Era una noche oscura, la luna y las estrellas brillaban con todo su esplendor en el oscuro cielo nocturno que cubría toda la ciudad.
Un joven de cabellos plateados se encontraba en la azotea de su escuela, tenia los ojos cerrados, así que no se podían ver el color de estos, inconscientemente y como de costumbre llevo su mano a uno delos bolsillos de su pantalones y saco una cajetilla de cigarros, tomo uno y después saco un encendedor, coloco el cigarrillo entre sus labios y con cuidado encendió el encendedor paraqué no s apagara, lo acerco al cigarrillo y lo encendió, después volvió a colocar el encendedor en su bolsillos, abrió sus ojos al dar la primera calada de humo, dejando ver el color de ellos… verdes, sin duda un par de joyas.
Pero ese joven era observado desde otro extremo de la azotea por un par de ojos azules, que no perdían detalle alguno de sus movimientos, mentiría si digiera que no le gustaba aquella escena, aunque jamás lo admitiera en voz alta, le gustaba ver a aquel herbívoro como el lo llamaba, ya que se veía lindo bajo el cielo nocturno y el resplandor de la lunar y las estrellas.
- Después de todo los herbívoros no son tan inútiles como pensaba-
Y sin darse cuenta el cielos se había torneado oscuro, ya que la luna era cubierta por las nubes, nublando el cielo y oscureciendo la noche, fue entonces que una gota de lluvia golpeo al peliplateado en la cabeza, ocasionando que dirigiera su vista al cielo y de inmediato comenzó a llover.
Hibari, el líder del comité disciplinario de la secundaria se resguardo enseguida colocándose en la puerta que daba el acceso a la azotea para cubrirse de la lluvia que había comenzado, y que sin duda le seguiría una tormenta.
-hmp, que ironía, se supone que hoy debería estar celebrando- comenzó a decir el peliplateado para si mismo- sin embargo, no le veo el motivo a hacerlo – después de esto bajo la mirada dejándose empapar por completo, sin hacer nada para evitarlo, no le importaba.
- será mejor que entres herbívoro- le dijo Hibari, el italiano no pudo evitar sorprenderse, ya que no se había percatado de su presencia
- por que, por que debería de hacerlo !? – le contesto mientras lo volteaba ver con una mirada desafiante
- por que si no enfermaras- le contesto de forma cortante
- y?
- no creo que le sirvas de algo a tu adorado decimo si enfermas- le digo mientras volteaba a ver hacia otro lado, al escuchar esas palabras por parte de Hibari se dio cuenta de que este tenia razón- ven sígueme- el de ojos verde izo caso y ataco la orden de este y lo siguió por los pasillos de la escuela hasta llegar al un salón en especial, para ser mas específicos, a la oficina de Hibari- entra- y sin mas ambos entraron en aquel salón.
- por que me ayudas- pregunto el de ojos verdes con la mirada baja y un tono de voz apenas audible
- por que somos parte de la misma familia- a gokudera le sorprendió el hecho de que Hibari aceptara que formaba parte de la familia Vongola – además, siendo el líder del comité disciplinario, debo de cuidar de los estudiantes, y tu eres el estudiante con mejor nivel académico de esta escuela, no solo debo de cuidar la disciplina y que no rompan las reglas.
-gracias- dijo muy quedamente el italiano, - parece que la tormenta no parara pronto- dijo mirando distraídamente por la ventana
-eso parece, es extraño hoy es 9 de septiembre, no estamos en época de lluvia- ante este comentario el italiano volvió a bajar la mirada y una lagrima corrió por su mejilla, hasta llegar al fin de su rostro y cayendo al suelo para finalizar, - que sucede herbívoro- ya que aunque no estuviera viendo el rostro de este se dio cuenta de la lagrima que había caído al piso
-…….- el italiano se limito a contestar, y solo apretó sus puños mientras otras lagrimas amenazaban con salir- es esta fecha- el japonés arqueo una ceja, no entendía nada , que tenia que ver ese día con el estado de animo de aquel herbívoro- hoy se cumple un año mas de la muerte de mi madre- y fue en ese momento que mas lagrimas comenzaron a salir de sus ojos y a correr por sus mejillas, el japonés no estaba seguro de que hacer, pero de lo que si estaba seguro es que no quería ver al italiano llorar, el era de carácter fuerte y fiero, no se dejaba intimidar y jamás había demostrado miedo o tristeza en su rostro, pero ahora era completamente distinto, simplemente … no era el.
En un acto rápido, lo tomo del brazo y lo giro, para después abrazarlo, aun que el peliplateado se sorprendió gokudera no se negó al gesto y correspondió el gesto, llorando y descargando toda su tristeza en el pecho de Hibari, era reconfortante tener ese par de brazos abrazándolo y consolado, aunque no digiera nada, las palabras sobraban.
Hibari comenzó a sentir como las lagrimas del italiano salían y se quedaban en su pecho mojando su camisa, pero no le importo, así como tampoco le importo mojarse el por completo ya que el italiano seguía empapado.
Dejo que llorara en su pecho, que toda esa tristeza desapareciera del interior del italiano, por que al el también le dolía, le dolía el haber perdido a su madre, pero también le dolía el ver al guardián de la tormenta en ese estado…. Quería acompañarlo en su dolor, pero mas que nada, quería que se diera cuenta que no estaba solo…