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Sweet love por Estrella nocturna

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Notas del capitulo:

 Historia corta que surgió de la nada.

 

   No entendía nada, la verdad no podría decir con certeza que era eso que había sentido, y no habría podido imaginar antes, por que era tan extraño, una sensación que se quedó en su vientre, como un sobrecogimiento, como algo que no podría expresar bien sólo con palabras, por que no había palabra para eso, y él no tenia el ingenio de inventar una que lo expresase, era imposible, al inicio trató de negarlo, claro está, pero al final, tuvo que aceptar, sentía algo muy especial por ese chico, y es que era tan sexy, (ya no podía negarlo), que le hervía la sangre al mirarlo, que se le iba la voz, pero si hablaba decía tonterías, eso lo apesadumbraba, sin duda se había dado cuenta, y se estaría burlando de él por su gran idiotez, por no ser capaz de hablar, que diría que era un gran tonto, pero no era capaz de hacer nada, y se daba perfecta cuenta de ello.

 

   Cada vez que le veía, le parecía un chico tan tierno, es que no sabía muy bien por que, pero esos tartamudeos, y toda esa actitud, sólo le daba ternura, como si fuera un niño pequeño, claro que jamás se lo diría, a nadie, por que ese no era un pensamiento que uno debiera tener sobre un compañero, menos aun cuando sentía que deseaba abrazarlo, y protegerlo de todo y de todos, se sentía un poco cobarde por no tener el valor de hacer nada, pero se consolaba diciéndose que si lo hiciera  sería anormal , lo mejor era, pues, dejar todo como estaba y no meter mano en el asunto.

 

   Estaba en su habitación, oyendo música, la verdad no le prestaba mucha atención, por pensar en él, pero llegaba a captar frases sueltas, y su corazón se sobresaltaba con algunas, la música, las palabras, no le llegaban enteras, aun así, le parecía que iba a echarse a llorar en cualquier instante, no podía estar seguro de nada, se sentía leve, poco a poco se iba quedando dormido, entrando en un sopor incontenible, como querer detener un sentimiento, o un mar embravecido, por lo que antes de darse cuenta, ya estaba dormido, soñó con lo que podría ser, con sus besos sus abrazos, que le quemaban el alma, marcándosele, dejando la huella, indeleble, sombría, y llena de esperanzas.

 

   Le había visto, caminando por la calle, platicando con una muchacha, le había sorprendido, puesto que se le veía con mas confianza, su rostro iluminado por una sonrisa que a momentos parecía tornarse carcajada, y no lo entendió, ¿Por qué a él no le sonreía así?, la respuesta llegó rauda y dolorosamente rápida, no tenía por que, eran conocidos, dos personas que iban en la misma escuela, en el mismo grado y grupo, si, pero eso no les obligaba a nada, apenas platicaban ocasionalmente, no sabían casi nada el uno del otro, entonces ¿por que tenía aun esa sensación quemante? como una duda, inseguridad disfrazada de algo más, cuando se supone que uno sólo siente celos por alguien cercano, aun así, ¿Por qué? les vio perderse en la multitud, y se quedó viendo en esa dirección mucho después de que eso ocurriera.

 

   Su hermana era terca, no lo había dejado en paz hasta que aceptó acompañarla a unas compras, si bien era cierto que al final había disfrutado mucho del paseo y que habían platicado como solían hacerlo, le seguía pareciendo increíble su terquedad, pero si, le había hecho mucho bien caminar con ella, su mente se había despejado muchísimo, ahora se sentía mejor, había sido una buena medicina a su corazón roto.

 

   Pensar, no podía hacer otra cosa que pensar, todo le parecía a sus ojos como una broma de mal gusto, por que no podía estar sintiendo celos, no por un muchacho, alguien de su mismo sexo, no estaba bien, pero aun así, lo sentía, que podría haber hecho en ese momento, nada , si era sincero consigo mismo de cualquier manera no habría podido hacer nada, por que seria raro, aunque doliera, debía admitir que era una situación de lo mas curiosa, era real, y no sabia como salir de ella.

 

   Últimamente notaba a su hermanito un tanto extraño, muy raro, como que de pronto se deprimía sin razón aparente, y no entendía, la gente no se deprime sin motivo, así que comenzó a indagar un poco, tal vez encontrase la fuente de todo, y sí, o al menos eso parecía, aun que no estaba segura al cien por ciento, sí al noventa, lo que ya era un porcentaje muy alto, la causa parecía ser "amor", sí, porque al parecer le gustaba un chico, no pudo evitar preguntarse ¿Por qué los chicos hacen tanto alboroto?, varios gay que conocía, hacían lo mismo, dudaban mucho y eso, en cambio una compañera suya le había sorprendido hablándole como si fuese la cosa más normal del mundo de su novia, y en varias ocasiones con las chicas solía ser así, ¿por qué sería aparentemente más fácil que una chica aceptase ser lesbiana que para un chico aceptar ser gay? era algo que no se explicaba, pero que no dejaba de parecerle muy interesante.

 

   El sol iluminaba todo, su luminosidad iba cobrando intensidad conforme el amanecer avanzaba, habían llegado a la escuela, cuando aun estaba muy oscuro, por lo que había sido, necesario prender las luces, ahora, poco a poco todo se llenaba de luz, como inundándose, lento, y envolviéndose, le daba la sensación de un manto de seda, le estaba prestando nula atención a la clase, de cualquier manera, el tema ya se lo sabía perfectamente, y no tenía ganas de oírlo nuevamente, la voz del maestro era monótona, al parecer tenía sueño, ya que no solía ser así, al ver su libreta notó que sin darse cuenta había estado garabateando en ella, una frase que apenas se distinguía, "te amo Jorge"  o algo parecido, tenia la hoja repleta, y lo peor era que el susodicho, (que se había acercado disimuladamente para pedirle corrector) la estaba mirando fijamente, con un dejo de duda en sus bellos ojos, al notarlo tartamudeó que no era nada, cosa que este ignoró, como si no lo hubiese oído para nada, luego le susurró -¿me prestas corrector, el mío se acabó? -Luego volvió a mirar la hoja y dijo: -que fea letra tienes, me costó mucho entender que dice, hablamos de ello en el receso ¿vale? -Jorge ya había vuelto a su lugar, y estaba borrando algo, con una meticulosidad increíble, la concentración era palpable en su rostro, y a él los nervios se lo comían vivo.

 

   Sólo había ido a pedir algo de corrector, ya que el suyo se le había acabado, sólo por eso se había acercado, pero al ver esa frase en la libreta el corazón casi se le sale del pecho, había sentido una gran emoción, aunque no se notara, pidió el corrector, y quedó de hablar en el receso, en que tendrían más tiempo, y podrían ir a algún lugar más tranquilo que el salón, donde aun en receso había mucha gente, ya que para empezar al ser ese su salón fijo, no debían cambiarse, al sonar la campana no todos salían, algunos se quedaban platicando, y los que sí lo hacían volvían con su almuerzo para comer ahí, el tiempo le pareció interminable, se moría de emoción, y un poquitín de nervios que sabía disimular muy bien.

 

   Las clases pasaron, el recreo llegó, jamás en toda su vida había sentido tantos nervios, se sentía desfallecer, no tenia ni idea de que le diría, pensaba una y otra vez en todo, en que podría haber hecho, y en que podría pasar, Jorge no lucía enfadado, en realidad no pareciera que le importara realmente y no sabía si eso le calmaba o le ponía más nervioso, al oír el timbre se había quedado casi inmóvil en su lugar, entonces oyó una voz detrás de el que le sobresaltó -ya llegó el receso, vamos, ¿no piensas comer?

 -ha sí, claro, ya voy, - salieron juntos del salón, Jorge comenzó a jalarlo -oye, pero la cafetería es por aquí.

 -sí, eso lo sé perfectamente, pero debemos hablar ¿lo has olvidado?

 -no, claro que no, es que, yo

-vamos, debes intentar calmarte

 -lo dices por que tú no estás nervioso (susurro)

 -sé controlarme, bien ya llegamos, yo, vi, en tu libreta algo muy raro

 -no era nada, lo habrás imaginado

 -claro que no, y espero que no haya sido así, por que la verdad no sé que pensar

 -pero eso no era nada, sólo garabatos

 -yo vi claro que decía "te amo Jorge" no quiero que me malinterpretes, por que yo te quiero mucho, y esto es un poco raro, pero, quisiera algo más contigo

-¿eh?

- ¿aceptarías ser mi novio?

-Esto es un sueño

-para nada, lo pensé mucho, y deseo intentarlo, sé que si no lo hago me arrepentiré siempre, aun si no sirve al final, es mejor decir "yo no huí"

-sí, yo, a- acepto, claro que acepto

-gracias.

 

   Ese día si que fue memorable, para ambos. Al llegar a casa su hermana trató de convencerlo de ir con ella a salir un rato, aceptó sin dilaciones, estaba realmente radiante, tanto que ella lo notó enseguida -bueno, ¿por qué tanta alegría hermanito?

-no es nada

-si, ajá, me lo creeré -dijo claramente en tono irónico

-que no me pasa absolutamente nada

-nada malo, pero algo bueno seguro sí, por que pareces un sol, brillas de felicidad, vamos confías en mí ¿verdad?

-pues no sé, ¿lo hago?

-claro que sí, anda, dime

-es que es algo muy, personal

-de seguro se te declaró -al oír eso se puso rojo -sí, lo sabía, es eso, y tú, claro está, aceptaste

-bueno, no sé a que te refieres

-claro que lo sabes, no te hagas el tonto

-no es justo ¿por qué siempre sabes que me pasa, y yo no sé qué te pasa a ti?

-soy mujer, tengo instinto femenino, y tú no

-siempre la misma excusa

-que quieres, es la verdad o me vas a decir que eres mujer y yo hombre

-pues, no

-¿ves? no puedes entonces tengo la razón ¿si o no?

-es que, bueno, sí, la tienes, alguien se me declaró y acepté

-me alegro por ti, sabes.

 

    Claro sabía que su hermana se alegraba por él ya que lo quería pero no estaba muy seguro de la reacción que tendría cuando supiera que salía con otro chico, cual no sería su sorpresa cuando, al querer decírselo, se enterará que ella no sólo lo apoyaba sino que lo sabía desde hace tiempo.

Notas finales:

Espero les haya gustado.

"A las estrellas se les piden deseos, a mí sólo se me dejan reviews"


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