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Fairy Tales por Terry

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“¿Quién dice que ser un hada es cosa fácil? Ja, los que se atreven a decir que la vida de un hada es algo tranquilo dejándose llevar por el viento es un ingenuo, es alguien que no se ha tomado la molestia de prestar atención a nuestro trabajo.

Pero bueno, de nada sirve quejarme pues no muchos se ponen a pensar porque de repente una flor decaída de un momento a otro se pone hermosa y altiva, o por que las telarañas tienen exactamente las gotas de rocío necesarias para lucir hermosas.

 Sí, nadie repara en esos pequeños detalles que hacen hermoso el bosque… puesto que en la ciudad es difícil que un hada pueda vivir, a menos claro que fuera adoptada por un humano, cosa que claro ¡Es imposible! Los únicos humanos capaces de vernos o por lo menos de distinguirnos son los niños… esas pequeñas monstruosidades…

Sí, sí, ya sé que no es bueno que un hada hable mal de otro ser viviente… pero la verdad… es raro el niño humano que sea adorable, por lo menos en mi caso ¡ya van una docena de veces que uno de esos chiquillos quiere arrancarme las alas!

¡Ah!  He estado hablando como loco… y ni siquiera me he presentado… mi nombre es…”

-Hey Nyx deja de perder el tiempo escribiendo quien sabe que cosas y ponte a trabajar-se oyó la voz algo severa a sus espaldas interrumpiendo la escritura del joven Hada

Nyx  joven hada de hermosa piel blanca y suave como el terciopelo, ojos color violetas como lo eran sus alas que pese a ser traslúcidas y al estilo de una mariposa destellaban los tonos violáceos cuando los rayos del sol los bañaban, largo y lacio cabello color  azul como las profundidades del océano, generalmente suelto, dado que por vanidad le gustaba hacerlo ondear en el viento.

-Vamos Nyx, aun hay cosas que hacer como para que te quedes sentado en una seta sin hacer nada.

-¿Sin hacer nada? Por si no te has dado cuenta Aelfraed  estoy escribiendo-dice indignado y alzando la barbilla en ademan de superioridad.

-Ahí vas de nuevo… con tu complejo de escritor… tu deberías ser una de las hadas consejeras de su majestad y estar todo el día metido en los viejos archivos-dice con burla.

Aelfraed era su compañero de vivienda, no podría decirse que era su amigo del alma, pues al ser mayor se sentía con la  obligación de cuidarlo y velar su seguridad, cosa que no siempre le parecía divertido al joven Nyx.

Con apariencia más corpulenta y fuerte, rasgos un poco más masculinos y un negro cabello cual la noche, un poco moreno por los trabajos más pesados al sol.

-¿Encerrado en los archivos? No me embromes de ese modo, yo soy un alma libre-dice mientras guardaba su escrito y volaba al lado de Aelfraed en rumbo a recolectar lo necesario para el festival de primavera.

-Bueno eso dices… pero te la pasas sentado y escribiendo cuando tenemos descanso-dice el pelinegro mirándole de reojo.

-Bueno el sabio dice que la escritura es fundamental, que es mejor dejar plasmados todos los sucesos pues de otro modo pueden perderse en el tiempo-responde el menor con tranquilidad haciendo piruetas en el aire.

-En eso tienes razón… aunque me pregunto qué tanto escribirás-añade mientras comienza la recolección de avellanas.

El festival de primavera era el más importante para ellos dado que eran hadas de primavera… cada tipo de hada esperaba con ansias el cambio de estación para divertirse y preparar todo, llenando el gran salón con una variedad inimaginable de colores y olores.

 -Lo que escriba es cosa mía-dice el jovencito apurando el vuelo para poder tener tiempo de seguir escribiendo.

“Aelfraed se cree mi hermano… hay veces que no puedo soportar como me vigila  a sol y a sombra… no sé porque actúa de ese modo… tal vez tenga que ver con el hecho de que fui el único que quedó de mi familia… mis padres y mis dos hermanos mayores desaparecieron… bueno esto no era algo que quisiera contar por ahora… pero el punto es que he oído decir de otras hadas de que él, mi celador constante era amigo de mis hermanos mayores.

Yo no tengo recuerdos de ellos, pues tendría cuando mucho un año cuando eso ocurrió… ahora vivo con él… después de haber sido cuidado por algunas hadas nanas hasta llegar a la adolescencia…

Por ahora debo irme Aelfraed me llama… parece agitado… tal vez algo anda mal”

Nyx guardó el pergamino y miró como el mayor le hacía algunas señales de advertencia, justo cuando un fuerte viento comenzó a soplar, trató de volar hacia donde el mayor, pero el viento era más fuerte que su fuerza, logró rosar los dedos del mayor cuando una ráfaga mucho más fuerte que las anteriores lo hizo girar en el aire como una hoja.

-¡Nyx!-fue lo último que el pelilargo pudo oír antes de perder la conciencia con tanto movimiento.

El fino cuerpo del hada giraba y giraba, unas cuantas rasgaduras en sus finas ropas para al final caer  cual ave herida a tierra, por suerte su estrepitosa caída fue aminorada por las grandes hojas de los árboles y arbustos, quedando boca abajo en el pasto.

El sol se iba ocultando, con ello marcaba el largo transcurrir del tiempo… el frío de la noche comenzó a rozar la mejilla de Nyx quien abría sus ojos lentamente, ante tanta oscuridad inesperada dio un respingo, pero ante tan brusco movimiento sintió como si varios de sus pequeños huesos hubieran sido rotos.

-¡Ah!-un quejido escapó de su boca cayendo de sentón en el pasto, miró a su alrededor con desconfianza, ningún aroma le era familiar, nada de lo que ahí se vislumbraba conocía.

Tragó algo de saliva mientras que usando una ramita de un árbol como bastón comenzó a andar, cuando de pronto oyó que algo se acercaba, sintiendo temor se escondió entre unos helechos cuando lo vio pasar.

Un alto chico con cabello color castaño cobrizo un par de dedos debajo de las oreja y con un suave quebrado en el mismo, hermosos ojos color miel, piel ligeramente dorada, un grácil andar y unas orejas ligeramente en punta.

-Vamos, vamos Kreps, condenado duende flojo-dijo el ojimiel mirando hacia atrás mientras daba unos saltitos juguetones.

-Eres todo un capataz Raedself, mira que eres el elfo más necio y rebelde que he conocido, ser un elfo de luz y andarte fuera de casa como si fueras uno de oscuridad-recrimina una segunda criatura, mucho más baja, con el rostro ligeramente achatado y una nariz como si fuera una patata, cabello negro y enmarañado al igual que sus ojos negros como dos escarabajos.

Raedself soltó una carcajada ante el regaño que el otro le daba, ignorándolo comenzó a dar piruetas con habilidad, desde su escondite Nyx miraba algo asustado, era la primera vez que él tenía contacto con otra criatura mágica, no sabía si eran o no peligrosos.

El castaño se sentó sobre un hongo que creía en las raíces de un gran roble, sacó una pequeña flauta y comenzó a tocar una suave melodía, la cual comenzó a convertirse en somnífero para el joven Nyx quien estaba agotado de tan brusco viaje.

-Raedself espera, espera…-dijo de pronto Kreps al percibir un extraño sonido, lentamente se acercó al origen, encontrándose con sorpresa al durmiente-Un hada… tenemos aquí un hada…-dijo en voz baja mientras el castaño elfo se acercaba mirando ese rostro perfecto y blanco.

“Acabo de despertar… no tengo ni la menor idea de donde estoy… esto… esto parece una casa… bueno… cuando abrí los ojos lo primero que vi fueron unas flores en el techo, varias flores y de muchos colores… eso me hace sentir un poco más tranquilo y el hecho claro de que mi pierna ha sido tratada.

Ahora que lo recuerdo… yo estaba en un lugar desconocido cuando ellos dos llegaron… mmhh si no mal recuerdo sus nombres eran… Raedself un elfo y Kreps un duende, es la primera vez que veo a esas criaturas… Kreps me da miedo… es algo… mmhh raro, en cambio Raedself es… muy lindo… me gusta el tono de su piel y ese modo de tocar la flauta…

¡La flauta! Es verdad yo estaba oyéndolo tocar la flauta cuando… cuando me quedé dormido… ¿eso quiere decir que ese hermoso elfo y el duende me encontraron?”

Su pregunta fue rápidamente contestada, pues acababa de escribirla cuando oyó ruido y nervioso guardo su escrito en su pequeño morralito, con el corazón latiéndole acelerado miraba hacia la pequeña puerta.

-Hola, me alegra que estés despierto, parece que tuviste un mal vuelo-dijo Raedself con una sonrisa de oreja a oreja mientras llevaba en un trozo de madera que servía de charola un poco de leche, frutillas silvestres y pan-No tengas miedo, no te haré daño, mi nombre es Raedself-añade al ver como Nyx se encogía en el lecho.

-Mi… mi nombre es Nyx…-dice bajito, no solo tenía miedo sino que también se sentía apenado al ver de nuevo a tan atractivo ser, sus alas comenzaron a batirse algo rápido.

-Así que Nyx, es un lindo nombre y sencillo de aprender, ah si el mío te cuesta trabajo solo dime…

-Raedself… así te llamas ¿verdad?-dijo interrumpiéndolo.

-Sí, oh vaya que te lo has aprendido rápido-dijo con sorpresa el elfo dejando la comida junto al chico-Anda, desayuna.

Tras esas palabras el estomago de Nyx respondió por él con un fuerte gruñido, haciendo que las pálidas mejillas del hada tomasen un característico color carmín propio del bochorno.

-Jajajajaja veo que sin duda tienes hambre-dijo el castaño con una carcajada, provocando que el hada pusiera una expresión de enojo, ofendido de que se burlara de él-¿Qué haces por aquí?-inquiere sentándose en un trozo de madera mientras incitaba a Nyx a comer.

-Bueno… si… tengo hambre pues desde ayer que no he probado bocado… solo el néctar del desayuno y mmhh algo de miel en la tarde-responde el pelilargo con tranquilidad bebiéndose la leche-Mmhh que rica…-se relame los labios- Y yo… bueno fui arrastrado por una ventisca-responde a la interrogante.

-Ya veo, así que todo fue una coincidencia-murmura Raedself mientras toma un poco del pan que había llevado a Nyx, este le mira con ojos entrecerrados y se hace un poco para atrás-¿Y de dónde vienes? Porque supongo que necesitaras ayuda para poder regresar a casa.

-Vivo en el reino de la centella-dice terminando de comer el desayuno, dejando escapar un suspiro, preguntándose si Aelfraed lo estaría buscando, por primera vez extrañaba a ese sobreprotector.

-¡Has corrido con suerte!-exclamó mientras dio un saltito hacia atrás cual acróbata.

-¿Por qué dices eso?-inquiere con una sonrisa al ver como hace sus acrobacias, mirando como el pantalón se la ajustaba un poco más en la retaguardia, causando que de nuevo se sonrojara.

-Porque sé perfectamente cómo llegar al reino de la centella, muchas veces he pasado por ahí con Kreps aunque claro en la noche-dice con una sonrisa pícara-Me gusta ir a ver a algunas hadas dormir-dice con las manos en la nuca.

-¡Eres un completo pervertido!-exclama alzando el vuelo hasta llegar al techo.

-Hey calma, calma no he hecho nada malo, además hace ya un tiempo que no lo hago-dice con una sonrisa nervioso al ver como el chico se había puesto-Anda baja, te lastimaras, aun no estás repuesto como para volar-dijo extendiendo la mano para que bajara.

-Es que para ver a un hada dormir tendrías que entrar en nuestras casas-dice con nerviosismo bajando lentamente.

-O simplemente encontrarme con un hada que se ha quedado dormida entre las flores-dice con una dulce sonrisa cuando al fin toma la mano del pelilargo, lo que Nyx no sabía que pese a lo joven que se viera el elfo éste era mucho mayor.

“Desde esa conversación con Raedself han pasado ya una semana, a este paso no llegare a tiempo al festival de primavera… pero no puedo quejarme… me la he pasado muy bien en su compañía.

Todas las mañanas llega muy temprano a llevarme el desayuno, pese a que mi pierna ya está mucho mejor y puedo andar, aunque muy despacio, tal vez sea eso lo que no le gusta, que lo llego a atrasar; aun así… he de admitir que me gusta mucho que me tenga tanta atención…

Vaya quien lo fuera a decir… que me gustara sentirme así… mimado por alguien, sentir como me observa… ¡Cuando hace eso me siento muy nervioso! Sentir sus ojos claros sobre mí… es algo… algo que no sé como describir, cuando toca la flauta para mi es tan hermoso… me quedo embelesado viéndolo”

La puerta de la habitación se abrió de repente haciendo que Nyx lanzara al aire lo que escribía y el pedazo de carboncito, mientras lanzaba un grito asustado.

-Jajajajaja seguro tu conciencia no te ha de dejar tranquilo para que grites de ese modo-dijo Raedself con burla mientras se le acercaba.

-Tú… ¡Que malo eres!-exclama volando hacia él para terminar dándole golpecitos con los puños cerrados en el marcado pecho del elfo.

-Yo no tengo la culpa de nada… eres tú el que tiene la conciencia bien negra-ríe con malicia mientras observa las expresiones del menor, una sonrisa tierna y un brillo dulce aparece en sus ojos, mientras su mano acariciaba suavemente el lacio cabello.

El corazón de Nyx comenzó a latir de un modo demasiado acelerado, comenzando a quedarse sin aliento pese a que solo le acariciaba sus largos cabellos, como respuesta detuvo los golpes que daba y poso sus manos en su pecho.

Sus miradas se cruzaron, fijándose como si no hubiera cosa más interesante que admirar… porque sin duda eso era, se admiraban, sin saberlo algo iba creciendo entre ellos.

-¡Raedself!-la voz de Kreps llego hasta los oídos de los embelesados chicos, haciendo que Nyx empujara al elfo quien calló de sentón y la nerviosa hada voló hasta el techo.

-Bien hecho Kreps…-murmura Raedself para sí mismo mientras se levantaba-¿Qué pasa?-inquiere cuando le abre la puerta al duende.

-Pasa que tu padre está muy enojado contigo-dice un enfurruñado duende pues había sido regañado por culpa de su amigo-Pues no has ido a ver a Minmea y ella también está indignada porque primero mucho amor, mucho amor y ahora que la tienes olvidada…

Raedself le tapó la boca al duende pero era demasiado tarde, las palabras habían llegado hasta Nyx quien se ocultó más entre los bordes del techo.

-Gracias Kreps…-dijo el castaño con sarcasmo antes de salir, dejando al pelinegro todo contrariado, pues en todo el reino de elfos se sabía del compromiso de Raedself con Minmea.

“Minmea… él nunca menciono a una chica… ah pero que ingenuo me he comportado… por todas las atenciones que Raedself me dio yo… yo pensé cosas que no eran verdad… pero ya no le distraeré de sus deberes… por suerte Kreps me ha dicho qué dirección tomar para ir a casa…

Ahora estoy sentado en un nenúfar de un pequeño estanque… he tomado un descanso, no sé cuantas horas he volado ya, pero me parece que ha sido un siglo… pronto llegaré a casa… a mi vida de siempre…

Aun así… aun así me siento… me siento con el pecho contraído, me duele… siento un nudo en la garganta… y los ojos me arden, tengo ganas de llorar… aunque no tengo razón para ello… yo fui el que confundió todo… el que creyó que había algo… algo más allá de amistad.

La forma en que me miraba… la forma en que tocaba la flauta para mí… hizo de todo para alegrarme… y ahora… ahora sé que solo le robé tiempo con su prometida… solo quiero llegar a casa…”

-¡Nyx! ¡Por la Reyna que estas bien!-exclama Aelfraed al ver al pequeño-Pero… ¿Por qué lloras?-inquiere angustiado.

Al oír la voz del mayor Nyx sin dar respuesta se aferró a su cuerpo y comenzó a llorar más intensamente, el otro no hizo más preguntas, solo lo abrazó y lo confortó, acariciándole el hermoso cabello y apresándolo contra su pecho.

-Tranquilo, ya pronto estaremos en casa-le susurró Aelfraed mientras cargándolo en brazos alzó el vuelo rumbo al reino de la centella.

Al llegar a casa Aelfraed lo recostó entre pétalos de rosas y le llevó algo de néctar, verificó que no tuviera ninguna herida y lo lleno de cálidos y fraternales besos; para después de ello dejarlo dormir todo lo que gustase, pese a que el festival estaba en puerta.

Dos días pasaron y el festival de primavera de las hadas dio comienzo, entre una lluvia de colores, música, arreglos y bocadillos deliciosos las hadas de todo tipo celebraron la entrada de la primavera, jugando, riendo y divirtiéndose, incluso en ese momento Nyx olvidó todas sus tristezas y preocupaciones.

“Ya han pasado dos días desde el festival de primavera… en total cuatro días desde que regresé a casa… es agradable ver a los amigos… Aelfraed está mucho más cariñoso de lo normal, casi no me ha regañado… de hecho yo diría que me ha mimado.

Eso me gusta… sin duda lo siento como un hermano mayor… me gusta refugiarme en sus brazos cuando acaba la jornada, me hace sentir seguro… mas no me hace sentir como me sentía cuando Raedself me abrazaba.

Quiero ya quitármelo de la cabeza… del corazón… ya no quiero sentirme así… solo cuatro días lejos de ese elfo y yo me siento morir… me pregunto si él… si él me extrañará o si ya estará felizmente casado con esa tal Minmea.

Tal vez debí despedirme de él… puede que esté enojado por ello… pero si lo veía… si lo veía yo ya no querría irme… me pondría a llorar delante de él y terminaría reclamándole algo que no es verdad… que no tiene fundamento… porque él no tiene la culpa de que yo me haya enamorado”

-Nyx, Nyx ¿aun estás despierto?-llamó Aelfraed a la puerta.

-Sí ya voy ¿Qué pasa?-preguntó mientras se limpiaba las lagrimas que siempre resbalaban cada que escribía algo con relación a Raedself.

-Tienes visitas, pero si no te sientes bien como para recibirle le diré que mejor regrese mañana-dice recargando la frente en la pared.

-¿Visitas? ¿Yo?-dice extrañado abriendo la puerta.

-Sí, está esperándote en la sala-informo el mayor mientras le acariciaba el cabello-Sólo espero que después ya pueda verte feliz-y tras estas palabras beso las mejillas del menor para entrar en su habitación.

Nyx se dirigió a la salita volando suavemente no tenía ganas de caminar, pero se quedo suspendido y sin avanzar cuando lo vio de pie en medio de la sala… Raedself… ese elfo por quien había estado llorando esas cuatro noches.

-Lamento la tardanza…-dijo con una sonrisa antes de acercarse a él apresuradamente, tomarlo de la cintura y plantarle un apasionado beso en los labios.

Nyx abrió los ojos como dos platos por la sorpresa de ese beso el cual poco a poco comenzó a corresponder, aferrándosele del cuello y cerrando los ojos, sintiendo como sus alas volvía a batirse en un rápido aleto.

-Yo pensé… pensé que…

-Mi padre quería que me casara con Minmea, lo iba a hacer hasta que te conocí…-dice el elfo aun teniéndolo entre brazos-Y me tarde porque mi padre tuvo una fiesta de dos días… y pese a que Kreps me aviso que te fuiste… no pude ir detrás de ti como deseaba; pero ahora ya nada se puede interponer.

-¿En verdad?-inquirió con temblorosa voz.

-En verdad-dice para darle un casto beso-Ya le dije a mi padre que no me casaré con Minmea… que yo solo quiero pasar la eternidad a tu lado mi hermosa hada… mi hermoso Nyx, es por ello que si es necesario me quedare en el reino de la centella a tu lado.

-Entonces nunca, nunca te dejare marchar de este reino…-dijo antes de besarlo apasionadamente, pegando su cuerpo al de él.

Al finalizar el beso Nyx lo llevo a su recamara para ahí dormir los dos juntos después de una larga y apasionada entrega.


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