PROMESAS
CAPTULO I: OPORTUNIDAD
La luz del bao continuaba encendida, era muy til tener el cuarto de bao en la habitacin por si uno tena una emergencia nocturna. Ms an cuando se estudia hasta muy tarde y salir al exterior con el fro aire de invierno provocara un posible resfriado.
Touya parpade mientras observaba la puerta entreabierta. Yuki haba permanecido demasiado tiempo all, se pregunt que tanto podra mantener ocupado a su amigo. No haba escuchado ruido alguno hasta ese momento, del agua corriendo en el lavamanos ni algo parecido.
Ese da, al igual que las ltimas dos semanas, se haban quedado estudiando hasta muy tarde. Los exmenes finales ya haban comenzado y se presentaban an ms exigentes que en semestres anteriores. Yukito haba decidido quedarse a dormir debido a lo tarde que terminaban. Los minutos pasaban muy rpido cuando se ocupaban de repasar los cursos.
Para Touya an ms prestos cuando tena a Yuki tan cerca de l, en el silencio y soledad de su habitacin sin nadie que molestara ni interrumpiera su intimidad.
El joven de lentes era muy paciente y amable, sobretodo cuando tena que ayudar a su amigo a resolver esos tediosos y complejos ejercicios de geometra que tenan la particularidad de irritarlo hasta el extremo y hacerlo sentir un completo intil, an ms cuando vena como Tsukishiro los resolva sin problema alguno.
Esos eran sus momentos favoritos.
Yukito le hablaba con una voz muy suave, como si l fuera un nio pequeo al que se le explica algo que no puede entender, mientras se acercaba a l y haca unos cuntos trazos en el papel, lneas y crculos, ngulos y nmeros. Touya se estremeca al tenerlo a unos cuntos centmetros, sin levantar la vista del papel que tena enfrente, mirndolo fijamente para evitar que el muchacho notara su ansiedad y sonrojo.
An as senta palpitar su corazn fuerte, muy fuerte, dentro de su pecho, especialmente cuando perciba el suave aroma que emanaba de la piel de su amigo. Adoraba ese olor. No saba que tipo de colonia o perfume era, talvez rosas, aunque parecan tambin jazmines. No poda precisarlo, talvez una mezcla de ambos.
El cabello de Yuki brillaba debido a la luz de la lamparilla que alumbraba la mesa de estudio, cambiantes tonos, verdosos y grisceos. Las sedosas hebras se ondulaban siguiendo los movimientos que haca cuando se apartaba o acercaba al papel, cuando alargaba el brazo para coger la goma de borrar, cuando usaba el sacapuntas en el desgastado lpiz. Touya reprima la necesidad de enterrar sus manos en aquella sedosidad, de recorrer los cabellos de Yuki desde las races hasta las puntas, de sentirlo suave y dcil entre sus dedos.
Y luego Yuki volteaba a verlo, siempre con la sonrisa en su rostro, tena usualmente los ojos cerrados cuando lo haca, pero de vez en cuando los entreabra para dejarlo ver esa glauca brillantez de los ojos color miel.
Se perda en esas pupilas, pensaba que podra vivir una eternidad tenindolas enfrente, sabiendo que estaban fijas en l, que ese ser tan bello era capaz de prestarle algo de atencin, que se ocupaba en l, en alguien tan comn y corriente, tan insignificante, como se consideraba.
Qu podra haber hecho para recibir aqul privilegio? La gracia de tener alguien as a su lado. De saberse el nico que comparta esos sentimientos, emociones y vivencias con ese joven.
Yukito era el muchacho ms maravilloso y hermoso que haba conocido en su vida. Era fascinante... desde que lo vio por primera vez supo que no podra apartarse de l, de alguna manera lo haba apresado, lo haba seducido con esa forma suya de ser, con aquella inocencia y sencillez que lo haban caracterizado desde un inicio y que sin embargo eran capaces de esconder un inmenso y terrible poder del cual an no conoca los lmites, un poder que no perteneca a este mundo.
Lo haba amado en ese entonces, lo amaba ahora. Y una enorme, incontenible necesidad de demostrarlo se iba apoderando de l, especialmente en las ltimas semanas, en las que senta que su ardiente pasin iba a desbordarse si no encontraba la manera de declararla hacia el joven que haba exaltado de esa manera sus sentimientos.
Mas… cmo hacerlo? En ms de una ocasin lo haba intentado, pero siempre haba algo que se lo impidiera, era como si las situaciones confluyeran para evitar que finalmente diera a conocer lo que senta.
Primero su timidez, lo recordaba, las ocasiones en las que haba tenido la oportunidad y no lo haba hecho porque senta que no tendra el valor. Y luego cuando por fin se haba decidido apareci esa chiquilla, esa latosa y entrometida Nakuru, que pareca estar en el momento y lugar indicados para detenerlo.
Y Yuki... Yuki que no se daba cuenta de nada. Que pareca no comprender, estar ajeno a lo que ocurra, a lo que Touya senta por l. Pero no poda culparlo, era su manera de ser, una de las razones por las que tambin le gustaba.
Sin embargo...
Touya dio un suspiro mientras se cubra con las sbanas.
Sin embargo ahora... en los ltimos das haba notado algo diferente en el comportamiento de su amigo. Aquello lo hizo sentir confundido en un primer momento y tuvo algunas sospechas al respecto. De repente Yuki se haba mostrado nervioso, sobretodo cuando se encontraban solos, como si no supiera que hacer o que decir cuando Touya le hablaba o preguntaba sobre alguna cosa.
Lo haba visto ladear la mirada repetidas veces, incluso le pareci distinguir un ligero sonrojo en sus mejillas. An as no se alejaba de l, permanecan siempre juntos como lo haban hecho desde que se conocieron.
Sera posible? Yuki por fin se habra dado cuenta? Es ms, sera capaz de corresponderle?
Haba sentido la mirada ardiente del muchacho detrs de l, mientras se quitaba cada prenda y coga el pijama para colocrselo, mientras pareca no darse por entendido y hablaba de cualquier cosa como si no supiera lo que estaba ocurriendo y no se percatara de los ojos de su amigo sobre su espalda y piernas desnudas. Sonri a la vez que se senta un poco acalorado, siempre ocultando su rostro del joven. Y cuando hubo terminado lade la cabeza hacia el lugar donde se encontraba Yuki, y no evit volver a sonrer y sentirse conmovido cuando el joven de anteojos apart su mirada rpidamente y ese adorable, intenso, sonrojo se agolp en sus plidas mejillas.
S... poda estar equivocado, pero no lograra nada si segua evadiendo las ocasiones para declararse.
La oportunidad estaba all, frente a l, slo deba aprovecharla.
S, lo hara. Ahora. Ya lo haba decidido. Se lo dira a Yuki cuando saliera del bao. Sera ahora o nunca.
Hundi el rostro en su almohada a la vez que respiraba profundamente, aspirando aqul olor que tanto le gustaba, el aroma de Yuki. Haba cambiado las almohadas el da anterior, slo para disfrutar de aqul embriagante olor con la esperanza de soar esa noche con el bello muchacho, cuando dejara de observar su silueta dibujada en la oscuridad antes de que el sueo terminara por vencerlo.
Touya observ el colchn con las sbanas desordenadas al lado de su cama, luego la puerta entreabierta del bao, dnde la luz amarillenta poda verse a travs de la ligera abertura. En verdad Yuki demoraba ms de la cuenta.
Un extrao presentimiento lo hizo estremecerse de repente.
Un sonido provino del cuarto de bao, un sonido como de metal cayendo al piso, nada que llamara la atencin ni fuera de lo comn. Sin embargo para Touya tuvo un significado diferente.
Una terrible agitacin en su interior lo hizo abandonar la cama de un salto, apartando el cobertor y sbanas violentamente. Su corazn lata con fuerza mientras caminaba hacia la puerta de madera.
Cogi la manija, la sinti fra, contrastando con la humedad que se desprenda de su mano. Sudaba.
La empuj ligeramente, tratando de aplacar la ansiedad que estaba sintiendo.
- Yukito? –llam como en un susurro, muy suave.
El joven estaba apoyado en el lavadero, su respiracin era agitada y Touya pudo distinguir la extraa palidez de su rostro. Sus ojos se volvieron lentamente para ver al joven Kinomoto.
Touya parpade, algo no estaba bien...
- Te encuentras... –no pudo continuar, aquello haba llamado su atencin. Sus ojos se abrieron enormes, de par en par y abri la boca para decir algo, pero ni una sola palabra escap de sus ahora temblorosos labios.
El rojo fluido escapaba de las muecas de Yuki, tiendo de escarlata la superficie lisa y blanca del lavamanos. A unos cuantos pasos, en el piso, la afilada navaja reluca brillante, reflejando la luz anaranjada de la bombilla que penda del techo, una fina lnea de sangre surcaba la hoja del liso metal.
Yuki separ sus manos de donde haban estado reposando y sus ojos estaban llorosos y suplicantes, muy abiertos.
Se volvi hacia Touya y levant las muecas a la altura de sus ojos, observando fijamente las heridas que haban abierto su piel de extremo a extremo. Observ angustiado como la tibia emanacin abandonaba su cuerpo, escurrindose por la blanca piel de sus brazos y como abundante, caa a las baldosas del piso.
Las lgrimas comenzaron a desbordarse de sus prpados que haba entrecerrado. La angustia y el miedo se reflejaban en su rostro.
- To... Touya... –tendi sus manos suplicantes hacia su amigo, como si con ello pudiera apartar la terrible visin que tena enfrente, la de su cuerpo desangrndose por las profundas heridas abiertas en su piel, como si el joven pudiera cerrar sus heridas con slo desearlo.
Dio algunos pasos, inseguro. Touya lo asi cuando su cuerpo, inconsciente, cay pesadamente hacia delante.
Touya apenas poda respirar, saba que deba hacer algo, prontamente, en ese momento. Pero su cuerpo no responda. Aquello era un sueo. Deba serlo Por Dios deba de ser un sueo! Pero la sangre era tibia y viscosa y tan roja... y ahora haba manchado tambin sus ropas.
Un terrible grito se escuch en la habitacin, resonando en todos sus rincones. Reaccion, haba gritado el nombre de Yuki.
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