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Kitsune no kokoro por Takaita Hiwatari

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Notas del capitulo:

Editado: Corregidas faltas de ortografía en abril de 2015. No eran muchas, pero eran molestas a la vista. También he agregado el guión largo usándolo de forma correcta. Además el texto está sangrado, pero eso la web no lo muestra por desgracia.

 

Importante: Todos mis trabajos tienen todos los derechos reservados en Safe Creative. Mi fanfic está protegido por las leyes de copyright y tratados internacionales.

 

Advertencias: Shonen ai (relaciones sentimentales entre hombres) AU y posible lime.

 

Disclaimer: Naruto y cía. pertenecen a Masashi Kishimoto. Yo sólo tomo sus personajes para crear este fanfic, sin ánimo de lucro.

 

KITSUNE NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capítulo 1: "La leyenda era cierta":

 

Sus ojos negros observaron por enésima vez con gesto incrédulo al "chico" malherido e inconsciente recostado en el futón que se hallaba en su habitación. Hasta ahora, a sus dieciséis años, nunca había creído esas historias y leyendas que circulaban por la aldea desde que tenía memoria. Pero ahora podía constatar con sus propios ojos que era cierto y esas criaturas realmente existían.

 

Con algo de duda acercó una mano a la cabeza del otro, rozando apenas con un dedo una de las peludas orejas que sobresalían de la rubia cabellera. Ese chico... realmente... tenía orejas de zorro.

 

Y ahora... ¿qué se supone que debía hacer con él?

 

Lo más razonable que se le pasó por la cabeza había sido llamar a una persona de confianza para que curara al chico. Una amiga de la infancia: Haruno Sakura. No debería tardar mucho más en llegar.

 

La segunda opción más razonable que le pasó por la cabeza, fue que nadie supiera que tenía en su casa a ese chico mitad zorro. Sabía que había gente que capturaba a estas criaturas, aunque no tenía muy claro para qué. Nunca le había interesado saber sobre eso, en realidad.

 

Unos suaves golpes en la puerta le sacaron de sus pensamientos. Seguro que era Sakura. Con tranquilidad se puso de pie y fue a abrir la puerta corrediza de la entrada.

 

─Hola, Sasuke-kun ─saludó alegre, con las manos en la espalda.

─Sakura ─dijo a modo de saludo, haciéndose a un lado para darle paso.

 

Cerró la puerta cuando ella ingresó, y caminando delante la guió hasta su habitación.

 

La chica soltó una muda exclamación de sorpresa al ver al rubio en el futón, o más bien, al ver las orejas anaranjadas del chico.

 

─Así que era cierto.

─¿Por qué te mentiría? ─preguntó serio.

 

Sakura se acercó hasta arrodillarse a un lado del futón, observando minuciosamente al chico.

 

─Se ve algo malherido ─comentó con preocupación─. Tiene quemaduras.

─Por eso estás aquí.

─¿Dónde lo has encontrado? ─preguntó mientras procedía a curar algunas quemaduras.

─En el bosque. Cerca del templo de Inari Kami-sama.

─¡Oh! Por esa zona hubo un incendio esta mañana.

─Hum. ─Asintió con un leve movimiento de cabeza─. El muy idiota parecía estar esperando pacientemente en medio de las llamas para ser quemado vivo. Estaba allí quieto, sin moverse.

─¿Viste el incendio? ─Parpadeó sorprendida─. ¿Y qué hacías en el bosque, Sasuke-kun?

 

Uchiha tardó unos segundos en responder. No le agradaba mucho que le interrogaran, pero la chica no dejaba de observarle fijamente con curiosidad.

 

─Entrenar ─contestó con simpleza.

 

Sasuke esperó paciente a que ella terminara de curar al kitsune. En realidad no tenía tantas heridas, así que seguramente quedó inconsciente por demasiada inhalación de humo.

 

─Sakura...

─Dime, Sasuke-kun.

─¿Qué sabes de...? ─Señaló al rubio con cierto desgano─. De "ellos".

─Bueno, sé varias cosas ─contestó con cierto aire de superioridad.

─Pues entonces abrevia.

 

La chica esbozó una leve sonrisa nerviosa. Había querido sorprender a Sasuke al decirle que sabía mucho sobre ese tema, pero al parecer al chico le había molestado que presumiera de sus conocimientos.

 

Tosió un par de veces y se aclaró la garganta antes de empezar a hablar.

 

─Mn... no sé por dónde debería empezar exactamente ─habló pensativa, llevándose una mano a la barbilla─. Hay muchas creencias sobre estos animales... o personas... ─empezó dubitativa─. Se dice que son mensajeros del Dios Shinto, Inari-sama, Dios zorro patrón de las cosechas, la fertilidad y los negocios. Se dice también que la misión de los kitsune es proteger las aldeas y bosques, y sobre todo el templo de Inari Kami-sama.

─Yo he escuchado que los kitsune no son de fiar ─comentó con seriedad.

─Sí, eso he escuchado yo también. Pero por otra parte se comenta todo lo contrario y se dice que son fieles, incluso que algunas familias los utilizaban como sirvientes, amantes, o hasta esposas y esposos.

─¿Amantes?, ¿esposas? ─Alzó una ceja levemente con elegancia, en un gesto entre burlón e incrédulo─. ¿Quién haría algo así? Lo de tomarlos como sirvientes ya me parece ridículo, y más lo demás.

─En realidad se comentan muchas cosas, pero nadie sabe nada con seguridad. Ya ves, unos dicen que son de fiar... otros dicen que no lo son... ─Dejó la frase incompleta, haciendo un leve ademán con la mano.

─También escuché una vez que pueden transformarse... o algo así. Eso sí que no me lo creo.

─¿Por qué no? No creías que "ellos" existieran, y ahora mismo hay un kitsune en tu habitación.

 

El chico que yacía en el futón apretó levemente los párpados al escuchar unas voces desconocidas a su lado, y segundos después abrió despacio los ojos.

 

─¿...dónde estoy? ─susurró con voz rasposa, sentía la garganta reseca.

─¡Mira, Sasuke-kun! ─habló animada─. ¡Ha despertado!

 

El mencionado no dijo nada. Sólo se limitó a ver cómo los ojos azules observaban todo a su alrededor con curiosidad.

 

─Tranquilo, aquí estás a salvo ─siguió hablando ella al ver que el pelinegro no decía nada.

─¿Eh? ─musitó mirándola─. ¿Quién...?

─¡Qué color de ojos más bonito tienes! ─exclamó Haruno.

 

El rubio se sonrojó levemente, y como si tuviese un muelle en la espalda, en un segundo se irguió quedando sentado. Tomó las manos de la chica con una rapidez pasmosa.

 

─¡Qué linda eres! ─exclamó todavía con la voz algo ronca─. Tú me has salvado, ¿verdad? ─Movió las orejas y la cola alegremente.

─¡Oye, tú...! ¡No me tengas tanta confianza tan rápido! ─Se liberó del agarre con cierta brusquedad. Después de todo no sabían cómo era ese kitsune, aunque a simple vista no parecía peligroso.

─¡Eres mi salvadora! ─Cerró los ojos con una sonrisa alegre─. Te recompensaré por haber salvado mi vida. ¡Desde hoy seré tu sirviente si así lo deseas!

─¿¡Eeh!? ─gritó sorprendida─. N-no... oye, pequeño... ─Agitó las manos mientras negaba con la cabeza con una mueca tensa que intentaba ser una sonrisa─. Para empezar, no tienes por qué hacer eso. Y además, yo no te he salvado.

─¿Qué? ─preguntó algo decepcionado.

─Fue Sasuke-kun quien te salvó del fuego.

─¿Sasuke... kun...?

 

En ese momento el rubio recapacitó en que antes de despertar había escuchado dos voces: una femenina y otra masculina. Giró la cabeza al lado contrario, encontrando a un chico de cabellos y ojos negros arrodillado junto al futón, frente a la chica. Aquellos ojos negros le observaban fijamente, con seriedad.

 

La mirada de ese chico no le agradaba mucho, e inconscientemente frunció el ceño y las orejas se agacharon un poco en una pose defensiva, como esperando que aquel pelinegro le atacara en cualquier momento.

 

─Deja esa mirada ─instruyó Sasuke bastante serio al darse cuenta de lo que hizo el rubio.

─Sasuke-kun dice que te encontró quieto en medio del fuego ─comenzó a hablar ella─. ¿Por qué no huiste? Eso es peligroso, pequeño.

 

El kitsune notó que la chica le hablaba como si fuese un crío, y eso no le gustó mucho. Aunque no exteriorizó esa molestia.

 

─Estaba esperando que él llegara ─habló serio por primera vez.

─¿Él? ─repitió ella.

─Ese asesino... ─Apretó con ambas manos el cobertor que le cubría de cintura para abajo. Eso pareció lograr que su enojo se esfumara de repente, y formando una mueca confundida observó dónde se encontraba sentado─. ¿Qué es esta cosa? ─Alzó un poco el cobertor y lo estrujó contra una de sus mejillas─. Es suave, calentito y huele bien.

 

Sasuke arqueó una ceja al ver lo que hacía el chico de las marcas en las mejillas.

 

─¿No lo sabes? ─Sakura se rascó la mejilla algo aturdida─. Eso es un cobertor.

─¡Oh! ─exclamó alegre─. ¡Cobertor! ¡Cobertor! ─Aspiró el aroma que desprendía─. Me gusta.

─Por cierto... ¿Tienes nombre? ─volvió a hablar.

─¡Claro! ─Dejó un momento su repentina obsesión por el cobertor para observar a la chica─. Me llamo Uzumaki Naruto. ─Movió levemente su esponjosa cola anaranjada, con la punta de color blanco─. ¿Y tú cómo te llamas?

─Sakura. Haruno Sakura.

─¡Ah, Sakura! Conozco una parte del bosque donde hay muchos árboles de sakura. Tienes nombre de flor, y además tu cabello tiene el color de esa flor.

─Sí ─contestó sencillamente, con una leve sonrisa. Señaló al pelinegro arrodillado frente a ella al otro lado del futón─. Y tu salvador es Sasuke-kun. ¿Eso significa que te vas a convertir en su sirviente, Naruto?

─Ni hablar. ─Negó─. Yo no le pedí a Sasuke-kun que me salvara ─se excusó sin dignarse a mirar al de ojos negros.

 

Una gotita de sudor se deslizó por la sien de Sakura. Al parecer ese pequeño zorro era un convenenciero.

 

─No quiero ningún sirviente ─habló por fin Uchiha, y después observó a Naruto─. Y tú, bola de pelos, no me llames Sasuke-kun. Para ti soy Sasuke.

─Pero ella dijo que te llamas Sasuke-kun ─se excusó─. ¡Y no me llames bola de pelos!

─Ah, esto... ─comenzó a decir Sakura─. Sasuke-kun es una forma cariñosa que tengo de llamarle. Con que le llames sólo Sasuke está bien, Naruto.

─¡Vale! ─Asintió con una sonrisa, y al instante un corto ataque de tos le impidió seguir hablando.

─¿Estás bien? ─Se preocupó Sakura.

─Tengo la garganta reseca. Me pica.

─Te traeré agua. ─Se puso de pie al instante─. Sasuke-kun...

─Ya sabes dónde está la cocina. Ve ─le instó, haciendo un gesto desganado con una mano.

 

Cuando ella salió, todo quedó en silencio. Naruto observando todo lo que había en esa habitación, y Sasuke mirando al rubio.

 

─¿A quién esperabas en medio del fuego? ─quiso saber Sasuke, comenzando a hablar con seriedad.

 

Uzumaki le observó con cierta desconfianza nuevamente. Cabello negro... ojos negros... había algo que definitivamente no le gustaba de ese chico. Le recordaba a alguien, pero no sabía decir a quién exactamente. Además que era un desconocido.

 

─Al asesino de mis padres ─contestó con voz seca, sin mirarle.

─¿Es de Konoha? ─preguntó algo sorprendido.

 

La aldea más cercana al lugar del incendio era Konoha; entonces, por lógica ese asesino sería probablemente de la aldea de La Hoja.

 

─Sí.

─¿Sabes su nombre? ─No pudo evitar que algo de curiosidad se escuchara en sus palabras.

─No. Pero sí sé cómo es físicamente, y también su apellido.

─¿Cómo es ese tipo?

─Tiene el cabello y los ojos negros ─comenzó a explicar─. Y su piel era tan blanca como la tuya. Cuando ese tipo luchó contra mi padre, sus ojos se volvieron rojos.

─¿Rojos? ─repitió casi al instante.

─Sí. Cuando eso ocurrió yo era pequeño, pero lo recuerdo como si fuese ayer.

─¿...y su apellido? ─preguntó con cierta impaciencia disimulada. Tenía un mal presentimiento de todo eso.

─Uchiha ─soltó con acidez─. He tenido que esperar hasta ahora para poder vengarme. Cuando aquello sucedió no tenía poder suficiente para matarle. Ni siquiera tenía dos colas, y no podía adoptar correctamente mi apariencia humana. Y ese Uchiha es realmente fuerte. Pero ahora seguro que soy mucho más fuerte que él ─habló con seguridad─. He entrenado mucho todos estos años.

 

El silencio inundó la habitación unos breves segundos. Sasuke intentaba procesar todo lo que el rubio había dicho, aunque era demasiada información importante en muy poco tiempo.

 

Le llamó la atención el tema de las colas. Según las historias de los ancianos de Konoha, los kitsune iban ganando una cola cuanto más fuertes se volvían, hasta tener finalmente nueve colas. Los kyuubi eran tan fuertes, que podían ser considerados como dioses.

 

─No es que me interese mucho, pero... ─Sasuke rompió aquel silencio.

─¿Qué?

─¿Cuántas colas tienes ahora?

─¡Siete! ─exclamó con una sonrisa orgullosa.

 

Pero Uchiha no se mostró nada sorprendido con aquella contestación.

 

─Hm... Realmente no lo aparentas. No te ves fuerte para nada.

─¡Repite eso y probarás mi furia! ─Le fulminó con la mirada.

─¿Estás seguro de que... es un Uchiha el asesino de tus padres? ─preguntó sin inmutarse con el enojo del otro.

─No lo olvidaría ni en un millón de años.

─Ya veo ─murmuró serio.

─Ese hombre podía controlar el fuego. ¿¡Puedes creerlo!?

─Seh... supongo que sí. Si tú lo dices... ─intentó sonar desinteresado.

─¡Sí! Créelo ─insistió.

─¿Y sabes por qué mató a tus padres?

 

En otra circunstancia, a Sasuke no le habría interesado lo más mínimo la situación del kitsune, pero... ¡Rayos! ¡Estaba diciendo que el asesino era un Uchiha! ¿Cómo no iba a sentir curiosidad?

 

─Sí. ─Frunció levemente el ceño─. Sí lo sé. Ese... Uchiha... ─pronunció el apellido de forma venenosa─. Una vez quedó atrapado en un incendio en el bosque, cuando practicaba con una de sus técnicas de fuego, y mi madre le salvó de morir. Desde ahí, ese tipo se encaprichó con mi madre y quiso convertirla en su sirviente, pero parece ser que después su capricho creció y quería convertirla en su esposa. Y entonces pensó que volviendo a estar en peligro, mi madre le volvería a salvar. Así que provocó un incendio con esa técnica suya y mi madre le salvó nuevamente, pero él aprovechó y la capturó. ¡El muy maldito...! ─masculló.

─Siento haber tardado tanto. ─Sonrió apenada Sakura, entrando en la habitación con un vaso de agua en la mano.

─¡Hola, Sakura-kun! ─Sonrió Naruto.

─¿Sakura... kun? ─Sonrió ella con un tic en la comisura de la boca.

─Dijiste que a él le llamabas Sasuke-kun porque era una forma cariñosa de hacerlo. Así que como eres tan amable conmigo, serás Sakura-kun.

─Sería mejor llamarla Sakura-chan ─opinó Sasuke sin mucho interés, cruzándose de brazos.

─¡Sakura-chan suena muy bien! ─Agitó levemente la cola, chocándola contra el futón─. ¡Sakura-chan! ¡Sakura-chan!

 

A Sasuke le llamó la atención cómo el rubio podía pasar en segundos de estar extremadamente feliz, a esa expresión tan seria. Si él estuviese en su lugar, ciertamente no tendría ni ganas de sonreír. A no ser... que las sonrisas de ese kitsune fuesen fingidas.

 

─Aquí tienes, Naruto. ─Se arrodilló junto al futón, alcanzándole el vaso de agua.

─¿Qué es esto? ─preguntó cogiendo el vaso con duda.

─Agua ─contestó con simpleza, pero a la vez con tono obvio.

─El agua está dentro de esta cosa, y no puedo beberla. ─Formó una expresión de puchero sobreactuado, observando a la chica.

─¿Nunca has visto un vaso? ─Parpadeó sorprendida.

─En el bosque donde vivo no hay de estas cosas. ─Se acercó el vaso a la boca y sacando la lengua empezó a lamer el agua, pero como él no solía beberla así, se cansó rápido. Aunque sirvió para aclararle un poco la garganta y que su voz sonara bien─. Sería más fácil beberla del río, cogiéndola con las manos. ¡Aunque últimamente los humanos lo han ensuciado mucho! ─protestó frunciendo el ceño.

 

Sakura le enseñó a Naruto a beber en un vaso, cosa que aprendió rápido ya que no tenía gran ciencia.

 

─Por cierto, Sakura-chan... ¿Dónde estoy? ─Observó a su alrededor nuevamente─. ¿Esto es tu casa?

─No. Estás en Konoha, en casa de Sasuke-kun.

─¡Konoha!

 

Con una rapidez increíble, el kitsune se puso de pie provocando que Sasuke y Sakura se apartaran un poco para evitar que el cobertor les golpeara en la cara.

 

─¡Oye! ─protestó ella por la efusividad del otro─. ¿Se puede saber qué te...?

─¡Me tengo que ir! ─Apenas avanzó un par de pasos cuando se detuvo en seco al ver las ropas que llevaba─. ¡Esta no es mi ropa! ─gritó como si fuese un detalle que nadie había notado.

─Tu yukata estaba tan quemada que quedó inservible ─habló Uchiha sin inmutarse ante el escándalo del otro─. Te puse ropa mía.

─¿¡Tú me desnudaste!? ─se enfadó, señalándole de forma acusadora.

─No me señales ─ordenó ceñudo─. Y no hagas tanto drama, que yo debería ser quien esté enojado. Tuve que hacerle un agujero a mis pantalones en... ─Bufó de forma sonora─. "Ahí", para que pudieras sacar tu cola. Así que han quedado inservibles para mí.

 

Naruto miró con un mohín de disgusto sus nuevas ropas que le quedaban bastante anchas: pantalón negro, y una camiseta del mismo color con unas espirales rojas cerca de los hombros. No le gustaba el color negro, le recordaba a los ojos del asesino de sus padres.

 

Se fijó en que Sasuke llevaba exactamente la misma ropa que él, sólo que a Sasuke las mangas le quedaban un poco más arriba de las muñecas, mientras que a él le quedaba grande.

 

─No me gusta ─murmuró bajando un poco las orejas.

─Tsk... ─fue todo lo que "dijo" Sasuke, rulando la mirada con hastío.

 

La de cabellos rosas intervino con un tono de voz que delataba su preocupación.

 

─Naruto, ¿no pensarás salir así tal cuál? No creo que sea bueno que la gente te vea. No sabemos cómo podrían reaccionar.

─¡No te preocupes por mí, Sakura-chan! ─Sonrió contento, alzando las orejas nuevamente─. Si alguien intenta lastimarme no podrá hacerlo. ¡Soy muy fuerte! ─Inspiró hondo, hinchando el pecho con orgullo mientras se llevaba las manos a la cintura.

─¿En serio? ─preguntó nada segura─. Ahí afuera hay ninjas realmente fuertes. ¿Cuántos años tienes? Aparentas ser más o menos de nuestra edad. No ─se contradijo al instante─, seguro eres menor que nosotros ─afirmó.

─¿Cuántos años tienes tú? ─le contestó con otra pregunta, sonriendo levemente.

─Sasuke-kun tiene dieciséis años, y yo diecisiete. Ambos somos chuunin. ¿Tú también tienes dieciséis? O tal vez... ¿catorce?

─No. Tengo un poquito más, je... ─Se rascó la nuca algo avergonzado.

─¿¡Eres mayor!? ─Se sorprendió─. No me lo creo.

─Tengo ciento dieciséis años ─se animó a decir, sin dejar de rascarse la nuca─. Je, je...

 

Un largo silencio quedó en la habitación después de que Naruto confesara aquello. Incluso Sasuke no pudo ocultar su expresión de sorpresa. Ambos observaban fijamente al rubio que no dejaba de sonreír, aunque ésta se volvió algo tensa al sentir las fijas miradas sorprendidas sobre su persona.

 

─Él dijo... ─susurró Uchiha.

─¿Un poquito más? ─añadió ella a la frase incompleta del otro.

─¡Na! ¡Na...! ─Unas gotitas de sudor se deslizaron por las sienes del rubio. Señaló a Sasuke antes de continuar hablando─. Pero si le quitamos el "ciento", casualmente tengo la misma edad que él, ¿...no?

─¡Ni de coña! ─gritó Sakura─. ¡Eres un viejo decrépito con apariencia de niño!

 

El rubio quedó en shock al escuchar eso, y con dramatismo se dejó caer al suelo, quedando a cuatro patas.

 

─Sa-Sakura-chan me llamó... ─susurró con aire depresivo─. Es cruel... Aunque es normal, después de todo ella también es humana. Todos los humanos son crueles.

─¿Naruto? ─preguntó al escucharle susurrar cosas inentendibles.

─Y yo que te había elegido para formar mi familia... ─La miró con falsos ojos llorosos, intentando enternecer el corazón de la chica con su actuación─. Aunque Inari Kami-sama me castigaría después por hacer eso.

─¿¡Qué!? ─gritó tan fuerte que hasta los cimientos de la casa retumbaron─. ¡Ni hablar! ¡Eres un viejo!

─¡No soy un viejo! ─Sus falsas lágrimas desaparecieron al instante, formando una expresión de enojo─. ¡Soy muy joven todavía!

─¡Eso ni tú te lo crees! ─le discutió─. ¡Además, a mí me gusta Sasuke-kun...! ─enmudeció al darse cuenta de que había hablado de más, y se ruborizó por completo.

─¿¡Aah!? ─también gritó el rubio─. No puede ser… ─Dejó caer la cabeza hacia delante, deprimido nuevamente. Esta vez sus orejas y su cola también decayeron.

 

Sasuke cerró los ojos con un leve tic en la ceja por tanto grito. La "declaración" de Sakura no fue nada inesperado, la chica no era precisamente un as disimulando cuando estaba frente a él.

 

─Yo... ─balbuceó Sakura poniéndose de pie─. ¡Tengo que irme! ─Y caminando con cierta prisa salió de allí.

─¡Espera, Sakura-chan...! ─Estiró el brazo hacia ella, pero como respuesta recibió el portazo que dio ella al salir─... llévame contigo ─finalizó la frase casi en un susurro─. ¿Por qué los humanos son tan...? ─masculló ceñudo.

─¿Tan... cómo? ─preguntó Sasuke abriendo los ojos.

─¡Así! ¡Ha salido corriendo sin razón!

 

El pelinegro suspiró hondo y se llevó una mano a la frente, negando con la cabeza.

 

Naruto por su parte siguió protestando.

 

─Por eso no me gusta tratar con humanos. ─Se cruzó de brazos.

─¡Oe, tú...! ─Le miró serio.

─Los humanos no son buenos. ─Desde su lugar, cerca de la puerta, observó a Sasuke nuevamente con desconfianza─. Yo... apenas he tratado con humanos, casi nada. Pero nosotros os salvamos cuando estáis en problemas, o a punto de morir, y vosotros nos lo agradecéis capturándonos o matándonos. Y en el peor de los casos, las dos cosas.

─No todos los humanos somos malos ─le discutió con voz neutra, obviamente incluyéndose él.

─¡Claro que sí! En toda mi vida he tratado con menos de cinco humanos, y ninguno de ellos me ha parecido bueno.

─¿En ciento dieciséis años has tratado a tan pocos humanos? ─Se desconcertó.

─Evito tratarlos. No puedo dejar que ningún humano me mate hasta vengar la muerte de mis padres. Hace años... cuando tenía que salvar a algún humano en el bosque, intentaba hacerlo de forma que no me vieran, y me fue bien. Pero hace mucho que dejé de salvarlos. Hace más o menos cien años los humanos eran buenos, ¡incluso nos agradecían dejándonos comida en el bosque! Y a veces los niños iban allí para jugar con nosotros. Pero con el paso del tiempo se han vuelto seres oscuros y no me gustan. ¡Sólo buscan poder!

─O sea, ¿que ahora mismo piensas que quiero matarte? ─aseguró en una pregunta.

─Si hubieses querido matarme no me habrías salvado del fuego. ¡Eso es ridículo!

─¿Y si te he salvado porque quería matarte yo mismo? ─Con un gesto tranquilo apoyó el codo en una de sus rodillas y recargó la mejilla en su puño cerrado, observando fijamente al otro─. He escuchado que si bebes la sangre de un kitsune, te vuelves increíblemente poderoso.

 

Los ojos azules temblaron levemente. Naruto no supo identificar el tono de la pregunta de Sasuke, pero lo que sí hizo fue poner una pose defensiva al tiempo que gruñía levemente.

 

─¡Lo sabía! ─Afiló su azulada mirada─. Eres igual que él... ¡También eres un asesino! ¡Lo supe desde que te vi nada más despertar! ¡Si incluso tienes el mismo color de pelo y ojos que ese Uchiha!

 

Sasuke parpadeó al escuchar eso. Naruto le estaba comparando con el asesino de sus padres, que casualmente también era un Uchiha, sin conocerle siquiera. Eso le molestó, aunque reconocía que él se lo había buscado al decir aquello.

 

─Sólo bromeaba, dobe ─dijo finalmente, sin moverse.

─¡Odio a los humanos! ─casi gritó, sin abandonar su pose defensiva.

─Y yo odio a los dobes, así que creo que es mutuo. ─Se encogió de hombros.

─Quiero salir de aquí. ¡Sácame! ─le ordenó.

─...que yo no quiera matarte no significa que los que están ahí afuera no lo vayan a hacer al verte.

─¡Ya dije que soy fuerte! Y además... ¡puedo esconder mis orejas y mi cola si quiero!

─Aja... ─murmuró sarcástico.

 

El rubio no entendió ese tono, aun así frunció el ceño y cerró los ojos con fuerza, concentrándose. Aunque tardó varios segundos, sus orejas desaparecieron, dejando paso a unas orejas humanas en su lugar, y la cola también desapareció.

 

Sasuke parpadeó sorprendido, sin decir nada.

 

─¿Ves? ─Se pasó el brazo por la frente. Aquello le había costado mucho esfuerzo─. Ahora sácame.

─Mn...

─¿Y ahora qué? ─Se impacientó.

─Tus orejas y tu cola están ahí de nuevo. ─Señaló con un movimiento de cabeza.

─¡No puede ser!─ Se tocó las peludas orejas para confirmarlo─. ¡Maldición! No estoy acostumbrado a hacer esto. Es la primera vez que lo hago ─se excusó.

─Cuéntale tus excusas a quien le interese.

 

Naruto frunció el ceño y decidió que lo mejor era ignorar a ese idiota y largarse de ahí. Hacía tantos años que no trataba con un humano, que ya había olvidado lo desagradables que eran. Se encaminó hacia la ventana abierta y se subió al alfeizar. Sin decir nada ni mirar atrás, saltó.

 

Cayó con agilidad al suelo. De nuevo cerró los ojos, concentrándose para volver a ocultar sus orejas y cola. No podía andar por la aldea así, lo que menos quería era llamar más la atención. Se palpó la cabeza, sonriendo alegre al comprobar que habían desaparecido.

 

─¡Perfecto! No ha sido tan difícil después de todo. Me voy a casa.

─¿Quién eres?

 

Naruto se tensó un segundo al escuchar la inesperada voz tan cerca de él. ¿Y si le había visto esconder sus rasgos animales? A unos pasos frente a él, se hallaba un chico alto, de ojos y cabello negro y largo recogido en una coleta baja. Tenía unas curiosas marcas bajo los ojos, algo así como unas ojeras.

 

─Estás en mi propiedad ─volvió a hablar el desconocido con voz serena─. ¿Qué haces aquí?

 

El otro no contestó, sino que optó por ponerse en una pose defensiva. Ese chico tampoco le agradaba. También tenía los ojos y el cabello negro, se parecía mucho a Sasuke y al asesino de sus padres. ¿¡Es que todos en Konoha tenían el cabello y los ojos negros, o qué!?

 

─No voy a hacerte daño ─avisó al ver lo que hacía el rubio─. ¿Eres de Konoha? ─Arqueó una ceja, ya que aunque ese niño llevaba ropas de la aldea, no encontraba el protector por ningún lado. Ese chico aparentaba tener más o menos unos trece años, así que debería de ser un shinobi. Además que el rubio iba descalzo y ese era otro detalle que le llamó la atención.

 

El kitsune pensó que aquel tipo le quería engañar al decir que estaba en su propiedad. Seguramente sí quería hacerle daño.

 

─Esta casa es de Sasuke. ¡Mentiroso!

─Ya veo... ─Pareció no ofenderse─. Eres amigo de Sasuke. Eso lo explica todo.

─¿Le conoces? ─Por un segundo olvidó su pose defensiva.

 

El pelinegro asintió con un suave movimiento de cabeza. Naruto permaneció en silencio, aunque rápido reaccionó y pensó que lo mejor sería irse de allí. No sabía por cuánto tiempo más podría ocultar sus orejas y cola.

 

Sin decir nada esquivó corriendo al otro. Itachi volteó para seguir al chico con la mirada, pero cuál fue su enorme sorpresa al ver una esponjosa cola anaranjada y blanca contornearse mientras aquel rubio corría.

 

No podía creer lo que veía. ¡Un kitsune!

 

─¡Detente! ─ordenó siguiéndole.

 

Naruto, al notar que aquel chico le seguía, aceleró el paso. Agradeció que pudiese correr mucho más veloz. Pero a pesar de ir corriendo tan rápido, se percató de que todo el mundo le miraba a su paso y pensó que sería porque nunca le habían visto en la aldea. Pero la realidad era que todo el mundo le observaba por sus llamativas orejas y cola de zorro, además de que era perseguido por Uchiha Itachi.

 

No se detuvo hasta que llegó al bosque, allí se sentía seguro. Se escondió dentro de unos arbustos, a pesar de que era incómodo. Permaneció en total silencio unos segundos, hasta que sintió un fuerte tirón en la cola que le obligó a salir de los arbustos, chocando la espalda bruscamente contra el suelo.

 

─¡Auch! Mi cola. ─Se sentó con pesadez y llevó la cola al frente, abrazándosela─. ¿Qué rayos fue eso?

─Así que esa cola es de verdad.

─¡No puede ser! ─masculló tensándose al escuchar esa voz a su espalda. Volteó, encontrando al chico pelinegro otra vez─. ¿Cómo me has encontrado?

─Era imposible que pasaras desapercibido con esa cola sobresaliendo del matorral. ─Permaneció en silencio unos segundos, escaneando al rubio con la mirada─. Realmente existen los kitsune ─comentó.

 

Naruto se palpó con cierta pereza la cabeza, tocando sus peludas orejas. No sabía en qué momento habían decidido salir, pero era molesto que tres humanos ya le hubiesen descubierto en un mismo día.

 

─No me gustas ─le dijo poniéndose de pie con el ceño fruncido─. Déjame en paz. ¡No me sigas más! ─Apenas avanzó unos pasos corriendo, se tuvo que detener en seco cuando un kunai le pasó rozando la frente con velocidad hasta clavarse en la corteza del árbol junto a él. Algunos rubios cabellos del flequillo danzaron un poco en el aire hasta descender al suelo. Observó con cierto estupor al desconocido, sin atreverse a pestañear siquiera─. ‹‹Quiere matarme››, pensó asustado.

─¿Tienes nombre?

─Na... ruto ─balbuceó estático en su lugar─. Naruto ─repitió de forma audible para el otro.

─¿Estás asustado, Naruto-kun? ─preguntó calmado.

 

Uzumaki negó moviendo apenas la cabeza. Aun así, para Itachi era obvio que aquel kitsune estaba asustado, ya que sus orejas estaban tan gachas que casi quedaban ocultas por el rubio cabello, y su cola estaba levemente metida entre las piernas.

 

─Bien. Entonces no tendrías problema en pelear conmigo, ¿verdad, Naruto-kun?

─¿Pelear? ─Le miró sorprendido─. ‹‹Si me mata, no podré encontrar al asesino de mis padres››, pensó tragando saliva con dificultad─. Los kitsune no peleamos con los humanos. Los ayudamos cuando están en problemas, y protegemos las aldeas y bosques. Tenemos prohibido dañar a los humanos.

 

Él siempre había presumido de ser fuerte, pero nunca había tenido una batalla real. Siempre había entrenado solo, usando blancos inmóviles como árboles, rocas y cosas así. Y siempre pensó y se aseguró que el único humano con el que lucharía, y que mataría, sería al asesino de sus padres.

 

─Vamos a pelear, Naruto-kun.

─¡No me llames así! ¡Y no puedo pelear contigo!

─¿No puedes? ¿O no quieres? ─Se llevó las manos a la cintura en un gesto tranquilo, pero algo presumido─. Vamos, te doy la oportunidad de atacar primero.

 

Naruto apartó la mirada del otro. No pensaba pelear con él por nada del mundo. Él tenía que seguir vivo, y ese chico se veía bastante fuerte, al menos eso aparentaba.

 

─¿No quieres? ─afirmó en una pregunta─. Oh, qué falta de educación la mía. No te he dicho mi nombre, Naruto-kun.

─No me interesa ─le dijo sin mirarle todavía.

─Me llamo Itachi. Uchiha Itachi.

 

El ceño de Naruto se frunció al instante, clavando una mirada afilada en el pelinegro. Sus pupilas se rasgaron levemente debido al enojo.

 

‹‹¡Uchiha...!››

─No sabía que mi tonto hermano menor tuviese por amigo un kitsune. Eso sí que es una sorpresa. Se suponía que él nunca ha creído en estas cosas.

‹‹¡Sasuke es un Uchiha también!››

 

Dejándose llevar por la rabia que sentía, Naruto cogió el kunai clavado en el árbol junto a él y corrió hacia Uchiha.

 

Itachi se apartó con elegancia a un lado, sin darle demasiada importancia al ataque, pero no contó con que el otro sería bastante veloz y giraría sobre sus pies, rasgándole con el kunai la bolsa trasera donde llevaba su equipo ninja. Todas sus armas, bombas de humo, pergaminos y demás cosas, fueron a parar al suelo.

 

‹‹Es rápido››, pensó el pelinegro. Se alejó un poco de Naruto al tiempo que activaba su sharingan.

─Esos ojos... ─susurró el kitsune deteniéndose en seco, algo asustado, pero intentó no dejarse amedrentar─. Eres tú... ¡Tú eres quién he estado buscando!

─¿Mn? ─Arqueó una ceja sin entender qué quería decir el otro.

 

El kitsune volvió al ataque. Sus ojos también se volvieron rojos, las marcas en las mejillas se acentuaron y las uñas se alargaron hasta asemejarse a unas garras al tiempo que corría hacia Itachi; pero éste consiguió desarmarle rápidamente con pocos y certeros movimientos.

 

─¿Dónde están los otros kitsune? ─preguntó evitando los golpes que intentaba propinarle el más pequeño. De momento no atacaría, primero quería probar qué fuerza tenía aquel kitsune, que estaba seguro que sería mucho más que eso.

─¡No hay más kitsune aquí! ─Saltó, intentando arañarle la cara con sus largas uñas, pero el otro le esquivó─. ¡Todos se fueron por tu culpa! ¡Asesino!

─¿Asesino...? ─repitió casi en voz baja.

 

Uchiha notó que la fuerza de Naruto crecía a cada instante en sus ataques, pero se sentía tan rabioso que no era capaz de atacar con precisión y desperdiciaba la energía empleada en sus ataques. Aquel kitsune se estaba enojando, y él ni siquiera entendía por qué.

 

─¿Esto es todo lo que tienes? ─preguntó con cierta decepción.

 

Naruto tembló al aumentar su rabia y coraje. Para ese Itachi, él no era más que un entretenimiento. A pesar de todo lo que había entrenado no estaba a la altura de ese tipo, así que tendría que liberar más colas.

 

─¿Cuántas colas tienes, Naruto-kun? ─preguntó, como si supiese lo que estaba pensando el otro─. ¿Eres un kyuubi? ─En su voz se notó bastante interés.

─Todavía no ─contestó sólo la última pregunta─. ¡Pero aun así te venceré!

 

Al escuchar eso Itachi pareció perder completamente el interés por pelear con Naruto, ya que dejó de lado su actitud defensiva y dejó caer los brazos tranquilamente a ambos lados de su cuerpo.

 

─Entonces no estoy interesado en pelear contigo.

─¿¡Qué!? ─gritó.

 

No recibió respuesta, pero vio incrédulo cómo Uchiha se daba la vuelta dispuesto a irse. Gruñó de forma audible, al tiempo que poco a poco aparecían dos nuevas colas. Sus colmillos crecieron un poco y las marcas de sus mejillas se acentuaron más. ¡Ese asesino le estaba subestimando porque no era un kyuubi! Pues él le demostraría que siendo un sanbi le derrotaría sin problemas.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

¡Hola! ¡Uf…! Hace muchísimo tiempo que no publicaba nada, esto me trae recuerdos, jeje…

 

Lo dejo hasta aquí, no quiero alargarlo demasiado y que la lectura se vuelva tediosa.

 

En la advertencia al inicio del capítulo, puse "posible lime" porque realmente el fanfic no está finalizado, así que no sé todavía si escribiré lime o no. Personalmente, pienso que se pueden escribir buenos fanfics sin lemon.

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


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