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¿Te Quedas Conmigo? por Neon_Milliond

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Notas del fanfic:

Mi primer AU AU AU AU AU son seis de la mañana y sigo con los fic XD.

Este es mi bebe, me costo mucho mucho hacerlo, por fa volorenlo.

Notas del capitulo:

Chicas solo disfruten la lecturas nos vemos al final.

¿Te Quedas Conmigo?

 

 

Cap. Uno: Entre especies.

 

 

La tarde caía una vez más, en la gran cuidad, la hora del crepúsculo se haría presente, como siempre, cada día hasta el fin de los tiempos.

 

Al igual que él, su condena era ver pasar, los días con tedio por toda una eternidad, nada diferente a lo ya visto por sus ojos, podía sentir a su corazón tan envejecido y cansado del mundo, de las personas, no así su estúpida coraza, aquel envase en donde su alma alojaba, los humanos le parecían aburridos, idiotas, viles seres que solo deseaban tener el poder de Dios, buscando desesperadamente las formas de ser mejor que el Creador, destruyendo todo a su paso, algunos hasta sangre de su sangre derramaban a la tierra, encadenando sus almas al infierno, solo por el tonto sueño de ser un Dios, amado y venerado por los demás a su alrededor, por ansías de poder.

 

Haciendo de la ciencia su religión, por eso los odiaba, uno y cada uno de ellos, solo eran basura, no concebía la idea de que Dios, gastara su enorme poder en tontos humanos, tan ignorantes eran que hasta pena les tenía.

 

¿Pero quien era él, para criticarlos? Un simple engendro de algo que jamás debió nacer, hijo de un demonio y un ángel, el castigo por haber sido concebido fue vivir eternamente entre los humanos, y sin siquiera ser notados por ellos, era invisible en sus seiscientos años de vida, jamás un tonto humano lo había visto, habían algunos que podían sentir su precedencia, otros escucharlos pero nadie jamás pudo verlo.

 

Ya ni siquiera se tomaba la molestia de hacer algo para que las personas se percataran de su existencia. Su corazón se congelaba, tampoco podía dormir, no tenía un descanso deambulaba entre la jungla de cemente, de un lado a otro, alimentándose de parásitos, así le llamaba a la peor escoria del mundo, asesinos, violadores, traficantes y todo ese tipo de calaña.

 

Como mitad demonio, su condena era la sangre, quitar la vida de los humanos, probar su carne, podría abstenerse, mas siempre se preguntaba si valía la pena, hacer aquello, nadie se lo agradecería, quizás el clemente de Dios, pero ya era demasiado tarde para pedir clemencia por su marchita alma; como mitad ángel, le era imposible destruir o quitar la vida a un inocente, por muy idiota que le pareciera.

 

En fin, suspiro resignado, otra noche de comida, otra noche añorando cerrar los ojos y poder dormir, como lo hacían tan placidamente los seres que más odiaba, los odiaba por que los envidiaba, ellos tenían todo lo que él jamás tendría, una vida, sueños, edad, familia, el amor y la muerte. Oh si ese bello hibrido solo deseaba cerrar los ojos y no volver abrirlos jamás, morir, quedar en la nada, sin ser nunca más conciente de que algunas vez existió un tipo como él, que lo único que lo hacía especial era su nombre, Kaede como un arce.

 

Por última vez trataría de conciliar el sueño, para Kaede, siempre el dormir le causo cierta fascinación, por no decir, mucha curiosidad, ver la gente dormir, le causaba gracia y era una de las pocas cosas, o la única, de los humanos que le fascinaba, las cosas extrañas que hacían al dormir, algunos movían las manos graciosamente, otros hablaban, y otros simplemente hacían de todo mientras sus mentes se encontraban en el trance.

 

Hanamichi Sakuragi, caminaba junto con su banda, en total eran cinco tipos con aspecto peligroso, la gente se corría de enfrente, dándole el paso aquellos muchachos con pintas de criminales, y ellos no se equivocaban, ninguno de los tipos eran gente tranquila, por el contrario eran unos buscas problemas o tal vez solo cuatro de cinco hombres.

 

Eran los dueños y señores de aquellas calles, al caer la noche, su misión era dejarla limpia de todos los malhechores que atrevieran a pisar el dominio del Rey Gorila.

 

Hanamichi, un joven de unos veintitantos, alto y cuerpo macizo, sus ropas se ajustaban a su perfecto y tonificado cuerpo, cualquiera pensaría que Hanamichi era un modelo, claro sin no sintiera en ese aire de gangster que tenía, sus ojos color chocolate, esos ojos que podían despavorir hasta al más valiente de los hombre, lo que más llamaba la atención era su cabello rojizo como el infierno, que le daba un aire de misterio, todo en conjunto asustaba. Por ende nadie podía imaginar el alma que escondía ese cuerpo.

 

Ese día, el pelirrojo se encontraba como alma que se lo lleva el Diablo, sus amigos no tenían idea del porqué el enojo de su líder, Yohei el más pequeños de los cincos, con el cabello ébano engominado, suponía el enojo de su mejor amigo, la visita de Akira Sendoh un cruel asesino pero con la sofisticación y sonrisa de un ángel escondía su verdadera naturaleza, quien estaba totalmente hipnotizado por Hanamichi, e intentaba por todos los medios conquistar el corazón del pelirrojo y éste solo quería estar lo más lejos posibles de aquel Puercoespín, como Hanamichi le puso.

 

Se encontraba tan fastidiado está vez, el imbécil del cabeza de erizo, osó robarle un beso y peor que eso, el muy pervertido se permitió tocarle en su partes nobles, tanto que ese desgraciado había hecho despertar a su "amigo", hacia años que no tenía que recurrir a una paja para calmar su éxtasis, ya estaba arto de ese constante acoso de parte de Sendoh, lo golpeo hasta que el maldito se escapo, la próxima vez que viera a ese hijo de puta, lo mataba, Hanamichi estaba más que seguro que lo mataría.

 

Sus amigos simplemente se miraban unos con otros, sin entender el por qué  tanto refunfuñaba su mejor amigo, lo único que se le entendía era "lo mato, juro que lo mato" "maldito...pero quién se ah creído ese Puercoespín  bastardo....lo mato".

 

Mas ninguno tenía el suficiente valor para preguntarle qué le pasaba, ya se imaginaban lo que les pasaría por abrir sus bocotas, todos con tremendos chichones en la cabeza, cortesía de Hanamichi y sus cabezazos mortales.

 

Sakuragi, se paró de frentón al ver la cancha de basketball a unos pasos de él, unos niños estaban jugando divertidos, ajenos a la crueldad del mundo, Hanamichi los envidiaba por ser privilegiados por la ignorancia, si tan solo él a sus cortos ocho años, como le calculaba a esos niños, hubiera  podido conservar su inocencia, pero no fue así, vio como su madre mataba a su padre para después suicidarse, y entonces fue recogido por la familia Akagi, los reyes Yakuzas del ala oeste de  Kanagawa, fue criado y enseñado para ser un asesino y un protector de la familia Akagi y sus herederos.

 

Sumergido en su pasado, que se sobresalto al sentir una mirada inquisidora de unos ojos azules oscuro como un mar en tormenta, el primer pensamiento del pelirrojo fue, que el chico que tenía enfrente era unas de las cosas más hermosas que en su vida había visto.

 

Piel como la porcelana, parecía tan suave y cremosa al tacto, esas facciones delicadas casi como las de una chica, pero más bello, labios pequeños y carmesíes, ese cabello color ébano que caí como cascada en distintas direcciones, tan brillante, parecía tan sedoso, que Hanamichi tuvo deseo de tocarlos, pero sus ojos, tan hermosos rasgados y profundo dos joyas, como aquella piedra que Haruko, la hija menor de los Akagi , llevaba en su cuello, el corazón del océano; ese chico era hermoso, pero algo lo descolocaba y mucho, eso era su ropas parecían tan antiguas y fuera de época, raídas y sucias como si nunca se las hubiese sacado, mas eso no era lo peor si no esas alas la derecha de plumas negras y la izquierda de plumas blancas.

 

¿Qué idiota podía andar disfrazado así en pleno invierno?, Hana sintió el tonto impulso de ir a gritarle a ese idiota que se colocara más ropa, y así lo hizo.

 

-Oye tú, idiota-Gritó con voz estridente  el pelirrojo al tipo que se encontraba en el árbol-Estas no son horas, para andar con Cosplay en la calle a menos que desees que te maten, por que tú no eres de aquí-Avisó el joven pelirrojo.

 

Kaede, al ver que ese pelirrojo, chillón, le hablaba a él, no pudo menos que sorprenderse, ¿Qué demonios pasa?, fue lo primero que se le vino a la cabeza, pensó que tal vez fuera una equivocación y el tipo ese con apariencia de mono salvaje le gritaba a otra persona.

 

-Hey  tú, el tipo con pinta de Zorro Apestoso con alas, baja del árbol-Ordenó nuevamente el chico-O lo haré yo-Amenazó.

 

 

Eso si, fue suficiente para Kaede para cerciorarse que le hablaban a él, mas sin querer llevo uno de sus dedos hasta el mismo apuntándose.

 

- ¿Me hablas a mí?-preguntó, pensando que el mono no le contestaría, a pesar de eso no podía dejar de albergar una ilusión de que al fin fuera visible para un ser humano.

 

-A quién más, ¿Ves a otro Zorro Taimado arriba de un árbol?-Hanamichi estaba a punto de ir a bajarle, pero quién se creía ese tonto chico para tomarle el pelo, y mirarlo como si fuera un ser de otro planeta.

 

- ¿Me puedes ver?-volvió a preguntar, descolocado, tantos años sin ser visto y ahora ese tipo con pinta de Tarado, lo ve las ganas de reír lo ilógico no se hicieron esperar.

 

--Qué diablos te fumaste-La pregunta era más para sí que para el morocho, Hanamichi no podía quitar los ojos a es efebo que tenía enfrente era demasiado hermoso, nunca antes sintió una atracción a primera visto por alguien, no, jamás había sentido como su corazón saltaba peligrosamente de su pecho a punto de salirse de él.

 

-Claro, todos te vemos-dijo Yohei de mala gana, este creía que el chico se estaba pasando de listo, Kaede por primera vez en su vida se siente observado y no comprendía nada de nada.

 

 

-Es que no es posible que me vean-Insistió Kaede-Por lo menos no todos...es imposible por que yo...-Y antes de poder terminar su frase fue jalado con rudeza de una de sus alas, aulló de dolor, cayó estrepitosamente al suelo al lado de Hanamichi-Eso me dolió, Do'Aho-Chilló, sus ojos tenía lagrimas por el dolor causado, apreció un dolor tan agudo, jamás había sentido eso llamado dolor físico.

 

-Son de verdad-Fue lo único coherente que pudo decir Hanamichi, al ver como sangraba el chico- ¿Qué demonios eres?...acaso un ángel- Aventuro el pelirrojo.

 

Ni Hanamichi se creía lo que estaba diciendo, eso simplemente era imposible, los Ángeles podrían existir, pero en el cielo no la tierra, por tonta que pereciera la idea, ahora entendía, el porque de la belleza del chico, aún así eso era de locos.

 

-Sí y no-Esa fue escueta respuesta del chico- ¿Cómo diablos es que ven?-Nuevamente la misma pregunta, el resto se cuestionaba si eso era lo único que sabía decir el muchacho-Se supone que soy invisible para los ojos de los humanos, para todos sin excepción-Termino tajante.

 

-Creo que ya no lo eres-Acoto Takamiya, el gordito del grupo-Por que todos aquí, te vemos-Los demás asintieron-Creo que este se escapo de un hospital psiquiátrico-Dijo bajito para que sus amigos solo escucharan.

 

-Óyeme, no estoy loco-Se defendió ofendido por las palabras del gordinflón-Miren -Con dificultad se levanto del suelo, extendió sus alas, no sin dolor y voló al medio de la cancha de basketball y en efecto los niños siguieron jugando sin ver al ángel que estaba en medio de ellos-Ven-grito triunfante y más al ver los rostros desfigurados de eso cinco idiotas.

 

-Chicos, estamos muerto o apunto de estarlo-Okus, el rubio habló-Por que es imposible que podamos ver un ángel, no somos los chicos más puros del mundo, y se supone que solo las almas blancas pueden ver a esas cosas-Apuntando a Kaede, como si éste fuera un bicho raro y en consecuencia lo era para todos los presentes.

 

Kaede volvió junto a ellos, con aires de ganador, por un lado se alegraba de ser visto por más de una persona, al tiempo era extraño hablar con ellos y lo que es peor que le creyeran, ellos debían ser los extraños.

 

-Si eres un ángel por qué no estás en el cielo-Hanamichi, quien se mantenía serio, por todo eso, le costaba entender el porqué un ángel andaba rondando en la tierra, sin quererlo sintió lastima por ese chico.

 

-No soy un ángel, ya te lo dije-Dijo con hastío-Soy mitad demonio, mitad ángel, condenado en la tierra a vivir eternamente, sin ser visto...o al menos eso creía-Eso de hablar no era para él, perdía la paciencia con facilidad, en sus seiscientos años muy pocas veces hablo y para sí o u algún animal, escuchar su voz le resultaba extraño.

 

Sakuragi, tomo con delicadeza el ala que el jalo y  rompió-Por el rictus de tu cara, te duelo-Adivino hablando  despacio-Lo siento, no pensé que eras un ángel o lo que seas-Sus amigos casi se mueren de un paro Hanamichi y disculpa en la misma oración, eso nunca antes había pasado-Solo por curiosidad ¿cuántos años tienes?-Su lado fisgón salía a flote.

 

-Seiscientos dieciséis años-Respondió con naturalidad, mientras los otros cinco presente se les desfiguraban los rostro y algunos daban un silbido de exageración.

 

-Y en todos estos años, jamás has hablado o has sido visto por un humano-Yohei no se lo creía, Kaede asintió.

 

-Yo me muero si pasó más de quince minutos sin hablar-Comentó con sinceridad Hana y sus amigos solo rieron.

 

-lo sabemos-Respondieron a coro.

 

-En fin, sabiendo esto, no podemos hacer otra cosa que llevarte con nosotros-Okus resolvió por todos-No seríamos capaces de dejarte solo, no ahora que alguien te ah visto-En el fondo Kaede pudo ver que todos ellos eran buenas personas a pesar de sus aires de mafiosos.

 

-Yo si podría-Le corto Hanamichi-Por qué deberíamos llevar a un zorro apestoso a nuestra casa, pensarán que estamos locos al hablar con una cosa que nadie ve-Dijo mientras movía la cabeza afirmando sus dichos-además el zorro está acostumbrado a estar solo, ¿verdad?-Kaede asintió.

 

Más bien Hanamichi quería evitar a toda costa que ese viejo, a pesar de la pinta de jovencito, tenía clarito como el agua que era un anciano, estuviera cerca de él, ya que sentía como si unas cadenas invisible lo halaran por todo su cuerpo para que se acercara a donde estaba el Hibrido y lo abrazara, toqueteara e hiciera todas esas cosas que Sendoh le hacía a él, se sintió miserable por ello, y esa era su razón para que no fuera con ellos por que quizás Dios que le haría a ese Zorro.

 

-No le hagas caso, no quiere que vayas por que su habitación es la más grande y dormirás ahí-Yohei miro a su amigo con cautela, advirtiéndole que si se atrevía a contradecirlo conocería al furia del pequeñín.

 

-Arg...hagan lo que quiera, pero ese Zorro Taimado en mi cama no entra-Se rindió ante los idiotas de sus amigos, claro como ellos no tendrían que soportar la tortura de querer tocar al angelito.

 

-Pues quizás sería mejor él que Sendoh-Replico su amigo, ganándose una fea mirada de parte del más alto, a pesar que él no podía negar eso, por que Mitto tenía razón prefería a ese Zorro con cara de estreñido que al sonrisita del Erizo.

 

Sin que pudiera, decir o hacer algo, Kaede fue arrastrado por aquellos chicos, hacia una gran casa, entraron sin siquiera preocuparse por la presencia de Kaede, Yohei ya tenía lista una historia si otros en la casa lo pudiesen ver.

 

Como Kaede vaticinó nadie a excepción de ellos, podían verlo, los chicos se despidieron de Hanamichi y el ángel, para ir a dar sus reportes de la noche ellos excusarían a su Líder ante los demás.

 

El pelirrojo llevo al zorrito hasta un pasillo desolado caminaron hasta la última puerta, la cual fue abierta por Sakuragi, le hizo señas a Kaede para que entrara, era una habitación amplia y enorme, una gran cama de cuatro poste tamaño King se erguía orgullosa en medio de la habitación,

 

Kaede la contempló un instante, era una habitación simple, pero acogedora, podía ver algunos póster con las imágenes de jugadores basketball , otra de grupos musicales y así de otras variedades, un televisor, una radio, un reproductor de vídeos y dvd, algunos muebles y un ordenador.

 

-Tú regularmente dónde vives-Curioseo el chico de mirada almendrada mientras se quitaba su chaqueta.

 

Kaede levantó y dejó caer sus hombros antes de contestar-En todas partes, no sé algunas veces me cuelo en la casa o departamentos vació-Dijo-Como nadie me ve es difícil tener un hogar sin que los humanos lo invadan además casi siempre son gente buena por lo que no puedo matarlos-Explicó como si nada.

 

A Sakuragi eso le llamó la atención, lo miró unos instante calculando la altura y la talle de Kaede, fue hasta ropero revolvió un poco en él, hasta dar con un pijama a cuadros.

 

--Por que no te das un baño primero, te colocas el pijama y después hablamos-Ofreció Hanamichi-Tengo bastante curiosidad por saber más de ti-Comento-Comes algo además de sangre y carne humana-Rió por su broma, pero al mismo tiempo aventurando.

--Cómo sabes que me alimento de eso-Kaede a cada momento estaba más estupefacto con ese pelirrojo, algo en él lo seducía acercarse a tocarlo, nunca sintió esas ansías de querer poseer algo como en esos instantes.

 

--Solo adivine, digamos que leo muchas historietas de fantasía, siempre supe que decían la verdad del universo-Volvió a soltar una carcajada de niño pequeño.

 

--Pero también puedo comer comida y beber liquidos que usualmente los humanos ingieren-Informo-Ya sabes por mi lado bueno, es solo que si no ingiero sangre me devilito, y a pesar que los humanos no ven no quiere decir que los de mi clase no-

 

Hanamichi lo miro un momento antes de decir algo que en ese momento se le pasó por la cabeza.

 

--Zorro y si el hecho que yo te pueda ver-Comenzó-Puede ser que sea un demonio-Inquirió con duda.

 

--Pero tus amigos me vieron-Refutó Kaede aunque esa idea no estaba mal debía aceptarlo.

 

Sakuragi se rasco la cabeza-Por ahí leí no recuerdo, que si uno le da sangre a otro ellos también pueden ver y sentir lo que esa persona siente sin contar con el vinculo tan grande que se tiene-

 

--Si eso es  verdad, por qué-Kaede se sentó en la cama, sin querer pasó a llevar su ala herida, se mordió el labio para acallar sus chillidos de dolor.

 

--Perdón por eso-Apuntó el ala-Yo les di a esos cuatro de mi sangre, cada uno de ellos a estado a punto de morir, y yo he sido el donante de sangre, también le doné a Sendoh y Haruko-Chan, si yo tengo razón ellos te podrán ver-Presagió.

 

--Por qué estás tan seguro que eres tú el especial-Quiso saber el Hibrido-Podría ser cualquiera de ellos-Agrego.

 

--Sé que soy yo, Zorro apestoso-Contradigo Hanamichi perdiendo la paciencia-Siempre ha sido igual-Se dejó caer al lado del efebo alado-Siempre sé donde apuntar, dónde se encuentra quienes me acechan, escuchar y ver cosas que otros no-Finalizó.

 

Miró a Kaede llevando uno de sus dedos a su boca mordiéndolo hasta hacerlo sangre, el Zorrito tuvo que apretar los puños ya que el aroma a vid le extasiaba los sentidos. Estiró su mano donde su dedo de corazón sangraba hasta el ala malherida de Kaede, dejando caer gotas de sangre sobre ella.

 

--Sé que soy yo, por que solo yo puedo hacer esto-Dijo cuando el ala del Hibrido comenzaba a regenerarse, parecía que su ala se curaba sola-Siempre he podido salvar la vida de las personas que se están muriendo con mi sangre, jamás se lo he dicho a nadie...

 

 

 

 

Notas finales:

Como ya dije mi primer AU, lo digo hasta el cansancio XD, comenten haber si les gusto para seguir con él.


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