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Lord Roderick por Deilita

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Notas del fanfic:

Espero que os guste a tod@s y gracias por leer

Notas del capitulo:

Bueno, éste primer capítulo. De momento estoy re-editando el fic y tal vez le ponga nuevas cosas y tal, pienso mejorar tanto la historia como la redacción gracias por leer :)

Su pequeño cuerpo temblaba debajo de las cobijas, por encima solo se podían ver sus cabellos castaños claros de rizos ya despeinados. Esa persona volvería pronto y él no quería verle. Muy a su pesar, sus padres le habían casado hacía dos días con aquel hombre, y todo para obtener una posición social mejor. No era que esas cosas no sucedieran, incluso en la ciudad, pero él apenas había tenido tiempo para procesarlo todo.

   La puerta se abrió con un rechinido, la madera era muy vieja al igual que el resto del castillo que ahora era su prisión. El sonido de las botas sonaba con eco torturando al chico mientras se acercaba. Su cuerpo temblaba aún más y procuró respirar muy lento cuando escuchó los pasos detenerse junto a su cama.

-Sé que estás despierto Andrei-podía escuchar como arrastraba las palabras, estaba tomado-Pobre, estás temblando ¿Tienes frío? -preguntó sin un real interés acariciando el cabello que se atoró un poco en sus dedos y le hizo jadear con dolor.

-Sí, Lord-mintió asustado aferrándose a las sabanas.

-Llámame Roderick, después de todo estamos casados-se metió en la cama con todo y ropa y le acaricio el cabello-tenemos un trato-dijo mareándole con su aliento.

-Por favor aún no-pidió con la voz un poco aguda por el miedo.

-Dijimos dos días, se agotó el tiempo-dijo arrastrando las palabras.

-No-pidió intentando separarlo-Por favor Roderick-pidió el chico-Por favor dame más tiempo-intentaba empujarle-

-Deja de resistirte-pidió el borracho.

-¡No, no, no!-intentaba empujarle, pero era demasiado fuerte para sus delgados brazos-Por favor-lloraba empujándole.

-¡Suficiente! -gritó dándole una bofetada-intenté ser amable contigo, pero eres imposible ¿Crees que esto es un juego? Solo intenta relajarte.

   Le arrebató los interiores y por más que el otro gritaba y se revolvía, él seguía degustando la dulce piel del chico. Le separó las piernas como pudo arañando los muslos y el chico apenas podía respirar por los sollozos. La mortecina luz de las velas del cuarto reveló el rostro afligido del lord y entró desgarrando al chico provocando que gritara de nueva cuenta, apenas esperó a que el chico se acostumbrara un poco por compasión y comenzó a moverse dentro de él. El chico gritó una vez más cuando su marido terminó dentro de él. Sintió al lord recostarse a un lado respirando agitadamente y dio varios tragos a la bebida que tenía en el velador mientras él se sumergía en suave llanto que intentaba ocultar.

-Duérmete, Andrei-pidió ahogado en alcohol-olvida lo que te hice ¿De acuerdo? Como si no hubiera pasado nada.

-Te odio-musitó en medio del llanto.

     Al Lord le importaba realmente poco lo que el chico le dijera, él tampoco lo quería, pero era lo suficientemente bello para tener a sus hijos. No le gustaba forzar a la gente, había tenido que beber hasta casi no poder caminar para hacerle eso al chico, pero eran órdenes, necesitaba un heredero pronto, se lo debía a su madre, al rey y a él mismo. Cuando despertó con una terrible resaca descubrió que el chico ya no estaba a su lado y en su lugar había una gran mancha de sangre por lo que le había hecho la noche anterior.

-Andrei-Llamó serio, con un tono frío.

     Lo encontró dándose un baño en la tina, estaba mirando hacia el frente con unas enormes lágrimas en sus hermosos ojos a tono con su cabello. Le dolió ver eso, pero no lo expresó, simplemente corrió a las sirvientas que le tallaban la espalda y se sentó en el banco junto a la tina.

-Hoy vendrá mi madre-comentó y el chico siguió igual-Ponte el vestido azul, las sirvientas van a ayudarte, yo te pondré el corsé, ellas son muy débiles.

- ¿Por qué? -musitó sin moverse.

-Porque son mujeres, idiota-respondió el hombre.

-No me refiero a eso-gruñó con lágrimas-¿Por qué yo y no una mujer?

-Porque no encontré ninguna que valiera la pena-dijo con resolución

      El chico volteo a verle molesto y le echó agua con ambas manos, sabía que era algo infantil pero no podía arriesgarse a algo peor. Le miró cerrar los ojos y respirar agitado.

- ¡Imbécil! -gruñó el Lord y le tomó por el cabello apreciando el labio partido- ¿Acaso quieres repetir lo de anoche?

-Suéltame-exigió el chico intentando hacer que le soltara del cabello. Algunas lágrimas le habían brincado a los ojos por el dolor.

-Sabes tu lugar, Andrei, no me provoques-dicho esto último salió del baño y se cambió de ropa.

  El Lord no había bromeado con ajustarle el corsette. Apenas podía respirar y la sensación de mareo simplemente no se iba. Agradeció poder sentarse en la sala para recibir decentemente a su suegra. Era una mujer parecida a sus hijos que no paraba de hacer preguntas al Lord y tratar al chico como si de un idiota se tratara: No tocaba temas de política ni de dinero con él, simplemente se limitó a preguntar por algunos adornos de la casa y el collar que le habían regalado en el día de bodas.

      El Lord sonrió, gracias a Dios el chico era buen actor y no le retaba enfrente de otras personas, todo era en privado, él también había pensado que era un dócil corderito hasta el día de su boda, pero por lo menos era un buen actor ante la sociedad, lo cual valía la pena fuera de su belleza afeminada.

     La madre del Lord se fue tranquilizando así al chico. Finalmente tendrían un poco de calma, o eso pensó el chico hasta que el Lord, en lugar de volver a su despacho, llevó al chico hasta el cuarto y cerró la puerta tras él observándolo como el depredador que aparentaba ser.

-No voy a lastimarte si eso te preocupa-dijo Andrei sentándose en la cama-tampoco envenenaré tu comida.

-No me da gracia, Andrei-reprendió severo.

-A mí tampoco-musitó jugando con el encaje de la falda-me quitaré el corsé, ayúdame.

-Te lo tendrás que quedar-mandó el lord.

-Si no quieres ayudarme está bien, le diré a una sirvienta-dijo sin interés en más peleas que terminarían peor para él.

-Dije que te lo quedas-avanzó hasta el chico y éste se encogió un poco en la cama.

- ¿Cuál es la razón? -preguntó levantando la barbilla retadoramente sorprendiendo al otro que se hecho a reír.

-Se nota que no eres mujer-rio abiertamente-Saldremos a una cena.

- ¡Pero apenas y puedo caminar! -reprochó la injusticia de su marido-Por lo menos aflójalo, o te juro que no iré a ningún lado.

-Puedo dejarte inconsciente si quieres-gruñó harto para levantarse y aflojarlo de mala gana. El respiro de alivio de Andrei le hizo sentir culpable, tal vez se había excedido-Vámonos ya.

      Andrei subió al carruaje con ayuda de su marido, después de todo era un chico de 16 años demasiado bajo y delgado para su edad. En realidad su pequeño cuerpo era lo que había engañado al Lord en un principio: jamás creyó que un chico de 16 tendría el valor de enfrentársele.

-Camina más rápido-gruñó su marido.

-Voy lo más rápido que puedo-reclamó el chico.

-No te golpeo porque ya estamos aquí-dijo furioso y cambió su rostro a una sonrisa en cuanto entraron al salón.

      Fue una noche de reverencias y risas. El chico se sentó junto a su marido y pelearon por debajo de la mesa entre fuertes apretones de manos y de clavadas de uñas sin dejar el show para el resto del mundo que elogiaban la buena pareja que hacían.

-Esperamos ver a un médico pronto-comentó el Lord a una de las preguntas del rey.

-Ya veo, pícaro-rio fuertemente golpeándole el brazo de buena gana y con una familiaridad que provocó miradas de envidia de otros nobles.

      El chico que había estado torturando la mano de su esposo por debajo de la mesa aflojó el agarre y su sonrisa se volvió totalmente falsa. Todo hubiera pasado inadvertido para cualquiera, pero su cuñado y primo no pasó por alto el gesto. El Lord notó como había cesado la tortura de su doncel y sonrió ampliamente satisfecho por haber ganado la batalla.

-Será una creatura hermosa, como su madre-dijo el Lord sonriéndole al chico que estaba pálido- ¿Estás bien Andrei?

-Debe tener muy ajustado el Corsé-se rio el Rey-Deja que vaya a aflojarlo un poco, no queremos que le falte el aire.

-Sí, debe ser eso, con su permiso majestad-se levantó dejando la servilleta.

-Discúlpenos-pidió el Lord levantándose-Lo llevaré por aire para que se recupere un poco.

-Por supuesto, adelante, hijo-sonrió el rey.

      Roderick sacó al chico a un balcón privado en donde lo dejo respirar unos momentos el aire helado. Desató las agujetas para aflojar un poco más el corsé y volver a colocarlo, pero ese no parecía ser el problema. No dijo nada cuando manoseó para que se alejara.

- ¿Te sientes mal? -preguntó enderezándolo un poco.

- ¿Por qué tenías que mencionar lo del bebé? -preguntó negando-Apenas llevamos tres días casados Roderick, sé que estas presionado por eso pero no tienes derecho a….

-Es mi deber con su majestad-respondió simplemente-No creo haber dicho nada inadecuado ¿Eso era todo?

-Ya estoy bien-dijo soltándose de los brazos de Roderick-Volvamos adentro-dijo esperando que olvidara el asunto, no creía que un hombre como él fuera a entender la importancia de tener un hijo producto de una violación.

- ¿Todo bien? -preguntó George interceptándole antes de que entrara, estaba huyendo de su Marido.

-Sí, solo es que no lo soporto-respondió el chico en voz baja- ¿Cómo lo haces George? -miró a su primo.

-Benjamín… tampoco es un durazno en almíbar-reconoció acariciándole el rostro-Se llevarán mejor con el tiempo Andrei, así son estas cosas-dijo mirándole con tristeza-Necesitan tiempo, es todo.

- sobrinos del rey, ¿Verdad? -preguntó el chico viendo a su marido y a su cuñado conversando animadamente con él.

-Sí, su esposa es su tía directa-respondió el otro chico-Y... ¿Sí vas a tener un bebé?

-No es seguro-musitó bajando la vista y la voz, no quería ni siquiera pensar en ello-Ayer estuvo tomando bastante y pasó, pero es muy pronto para saber.

-George, concédeme esta pieza, cariño-pidió su marido tendiéndole la mano con una sonrisa.

-Te lo dije, un buen actor-susurró antes de irse a bailar.

        Andrei lamentó profundamente que se terminara la fiesta ya que no había podido estar mucho con su primo. Se habían casado ambos a los 15 años, pero su amigo le llevaba un par de años, y aunque estaba en la misma situación que él, no había podido tener bebés cosa que preocupaba profundamente a su marido y al rey. En la familia Pevensie había varios matrimonios con abortos; Era bien sabido que la semilla era débil, y no dejaban cosas a manos de las mujeres ya que no tenían fuerza física suficiente para retener a los bebes, a diferencia de los donceles.

        Volvieron al castillo y el chico se deshizo por fin del incomodo corsé para ponerse su camisón y recostarse mientras su marido tomaba un libro y encendía una pipa para irse dejándole en paz. El silencio en su habitación no ayudaba ni un poco, extrañaba su habitación más chica y lleno recuerdos y cosas que le eran familiares. Ahí era grande, fría y bastante obscura. La primera noche había dormido solo, pero después de lo que había sucedido se sentía sucio. Lloró hasta quedarse dormido, no quería estar en ese tétrico lugar con aquel hombre tan frío y la poca servidumbre.

 Andrei despertó extrañado de no ver a su marido a su lado y suspiró, realmente le importaba poco en donde estuviera mientras él no tuviese que verle la cara. Se levantó para abrir las cortinas de su habitación esperando que entrara un poco de luz, pero afuera no había más que un día nublado y densa neblina en el jardín. Se dio la vuelta para ver a su marido entrando con los ojos irritados y retrocedió instintivamente.

-Ven a mi oficina por favor-pidió antes de comenzar a caminar alejándose de la habitación.














Notas finales:

Espero RR aunque sean para matarme x.x gracias por leer


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