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Gaze of Love por Kiiyomi

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Capítulo 2

POV HanGeng

No puedo decir que guardé mis útiles rápidamente y agarre a mi novia entre mis brazos para llegar rápido a casa. Solamente quería salir de aquel lugar. El enano me había hecho pasar un terrible bochorno, me dejó boquiabierto a la velocidad que movía la tiza, la facilidad con la que los números circulaban por su mente.

Sin darme cuenta estaba caminando extremadamente rápido, casi arrastrando detrás de mi a ReoYii.

— ¿HanGeng? ¿Te pasa al...? —pero no la dejé terminar, ya que la apoyé sobre una ventana y la besé suavemente, mientras ella enredaba sus dedos en mis cabellos.

Me separé y le sonreí con dulzura que solo para ella tenía.

—Me levanté del lado equivocado de la cama... es todo —le dije sin borrar mi sonrisa, a lo que ella correspondió poniéndose en marcha hacía la salida.

Me tomó de la mano y todos mis problemas desaparecieron en ese instante; suspiré completamente embobado mientras la veía caminar, el viento que circulaba por el lugar hacía que sus cortos cabellos se meciesen, trayéndome ese embriagador aroma suyo.

Al fin llegamos a la puerta de entrada donde ya me esperaba mi chofer.

— Amor... ¿te llevo a tu casa? —le pregunté mientras la miraba tiernamente. Ella simplemente negó con la cabeza, besó mi mejilla y se fue.

Yo me subí al auto y cerré los ojos, pensando en todo el día en la escuela... Entonces lo recordé a él, a su ternura y a sus perfectas matemáticas. En ese momento me di cuenta que comenzaba a odiarlo, a toda su perfecta perfección.

—Joven... Su padre lo espera con una sorpresa en casa... —Oí decir a mi chofer. Y como había pasado hacía unos instantes con ReoYii, todo se me olvidó y puse la vista enfrente, pendiente de todos los segundos que pasaban sobre el reloj.

Al fin llegamos a la casa y salté del interior del auto como lo había hecho esa mañana desde mi cama. Abrí la puerta de la casa y dejé mi maletín en un sillón.
Me encaminé al estudio de mi papá y lo vi sentado frente a su escritorio.

— Buenas tardes HanGeng... ¿Cómo te fue en tu día? —me preguntó con una sonrisa que denotaba autosatisfacción. Él me observó unos instantes, y lo supo casi enseguida. Se llevó una mano a la cabeza, me miró y me dijo— ¿Es que tu chofer ya te lo dijo?

—Solo que había una sorpresa esperándome —le dije con los ojos sumamente iluminados.

—Sígueme hijo, tengo a alguien a quien presentarte —él se paró y yo quedé anonadado caminando detrás de él hacía la cocina. ¿Era un alguien y no un algo? — RyeoWook... —llamó mi padre...

Y la causa de que mi día sea un asco apareció por la puerta.
No supe como reaccionar; simplemente me limité a ser educado y lo miré fríamente. Nada más que su nombre corría ahora por mi cerebro como tallando respuestas que no tenían pregunta.

Extendí mi mano en forma de saludo, nada podría ser tan malo... a decir verdad, sonreí. No era que se iba a quedar para siempre ¿Verdad? Quizás solo de visita un día, seguramente negocios de mi padre.

— Un gusto conocerte —le dije más animado, siguiendo mis suposiciones.

— Ah ~ que bien que se lleven bien, HanGeng. Él será tu nuevo hermano —dijo mi padre.

Tanto mi sonrisa como mi alma se cayeron al suelo y palidecí como si un vampiro me hubiese chupado toda la sangre de una vez. Pero entonces me di cuenta que mi papá había dejado la cocina y me había quedado solo con el Intruso.

Estaba hecho una furia, y creo que comencé a apretar demasiado fuerte la mano de mi interlocutor, porque pude sentir a la perfección sus huesos bajo mi piel. Lo miré fríamente y con un tirón de mi mano lo dejé a escasos centímetros de mi rostro.

— Estás muerto —le susurré, con mis palabras que salían a regañadientes de entre mis labios, escurriéndose como serpientes sobre mis dientes.
Finalmente lo empujé e hice que caiga para dirigirme a la heladera y buscar un buen vaso de algo frío.  Seguidamente de eso, desaparecí tras la puerta.

POV RyeoWook

El Sr. elegante, como le comencé a decir pues me era aún difícil llamarlo por su nombre o su apellido, me ordenó que esperara en otra habitación continua a su oficina. Haciéndole caso lo dejé allí viendo como uno de sus sirvientes cerraba la puerta.

Me paré a unos centímetros de la entrada, apretando mis manos, entrelazándolas. Jugando con mis dedos por lo nervioso que estaba, tenía cierta emoción de conocer a su esposa y aunque tuviera un poco de miedo, también a su hijo.

>> Ojalá sea de mi edad <<

Pensé nervioso. Podía escuchar pequeños bullicios detrás de mí, me giré a observar viendo a varias mucamas comentando entre sí. ¿De que estarían conversando? Me pregunté a mi mismo notando como una de ellas, la más baja me apunto y luego todas sonrieron. ¿Yo era el tema de conversación? No, por favor. Odio serlo, no me gusta que comenten de mi persona.

— Joven Kim el Sr. lo llama —un muchacho de cabello castaño con tonos chocos me dijo abriendo las puertas.

Entre tragando duro, viendo como aquel hombre mayor me presentó ante un muchacho. ¿Él era...?

— Un gusto conocerte —noté cierta mejoría en su actitud. En la escuela era diferente.

— El honor es mío —dije haciendo una reverencia. Debía mostrar cierto respeto por el hijo del hombre que salvó mi futuro.

— Ah ~ que bien que se lleven bien, HanGeng. Él será tu nuevo hermano—el Sr. Elegante de pronto le dijo.

Su rostro se puso pálido y su sonrisa desapareció. Podía sentir como su aura volvía a ser la misma, aquella actitud que mostraba en la escuela ante todos. El hombre mayor se retiró viendo como ambos nos dábamos un cordial apretón de manos, y cuando lo vi desaparecer por la puerta sentí que mis huesos se rompían por cierta fuerza, y me atraía hacia él. Mi rostro quedó a centímetros del suyo y podría jurar que sentía su agitada respiración. Sin duda alguna estaba incómodo, pero yo también. Jamás me había acercado tanto a un hombre, sus dientes rechinaban con furia.

— Estás muerto —soltó sin más empujandome hacia el suelo.

Caí fuertemente, usando como soporte mi codo.

— ¡Ay~! —solté ante el dolor.

La puerta se cerró fuertemente. Estaba solo ahora, tirado en el suelo.
¿Qué era lo que le ocurría aquel muchacho? ¿Por qué me trato de esa manera?
Sin duda alguna mi presencia no le agrada, si lo incomodaba en esta casa era mejor no molestar. Me levanté viendo mi brazo, solo un pequeño raspón. Que más tarde se teñirá de morado por el golpe.

— Oh, Dios mío —escuché decir a unos pasos de mí. Alcé mi vista viendo a una mujer con ropa hermosa, un gorro adornado con plumas— Estas lastimado. Rápido ahora, tráiganme un botiquín.

Ordenó aplaudiendo, enseguida una de las mucamas salió por la puerta donde aparecí de la presentación en busca de la caja.

— No es nada —le dije a la Sra. para que evitara preocuparse— Estoy bien.

— No, cariño. Esto debe ser desinfectado —el botiquín llegó y rápidamente sacó una venda y alcohol— No te preocupes que no te dolerá.

— Tsk —me quejé al sentir el algodón con la sustancia, me ardía la herida aún siendo pequeña.

— Aguanta —dijo cuando sentí su aliento chocar con mi brazo. Soplaba para que no sintiera el dolor— Supongo que conociste a tu hermano, ¿cierto?

— S-si —suponía bien. Si supiera que esto me lo ocasionó él— Gracias por recibirme en su casa Sra. —agradecí sonriéndole.

— Eres bienvenido. Desde hoy eres parte de la familia, cuando estés preparado puedes llamarme mamá —colocó una curita en mi brazo para tapar la herida. Le tomé las manos y le agradecí lo amable que estaba siendo, sin duda alguna podría encariñarme con esta gran mujer— Ven, que debes conocer donde dormirás. Vamos a tu habitación.

— ¿Mi habitación? —pregunté alzando una ceja.

— Si. La que compartirás con HanGeng, tu hermano —y la piel se me hizo de gallina al escuchar la noticia.

POV HanGeng

Me tomé todo el líquido que contenía el vaso, intentando relajarme a medida que mis pasos se volvían más rápido, de repente tuve que detenerme ya que mi padre estaba allí parado, sonriéndome feliz.

— HanGeng ¿A dónde te dirigías? —me preguntó caminando a paso lento.

—Mi habitación ¿Porqué padre? —le pregunté cortésmente, dándole mi mejor sonrisa.

—Ah... Porque me olvidé de decirte. Verás —sus pasos se detuvieron y los míos con los de él. Suspiró—… RyeoWook ha pasado por mucho, y no me gustaría ni a mi ni a tu madre dejarlo durmiendo solo así que... Hemos puesto en tu cuarto... —no lo deje terminar que salí corriendo a mi habitación antes de que cualquier inquilino pudiese llegar a ella. Vi ya instaladas las dos camas asique cerré detrás de mi la puerta.

Claro, no me malentiendan, en el poco tiempo que llevaba con conocimiento de saber que viviría con el Intruso, por lógica sabía donde iba a parar a dormir.

Pero eso no era lo que me molestaba, podría dormir al lado de mi cama cualquier persona, absolutamente cualquier persona, la odie o la ame... Pero si había algo que me molestase, era que viese todas mis pertenencias.

Empecé como un loco a moverme de acá para allá escondiendo fotos, carteles, todo lo que pude hasta que se abrió la puerta y vi a mi madre tan elegante como siempre parada justo al lado de él.
Improvisé una sonrisa en mi rostro y fui a abrazar a mi mamá, intentando encontrar en ella algo del consuelo que necesitaba.

— Pensé que no llegarías a comer —le dije, mientras me soltaba y me sonreía muy cálidamente.

— Hoy es una excepción; no podía faltar ahora que tienes nuevo hermano. Oh... —dijo observando mi cuarto— veo que tienes todo ordenado.

— Seguro las mucamas —le dije dándome vuelta, y pateando algunas cosas que sobresalían por debajo de la cama, para luego sonreírle tiernamente.

— Bueno, los dejo solos para que se conozcan. Ah, HanGeng, a la cama nueva le faltan algunos tornillos asique es peligroso que Wookie...— hizo una pausa y miro al aludido para dedicarle una de sus mas tiernas sonrisas, que solo me dedicaba a mi—... duerma en ella; asique podrías esta noche...

No la deje terminar que asentí con la cabeza. Ella besó mi frente y luego la de él antes de retirarse, dejándonos nuevamente solos.

El silencio llenó la habitación, y me limité tan solo a ignorar al intruso, como si realmente no estuviese ahí. Abrí mi armario y saqué un pantalón de jean gris junto con una camisa y mis pantuflas, y allí mismo comencé a cambiarme.

"El no esta ahí, no está."
Me dije, para espantar a la vergüenza que amenazaba con pararme.

POV RyeoWook

Aquella mujer -que ahora sería como una madre para mí- me guío amablemente dándome un pequeño tour por la casa. ¿Casa? Era una mansión para mí. Ni siquiera el orfanato donde llegue -cuando supe la notica de mis padres- era demasiado grande como el campus de aquí.

— Y por aquí está tu habitación —me dijo apuntándome a una gran puerta elegante.

Le seguí el paso entrando al cuarto. Parecía un salón de clases, es más hasta más grande lo veía. Con mis dedos jugando observé como HanGeng saludó a su madre cariñosamente y ella antes de irse nos informó donde dormiría hoy.

>> ¿En su... su cama? <<

Rápidamente me imaginé acostado sobre la cama amarrado, con una soga. HanGeng me soltó para ordenarme acomodar su habitación, alabarlo y hasta hacer su tarea.

Si esa era solo una idea de mi mente inocente, no podría saber lo que me esperaría en el futuro de esta casa. ¿Futuro? ¿Qué futuro... si esta noche?

El silencio invadió el lugar y lo vi dirigirse a su armario para tomar un pantalón. Ignorándome comenzó a bajarse el cierre, tragué duro. Seguro esperaba privacidad.

— Disculpa —le dije aclarando mi garganta— Saldré la habitación para que te cambies.

Me sonrojé al notar como desvió nuestra unión de miradas. Caminé hacia la puerta y salí por ella, quedándome frente a ella con la respiración agitada. ¿Por qué sentía que me faltaba el aire?

Mi mano en mi pecho se dió cuenta de los rápidos y constantes latidos de mi corazón. ¿Por qué era aquello?


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