¿Por qué?
Es una pregunta que me he hecho tantas veces…
¿Por qué nací en este mundo?
Creo que todas las personas alguna vez se han hecho esta pregunta, pero en mi caso… Desde el día de mi nacimiento, estuve condenada a ser distinta a los demás, como alguien dijo una vez "Un ser humano nacido en circunstancias diferentes"… pero… ¿Tan sólo era eso? No lo creo. Nací con las memorias de otra persona, alguien que dejó de existir hace tanto tiempo, la verdadera hija de mi madre Precia, Alicia. Nací de un intento fallido y desesperado por resucitarla. Sí, nací por los experimentos de alguien en su intento de "jugar a ser Dios".
¿Por qué mi madre nunca sintió amor por mí?
Siempre estuve dispuesta a dar todo por ella, a servirla en lo que pudiese, a amarla, a protegerla de todo y de todos, pero mi madre nunca me sonrió, nunca me amó, ella me odiaba con todo su ser, a pesar de que tenía la misma apariencia que su desparecida hija. Nunca lo comprendí. Aún así, conservo una foto de ella y mi hermana Alicia, y a veces, me quedo de pie, contemplándola, imaginando que esa pequeña niña que luce tan feliz soy yo, y aunque mis memorias incluso me permitan recordar ese preciso momento, en el fondo de mi corazón, bien sé que jamás se trató de mí, porque mi madre nunca me acogió con tanto cariño… Porque ella únicamente se aproximaba a mí con ese látigo en la mano… Sí, lo sé. ¿Cómo puedo seguir queriendo a una persona que tanto daño me hizo. Cómo puedo tener una fotografía que mantiene vivos todos sus recuerdos, incluso aquellos tan dolorosos? Aquellos recuerdos que no puedo olvidar por más que deseara, porque no son sólo las cicatrices de mi alma las que se mantienen tan claras como para no permitirme olvidarlos… Ni yo misma lo entiendo. Sólo sé que ignorar mi pasado es un esfuerzo inútil, porque fingir que nunca existió es un intento tan absurdo como engañarse a sí mismo, pero supongo que en medio de tanto dolor, al menos, hay una cosa por la cual debo agradecerle y que nunca olvidaré, y es que a pesar de todo, ella me dio la vida.
¿Por qué "esa chica" me salvó?
Llegaste a mi vida como una enemiga, al principio sólo eras eso, un estorbo en mi camino, no significabas absolutamente nada para mí; ahora, lo eres todo. Nunca entendí por qué quisiste salvarme, entenderme, acercarte, extenderme tu mano, y más aún, por qué aquél día en el puente, deseaste ser mi amiga, cuando yo te había hecho daño, cuando sólo pensaba en apartarte de mi camino y, si era necesario, destruirte. Ahora yo sería capaz de hacer cualquier cosa por ti, con tal de ver esa sonrisa en tu rostro, de saber que eres feliz, aún a costa de mi propia felicidad.
¿Por qué me cuesta tanto mirarte a los ojos?
Si supieras cuántas noches pasé en vela tratando de descifrar la razón por la cual tu simple presencia me confundía tanto… Después de todos estos años, me había dado cuenta de algo, un sentimiento que poco a poco fue creciendo en mi interior, que cada día se hacía más y más fuerte, sin que yo me diese cuenta; sentí miedo, traté de eliminarlo, destruirlo, pero mientras más luchaba contra él, más me envolvía, tenía temor de admitirlo, y aún más, sentía pánico cada vez que imaginaba tu reacción, porque si tu decidieses alejarte de mí… Me sorprende que aún no te hayas percatado, aunque es de esperarse, porque aunque ahora seas una mujer adulta, la inocencia que mantienes en tu corazón desde el día que te conocí ha permanecido inmutable, y eso es algo que siempre he admirado de ti; pero aunque mi alma llore de angustia al saber que talvez nunca te des cuenta de lo que se esconde detrás de mi mirada, aún así, soy feliz al compartir cada día de mi vida contigo y estar a tu lado, aunque nunca sea de la forma que tanto deseo.
Te debo tanto… Y ese sentimiento ha evolucionado en algo más. Finalmente lo he comprendido… Nanoha.
¿Por qué una pregunta tan simple causaba tanta confusión en mí?
Porque… me había enamorado de mi mejor amiga.