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La Rehabilitación por darkmind

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Notas del fanfic:

CUARTA vez que intento subirlo. Y lo he tenido que escribir dos veces porque la primera se borró. Disfrutadlo, por favor. Casi da mas trabajo subirlo que escribirlo. u.u

Notas del capitulo:

Enjoy it!

Historia basada en Slam Dunk, todos los derechos de autor son de Takehiko Inoue.

 

El centro de entrenamiento de Rukawa quedaba al lado del centro de rehabiliación de Hanamichi así que se veía practicamente cada día. Su relación había cambiado, incluso podía decirse que ahora eran 'amigos'. Hanamichi no podía correr y hacer movimientos bruscos con la espalda así que, para compensar la falta de ejercicio (tan sólo hacía el de rehabilitación) cada día se sentaba en la playa a observar a Rukawa correr. Ademas, siempre que podía iva a todos sus entrenamientos para 'mantenerse al día'. Aunque fisicamente no pudiera practicar ningún ejercicio, los practicaba mentalmente se imaginaba haciendo un slam dunk o batallando contra Rukawa para ver quién era mejor. A pesar de qué, a veces, cuando él no podía ver un partido en la tele porque estaba con el masaje terapéutico o con los ejercicios de rehabilitaciñon, Rukawa le grababa los partidos y luego los veían juntos, su rivalidad no había disminuido. Al menos Hanamichi seguía igual de competitivo que siempre y Rukawa igual de individualista. Aunque cuándo se olvidaba de esa estúpida rivalidad entre ellos y se relajaba, se encontraba imaginandose corriendo junto a Rukawa, no compitiendo para ver quién ganaba, sino siemplemente, disfrutando de un entrenamiento.

- ¡Hanamichi-kun!- gritó una enfermera. - ¡Es la hora del masaje!

- ¿Queeee?- izo un puchero - pero no hoy no me duele tanto, ¡hoy no es necesario!- "¡mentira! Pero estaba yo muy tranquilo aquí, sentado en la playa, viendo correr a Rukawa, no quiero que me molesten."

- Ya sabes que sí que es necesario. Necesitas ese masaje para mejorar la circulación de tu espalda y así recuperarte lo antes posible, ¿o acaso no quiere jugar al baloncesto?

- ¿¡Eh?!¡Claro que sí!- Esa enfermera conocía muy bien los puntos debiles de Hanamichi, así que siempre sabía como animarle.

Pero esta vez, parece ser, que la enfermera le dió demasiados animos porque Hanamichi se apresuró demasiado en ir a su habitación. Resultado: en cuanto llegó cayó rendido en la cama, la espalda le dolía mas que antes.

Se quitó la ropa quedandose tan sólo en pantalones cortos y se tumbó bocaabajo incrustando su cara en la almohada. Y esperó a la enfermera.

Esperó.

Esperó.

Y esperó. Pero la enfermera no llegaba. ¿Que le pasaría? Si no llegaba pronto se quedaría dormido.

Finalmente, se oyó la puerta abrirse y alguien se sentó en la cama a su lado. "¡Por fin" pensó. Pero cuando comenzó a huntarle la crema por la espalda se dió cuenta de que algo iva mal. Esas manos eran demasiado grandes para se las de la enfermera. Se giró confusó.

- ¿¡Que haces tú aquí?! - preguntó sobresaltado cuándo se encontró de frente con el rostro de Rukawa.

- Date la vuelta para que te de el masaje bien.

- ¿¡Pe-Pero y la enfermera?!

- A tenido una urgencia y se ha ido. Y como 'somos amigos' me han pedido que te dé yo hoy el masaje.

- ¡¿Que clase de urgencia?! - a pesar de que él seguía sobresaltado Rukawa parecía de lo mas tranquilo.

- Si tanto te molesta, me voy.

- N-no es eso pero... no intentes nada raro.

- ¿'nada raro'?

- Si ya sabes, ahora que vas a tener el gran honor de tocar la espalda de este gran maestro del baloncesto, sería lógico que te vieras intimidado e intentaras hacerme algo en la espalda, ¡pero te lo advierto!¡Nada puede contra este gran maestro del baloncesto! ¡JAJAJAJA!¿Jauch....- de reirse forzadamente le dolió la espalda.

- Anda callate y date la vuelta.

- Vale.

Hanamichi obedientemente se dió la vuelta y e dejó masajear. Luego de un rato Rukawa se dió cuenta de que la espalda parecía dolerle mas que antes y le preguntó:

- Te duele mas que antes, ¿verdad?

- Sí, un poco. Es que ante estube viendo un partido y creo que me tensé demasiado.

- El estres no te va bien. De todos modos, ¿Quién es capaz de estresarse en viviendo, practicamente, en la playa y sin hacer nada?

- ¿¡Que intentas decir?!- preguntó en un grito cabreado Hanamichi.

- Sabes, creo que puedo ayudarte. Pero debes darme tu permiso.

- ¿Ayudarme?¿Cómo?

- ¿Quieres curarte o no? Pero necesito tu permiso.

- De acuerdo. Haz lo que necesites.

- Bien. Date la vuelta.

- ¿Que? ¿Cómo?¿Para qué?

- Tu hazme caso.

Hanamichi obedeció y se dió la vuelta. Rukawa le dió un pequeño beso en el cuello.

- ¿¡Pe-pero que haces!?

- ¿Quieres curarte o no? Bien. Pues callate y dejame a mí.

Rukawa comenzó a besarle tiernamente el cuello y no paró hasta que notó como los musculos de su cuello se relajaron. entonces bajó lentamente hasta el pecho. Ahí podía notar cómo poco a poco, el ritmo cardiáco del pelirojo iva aumentando. Eso le dió gusto. Siguió besando delicadamente el pecho. Jugeteó con sus tetitas, lamiendolas y dandoles pequeños mordisquitos que lograban sacar pequeños gemidos a Hanamichi. Aunque los gemidos eran practicamente inaudibles, puesto que Hanamichi se estaba esforzando por reprimirse. Rukawa siguió besandole tiernamente.

"Relájate" le susurró al oído mientras, muy lentamente bajaba su dedo indice, recorriendo todo su pecho y abdomen, hasta introducir su mano en su pantalón. Mientras le acariciaba los testiculos, volvía a jugar con su oreja y su cuello. Hasta que por fin, notó como el miembro de Hanamichi se ponía duro. Entonces, con deliberada lentitud, empezo a bajar, saboreando cada pedazito de su cuerpo hasta que su boca se encontró con la cinta del pantalón. Rukawa se erguió y le sacó lentamente el pantalón. Hanamichi se veía realmente hermoso, delante suyo, completamente desnudo, sumiso, excitado. Se quedó quieto, admirandolo, hasta que notó la mirada penetrante de Hanamichi, pidiendole más. Rukawa se volvió a recostar encima suyo para besarle el cuello y bajar, lentamente, por su adbdomen hasta, finalmente, toparse con el miembro de su compañero de equipo. Empezó a lamerlo suavemente de abajo a arriba. Luego la puntita. Todo con deliberada lentitud, saboreando todo. Para luego, meterse aquel hermos miembro en la boca. Hanamichi seguía resistiendose así que eso le permitio estar así mucho rato. Hasta que el preciado orgasmo llegó.

Rukawa se erguió y se sentó en la cama. Pero, eso no podía ser todo. Por mas relajante, excitante y placentero que hubiera sido aquello, Hanamichi no era tonto, aquello tan solo habían sido los preliminares, tan solo era sexo oral. Y Rukawa seguía excitado. Pero Rukawa se levantó y se dirigió a la puerta.

- ¿Ya está?

- ¿Eh?

- ¿Eso es todo?

- ¿No estas ahora mas relajado?¿Te duele la espalda?

- E-eh... no, que va, ahora que lo dices, no me duele.

- ¿Entonces que más quieres? Con la espalda en ese estado no podemos ir a más. Te la destrozaría.

- Ya pero... tú aún... - dijo mientras de un cabezazo señalo a la entrepierna de Rukawa.

- Tranquilo. No soy yo el que esta lesionado porque se tiró a la mesa de los jueces en intento desesperado por hacerse el heroe del partido. - Hanamichi le mató con la mirada y abrió la boca para quejarse. Pero Rukawa no le dejó- Tranquilo. Yo sé cuidarme solito.

- Como quieras... ¿La enfermera...?

- Hablaré con ella. Le diré que a partir de ahora vendré yo a darte el masaje.

- ¿¡Que?!

- Necesitas relajarte, y esta es la mejor manera. No creo que la enfermera te lo haga ¿no crees?

- Cierto, pero...

- No te preocupes- dijo dirigiendose a Hanamichi y le susurró:- déjame cuidarte.

-A..- Hanamichi se sonrojó cómo nunca antes lo había hecho y tartamudeó:- Va-vale. ¡Pero cuando salga de aquí quiero que sepas que te daré una paliza en la cancha!

- Podré curarte la espalda - dijo Rukawa mientras volvía a dirigirse a la puerta- pero tu cerebro es algo irreparable.- y antes de darle tiempo para quejarse a Hanamichi y con una sonrisa, antes de cerrar la puerta añadió del modo mas tierno que pudo:- Descansa.


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