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Gaze of Love por Kiiyomi

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Notas del capitulo:

Lo sé, lo sé... todos estan completamentes molestos con Hannie T_T     Y es que como no estarlo haciendole a my Wookie eso u.u

Que bueno que les gustó el capi, se está viniendo las cosas buenas, ¡en serio! Es momento que Hannie comprenda que su mudo ya cambió apenas lo vió llegar (ignorar) el primer día que se cambió de escuela, no?

Como sea, disfruten el capi :3

POV HanGeng

Veía como lloraba y... Y sin embargo, ninguna palabra alentadora lograba irrumpir por mis labios. Le sequé las lágrimas con uno de mis dedos, tratando de no tocarlo mucho. Tan solo un roce.

— Tienes que dormir -le susurré bajito mientras lo arropaba -o mejor dicho, nos arropaba a ambos- mejor con las sábanas y la colcha. Era consiente que la falta de sangre en el cuerpo traía frío y lo último que faltaba era que pescase un resfriado en ese estado de debilidad.

Él estaba sobre mi, cualquier movimiento en falso lo sabría: un intento de suicidio mas y realmente le daría un motivo para matarse. Ya mañana hablaría con el acerca de todo, cuando se despierte le daría todo un sermón sobre la vida y lo inútil que soy con los sentimientos... O quizás, me limitase solo a mirarlo más de cerca.

Ceñí su cuerpo más al mío cuando sentí como su cuerpo se convulsionó, no supe si estaba dormido o despierto puesto que seguía llorando asique no sabia si era frío o solo los sollozos los que lo movían de esa forma; pero si de algo estaba seguro es que en ambos casos el necesitaría calor.

Noté por primera vez la finura extrema de su cuerpo y realmente me cuestioné si tenía la edad que decía tener. Quizás se preocupase mucho por los demás -lo que le daba un punto de madurez- pero no era capaz de preocuparse por si mismo -lo cual, restaba el punto de madurez-.

Por otro lado cabía la posibilidad de que por estar preocupándose por mi, el no haya comido bien lo cual lo haya llevado a bajar de peso notoriamente, eso también explicaría porque la finura de su cintura.

Sin pensarlo dos veces tomé el teléfono y marqué el número del mayordomo que normalmente servía la cena.

— Joven HanGeng... Qu-e sorpresa que llame —me dijo completamente extrañado.

— Sí lo sé, yo nunca le hablo... pero... ¿Podría hacerle una pregunta? Ya que no está en servicio realmente me molestaría molestarlo —le dije con mucha amabilidad y mi mejor voz.

— Sí, pregúnteme lo que quiera —me dijo después de reír—Siempre es un placer servirle... aunque no este en servicio

— Verá... Me gustaría saber si... —hice una pausa y suspiré hondo, como si su nombre no quisiera abandonar mi mente— Me gustaría saber siRyeowookSealimentóbienestaultimasemana —le largué todo de una, esperando que me entendiese; pero del otro lado solo escuché unas cuantas carcajadas.

— Pues sí, ha terminado sus cenas todos los días

— ¿Su plato rebosaba de comida al servírselo? —le pregunté intentando buscar alguna explicación lógica. Él pareció pensarlo antes de contestarme.

— Joven... El come menos que usted, sin embargo se alimenta adecuadamente. Desayuno, almuerzo, merienda y cena. Lo he visto comer... ¿Por qué esa duda? —me preguntó preocupado.

— Creo que debería llenarle un poco más el plato... está un poco...flaquito... —bajé el tono de mi voz a un susurro —Nos vemos cuando vuelva —y corté.

Dejé el teléfono sobre la mesita de noche y dirigí mi vista hacía el rostro que aún reposaba cómodamente en mi pecho y al cuerpo delgado que era encerrado por mis brazos.

Antes de dormirme, quería asegurarme de que él lo había hecho, pero su respiración aún estaba algo agitada así que no me atreví a cerrar los ojos.

POV RyeoWook

Sonreí al escuchar el tono de tu voz en la pregunta que hacías por teléfono. A veces tu personalidad resultabas ser tan infantil. Y si mostrarás tu verdadero yo ante a mí seguro no quería alejarme de ti, sentía que podrías ser el hermano que nunca tuve y el que siempre quise.

Estar así, con los brazos de HanGeng tocándome, se sentía tan bien.
Aún sin abrir los ojos podía ver su rostro, estaba preocupado. Sin embargo, sabía que esa preocupación era por sentirse culpable de lo que hice. Un acto tonto, pero sincero.

Sonreí por última vez. Me sentía cansado, mis lágrimas cesaron y antes de caer en un profundo sueño rocé tu mano con la mía. Aunque sea una noche quería sentirme querido, la tomé entre mis manos. Sé que estabas despierto y que alejarías rápidamente mi tacto.

— Sólo... por... hoy —fue lo único que pude decir mientras caía en un profundo sueño.

Necesitaba descansar sintiendo tu calor.

POV HanGeng

— Sólo... por... hoy — fue lo último que dijo antes de caer rendido al sueño. Me limité a suspirar y besé la parte superior de su cabeza.

— Descansa- le dije antes de cerrar suavemente mis ojos y seguirle hacia el mundo de los sueños.

Esa noche fue definitivamente la mejor de todas las noches en muchísimo tiempo. No soñé ni tuve pesadillas, tan solo un sueño profundo y tranquilo, sobre nubes esponjosas y blancas como la nieve.

Sentí como suavemente una lengua áspera raspaba mi mejilla intentando despertarme; lo consiguió. Lentamente abrí mis ojos que quedaron cegados frente a la luz de sol y vi con aprecio a la bola de pelos -de nombre Xia Lei- que estaba parada a mi lado anunciándome que era hora de levantarme.

Me tomé unos minutos para observar todo a mi alrededor y descubrí con felicidad que lo único que había cambiado de la noche al día era la posición en la que me encontraba con el Intruso. De haber estado arriba mío había pasado a estar acostado a mi lado muy acurrucado en mi pecho: aún con su mano agarrando la mía, respirando muy apaciblemente.

Sonreí y me deshice de todo contacto muy suavemente para luego levantarme de la cama y volver a taparlo, pero entre las sábanas puse a Xia Lei. No quería dejar solo al Enano después de la otra noche. La bola de pelo pareció entenderme, ya que se quedó estático allí.

Miré a mi alrededor y vi el plato que me había traído ayer a la noche Ryeo...el Intruso desparramado hecho trizas por todo el suelo -claro, es que con esa adrenalina corriendo por todas mis venas al verlo ahí tirado ¿Quien hubiese reparado en un plato roto, siquiera en el sonido que este hizo contra el suelo?- Junté trozo por trozo sin hacer nada de ruido para no despertarlo, luego levanté la bandeja y los palillos del suelo para dirigirme a la cocina.

Tire los pedazos rotos a la basura, guardé la bandeja y luego limpie los palillos... Hasta que reparé en el suelo: había una enorme mancha de sangre junto a un cuchillo. Las ganas de vomitar no tardaron en hacerse presentes y tuve que ir al baño a hacerlo.

Unos cinco minutos después me lave la boca y me sentí un hombre nuevo: quizás aquel vomito había hecho que expulsase todo el jengibre que quedaba dentro de mí. En fin... me dirigí nuevamente a la cocina y como un robot me dediqué a limpiar la mancha y el cuchillo.

Cuchillos...

Estaba loco, es cierto... Pero el intruso lo estaba más. Movido por la desconfianza agarré todos los cuchillos visibles y no visibles de la cocina y los guarde en el cajón de los utensilios bajo llave. Si se le ocurría cortarse otra vez allí no hallaría nada. Claro... pero estaban los vidrios, el trozo de plato roto en la basura...

Anudé la basura y la saqué afuera. No podía hacer nada con los vidrios salvo vigilarlo muy de cerca... Bueno, al menos ya no había cuchillos rondando en la casa asique me dispuse a hacer el desayuno.
Algo bastante simple a decir verdad; no quiero engañar a nadie, nunca aprendí a cocinar y tengo la sana impresión de que nunca lo haré.

Tomé unos cuantos cereales de la alacena y los puse en platos diferentes, eran aproximadamente tres, llenos hasta el borde con leche. O comía los tres o comía los tres no quedaba otra alternativa, le haría engordar como a un pavo antes de la cena de navidad.
Para mi solo serví un plato bien colmado mezclando los tres... Simplemente no sabía cual quería esa mañana.

Me dirigí con una bandeja y con sumo cuidado a mi habitación... nuestra habitación y apoyé la bandeja en mi escritorio, luego me dirigí a su lado dispuesto a despertarlo.

— Eh...Enano Suicida —dije mientras lo zarandeaba muy suavemente por el hombro. Sin respuesta— Intruso... —volví a zarandearlo. Aún sin respuesta — Usurpador... —otra vez lo mismo, sin respuesta — Ladrón... —una vez más sin respuesta — Ajj, ¡Ya levántate que se me acaban los apodos!

Y esta vez si vi como abría suavemente los ojos. Estaba terriblemente pálido y supuse que también débil por eso lo ayude a sentarse en la cama y puse la bandeja con ambos desayunos viendo su cara de incredulidad al ver los cuatro platos llenos de cereal.

— Estos son para ti -dije sin emoción alguna en mi voz (quizá risa; es que su expresión de "no tengo tanto estomago" era mortífera)— Y estés mío... - le tendí la cuchara para que comenzara a comer el que mas le gustase.

POV RyeoWook

Me levanté apenas siendo ayudado por ti. Mi cuerpo aún se sentía débil, tan sólo ver la comida sentía un cierto asco. ¿Por qué?
Quizás no tenía hambre.

Tomé la cuchara entre mis manos y apenas le miré vi como HanGeng comía su plato.

— No tengo hambre —solté dejando la cuchara y tomando mi celular.

— Tienes que comer —se acercó a mi quitándome el aparato— Eres un tonto por haber hecho eso, si mis padres se enteran...

— No lo sabrán —me levanté apenas, haciendo la máxima fuerza que podía para no caer. Le quité mi celular y comencé a buscar un contacto— Lo que menos quiero es tu pena. Hola, ¿DongHae?

Diciéndole a mi amigo que me iría a dormir a su casa, me apoyé en la pared para abrir la puerta. No quiero quedarme en casa sabiendo lo que pasó, volviendo a esta realidad. No quiero volver a sentir este sentimiento, que tengan pena por mí es lo que más odio.

— Gra… gracias —colgué apenas saliendo por la puerta cuando mis piernas se sintieron más débiles y caí al suelo.

— Joven RyeoWook —escuché decir a una de las mucamas que estaba lejos de mí, dos metros.

Aún en el suelo levanté la vista para verte. Ahí estabas ayudando nuevamente, no quería que lo hagas. Me levantaste llevando mi brazo izquierdo sobre tus hombros como soporta. La joven nos miró tratando de ayudar, cosa que tu no tardaste en el decirle que no lo haga. Quería alejarme de ti ahora.

— Suéltame —quité mi brazo de tu hombro— Por favor, llévame a la habitación de huéspedes. DongHae vendrá por mí —le pedí a la Srta. que nos miraba.

— Si, Joven RyeoWook —dijo amablemente ayudándome a caminar hacia allí.

Aún sin verte podía sentir y ver como te puedes sentir. Culpable. Lástima por mí. Hasta que pueda enfrentarte, verte a los ojos y no sentirme avergonzado por lo que hice quiero irme de la casa.

Quizás en la casa de DongHae pueda pensar que hacer, decidir que haría de ahora en adelante. ¿Dejaría de hablarte para ignorarte? Tal vez si lo hacía, podrías dejar de odiarme.

Notas finales:

Hasta la próxima~! ^-^


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