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No todo está perdido por Naitorein

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Aquí el primer capítulo, por favor dejen reviews y opinen libremente :).

“Monstruo... ” es la palabra que oía Charles en sus muchos momentos de soledad. Una palabra, pronunciada tan suavemente como un susurro, pero que se le clababa como si de un puñal se tratara. Aún cuando en su enorme mansión no había nadie, la escuchaba. La escuchaba a todas horas, no podía huir de ella aunque cerrase los ojos o durmiese. Él, un monstruo rechazado por los mismos monstruos, y temido y a la vez usado por los humanos. ¿Cuál era su lugar en el mundo? Charles lo había pensado muchas veces, pero no encontraba respuesta alguna. Al final se rindió, intentando permanecer inmune a cualquier sentimiento y sutación, convirtiéndose en un ser desalmado, despiadado, sangriento y sin corazón. Y cuando creía que lo había logrado, apareció él.

 

-”¿Es que no me tienes miedo?”

-”¿Por qué iba a tenerlo? Un niño que llora pidiento ayuda, que se asusta al ver a una polilla... ¿Acaso no es un niño normal?”

 

Esas palabras lo desconcertaron. Y más viniendo de un rehén para conseguir a Saya, su hermano Riku. Los ojos negros (y ahora brillantes) de Charles miraron al chico, como si acabase de ver una lejana pero esperanzadora luz dentro de su oscuro futuro. ¿Sería capaz de hacer de Riku su amigo? Aunque hacía demasiado tiempo que no usaba esa palabra y ya había olvidado su significado.

 

-¿Charles? ¿Estás bien? - preguntó Riku, desconcertado al ver la reacción de éste.

-Claro... ¡¿Por qué no iba a estarlo, idiota?! -dijo el pelinegro, ruborizándose ligeramente.

Riku rió de su reacción. Los dos iniciaron una pelea divertida, y era la primera vez que Riku veía una sonrisa en la cara de Charles.

-Sabes, Charles... Estás muy guapo cuando sonríes, ¡deberías hacerlo más a menudo! - exclamó el inocente Riku. Los dos se encontraban en el patio de la mansión de Charles, rodeados de bonitas rosas y sentados en una mesa blanca, tomando el te que ellos mismos habían preparado. Charles se preguntaba si estaba haciendo lo correcto, pues aquella no era la forma de tratar a un rehén, pero qué más daba, pues ya no formaba parte de los “Caballeros” y se había convertido en un conejillo de indias. Total, que más bajo no se podía caer... Además, por primera vez en su vida, Charles se sentía a gusto con alguien. Estaba enormemente feliz y un tanto nervioso cuando hablaba con Riku, pero muy desconcertado, ya que no entendía demasiado ese sentimiento.

 

Esa noche hacía muchísima calor, así que Riku decidió dormir sólo con unos pantalones cortos. Puesto que dormían en la misma habitación (como Charles vivía solo, en toda la amplia mansión había una única cama), Charles no pudo evitar fijarse en él, en su cuerpo pequeño de un chico de catorce años pero bien formado. Notó como sus mejillas se volvían coloradas y su corazón latía más rápido, cuando Riku se dio cuenta.

 

-Charles, ¿qué pasa? Hoy estás muy raro... - dijo Riku con un evidente tono de preocupación, acercándose a Charles y tocándole la frente para comprobar su temperatura.

 

-¡¡N-no!! - exclamó Charles apartando bruscamente al chico. - Estoy bien...

 

-Vamos, puedes contármelo. ¿Acaso no somos amigos? - respondió Riku con su cálida sonrisa mientras se sentaba en la cama e indicaba a Charles que se sentara a su lado. Con una evidente duda, Charles se quitó su característica capa para quedarse solo con su pijama y se sentó al lado de Riku. Esté le puso su brazo en el hombro.

 

-Vamos, dime, ¿qué te ocurre? ¿Es acerca de ese tal Van? No parece demasiado confiable...

-… Y no lo es. De hecho, nunca he confiado en nadie, y menos en Van. No me gustan nada sus experimentos, sus ojos me dan terror y sus experimentos duelen y son horribles. - explicó entre pausas Charles, con una clara expresión de desprecio.

     

-Vaya... pero no te preocupes, mientras yo esté aquí, no dejaré que te haga daño. - dijo Riku, abrazando cálidamente al chico. En ese instante, Charles fue invadido por una cálida sensación y por primera vez sintió que todo el sufrimiento que había experimentado valió la pena sólo por ese instante, y que quizás en la vida había algo más que oscuridad.

Notas finales:

 

Fin del primer capítulo, espero que les haya gustado hasta ahora.

 


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