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- ¿Que como era?, el era un hijo único – decía la mujer sosteniendo el llanto y con voz entrecortada, mientras recuperaba el aliento para seguir hablando – un excelente alumno, estaba por acabar su carrera, en poco tiempo se graduaría y saldría con honores licenciado de su facultad; era muy bueno con todos, siempre ayudaba a su hermana en sus problemas por mas difícil que fuera la solución; le gustaba trabajar por su cuenta y apenas hubo la oportunidad busco un trabajo para el mismo solventar sus gastos y así no pedir dinero a su padre, pero era de suponerse que desde temprana edad surgiera su deseo de trabajar, si de por si desde aquel día mi marido le negó su apoyo económico a pesar de que ya no le daba nada pues el mismo pagaba sus estudios; yo creo que el sabia lo que pasaría ese día y por eso quiso trabajar para no verse en necesidades absurdas; nunca le costaba nada ayudar a su familia aun sin importarle que al haber declarado su secreto abiertamente a la familia su padre lo corriera de la casa; yo lo amaba y su padre también a pesar de que desde ese día jamás quiso volver a verlo, era mi hijo, ¿entiende?, pero como le pregunto eso, espero que usted nunca pase por lo que yo estoy pasando ahora y no se vea ahogado en el sufrimiento; una madre jamás debería enterrar a su hijo es el quien debe hacerlo, es el quien debería llevar flores a su tumba y hablarle al pie de la misma, ¿Por qué tuvo que suceder esta desgracia?, primero mi marido y ahora también mi precioso hijo.
La mujer rompió en un llanto frió y eterno de lágrimas saladas y quejas que desgarrarían el alma de cualquier persona aun por más dura, frívola o cruel que pareciera, poco tiempo después cuando lentamente recuperaba la calma y escucho la siguiente pregunta pareció incomodarse un poco.
- de el ni pregunte quiere – dijo enojada y con tono recio mientras terminaba de secarse las lagrimas con un pañuelo que desde el primer instante llevaba en su mano izquierda - ese desgraciado le deshizo la vida a mi hijo; el que era tan noble, tan bueno, tan amable, siempre que veía a una persona limosneando unas cuantas monedas el no lo dudaba y de inmediato le ayudaba, aun sin importarle que su hermana le dijera que aquellos eran hombres que malgastaban el dinero que conseguían en bebida y cigarrillos; ese de quien usted quiere saber ahora no se menciona en esta casa, por su culpa los soldados le dispararon a mi hijo, y si no tiene más preguntas por favor déjeme sola, necesito estar sola con mis lagrimas y mis recuerdos.
Ante esta situación de inmediato la mujer cerro la puerta de aquella habitación, la misma en la que tiempo atrás su hijo había dormido, y en la cuál se encontraban juguetes de su infancia: peluches en el cobertor de la cama, soldaditos de plástico regados por el suelo y hasta un pequeño trencito de madera con rieles que colgaban en el techo haciendo parecer que flotaran en el aire sosteniendo el tren para que no cayera al suelo; también había varios libros estrictamente acomodados en un librero de madera bastante viejo y por ultimo varias prendas de vestir colgadas en ganchos o dobladas en cajones y guardadas cuidadosamente en el armario, entre todas aquellas prendas había un saco de cuero que la mujer tomo con todas sus fuerzas entre sus brazos a la hora de cerrar la puerta y que después de olerlo y acariciarlo con ternura unas cuantas lagrimas de nueva cuenta comenzaron a brotar por sus mejillas.
Afuera de aquella habitación la casa parecía triste, a pesar de que en la calle la mañana era hermosa y soleada, en ese interior todo estaba un tanto lúgubre y en silencio, se respiraba la melancolía, en la escalera que conducía a la planta baja de aquella vivienda había una mujer.
- ¿así que usted es la persona que venia a hacer el reportaje sobre la muerte de mi hermano? – pregunto la voz de aquella mujer que iba subiendo las escaleras un tanto cabizbaja y en cuyo rostro se dibujaba una tristeza muy abrumadora -pues no hay nada que investigar sabe, esos malditos soldados lo mataron cuando se enteraron de su relación con aquel otro – decía ya con un tono serio y un cambio de expresión en su rostro que ahora denotaba enojo y rabia, mientras proseguía diciendo – lo que mas me da rabia es que lo hayan matado por enamorarse, para ellos conservar la raza es mas importante que el amor, los maldigo mil veces, así como también maldigo a aquel de quien mi hermano se tuvo que encaprichar.
Poco después de aquella misma habitación que había quedado atrás envuelta en el ambiente desconsolador y nostálgico de la casa se escucho a la otra mujer – hija, ¿estas ahí? – decía esa voz afligida, ante lo cual la mujer de las escaleras contesto afirmativamente diciendo que en unos segundos se encontraría con ella y después siguió hablando sobre el otro hombre un tanto seria e incomoda – la verdad no lo conocí muy bien, pero mi hermano se veía muy enamorado de él y ya ve lo que paso, por esa razón lo asesinaron, ni siquiera se lo llevaron a los campos de concentración, en la misma calle donde lo vieron le dispararon y el otro después de verlo ahí tirado y ensangrentado se hecho a correr, maldito cobarde, eso demuestra lo poco que mi hermano le importaba; después de eso me doy cuenta que mi papá tenia toda la razón al enfadarse sobre esos sentimientos de amor que mi hermano supuestamente sentía, él sabia lo que hacia al prohibirle a mi hermano ese romance; yo pensaba que aquel hombre que había alejado a mi hermano de la familia seria bueno para el y que lo haría feliz, pero ahora veo lo equivocada que estaba, un amor como el de ellos jamás se debería de dar, solo trae malas consecuencias; por culpa de ese tipo por el que me pregunta mi hermano ya no esta conmigo; me pregunto como se pudo fijar en ese tipo, si mi hermano era muy atractivo, varias de mis amigas querían convertirlo en su marido, pero el solo tenia ojos para ese tipo que destruyo a mi familia; el me apoyaba mucho, a mi y a mi abuela, a ella diario la llevaba a dar una vuelta en la alameda central; a todos nos apoyaba, hasta a mi padre aunque este no lo quisiera ver desde aquel día en que mi hermano declaro su verdad; ¿quiere saber algo?, cuando mi padre murió mi hermano fue al velorio, pero a mi opinión, de ser por ese mi hermano ni se hubiera presentado, ese hombre siempre odio a mi padre, ni siquiera por respeto se presento a su entierro, y yo creo que no solo odiaba a mi padre, sino que también a toda la familia en general; a mi madre por apoyar las ideas de mi padre, a la abuela por que tal vez cuando mi hermano la llevaba a la alameda el tenía planeadas otras cosas y debido a que mi hermano prefería cuidarla a ella sus planes se veían arruinados, y a mi, talvez me odiaba por jamás haber intercedido ante mis padres por ellos, y ahora estoy feliz de no haberlo hecho nunca, imaginese lo culpable que me sentiría de saber que por apoyar ese amor prohibido ante la ley mi hermano quedaría muerto, mi hermano era un ser extraordinario, pero estaba cegado por ese supuesto amor.
Poco después la mujer de la habitación volvió a llamar y la mujer de las escaleras pidió permiso y se retiro subiendo apresurada los escalones faltantes para ir a aquella recamara donde estaba la primera mujer.
Bajando la escalera, en la sala se encontraba una anciana sentada en una silla de ruedas, se hizo la misma pregunta y ella respondió:
- creo que ya sabe todo lo que tenia que saber- decía la voz ronca y cansada de la anciana quien a pesar del desconsuelo siempre presente en la atmósfera de la casa, se notaba tranquila, pero aun así un tanto triste – fue un asesinato en contra de mi nieto, simplemente le dispararon al verlo besarse con ese joven, aquel otro chico que a mi parecer era muy bueno, siempre que mi querido nieto venia por mi para llevarme a dar una vuelta en esta maldita silla por la alameda central su novio nos esperaba sentado en una de las bancas de la alameda, pues nunca se aparecía por esta casa, posiblemente debido al odio que mi hija le tenia, al principio yo pensaba lo peor de aquel joven, hasta llegue a creer que le incomodaba mi presencia, pero después me di cuenta de lo equivocada que estaba, el siempre me intentaba hacer la platica:
“- buen día, ¿no cree doña?- era la pregunta que a diario me hacia sin importar que estuviese nublado el cielo.
“- claro es un buen día – decía yo y a pesar de que ya no le decía nada más siempre me sonreía, como si estuviera feliz de que estuviera con ellos dos, por cierto, siempre fue muy respetuoso con migo, a pesar de que mi nieto quisiera besarlo cierta vez logre escuchar a aquel joven diciendo:
“- estate en paz, tu abuela esta aquí con nosotros, no podemos frente a ella.
“Así, los vi después sentados mirándome, mientras yo alimentaba a las palomas desde esta silla de ruedas, nunca se me olvidara aquella vez, ni tampoco se me olvidan los días en que el joven llevaba un libro de vez en cuando para leerme un poco, mientras mi nieto lo abrazaba por el hombro, ni menos se me borrara de la memoria la tarde en que me obsequiaron esa foto que aun conservo.
- ese joven no era tan malo después de todo, pese a que mi nieta y mi hija piensen lo contrario, yo si creo y estoy segura que en realidad amaba a mi nieto, aquel día después del asesinato, vino aquí a la casa por la tarde mientras mi nieta y mi hija había ido a ver lo relacionado con el entierro, el toco el timbre y después de que la empleada le abriera y lo trajera a esta sala el se dirigió de inmediato llorando y muy desesperado a abrazarme, hincándose ante esta vieja invalida y apoyando su cabeza y brazos sobre estas piernas inmóviles soltó el llanto más conmovedor que estos viejos oídos hallan escuchado:
“- ¿por que el doñita? – me preguntaba llorando a rabiar.
“- así es la vida – es todo lo que pude decirle.
“- pero yo lo amaba en realidad.
“yo me quede callada acariciando su cabeza lo mas dulcemente que pude, pues ya no supe que decir, a veces en estos asuntos hasta el más sabio suele tener miedo a equivocarse, y como no tener miedo a lastimarlo más, si aquel joven lloraba desgarradoramente:
“- ¿usted no va a creer que lo deje ahí tirado y salí corriendo como dicen todos verdad doña? – me volvió a preguntar aun dolido y con el llanto inundando su garganta – le juro que no fue así yo trate de animarlo, pero la sangre era demasiada y ya no sabia que hacer.
“- tranquilizate te creo hijo, yo se lo mucho que lo querías – fue lo que dije.
“Poco después el silencio invadió esta sala tal y como lo hace ahora, sin embargo ese silencio era muy diferente, era un silencio amargo que solo era interrumpido por el llanto de ese joven y después le dije:
“– no llores más, tú eres muy guapo y joven – pues siéndole franca en realidad lo era- ya veras que con el tiempo encontraras a alguien adecuado para ti.
“– pero yo no quiero a nadie más doña – me dijo mirándome fijamente aun con las lagrimas en su rostro y después se levanto y pidiéndome permiso salio a la calle.
Poco después la anciana se quedo callada mientras sacaba una fotografía que tenia bajo el cobertor que cubría sus piernas, y que se puso a observar fijamente, la imagen presentaba a dos chicos abrazándose por la cadera y los hombros, eran hombres muy atractivos que se veían felices y llenos de cariño.
- es todo lo que puedo decirle de aquella relación- continuaba diciendo la anciana con tono dulce mientras una lagrima caía en la fotografía – ahora bien, si lo que usted quiere saber es más de aquella relación y de cómo era mi nieto, yo se de alguien que le podría hablar mejor de la situación; si, me refiero a aquel hombre que mi hija y mi nieta desprecian, aquel al que culpan de la muerte de mi nieto y que sin embargo el amaba con todas sus fuerzas, aquel hombre que amaba a mi nieto con una fuerza sobrehumana; yo le podría decir donde encontrarlo, pero hay un problema que le prohibirá encontrarlo pues ese joven esta muerto, según lo que yo sé, se suicido esa misma tarde después de retirarse de esta casa- culmino diciendo la anciana quien poco después volvió a guardar la foto y llamando a la empleada de la casa logro retirarse entre la penumbra de aquella casa llena de tristeza y llanto en la cuál según a la idea errónea de la sociedad lo prohibido había terminado después de aquel asesinato y aquella bala fulminante, sin embargo la única realidad es que el deceso de lo supuestamente prohibido llego cuando el amor en vida fue realmente culminado con el suicidio del enamorado.