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Gaze of Love por Kiiyomi

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POV HanGeng

¿En un...orfanato? pensé para mis adentros. Era la primera vez que me cuestionaba la llegada del Intruso a la casa; desde el comienzo fue como si alguien lo hubiese puesto allí y ya, o como si hubiese sido un hermano desde siempre. Por más que lo trataba mal siempre supe, muy dentro de mí, que en el momento en el cual pisó la casa ya era parte de la familia y que, solo por eso, debía apreciarlo.
Pero todo el odio y los celos no me habían dejado ver nada de nada, incluso lo que estaba frente a mis ojos: ¿Qué otra explicación lógica había para que, un chico de 17 años, sea adoptado por una familia adinerada?

Ese era otro punto en el cual pensar, mis padres nunca habían adoptado a alguien por temor a que fuese un pequeño demonio, entonces, ¿Qué hacia a RyeoWook diferente a todo el resto?
Recordé entonces las palabras de ZhouMi a la mañana en su despacho "averigua más de el..." era algo que debía tomarme en serio, durante el próximo tiempo iba a concentrarme en descubrir todo acerca del enano.

De repente vi como se llevaba un poco del mantel, arrastrando algunos cubiertos con el. Me agaché para tomar el más cercano a mi y mi mano, inevitablemente, rozó con la mano contraria; el sentimiento de una mano sobre mi pecho volvió. Era de aquella noche en la cual había bebido y él, me había negado que en la noche hubiera vuelto.

— ¿Qué es ese olor que invade mi naricita? —alcé la vista y me encontré con DongHae que ya estaba esperando sentado a que la comida estuviese lista, y a ZhouMi inhalando todo el aire posible de la habitación — Oh ~ —dijo el mayor al llegar a las ollas— ¿Tú lo hiciste? — El menor simplemente asintió con un leve sonrojo en sus mejillas— Esto supera... no se... ¿En un millón? a tu arroz frito Hannie —se dirigió a la mesa y se sentó al lado de DongHae.

— Te ayudo —le dije a RyeoWook mientras agarraba las ollas y vertía su contenido en un recipiente de tamaño considerable para llevarlo a la mesa y que cada uno se sirviese lo que quisiese. Oh Dios, era realmente abundante todo aquello y el olor era extremadamente embriagador.
Estaba tan distraído con su comida que había olvidado completamente el arroz frito, y fue el enano quien lo trajo a la mesa.

— Gracias por la comida ~ —dijimos los cuatro al unísono para sumergir los palillos en la comida. Ni bien me llevé un bocado a la boca pude sentir como todos los sabores explotaban y como si estuviesen automatizados, bajaban por mi garganta produciendo una explosión aún mayor en mi muy hambriento estómago. No pude con esa hermosa sensación asique apoyé mi cabeza en la mesa y me concentré en recordarlo

— Es... magnifico... ¡Debo besarte! —dijo ZhouMi, y mi cabeza se levantó de donde estaba para mirar asombrado como el mayor se levantaba, se encaminaba a RyeoWook y, tomándole una mejilla, besaba la otra con mucho cariño— Si alguna vez necesitas trabajo ven a China... HanGeng que envidia, comerás esto por siempre... —se volvió a sentar llevándose los platillos a la boca una y otra vez. Yo miré primero el plato del Enano.

— Es muy poco para ti —le dije tranquilamente y con una media sonrisa, mientras llenaba un poco más su plato y luego, me predispuse a comer yo.

POV RyeoWook

Estaba tan feliz de ver como comían los platillos que había preparado. El que sonrieran de esa manera tras cada bocado me satisfacía, era este sentimiento -que ahora me llenaba- por el cual me encantaba tan cocinar.

El halago de ZhouMi y su pequeño gesto en su mejilla provocó que me sonrojaran. Era la primera vez que me reconocían por mi talento. Me sentía orgulloso. El que me propusiera trabajo en un futuro no muy lejano fue impresionante. Sin duda alguna puedo pensarlo... más adelante.

— Es muy poco para ti —HanGeng de repente se levantó de su silla y me sirvió otro cucharon a mi plato.

Aunque no se me apetecía mucho haría el intento por comerlo. Sin embargo, fijé mi vista hacia un plato en especial. Deseaba aquello. El plato que hasta ahora nadie se había servido, lo deseaba.
Rápidamente comí un poco del mío y lo llevé a la cocina, tomando otro plato. Sirviendo en el, el arroz frito. Sentí las miradas de los demás sobre mí.

— ¿Qué? —pregunté.

Volvieron su vista a su plato negando.

Continué con lo mío. Una, dos, tres cucharadas y sucesivamente las llevaba a mi boca saboreando el platillo. Estaba delicioso, el que lo hiciera él me hacía más feliz aún. Sonreía y mis mejillas se teñían con cada bocado que daba.

POV HanGeng

Vi como el Enano se levantaba de la mesa luego de haber comido un poco y sonreí satisfecho: se iba a servir más; sin embargo no pude evitar mi sorpresa al ver que se servía de mi muy miserable arroz frito.

— ¿Qué le haz puesto al arroz? —dijo de repente DongHae mirando al Intruso, hice lo mismo y vi como sus mejillas se teñían más y más de un color rosado.

— ¿Estas bien? Si no te gusta puedes dejar de comerlo... —le dije mientras sus mejillas se volvían algo rojizas, había captado la atención de todos, incluyendo la mía.

— Esta... Delicioso —dijo tímidamente volviendo a llevarse la boca con mi arroz. El Enano no estaba muy lejos mí y yo seguía preocupado por la temperatura de su cuerpo. Decidí no quedarme con la duda y le besé la frente: esta a temperatura ambiente.

— No, no tienes fiebre... ¿Por qué tus mejillas siguen tornándose rojizas? —le pregunte incrédulo, mientras enfrente nuestro ZhouMi y DongHae se reían.

— Enserio HanGeng, ¿De qué planeta eres? — me preguntó el mayor yéndose a servir un poco de arroz, le pasé mi plato para que también me sirviera un poco.

— Sí, lo se, lo se, no soy nadie normal —apoyé mi cabeza en mi mano y ZhouMi volvió con mi plato bien cargado de arroz frito— Gracias— le sonreí.

El resto de la cena transcurrió en paz y en silencio, ya que en lo único que todos se habían concentrado era en comer la deliciosa comida que el Enano había preparado para todos. Prácticamente limpia quedó la olla donde antes había estado la cena.

— Muchas gracias —dijo el mayor, luego DongHae y yo también agradecimos.

— Tendrán que lavar los platos ustedes —sentenció el mayor

— Ayúdenos a levantar la mesa por lo menos —me quejé, ellos asintieron y en cuestión de minutos ya estaban todos los platos en el lavamanos. Yo me arremangué y comencé a lavar los platos con mucho cuidado, es que en mis manos, absolutamente todo podía romperse.

— ¿Me pasas las ollas? —le pedí con las manos mojadas, el me hizo caso y yo le sonreí amablemente— Gracias — luego les puse detergente y comencé a fregarlas para que se le saliera toda la grasa y la mugre, mientras él me miraba. Me llevó cinco minutos terminar de lavar todo y cuando terminé lo miré satisfecho.

— Vamos a ponernos el pijama —acto seguido, tomé su mano para asegurarme de que me seguía y subí los escalones para entrar a mi habitación, pero no estaban allí. Seguí caminando con el de la mano hasta llegar a u habitación: nada.

— ¡Gentleman Mimi! ¿¡Donde estas?! —grité al aire.

— ¡Estoy por todos lados Hannie ~! —me dijo su voz a mis espaldas, le sonreí a RyeoWook y entré a la habitación.

Estaba todo cubierto por colchones, sábanas y peluches. En la semi-oscuridad de la habitación divisé dos pijamas y supuse que eran para el Enano y para mí.
Tomé una y le lance otra a RyeoWook para adentrarme en el baño y cambiarme, pero al mirarme el espejo me descubrí realmente diferente: las ojeras seguían ahí, mi piel estaba pálida como siempre... Sin embargo, tenía una sonrisa que no era fingida.

"Repasemos..." me dije "Esta última semana, ¿Qué pudo haberme hecho tan feliz? Mi novia terminó conmigo luego de dos años, la vi besándose con alguien a quien ya, definitivamente, no odio. Esta personita me confeso que gustaba de mi, y para colmo, es hombre... ¡Es hombre! ¿Qué hay de feliz en eso?"

Volví a examinar mi rostro y comencé a pensar en la Personita...Asique... ¿Un nuevo apodo? Merecía la pena si iba a darle una oportunidad, aunque aún así pensaba usar todos los apodos anteriores, ahora sería con una mínima pizca de cariño. Sí, ya. Eso solo.

Debo reconocer que ZhouMi siempre sabía arreglarme. Desde que él había llegado y yo me podía desahogar con alguien que realmente me conociese -y no me trajese alcohol para curar todo- todo se había facilitado para mí, incluso había comenzado a dormir un poco más. Yo soy como un robot: no se controlar mis sentimientos, ni mis impulsos. Siempre intenté no hacerle daño al resto, pero siempre me salía mal. Llevado por mis impulsos, o, en el caso del enano, por mi odio.
Salí del baño con la misma sonrisa que había encontrado allí momentos antes.

— ¿Qué hacemos ahora? —pregunté ya con mi pijama puesto... bueno, no sabía si era mío. A decir verdad, era bastante amplio.

POV RyeoWook

¿Fiebre?
Sentí los suaves labios de HanGeng sobre mí frente y mi cuerpo se tensó. Mi palpitar aumentó y mi respiración se veía entrecortada.
¿¡Tenía que haber hecho eso para comprobar si tenía fiebre!?
No lo veía necesario. Simplemente aquel acto me hacia volar hasta el espacio y caer sobre un agujero negro -literalmente- por ver el punto de viste de él.

Aunque la cena haya transcurrido rápidamente y no haya escuchado nada de lo que conversaban estaba demasiado feliz en todo el día. No podría haber pedido algo tan especial como esto en mi cumpleaños. El Señor estaba siendo muy, muy amable conmigo.

Lavamos los platos, ollas y todo lo restante en la cocina para luego adentrarnos en la habitación. El que nuevamente me tomara la mano me confundía aún mas. ¿Es que mi confesión no le fue importante para él? ¿Por ello actúa normal? Podía formular mil preguntas respecto a ello, pero por más que buscara en mi interior ninguna tenía una respuesta.

Algo llegó a mi rostro sacándome de mis ensueños, me vestí el pijama todo distraído aún pensando y al notar lo que luego llevaba puesto parecía de un niño pequeño. Color celeste bebé con unos tiernos ositos.
Me encantaba.

— ¿Qué hacemos ahora? —preguntó HanGeng saliendo del baño con un pijama de talla grande y color azul zafiro que lo hacía ver muy masculino.

Atractivo debo añadir.

— ¡Juguemos verdad o reto! —DongHae emocionado tomó una almohada y en ella se sentó en el suelo esperándonos.

— Conozco el juego —ZhouMi agregó cruzando sus piernas y sentándose a su lado— Sólo que hace muchas décadas que no lo juego —ironizó.

— ¿Tan viejo estás? —pregunté inocente tomando un peluche que había encontrado en la cama y colocándolo en mis brazos.

— Claro que no —infló sus mejillas ofendido— Como sea, Hannie siéntate.

— No me gusta ese juego —protestaste cruzando tus brazos. Y girando el rostro.

¿Tan malo era?

Las burlas por partes de ambos no se hicieron esperar. Susurros de que te acobardabas, que le tenías miedo al juego, retos, desafíos, confesiones.... ¿¡Confesiones!?
Temí por mi seguridad, tanto mental como sentimental.

— ¿De qué va el juego? —pero aunque sintiera un poco de temor, la curiosidad me ganaba.

— Oh, es simple Wookie —comenzó DongHae colocando su mano sobre su mentón. Fingiendo ser un experto, sus expresiones me delataban que quería fanfarronear— Eliges entre reto o desafio. Y cuando la botella gire, al que le toque el pico te mandará a realizar un desafío o te preguntará algunos de tus secretos.

— Oh, entiendo —secretos. Tenía muchos de ellos, mire a HanGeng que tras las molestias de ZhouMi ya se había sentado en el suelo— Pero.. ¿Como sabes si uno no mentira?

— ¿Estás diciendo que eres mentiroso Wookie? —rápidamente negué ante el comentario del mayor de todos— Sencillo, hacemos un juramento. Los hombres cumplen con su palabra, ¿cierto?

Tragué duro abrazando el peluche en mi pecho. Asintiendo al tener que confesar algo que tal vez alguien ya lo sabía y lo había olvidado.


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