Era un día hermoso, soleado, y eso, la verdad no le gustaba del todo, desde que se había levantado tenía un extraño presentimiento, algo iba a suceder, podía sentirlo en lo más hondo de su ser, aun que la verdad no tenía ni idea de lo que podría ser, aun que tal vez no fuese nada lo dudaba, nunca fallaba , y no es que tuviese un don paranormal, simple y sencillamente era muy sensible a las alteraciones de su entorno, que percibía como presentimientos, así que lo más probable es que algo, un detalle por minúsculo que fuese estaba fuera de lugar ese día, y la sensación se acrecentaba más y más a lo largo del día, algo estaba mal, no sabía exactamente el que, pero pronto lo averiguaría de eso no tenía duda alguna, a la hora de la comida, su compañero de habitación , se acercó muy serio, y le dijo
-Alan, tenemos que hablar
-¿para?
-es algo muy importante, y debo decírtelo, tomé la decisión ayer por la noche, pero al llegar ya te habías dormido y no pude
-...
-es que, es difícil, tal vez me odies, pero ya no aguanto más, yo... te amo, desde que te vi por primera vez
- ¡un momento, ¿Qué tú que?, esto es una broma ¿cierto?!
-lo lamento, pero no lo es, perdóname, y, el dormir contigo cada noche sólo lo empeora, por que nos vemos todos los días, y tú eres tan amable.
-bueno, no sé, supongo que está bien... mientras no me violes a media noche.
-¿lo ves?, siempre eres muy amable conmigo, sé que no sientes lo mismo, pero igual quería sacarme esta peso de encima, gracias por escuchar
-no te preocupes, sé que no lo controlas, y no podría odiarte por que eres mi mejor amigo -si sin duda eso era lo que había estado presintiendo desde que se había levantado, y tenia sentido, después de todo él conocía desde hacía tiempo a Esteban, un momento ¿es decir que desde siempre? ¿También aquella vez que fueron juntos al balneario y se habían cambiado juntos por que no había más que un cambiador disponible?, de pronto al pensarlo su cara se tiño ligeramente de carmín
-Alan, ¿te encuentras bien? te has puesto un tanto rojo
-claro que estoy bien, perfectamente
-si tú lo dices, no sabes lo feliz que me harías si me correspondieras
-lo siento, yo, te quiero mucho, pero sólo como amigo, perdón, pero me gusta alguien más, una chica
-¿en serio? No me lo habías dicho
-es que, la verdad, es una tontería, y trato de no pensar en ella, no le había dicho a nadie,
-ya suelta la sopa di quien
-Ariadna
-guau, bueno, supongo que me resignaré, si en verdad tú no me correspondes.
Ya varios días habían pasado desde que oyera la declaración de su amigo, y su pensamiento volaba justo hacia... Ariadna, se preguntaba si algún día él tendría el valor de confesar sus sentimientos, por el momento, todo seguiría casi como siempre, las cosas no cambiarían del todo, por que él a diferencia de su amigo, era un poco más cobarde, y no creía poder decir algo así fácilmente, ni tener tanta seguridad, él no era así, por lo que admiraba su temple.