumiéndolo, hundiéndole en una terrible depresión.

 

Parpadeó mecánicamente cuando una fuerte brisa movió sus cabellos obstruyéndole la vista, al parecer había permanecido mas del tiempo de lo permitido pues varios de sus compañeros le contemplaban con curiosidad.

 

No le dio importancia, tomó sus libros y sin más bajó por aquella larga escalinata que lo sacaría de la universidad en la que estudiaba, aquel día soleado y fresco era ideal para caminar y sumirse nuevamente en sus pensamientos, quizás así lograría unir el puzzle al respecto del remitente de esas notas.

 

- ¡¡¡¡Sakuragi-Kun!!!!…..Matte Sakuragi-Kun!!!!!…- Aquella voz lo detuvo, mas no se volvió, no necesitaba hacerlo para ver en el ovalado rostro del adolescente una sonrisa enorme y cristalina, mucho menos escuchar tras él la respiración rota del chiquillo que tras un par de segundos se encontraba junto a él.

 

-te eh dicho muchas veces que…- mas el chiquillo le acalló con un solo gesto, algo que no dejaba de sorprenderle, aunque no tanto como sus ojos, tupidos de pestañas alargadas e irreales y adornadas por unas gemas preciosas de un color violeta, su tez blanca estaba coronada por motas rosadas en sus mejillas, sus cabellos oscuros destilaban tintes de un azul zafiro el cual llevaba sujeto en una larga y gruesa trenza que descansaba tras su espalda.

 

-Lo sé..- responde entonces, con una sonrisa arrepentida, todo el candor, la inocencia podía verse reflejada en aquellos ojos enormes y ligeramente sesgados, para hanamichi era como su pequeño hermano, al que quería y protegía de cualquiera, incluso de la familia que le tocó…-pero quería verte y además me habías prometido que estarías conmigo en las practicas..-

 

Hanamichi se sorprendió entonces al recordar que 2 días atrás le había prometido al niño acompañarlo a una de sus practicas de futbol, no había manera en la que podría disculparse por él, pese a que podía decirle sus motivos sabía perfectamente que Kyo no lo comprendía, no podía pararse y decirle que por sus remordimientos había pasado mas de dos horas apoyado contra su locker, con los ojos cerrados mientras en su puño guardaba celosamente aquella nota que sin haber pensado coleccionaba con ahínco y la cual esperaba con ilusión.

 

El chiquillo alzó el rostro hacia él, mostrando aquellos ojos de ese violeta vibrante, la chispa de ingenuidad contrastaba con el ligero temblor de su labio inferior, tenia apenas 14 años y ya sabia manipularle, sonrió a medias y alborotó sus cabellos en un afán de disculparse.

 

-eres incorregible..- le rebatió apenas, logrando solo que bajo su palma los ojos grandes y chispeantes le vieran fijamente, tan tierno como altivo, aquella chispa de estudiada frialdad le aceleró el corazón, no por tener a ese bello joven tan cerca que su aliento tibio rozaba su mejilla, para él no existía un amor mas que fraternal, en cambio aquella mirada rescatada entre sus recuerdos le hizo la sangre hervir e inconscientemente deseó que el chico de los mensajes fuera él.

 

Después de semanas de haberlo meditado, tras largas horas de insomnio provocado había caído en la posibilidad que ninguna mujer era lo suficientemente audaz como para lograr colarse en los vestuarios, mucho menos sin que algún que otro curioso pudiera darle alguna pista.

 

-Así me quieres…- responde entonces y orgulloso toma de la mano a hanamichi, arrastrándole hacia aquel parque donde le había conocido, confundiéndole con un ángel salvador pues sus tíos habían vuelto a levantarle la mano golpeándole lo suficiente para que la sangre escurriera de entre sus labios adoloridos…-¿verdad?..- preguntar aquello resultaba tan embarazoso como innecesario, hanamichi suspiró antes de asentir y abrazarle, atrayéndole delicadamente por la cintura, cuidándole como si de una frágil figura se tratase, pues para él kyo lo era.

 

z88;

*+*+*+*

 

z88;

Aquella mañana era particularmente tediosa, el ir y venir llevando y trayendo papeles ya lo tenían fastidiado, suspiró y alzando la vista al cielo raso mostró unos sesgados ojos azules, tan profundos y densos como la noche misma, regresar a Tokio era la razón de sus pormenores ya que tenia que arreglar sus papeles para que la transferencia se haga efectiva.

 

No estaba seguro de lo que iba a encontrar, tenia ya 2 meses haciéndose cargo de ciertos asuntos más importantes que la educación y su entrenamiento, esperaba que sus planes comenzaran a dar frutos.

 

Su caminata por las instalaciones del campus pareció causar furor, pese a su edad ya era reconocido como un nuevo talento en Norteamérica, sus encestes, dribleos y clavadas era la sensación tanto como su manera unilateral de jugar el deporte que más amaba.

 

La edad había endurecido sus rasgos, haciéndolo más atractivo a la vista de las mujeres, su piel como la más fina porcelana mostraba un tenue bronceado que resaltaba aquellos ojos que mantenía ocultos tras unas gafas, sus cabellos largos hasta los hombros causaban suspiros a su paso.

 

Apenas contaba con 22 años y su carácter no había cambiado en lo absoluto, su rostro era una perfecta mascara impasible ante los encantos femeninos, mas bien su expresión era austera y desinteresada.

 

-¿Rukawa?…- Tras su espalda sonó una voz que le trajo recuerdos, se volvió encontrándose con una joven mujer de ensortijados cabellos y ojos marrones…-¿en verdad eres tu?..- pregunta a continuación, sonrojada al ver que su atractivo había madurado mejorando aun mas su aspecto.

 

-Ayako-sempai..- saluda con su seriedad, estrechando la mano que le tendia la mujer, tenerla frente a frente trajo a su mente gratos y a la vez amargos recuerdos.

 

-Por kami..- exclama la mujer visiblemente encantada..-si que eres tú… ¿Qué haces por aquí?..- pregunta entonces, la curiosidad era imperiosa en ese momento, verlo ahí era extraño para cualquiera que supiera un minimo de rukawa kaede la estrella de los lakers.

 

Kaede le miró largamente hasta que reparó en algo que hasta el momento no había tomado en cuenta, su vientre estaba ligeramente abultado, producto de un bendito embarazo, la mujer lo notó pues llevó ambas manos a su vientre y sonrió con dulzura propia de una madre primeriza.

 

-¿Te has casado?..- pregunta entonces, sorprendido ligeramente ante la pregunta fuera de lugar.

 

-si..- responde finalmente con una amplia sonrisa..-ryota finalmente consiguió sus propositos..-agregó por demás, era obvio para todo shohoku que ellos finalmente estarían juntos..- ¿y tu?..algún prospecto?..- la mirada que le dedicó rukawa la frenó, sabia que no respondería, aun así no le tomó importancia…-acompáñame, seguro que tanto Hana como ryota estarán felices de verte…-

 

z88;

*+*+*+*+

 

“Tú no sabes que tanto quiero verte Ni las noches que desvele mi mente En mis sueños tu siempre estas presente Que difícil no tenerte

 

z88;

Tú no sabes que tanto yo deseo tu cuerpo Tú no sabes que tanto necesito tus besos Tú no sabes que tanto le he pedido a los santos Tú no sabes que tanto yo te quiero a mi lado

 

z88;

Te extraño, porque te extraño. No estar contigo me hace daño, mi vida, mi corazón te está llamando. Usaré el mar entero, para demostrarte que te quiero. Usaré el universo, gritaré al mundo entero cuanto es lo mucho que te quiero. Sueño todo el día con volver a amarte, tus recuerdos están por todas partes. Necesito acariciarte tanto como antes, echo en falta verte como aquellas tardes. “

 

z88;

Hanamichi no fue consciente cuantas veces leyó aquella nota, sentado bajo la sombra de aquel cerezo, no sabia que pensar, ni siquiera que sentir ante algo que parecía tan real como la vida misma, muchas veces deseaba toparse con su admirador, quizás verle con la nota entre sus manos y otras llevado por sus ilusiones utópicas se imaginaba susurrando su nombre, llamándolo.

 

El celular comenzó a vibrar en el bolsillo trasero de su pantalón, se sobresaltó y tras mirar unos minutos enfadado el mismo contestó al reconocer el numero de ayako.

 

-Hola Nii-san..- saludó con una sonrisa amplia en los labios, quizás de no haber sido por el consuelo de ella y ryota su vida quizás hubiera sido mas oscura y profunda, recordar el vientre redondo de la chica y la ilusión que le hacia ser tio trajo a su corazón una tibieza insuperable, que se volcó en un acelerado palpitar cuando escuchó de labios de la mujer el nombre de rukawa kaede.

 

Cuando finalmente cortaron la comunicación fue que hanamichi pudo hilar las palabras de la mujer, al parecer kaede estaba en la ciudad, en unas posibles vacaciones y había organizado una comida a la cual él había accedido a ir.

 

Paso la tarde parado frente al espejo, buscando quizás algo para ponerse aquella noche, necesitaba ir arrebatador, dejar al kitsune bonito con la boca abierta, pero no sabia como combinar su ropa, no cuando el nerviosismo le hacia pensar que nada era lo suficientemente bueno para el chico de ojos azules.

 

Finalmente, después de varias horas probandose una u otra prenda se decidió por unos sencillos pantalones negros de vestir que se ajustaban a sus caderas y una camisa del mismo color que desabrochó develando parte de su pecho, sus cabellos los mantuvo sueltos, suaves al tacto, su mirada pareció recuperar el brillo mientras terminaba de calzarse los zapatos y se dirigía a la casa de sus amigos, pero al parecer el destino estaba siempre en su contra pues escuchó un débil golpe a su puerta seguido de un estruendo.

 

Se apresuró a abrir, encontrándose con kyo desvanecido frente a su puerta con claras muestras de golpes, le tomó en brazos y sin importar mas nada salió corriendo con él en dirección al próximo hospital.

 

En aquel lugar ya les conocían, lo suficiente para no tener que tramitar papeles.

Notas finales:

Gracias por leerlo


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