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The Bird and The Worm por Mary-chan6277

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Notas del fanfic:

Explicaré, como siempre, el orgiden del título y d dond salió la historia para kien kiera leer xd

El título tiene doble intención. Es el nombre de una canción tanto del grupo The Used como de Owl City... y me pareció perfecto xq ambas canciones, SUPER DIFERENTES ENTRE SÍ, simbolizan d una u otra forma esta pareja, o eso me pareció a mi (estoy loca xddd)

Y en cuanto de donde salió el fic... bueno, cuando tienes una conferencia de tres horas sobre los peligros del internet y blah, blah, blah, lo q hace la imagnación, y un Ipod y una amiga dormida en tu hombro es casi la conjugación perecta para pensar en lo que sea para escapar d la realidad!! xddd

Notas del capitulo:


==>Ok sin más preámbulos el fic. 

 

1

Su rostro estaba desdibujado por las arrebatadores sensaciones que sentía su inexperto cuerpo, que intentaba con todas sus fuerzas de entender qué estaba pasando.

 

Me separé un segundo de él y dejé sus tiernos labios. Lo había besado todo lo que sus pequeños pulmones habían resistido. Lo había besado hasta que sus boca se tornó de un color carmín, al igual que sus mejillas que lucían un rubor intenso que él intentaba disimular cubriéndose la cara con un brazo.

 

Estudié por un momento la situación en la que me encontraba. Toda su ropa estaba tirada por el piso sin ningún orden, y me reclamé internamente por eso, un buen mayordomo jamás permitiría que las prendas de su amo se arrugaran y se ensuciaran de esa manera, pero era demasiado tarde para lamentarse.

 

—¿Q-qué pasa?— preguntó tímidamente al notar que hube detenido mis atenciones sobre su cuerpo desnudo sobre el lecho, y que me había limitado a contemplarle sin decir ni hacer nada más.

—¿Por qué lo pregunta?— repliqué— ¿acaso sus labios se sienten solos?, podemos solucionar eso, si me lo ordena, claro— sonreí como sabía que a todos les humanos les encantaba. Amaba tener el control; amaba poder comportarme como el ser infernal qué era; amaba tener lo mejor de los dos mundos, el sentir como humano, y compartir la pasión de un demonio.

—Estúpido— respondió él enseguida. Su ego se sentía golpeado, sus sentidos aturdidos, y su cuerpo deseoso por más. —Hazlo, te lo ordenó. Y no vuelvas a detenerte, Sebastian— agregó apenas unos segundos después, cerrando los párpados para no tener que mirarme.

Yes, my lord— sonreí de nuevo, esta vez ante la complacencia de saber que había caído ante mí.

 

Tomé de nuevo sus labios, los lamí con ansias, introduje mi lengua en su boca y acaricie la suya con ternura.

 

Nuestras bocas se separaron luego de varios segundos. Repartí besos por sus párpados, y por sus mejillas coloreadas del más lindo color que haya visto.

 

Esa experiencia era única en su tipo. Me sentía impresionado como nunca lo había estado por tener un cuerpo humano bajo de mí. Me encantaba apreciar incluso los detalles más insignificantes, como la forma en que su pecho subía y bajaba agitado, o como sus labios dejaban escapar involuntarios sonidos de una sensualidad increíble.

 

Me deleité saboreando la piel de su cuello. Mordí suavemente adivinando los lugares indicados, y besé su deliciosa piel de porcelana.

 

Ahora me entretuve jugando con sus pezones rosados y erectos. Tenían un color pálido que se iba intensificando a medida que los atendía con mi boca, y se iban poniendo cada vez más duros, a la vez que Ciel se retorcía de placer sobre las cobijas de seda de su cama.

 

Mi camino de besos continuó descendiendo cada vez más, mientras mis manos expertas de años, milenios de experiencia, acariciaban esa piel blanca e inocente como si fuera la primera vez; como si el acto del sexo fuera un tesoro recién descubierto.

 

Besé el interior de sus muslos, y acaricié su trasero redondeado y suave, pellizcándolo cuidadosamente para sentirlo más entre mis manos.

 

Noté complacido que mi maestro disfrutaba de mis atenciones, como yo lo hacía redescubriendo algo que había creído prohibido con ese niño que me había elegido como su esclavo. Su pequeño y poco desarrollado miembro se levantaba orgulloso entre sus piernas. Me quité los guantes con los dientes, y con las manos desnudas lo toqué suavemente. Quería apreciar su textura, su suavidad, su temperatura caliente y suplicante.

 

—Deja de jugar con migo— dijo jadeando, perdido en el placer que mis tortuosas caricias le daban; desesperado por aprender lo que faltaba.

—Sólo un poco más— respondí con una traviesa sonrisa, envolviendo su hombría entre mis dedos, y soplando delicadamente la punta.  

—¡Sebastian!— fue un gemido suave y cargado de pasión desbordada. Jamás mi nombre se había escuchado tan bien.

 

Tomé todo su miembro en mi boca cuando hube considerado que luego de estudiar su textura, y el nivel de su sensibilidad, era hora de apreciar su sabor.

 

Lo lamí de la punta a la base, y vise versa. Mis manos se encargaban de acariciar sus piernas, de relajarlo mientras sentía por primera vez en su prematura vida emociones tan fuertes e inexplicables.

 

—Bocchan, eso fue rápido— le comenté burlón luego de que en cuestión de minutos su escancia agridulce estuviera inundando mi boca con su sabor a ambrosía.

—Te he dicho que no juegues con migo— dijo a penas en un susurro, cuando las fuerzas ya le empezaban a flaquear a causa del orgasmo tan intenso. Pero aun faltaba lo mejor.

 

Besé una vez más sus labios, sin poderme resistir a la tentación. Acto seguido separé sus piernas y contemplé atentamente su entrada estrecha y virgen, sonriendo.

 

—No me mires así…— dijo de repente, cerrando las piernas en un auto reflejo; yo se lo impedí.

—No hay nada de qué avergonzarse, joven amo— hice una corta pausa— No hay nada que no haya visto antes de usted.  — Ciel me fulminó con la mirada mientras sus mejillas se sonrojaban aun más, si es que acaso era posible.

 

Sin más preámbulos introduje lentamente dos de mis dedos en su entrada.

 

Mi amo se removió incómodo y adolorido ante la intromisión, pero como esperaba, ni una sola lágrima broto de sus hermosos y brillantes ojos humanos, haciendo ostento de su ego y su fuerte personalidad aun en los momentos más insospechados.

 

—Hazlo de una vez— dijo mirándome directamente a los ojos por primera vez en la noche— no eres el único aquí que tiene curiosidad— me espetó con su voz firme. La voz del líder de una familia poderosa y de prestigio en todos los lugares. La voz de un conde.

—Entendido— repliqué, abriendo rápidamente el cierre de mi pantalón, liberando mi miembro de su prisión de tela.

 

Lo que siguió fue algo totalmente increíble. Llenar ese pequeño cuerpo que se abrazaba a mi cuello fuertemente era toda una fantasía. Ni la mujer más virtuosa podría nunca igualar el placer que me proporcionaba ese niño al cual estaba robando su inocencia.

 

Un vaivén de caderas empezó. Una danza erótica se inició con un ritmo decadente que iba aumentando a medida en que nuestros cuerpos ardían cada vez más en deseos por un contacto mayor, y un placer más grande.

 

Por un momento cerré los ojos y sostuve fuertemente a mi amo contra mi pecho. Podía presentir sus pensamientos incoherentes, sus sentidos confundidos antes esos sentimientos nunca antes experimentados; podía sentir su pequeño y mortal corazón latiendo rápidamente, bombeando toda la sangre que le era posible en esas circunstancias.

 

—Sebas…tian— susurró a mi oído, apretando los párpados y escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello.

 

Sonreí complacido. Tenerlo bajo mi yugo era algo que jamás intenté o imaginé tener. Poseerlo completamente, de esa manera tan desenfrenada y tan honesta, incluso me estaba haciendo el difícil el respirar, ¡a mí! Un demonio, un expulsado del cielo por ese dios ingrato que pensó que desterrándonos aprenderíamos la lección.

 

La noche llegaba a su fin con las primeras luces del alba. Besé por última vez sus labios, y no perdí de vista su rostro en cuando llegó al clímax, cerrando los ojos fuertemente y poniendo esa expresión tan adorable.

 

Se quedó dormido casi de inmediato cuando nuestro encuentro hubo terminado.

 

Lo metí dentro de las cobijas, y lo cubrí cuidadosamente.

 

Me quedé sentado a su lado, contemplándolo, viendo el vaivén que ocasionaba su respiración entrecortada y cansada por el esfuerzo de la noche.

 

 Me levanté de la cama con un solo pensamiento en la cabeza: quizás, y solo quizás, el contrato no había sido la única cosa que me había obligado a salvarlo de las llamas del infierno.

 

Prólogo

Abotonó mi camisa; me puso las medias; se hizo cargo de las agujetas de los zapatos; y anudó un corbatín azul oscuro en torno a mi cuello.

 

Me pasó una taza de té, el periódico del día, y luego de haber recitado mis obligaciones para ese día, se disponía a retirarse.

 

Como todas las mañanas.

 

—¿A qué se debe esto?— dijo atrapando la almohada que le había lanzado en un ataque de ira.

—Estúpido, no hagas como si nada hubiera pasado— le espeté mirando fijamente los rubíes que tenía en vez de pupilas. —Asume las consecuencias, o mátame ya— sonreí al ver la sorpresa dibujada en su rostro. Una expresión tan humana como la que había presentado la víspera pasada. Una expresión verdadera, no una practicada.

—Bocchan

—Y  por cierto,— dije entregándole la taza de té vacía, y pasando a su lado para salir de la habitación— Espero que dejes de tratarme como un niño, porque gracias a ti, dejé de serlo.— agregué con una traviesa sonrisa, dirigiéndome a mi despacho con paso fuerte y decidido, haciéndole una invitación de que esos encuentros pasionales se repitieran una, dos, mil veces hasta el fin de mis días.

 

Alcé la mano y acaricié el parche. Quizás no había sido coincidencia qué nos hubiéramos encontrado.

 

Humano, demonio.

Amo, mayordomo.

Conquistador, esclavo.

… Amantes.

 

Sea como sea. Parecía que ya no era el contrato lo único que nos mantenía unidos, y tal y como se habían presentado las cosas, nunca lo había sido.

 

—Tonto— susurré para mi mismo— yo también estaba asustado de estos sentimientos.

 

 

Notas finales:

Por Jashin-sama!! primera cosa q escribo en mucho tiempo u___u

Espero que les haya gustado!! y pido disculpas de ante mano si hay algún error, y se me pasó al revisar la historia :(

Espero sus opiniones, buenas o malas, siempre esos comentarios me hacen crecer y mejorar como escritora :)

Gracias x leer!! 


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