°-°-° ¿De qué me sirve la vida? °-°-°
Capitulo I.
A los primeros acordes de la música, el público vibra. Los amplificadores inundan el espacio con un sonido lleno de furia, contagioso. Los cañones de luz llenan el escenario de colores alucinantes. Algunos focos recorren la platea, mientras rayos láser holografían dibujos en lo alto.
Aparece entonces, con explosiones de fuegos artificiales, el vocalista del espectáculo. Retratos del grupo y los efectos especiales de un videoclip completan la escena en pantallas repartidas por todo el lugar. El público, llevando por el delirio, gritando el nombre de su ídolo favorito del grupo, tan pronto como estos empiezan a tocar, bailar y cantar frenéticamente, acompañados por un grupo de bailarines vestidos con brillantes mallas.
“Estoy a punto de emprender un viaje.
Con rumbo hacia lo desconocido
No sé si algún día vuelva a verte
No es fácil aceptar haber perdido…
Un baterista, un tecladista y dos guitarristas y por supuesto el vocalista, todos ellos los mejores en sus instrumentos. Pero de entre ellos, la única chica era una guitarrista. La única princesa entre los “príncipes” como eran llamados por sus fans.
Todos sabían el secreto, todos menos el público. Sara, el nombre de la chica, era la mujer que se hacía pasar por chico, para evitar problemas y también era la única con familia ya la vez huérfana.
“…Por más que suplique: “no me abandones”
Dijiste: “no soy yo es el destino”
Y entonces entendí que aunque te amaba
Tenía que elegir otro camino…”
Sanji, el tecladista un varón guapo, rubio adicto a la nicotina. Luffy el baterista actico, comelón y lindo doncel. Franky el segundo mejor guitarrista, varón comprometido con la famosa arqueóloga Nico Robín.
Y por último, el varón más codiciado del grupo Dracule Mihawk, vocalista y sabedor de todo un poco con respecto a los instrumentos.
Todos y cada uno de ellos, buenos amigos, sin importar sus diferencias o rivalidades.
“…De que me sirve la vida
Si no la vivo contigo
De que me sirve la esperanza
Si es lo último que muere
Y sin ti ya la he perdido…”
Mihawk termino de cantar, con una sonrisa fingida, más que cansado y fastidiado, a pesar de hacer lo que le gustaba, esa canción, esa letra le fatigaba, física y mentalmente.
Había sido todo un éxito aquella melodía, Mihawk había sido quien la compuso la única a la cual no permitió la disquera le cambiara ni una nota, con aquella canción era con la que no permitía que su herida se cerrara.
El concierto acabo, como de costumbres, todos sudorosos y cansados. Su punto de reunión era su camerino, ahí todos se encontraban con lujos y comodidades inimaginables.
-iré a ducharme-anuncio Sanji, obteniendo una toalla departe de Ace, su representante.
-no tarde, los demás tienen que ducharse igual-hablo Ace, sentándose junto a Luffy en el sofá, acomodándose los lentes y leyendo algunos documentos.
-querrás decir: “no tardes, MI Luffy tiene que tomar un baño para poder besarlo”-declaro Sanji, corriendo al baño para no obtener un golpe de parte del moreno.
Y la verdad no era un secreto para los integrantes del grupo, que Ace amara a Luffy, o que el pequeño doncel moría por el representante peli-negro. Pero su relación no podía salir a la luz. Ya que políticamente eran hermanos. Sus padres se habían casado, pero ellos no compartían lazos sanguíneos.
-¿Dónde está Sara?-pregunto sonrojado Ace, tratando de evitar el asunto.
-regreso a casa terminando el concierto-declaro Robin que era abrazada por Franky –creo que deberíamos tomar medidas con ella, últimamente su estado físico no ha mejorado- hablo un poco afligida.
-tsk-Ace se mordió el dedo pulgar, cruzando uno de sus pies encima del otro, sabía lo que seguía, ya que sabía que enfermedad tenía la peli verde.
*-*-*
-Tamaki-san, tiene una llamada-anuncio una empleada tocando la puerta del camerino.
-gracias Azul, yo le pasare el teléfono a Tamaki-san-hablo una chica de pelo naranja, que medio abría la puerta del camerino.
La mujer le entrego el teléfono a la chica, pues ella era la representante del señor Tamaki, y solo ella tenía el derecho de manejar llamadas y eventos del señor Tamaki, el famoso y exitoso modelo, que se convertía poco a poco en el más grande ídolo.
-habla con la representante de Tamaki-sama, ¿Qué desea?- contesto la mujer, mirando atravesó del espejo la cara dormida del peli verde, que dormía cómodamente sentado en una silla.
-¿Nami podría hablar con mi hermano?-pregunto una voz femenina del otro lado de la línea.
-¿Sara-san?-pregunto dudosa la chica, pues en todo el tiempo que había trabajado con su modelo, su hermana solo había hablado una vez, y solo dos minutos con el peli verde.
-sí, necesito hablar con mi aniki, por favor-declaro la chica esperando respuesta.
-veras… ahora mismo…-no pudo terminar, ya que Zoro la veía con la mirada fría y seria, lo cual la asusto.
-¿Nami…?-pregunto la chica, ya que nadie le contestaba.
-¿Qué quiere señorita Roronoa?-pregunto Zoro una vez le quitara el teléfono a la peli naranja.
-¡Aniki! ¡Me alegra tanto escucharte!-declaro la menor en tono feliz.
-yo… no soy más tu aniki-hablo frio y serio el modelo-¿Qué quieres?-pregunto ya cabreado.
-no cambiaras, es acaso que ya me olvidaste yo…-la chica fue interrumpida.
-no me vengas con estupideces, ¿Quién fue quien…?-se detuvo, no quería recordar los problemas con su hermana-ve al grano-le ordeno con paciencia.
-necesito que me ayudes, un favor de algunos meses-dijo seria y un poco suplicante.
-sabes que no lo are ¿Por qué llamas?-pregunto molesto, ya se había negado a otros favores, que era diferente esa vez.
-en verdad lo necesito, hazlo por mí y por tu sobrino-la declaración de la chica dejo a Zoro impactado-te necesito para que me suplantes en el grupo, solo por siete meses, por favor.
¿Su hermana sabía lo que le pedía? Si aceptaba aquella petición estaría de nuevo cerca de aquella persona, cerca de un chico que lo ha estado siguiendo mucho tiempo, cerca de su amiga, cerca de… cerca de lo que había deseado, por eso es que no aceptaría… pero… ¿un sobrino? El podía ayudarlo, aun así… ¿Qué decidiría?
-es mi felicidad contra la tuya…-susurro Zoro sorprendido.
-lo se aniki… -al igual que su hermano, Sara pensaba en las consecuencias, pero no podía permitir que su identidad fuera revelada.