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Un bastardo con corazon por cho-chan

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Notas del fanfic:

Fanfic dedicado a karel, amiga gracias por darme ánimos para hacerlo eres genial T//T

 

 

 

A Reela porque a eres una gran amiga y sé que amas el yullen

 

 

 

A Dana porque eres genial y te gustan mis estupideces y mal rol para con kai T.T

Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaaaaa!!! Aquí les traigo una nueva historia que surgió en uno de mis ratos sin quehacer, la verdad es que este iba a ser un song fic pero me desvié mucho del tema y pues termino de esta forma espero sea de su agrado


 


D gray man no me pertenece y bla, bla, bla, conocen el resto…


 

La lluvia caía estrepitosamente sobre la cuidad, por la ventana podía observarla, sentado sobre el sofá de su oficina, sin moverse, sin hacer nada, tan solo observando; pensando…

 

 

 

Hace tiempo que las cosas ya no eran igual, había algo, algo que había cambiado desde hace un tiempo. Se lo había cuestionado una y otra vez, el porqué era las cosas eran tan diferentes y tan solo había llegado a una conclusión. Aventó con fuerza  la taza que se encontraba sobre el escritorio y bufo con fastidio.

 

 

 

De ninguna manera podría ser posible eso, pero…

 

 

 

El reloj marcaba las 10:00 p.m. la puerta del departamento se abrió, una figura apareció en la puerta, el lugar se encontraba a oscuras, se veía tan solitario, tan vacio. Se pregunto en donde estaría él.

 

 

 

-“moyashi”- le llamo como tantas veces lo había hecho a la par que lo buscaba por el lugar, mas no le encontró, no había siquiera un rastro de él.

 

 

 

Chasqueo lo lengua con gran fastidio, esa situación ya le estaba hartando, tenía que saber de una buena vez que era lo que su moyashi hacia y el porqué de su conducta.

 

 

 

Salió del departamento tomando las llaves antes de salir, tenía esas ganas de salir a buscarle, le encontraría en el camino de regreso.

 

 

 

Encendió el motor del  carro, lo buscaría por todos los lugares por donde solía pasar, avanzaba no muy rápido, fijándose de vez en cuando a las personas que pasaban por las calles, tratando de visualizar esa cabellera blanca que conocía tan bien. Freno el coche en seco cuando por fin le visualizo. No podía creer lo que veía mas, pensó que se trataba de una equivocación, pero no era un error, era verdad lo que se encontraba frente a sus ojos.

 

 

 

Al lado de un vehículo de color negro, se encontraba Allen con ese sonrojo adornando sus mejillas, hablaba de algo muy animadamente. De repente observo como el sujeto le jalo hacia si  y junto sus labios con los de él, pareció renuente al principio, pero después comenzó a corresponder el beso.

 

 

 

La sangre le hirvió como nunca antes, golpeo el volante con fuerza y arranco a gran velocidad, no quería saber más, había confirmado sus sospechas.

 

 

 

El moyashi salía con alguien a escondidas…            

 

 

 

Ya no  quería saber más, pensó que lo mejor era no encararle esa noche, pero tenía que dejar bien en claro que con Yu Kanda nadie jugaba. Si el maldito brote de habas ya no quería estar con él, seria él quien le dejaría, debía hacerlo, por su maldito orgullo y porque a diferencia de Allen Walker, Yu Kanda tenía dignidad.

 

 

 

De nuevo se dirigió a su departamento que compartía con el jodido brote de habas, entro y las luces aun se encontraban apagadas. Había llegado antes que él, se dirigió a la sala dejando las luces tal y como estaban y se sentó a esperar a que este se dignara a aparecer.

 

 

 

Paso un rato antes de que el sonido de la puerta le distrajera de sus pensamientos. Permaneció sin moverse antes de decidirse a hablar.

 

 

 

-“llegas tarde moyashi”- dijo con voz fría esperando la respuesta del otro

 

 

 

-“¿Kanda?”- pregunto con una voz temblorosa, le observo y noto que la expresión en su rostro era como la de un niño cuando es sorprendido haciendo alguna travesura.

 

 

 

-“¿a quién mierda esperabas?”- el albino encendió la luz de la sala, ahí estaba Kanda con los brazos cruzados y con una cara de pocos amigos.

 

 

 

-“pensé que regresarías más tarde”- comento desviando la vista, la verdad es que Kanda había regresado más temprano de lo usual. Generalmente regresaba  antes que él pero esta vez había sido diferente. Y la expresión en el rostro del japonés no le gustaba para nada.

 

 

 

-“¿Dónde te habías metido?”- continuo en esa pose firme y sin dejar de observarle. Allen le observo como sorprendido de esa pregunta.

 

 

 

-“fui a dar un paseo”- fue la primero que se le ocurrió, y no era del todo mentira.

 

 

 

Kanda se levanto del sofá y se acerco hasta él a paso lento ante la atenta mirada del otro. Le vio balbucear algo pero no le dio tiempo de hablar demasiado pues presiono sus labios con los suyos a pesar de la rabia que sentía por dentro, debía aparentar. Seguir fingiendo que nada había pasado y que todo seguía igual.

 

 

 

El albino dudo un poco antes de corresponderle, la actitud del mayor era muy extraña, pero prefirió no pensar demasiado y dejar que todo fuera como normalmente era.

 

 

 

Se separaron del beso al sentir la falta de aire. El japonés le observo, sus expresiones eran tan falsas, tan fingidas que le causaron una rabia aun más profunda. Le apretó los hombros con fuerza inconscientemente.

 

 

 

-“Kanda me estas lastimando”- salió de su cavilaciones al escucharle, y le soltó al instante –“¿te sientes bien?”- intento tocarle pero rechazo el contacto de un manotazo. El albino le miro con sorpresa.

 

 

 

Por unos instante ninguno dijo nada, tan solo hubo un silencio incomodo en el ambiente donde nadie dijo nada. El albino abría y cerraba la boca intentando decir algo, mas nada salió de su boca. Termino por morderse el labio inferior. Kanda le observo todo ese tiempo, lo hizo analizando cada uno de sus gestos.

 

 

 

Lo jalo del brazo y lo tumbo sobre el sofá sin consideración alguna. El menor se quejo por el trato tan brusco de su pareja, el japonés no dijo nada y se coloco de inmediato sobre él. Le arranco los botones de la playera y le bajo con rudeza el pantalón a la par de la ropa interior.

 

 

 

Pronto le tuvo semidesnudo debajo de él, mirándole con sorpresa y quizá con algo de duda por sus acciones, Kanda era impulsivo, siempre lo fue, pero por alguna razón le asombraba la actitud que este ahora tenía.

 

 

 

El mayor bajo el cierre del pantalón y libero su endurecido miembro. Lo acerco lentamente hacia la entrada del albino, listo para penetrarle. Apenas si había rozado  su entrada cuando le escucho hablar de nuevo.

 

 

 

-“espera Kanda ¿piensas hacerlo de esa forma?”- se le veía un poco asustado, por lo general, el mayor era cuidadoso y hacia uso de lubricante antes de penetrarle, incluso  le preparaba antes de ello, pero era la primera vez que lo tomaría de esa forma tan directa.

 

 

 

No obtuvo respuesta de nuevo, fue tomado por las caderas y penetrado de una sola vez. Gritó, le había dolido demasiado. Algunas lágrimas resbalaron por sus mejillas.

 

                                                            

 

A Kanda no le importo en lo absoluto, no le importo si le había lastimado, porque eso era lo que quería. Quería lastimarle, verlo llorando y suplicando como nunca lo había hecho.

 

 

 

Salió de su interior tan rápido como entro y de nuevo volvió a penetrarle con la misma fuerza de antes. Le escucho gritar de nuevo, más lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

 

 

 

-“por favor…Kanda…detente…”- le escucho hablar entrecortadamente y con la voz llorosa, de nuevo no le tomo importancia y comenzó a embestirle cada vez más rápido.

 

 

 

No se detendría, le haría tanto daño como pudiera, porque su rabia era tanta, que solo de esa forma podía liberarla. Lastimando a la persona que le había traicionado.

 

 

 

-“Kanda...detente…detente…”- decía entre sollozos, rogando porque dejara de hacerle daño de esa forma –“¿Por qué…porque estás….haciendo…esto?”- pregunto

 

 

 

De nuevo silencio, Kanda no tenía la mas mínima intención de hablar en esos momentos, tan solo quería tomarlo, dañarlo. Las embestidas se volvieron más salvajes y fuertes.

 

 

 

Iba a correrse, sintió como el interior del albino le apretaba deliciosamente a tal punto de que el placer le había nublado la vista. Pero no tenía intención de terminar todavía, salió rápidamente de su interior antes de correrse.

 

                                                                                 

 

El menor aun sollozaba, repitiendo una y otra vez su nombre. Tomo su cuerpo con brusquedad girándolo y dejándole en cuatro. Le levanto por la cadera y le penetro de nuevo.

 

 

 

Un nuevo grito y más embestidas por su parte, se ayudaba empujando sus caderas hacia si para profundizar las embestidas. De nuevo sintió que su miembro era apretado pro el interior del albino. Decidió terminar dentro de él.

 

 

 

Su respiración era agitada y recientemente acababa de llegar al orgasmo, eso debería bastarle, pero él quería más. Salió de su interior con el semen saliendo de la entrada del albino y regándose por sus piernas y parte del sofá. Le tomo por los cabellos jalándole hacia atrás, lastimándole con ello.

 

 

 

-“date vuelta”- le dijo en un tono de voz frio, el menor le miraba con cierto temor y dudo en hacerlo.

 

 

 

-“che”- no le dio tiempo de hacerlo ya que lo empujo hacia el sofá. Allen se quejo, se había pegado en el respaldo del sofá. Pero eso a Kanda no le importaba. Le tomo de nuevo por los cabellos levantándole la mirada, ahora el mayor se había colocado frente a él y le observaba de una forma penetrante y fría.

 

 

 

-“Kanda…por favor…”- mas lagrimas resbalaban por sus ojos, no quería seguir con eso, algo le había pasado a Kanda y no le gustaba esta nueva forma de tratarle.

 

 

 

El japonés le obligo a agacharse frente a su miembro el cual ya se encontraba erecto de nuevo. Allen trago saliva nervioso, abrió la boca para decir algo pero fue interrumpido por el mayor.

 

 

 

-“mételo a tu boca”- dijo en un tono de voz autoritario. Allen levanto la mirada sorprendido por  esas palabras.

 

 

 

-“por favor…ya fue suficiente Kanda….”- intento contener sus lagrimas, no entendía el porqué de Kanda, el Kanda que conocía no le haría eso, porque él sabía que no le gustaba de esa forma. A él no le gustaba de esa forma y Kanda lo sabía. –“por favor…basta…”- dijo con voz temblorosa.

 

 

 

El mayor chasqueo la lengua con fastidio y le empujo de nuevo hasta su miembro, le haría que se la chupara porque sabía que no le agradaba hacerlo. Hizo más presión en su cabeza sin soltar sus cabellos del todo.

 

 

 

Allen trago saliva de nuevo, no quería hacerlo. De verdad que no quería, pero Kanda le estaba lastimando demasiado. Pensó en que si lo hacía tal vez le dejaría de hacer daño. Acerco su mano temblorosa hacia el miembro del mayor y comenzó a masturbarle mientras cerraba los ojos.

 

 

 

El japonés comenzó a gemir roncamente, pero no dejo de hacer presión en la cabeza albina. El moyashi le estaba masturbando pero no como le había dicho que lo hiciera.

 

 

 

-“mételo a tu boca”- le jalo un poco de los cabellos y el albino detuvo su mano -“hazlo”- ordeno de nuevo empujando la cabeza de este de nuevo a donde se encontraba.

 

 

 

Allen sintió rozar el miembro de Kanda con su boca, la abrió ligeramente para comenzar a lamerle por  la punta. Tomo su miembro con su mano mientras le daba algunas lamidas por el rededor y la punta. Después de unas cuantas lamidas lo introdujo en su boca, comenzando a meterlo y sacarlo poco a poco.

 

 

 

Kanda lo disfrutaba, era obvio que lo hacía, le excitaba tener al moyashi humillado de esa manera, tocándole, dándole placer de la forma que decía odiar.

 

 

 

“con una mierda hazlo más rápido”- se desespero de la lentitud en la que lo hacía–“hazlo bien, maldita sea”- mascullo entre dientes.

 

 

 

Las lágrimas seguían resbalando por las mejillas del albino, más no protesto y comenzó a meterlo y sacarlo a una velocidad mayor. Se correría tarde o temprano, el albino sintió como el semen comenzaba a salir del miembro de Kanda e intento apartarse, mas el mayor noto lo que intentaba e hizo presión sobre su cabeza haciendo con esto que todo su semen se descargara sobre la boca del menor.

 

 

 

Kanda dejo de hacer presión sobre su cabeza después de correrse, el albino se aparto de inmediato tosiendo. El japonés no dijo nada se quedo unos instantes sin moverse tratando de controlar su respiración. Allen no le miro, evito hacerlo.

 

 

 

De repente Kanda se levanto del sofá y se acomodo sus prendas sin girarse para verle.

 

 

 

-“esto se termino”- dijo sin mirarle, el menor se sorprendió bastante y de inmediato le miro

 

 

 

-“pero Kanda…”- intento hablar pero fue interrumpido de nuevo por el mayor

 

 

 

-“eres libre de mi, anda a revolcarte con aquel sujeto como la puta que eres”- dijo fríamente antes de comenzar a caminar hacia la salida –“mandare por mis cosas después”- se marcho ante la mirada atónita del albino

 

 

 

Allen no pudo decir nada, se encontraba paralizado, sin poder creer las palabras que Kanda le había dicho.

 

 

 

-“así que eso era…”- agacho la mirada y se quedo ahí sin hacer nada, de nuevo comenzó a llorar. No quería terminar las cosas de esa manera, se maldijo una y otra vez.

 

 

 

Kanda se marcho sin vacilación dirigiéndose a su vehículo. No había estrellas esa noche, el cielo se encontraba completamente nublado. La lluvia de nuevo comenzó a caer con fuerza. Levanto la mirada dejando que la lluvia le cubriera, dejando que la lluvia borrara todo rastro de lágrimas que habían luchado por salir.

 

 

 

Maldijo entre dientes antes de subir al vehículo antes de marcharse para siempre de ese lugar. Yu Kanda también podía ser un bastardo…por desgracia…

 

 

 

Un bastardo con corazón…

Notas finales:

Bueno ¿Qué les pareció? Comentarios, dudas, sugerencias, todo es bien recibido y si quieren conti también solo pídanla y  tratare de hacerla.


 


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