Capítulo 1: El inicio del alba
Era un día como cualquier otro en Shin Makoku. El sol se iluminaba a lo alto del cielo comenzando así un nuevo día para todo el reino en especial para el Maou quien se encontraba dormido plácidamente en su habitación.
Permanecía tan sumido en sus sueños que no pudo percatarse de que el rubio ya se encontraba despierto sentados sobre la cama mirándole dulcemente, como solo lo demostraba al tratarse de su prometido.
Wolfram reaccionó de inmediato, había olvidado la fecha de ese día. Tomó una almohada y la lanzó con fuerza hacia el rostro de Yuuri quien, al sentir tal golpe sobre sí mismo se incorporó algo asustado e histérico como de costumbre.
- ¡Waaaa! ¿Q-qué pasa? ¿Qué pasa?
- ¡Ya levántate, henachoko, o llegaremos tarde!
- ¿Tarde?... ¿Tarde para qué?
- Si serás torpe, ¿Cómo puedes olvidar tus propios asuntos? – preguntó un tanto molesto por la distracción del rey. Finalmente suspiró y decidió hablar – Tendrás una reunión con varios gobernantes.
- Es verdad… -dijo tranquilo hasta percatarse de lo tarde que era – ¡¿qué hora es?! ¡Aaaah! ¡Es tarde! –dijo levantándose rápidamente para correr a buscar sus prendas que usaba de costumbre.
- ¡Por eso te lo decía! – se defendió Wolfram para comenzar a buscar su uniforme.
- ¿Por qué no me despertaste antes?
- Ah… ¡B-baka! ¡No me heches la culpa, Yuuri! - Había estado tan distraído mirando al moreno dormir que olvidó por completo la reunión que tendrían.
- En fin, ya no importa, ¡sólo apresurémonos! – afirmó el Maou terminando de cambiarse mientras esperaba al rubio.
- Si… -dijo Wolfram sin más vistiéndose lo más rápido posible.
Al estar listos ambos salieron disparados de su habitación para dirigirse al salón donde ya se encontraban varios nobles esperando su llegada.
Un hombre vestido de verde y con ceño fruncido aguardaba en la misma sala intentando controlar su enojo, ya habría tiempo de reprender a ese irresponsable chico que tenía por rey.
- ¡Llegaremos tarde Yuuri! ¡Gwendal estará furioso con nosotros y todo por tu culpa! –alegó el rubio detrás de su majestad.
- ¿¡Eh?! ¿Mi culpa? Tú fuiste el que no me despertó a… ¡Aaah! - sus palabras fueron interrumpidas cuando al dar la vuelta en otra dirección tropezó con una persona que se encontraba de pie provocando que el moreno cayera al piso.
- Ten más cuidado, Yuuri… - silenció al momento en que miraba con disgusto a la persona que había provocado aún más su retraso.
- Aah… ¡¡Gomen, gomen!! No fue mi intención… - pero sus labios callaron al fijar sus ojos en aquel chico tan familiar que hacía tiempo no veía – Sara… ¡Sara! – exclamó alegremente.
El nombrado miró algo sorprendido al rey pero con toda la alegría que pudo mostrar su sonrisa exclamó.
- ¡Yuuri! ¡qué gusto me da verte! – extendió su mano para que Yuuri pudiera levantarse. El Maou la tomó pero cuando estaba apenas incorporándose fue empujado nuevamente al piso por cierto rubio celoso.
- ¡Hey! ¡Wolfram! ¿Qué te pasa?
- Yuuri puede levantarse solo, no hay necesidad de que lo ayudes… - agregó mirando de forma retadora al contrario quien se dedicaba a mirarle de la misma manera.
Yuuri sintió un aura un tanto incómoda por parte de ambos por lo que se levantó de inmediato y decidió no reclamar a Wolfram de nueva cuenta. Nunca se habían llevado bien ese par y no quería que justo en ese momento surgiera algún mal entendido pues tenían prisa.
- Bueno… Me alegra mucho verte, Sara… Pero necesito ir a un sitio ahora… - dijo un tanto apenado por la falta de atención que estaba cometiendo pero era en verdad necesario – ¿crees que podamos vernos más tarde?
- Claro, Yuuri… Nos encontraremos más tarde… -dijo quitando su vista penetrante de la de Wolfram posándola así más tierna y dulce en el joven rey.
- Bien, entonces, nos vemos… - Wolfram no movía ni un músculo por lo que se dio la oportunidad de tomarlo de la mano para jalarlo y comenzar a caminar nuevamente a su destino.
Wolfram, al percatarse de la acción del moreno no pudo evitar sonrojarse y cambiar la expresión de su rostro a una completamente diferente mientras empezaba a correr de nuevo.
A Yuuri le agradaba ver a Saralegi de nuevo pero aún más le preocupaba el llegar a tiempo a dicho evento pues era realmente importante para tener más contactos y alianzas con nuevos territorios.
Wolfram estaba por demás feliz corriendo de esa forma con su prometido quien seguramente no se percataba de sus acciones. Le parecía un sueño el demostrar de esa forma sus sentimientos sin que Yuuri se inmutara, siempre había deseado que algo así sucediera, por lo menos improvisado.
Cuando de pronto Yuuri giró levemente su rostro y se sonrojó al notar que sus manos estaban unidas.
- ¡Aaah! Lo lamento, Wolf… - se liberó del agarré rápidamente
- No tienes porqué disculparte. Es normal que una pareja se tome de las manos.
- Bueno yo… -
No estaba muy seguro porqué palpitaba su corazón de esa manera y había algo en su interior que se sentía tan bien al momento de estar de esa forma con su compañero pero decidió dejarlo de lado y concentrarse en llegar a tiempo para no arruinar el esfuerzo de tantas personas por participar en tal evento.
Al recorrer los pasillos Yuuri pudo observar a Conrad esperando por ellos. El espadachín sonrió aliviado al verlos correr hacia el lugar y aún más cuando estuvieron una vez a su lado. Ambos respiraban agitadamente por la rápida carrera que tuvieron que hacer.
- Conrad, dime que no ha comenzado…
- Se lo diría, majestad pero… - dijo mostrando su siempre amable sonrisa.
- ¡Ah, demonios! – abrió la puerta rotundamente y todas las miradas se posaron sobre él provocando que se pusiera aún más apenado logrando susurrar un: “Gomen…”
Yuuri se adentró en la sala causando que Gwendal se controlara un poco y las demás personas prestaran atención a su presencia.
Wolfram simplemente se llevó una de sus manos a la frente en señal de desaprobación a la acción de su prometido pero decidió guardarse los comentarios.
Decidió no entrar con un solo objetivo…
- Conrad, ¿Porqué está Saralegi aquí? – El castaño se sorprendió por aquella pregunta a lo que contestó:
- ¿Saralegi? … ¿Se encuentra en el castillo?
- ¡Lo sabía! Se infiltró al castillo. Seguro quiere a Yuuri – dijo el menor empuñando su espada con odio.
- Él no ha sido invitado para la reunión… Wolfram, será mejor revisar el palacio por el bien de su Majestad…
- No tienes que decirlo dos veces… -dijo molesto y a la vez feliz, realmente quería utilizar su arma contra aquel sujeto.
- ¡Dividámonos! – ordenó para comenzar a andar en una dirección y Wolfram en la contraria.
Sus ojos permanecían inquietos buscando la silueta de aquel rey que tanto le molestaba. Odiaba que siempre se interpusiera entre Yuuri y su persona, siempre lo hacía enfadar con el solo hecho de estar presente y aún más cuando estaba con su prometido. Jamás le permitiría alejarlo de su lado y mucho menos hacerle daño.
¿Con qué fin se encontraba en su hogar? Esperaba que no intentara hacer algo grave y sólo fuera una simple visita.
Llevaba tiempo andando por los elegantes pasillos del castillo hasta que por fin, dio con aquella persona. Saralegi estaba mirándolo con una sonrisa muy extraña, se notaba que tramaba algo.
Wolfram se aceró a él lentamente hasta quedar frente a él…
La reunión había terminado y Yuuri, en lugar de sentirse relajado, temía la llamada de atención de Gwendal. Al momento en que se acercaba éste, el rey se puso de pie para disculparse incontables veces.
- ¡Gomen, gomen, gomen! – el mayor de los hemanos de Wolfram suspiró resignado.
- Sólo no olvide sus obligaciones, majestad… - dio media vuelta rápidamente – debo de ocuparme de otros asuntos.
- ¡Sí! – afirmó agradecido por el comportamiento de éste.
Yuuri salió de la habitación para mirar a Wolfrram que venía caminando a paso lento y con la mirada perdida. Al verlo tan extraño se preocupó y exclamó:
- Wolfram, ¿Te sientes bien?
El rubio le miró con una expresión que Yuuri creía jamás haber visto. Eso lo preocupó aún más pero cuando estaba a punto de hablar el príncipe abrió se acercó a él abrazándole fuertemente como si temiese perderlo.
Yuuri se sobresaltó pero en lugar de alejarlo como de costumbre le correspondió sin evitar esa preocupación que le dominaba.
Wolfram escondió su rostro en el hombro del rey mientras intentaba explicarse pero prefirió limitarse a decir:
- Tengo miedo, Yuuri…
- ¿De qué tienes miedo, Wolf? – preguntó confundido.
- No quiero que te alejen de mí… - dijo con dificultad.
El moreno estaba fabricando miles de preguntas en su mente pero no quiso formularlas pues podía sentir que Wolfram se sentía realmente pésimo.
Sonrió levemente y le abrazó un poco más fuerte diciendo:
- No me alejaré de ti, Wolfram… jamás lo haré… - no eran simples palabras en verdad era una promesa que quería cumplir a como diese lugar.
- Yuuri…
Wolfram sintió como su corazón empezaba a latir de forma tan rápida que temía que Yuuri se diera cuenta de ello.
En cambio en el interior de yuuri iba formándose un cálido sentir que le negaba soltar a ese chico malhumorado y egoísta. Se sentía tan bien tener a Wolfram en sus brazos.
- ¿Te siente mejor, Wolf? – el nombrado sólo afirmó con un ademán de su cabeza y se separó levemente para mirar esos ojos negros poniendo a Yuuri un poco nervioso.
El moreno miraba esos labios tan finos y a tan poca distancia que era demasiada tentación hasta que Wolfram se separó.
- Lo lamento, Yuuri… ya estoy bien – después de unos momentos éste salió de sus pensamientos mostrándose algo sonrojado.
- Aah… está bien. ¿Pero qué sucedió, Wolf?
- Nada… - dijo con algo de molestia en su rostro – ¡En fin! No creas que por esto podrás saltar tus obligaciones. – lo tomó de la oreja y comenzó a jalarlo en dirección al patio pues Conrad estaría esperándolo para su entrenamiento.
- ¡Aaah! ¡Wolfram, eso duele!
Y así ambos continuaron el día como siempre lo hacían, sin mencionar que Wolfram ocultaba su encuentro con Saralegi y las palabras que relamente le habían dolido.