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Gaze of Love por Kiiyomi

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Notas del capitulo:

Hola~!

Chicas... tenemos para largo con el fic, ¿podrán leer todos los capi's? *-*

Espero que sí, aki les dejo la conti :3

POV Hangeng

Las horas pasaron sobre la silenciosa sala hasta que claro, algo tenía que irrumpir. Mi celular sonó rompiendo brutalmente el silencio de ultratumba del lugar.

— Apágalo ahora —me dijo fríamente mientras seguía con su vista leyendo el libro que se había comprado en china hacía unos días. Asentí con la cabeza y sin mirar el mensaje lo puse en vibrador.

Un rato después volvió a llegar un mensaje pero esta vez estaba en vibrador y justo en ese momento me encontraba acariciando al gato -que aún no me decidía porque nombre ponerle- que había estado ronroneando asique disimuló bastante el sonido. Me digné a leer los benditos mensajes que habían robado el silencio y me enfurecí de tan solo leer el nombre de la persona que lo enviaba.
El primer mensaje era normal pero el segundo se mostraba preocupado por mi ánimo.

"Quisiera verte en una situación así Usurpador"
Pensé para mi mientras escribía.

— ¿Que haces? —me preguntó apartando a regañadientes la mirada del libro.

— Le sacaba una foto al gato —respondí cambiando a modo cámara y haciendo lo que dije que hacía.

— Quédate quieto, la basura no se mueve sola... —y luego volvió a su libro.

Apenas y si me permitía respirar estando en su presencia; asique con cuidado envié el mensaje con cortas palabras y la bendita foto del gatito y lo apagué.

Nuevamente el silencio absoluto reinó en la sala, solo podía escuchar como ella cambiaba una y otra vez las hojas o como de vez en cuando me ordenaba que hiciera esto o aquello, sin olvidar sus bromas de mal gusto.

El silencio fue interrumpido otra vez, pero esta vez no fueron ni hojas ni celulares ni órdenes, sino que mi mamá entró por la puerta de entrada. Quería salir corriendo instantáneamente, pero hasta que mi tía no se levantó yo no me digné a hacerlo.

Sus miradas llenas de filo se encontraron en el salón, creando un ambiente no muy agradable.

— Le avisaré a los señores que la comida estará lista —dijo una mucama mientras se dirigía a la oficina de mi padre.

Yo salí con el gato en brazos y mi madre lo miró y sonrió.

— Es muy bonito Hannie, ¿De dónde es? —preguntó mientras se acercaba a tocarlo.

— De la basura —contesto rápidamente mi tía—… para una basura... Aunque... debería haber traído dos, ¿No creen? — el gato maulló fuerte al sentir la presión que ejercía sobre su fino cuerpo.

Mi mamá como siempre se limitó a sonreír y se dirigió a la mesa sentándose luego de mi tía. Después de unos instantes se unieron mi papá y mi tío.

— Hannie, ve a lavarte las manos —me dijo mi mamá yo solté al gato e hice caso. Con suerte, el sufrimiento no duraría más de una hora más. Solo una hora... solo una y sería completamente feliz.

Me miré al espejo y sentí que me iba a caer. No, no debía relajarme ahora, a pesar de todo mi cansancio debía esforzarme un poco más, solo un poco más y podría sentir el colchón bajo mi cuerpo.
Volví a poner mi sonrisa sobre mi rostro y me dirigí a la sala a comenzar la cena, mientras veía como el pequeñín me seguía a todos lados. Realmente me acostumbraría rápido a el.

POV RyeoWook

— DongHae, vámonos ya  —le pedí cansado. Mis pies me dolían de tanto caminar.

— Pero aún no hemos subido a los juegos —se quejó inflando sus mejillas.

—  Pues claro, hemos recorrido casi todo el parque de diversiones y tu estabas indeciso por no saber a donde subir —le expliqué caminando hacia un banco cercano— vámonos, ¿si?

— Esta bien.

Caminamos hacia la salida para espera que el vehículo llegara a recogernos. Apenas habíamos estado cuarenta y cinco minutos allí, y parecían como si hubieran sido más de dos horas. Subimos al auto y unos minutos después llegamos a su casa.

En el camino habíamos decidido en ir a jugar videojuegos, el juego favorito de él. Y bueno sería bueno probar algo nuevo, ¿no? Pues nunca había visto uno cerca, mi padre no me dejaba jugar con ellos. No quería que me perdiese del buen estudio.

Comenzamos con un pequeño juego de futbol. Debo decir que apenas pasó unos diez minutos y había perdido. Siguiente juego, peleas. Oh, vamos. ¿Como podría hacerlo cuando ni siquiera peleaba en la realidad?
DongHae era un experto, seguro allí perdía el tiempo en vez de hacer las tareas. Mi padre tenía razón, con los juegos uno se olvida de todo sus deberes.

— Tomemos un descanso —me dijo poniendo en pause el juego- Iré por unos bocadillos a la cocina.

Asentí mientras lo veía partir por la puerta de su habitación. Estaba experimentando cosas nuevas, viviendo plenamente. Divirtiéndome, algo que no sabía hacer. Y sobre todo, conocer a las personas de mi alrededor.

Antes ni siquiera tenía amigos. Y ahora DongHae era uno de ellos, el mejor debo decir. Cabe también resaltar que mi nueva familia también eran amigos, aunque algunos me negaron que lo fueran. Como HanGeng.

— Aush~! —apenas dije su nombre sentí un pequeño dolor en mi estómago.

¿Esto era un presentimiento? ¿El mismo que tuve antes de que ocurriese el accidente de mis padres?
Oh, no. Si me había dolido al pensar en HanGeng solo significaba una cosa. Algo estaba mal con él.

— Aquí están.... —apenas vi a DongHae en la puerta lo tomé del brazo dejando que tumbara los vasos al suelo— ¿Qué pasa Wookie? —me pregunto al salir corriendo hacia la salida.

— DongHae por favor dile al chofer que me lleve a mi casa —su rostro estaba sorprendido— Por favor, tengo un mal presentimiento. DongHae~... —supliqué, estaba preocupado tanto que mis ojos se comenzaron a cristalizar.

— ¡Peter! —el chofer salió del auto al instante— Lleve a RyeoWook a su casa por favor, lo más rápido que puedas.

— Si, Joven.

El muchacho vestido de negro me abrió la puerta y rápidamente entre a ella. Tenía que apresurarme.
Mis manos temblaban y mis labios estaban secos.

~*~


— ¿Donde están mis tíos? —pregunté al abrir la puerta y entrar corriendo a la mansión— ¿Donde está HanGeng?

— Los Señores no están joven —me respondió la más pequeña, una mucama. Subía las gradas rápidamente, estaba muy nervioso— Pero el joven HanGeng está en su habitación.

Corrí lo más rápido que pude hacia la habitación que habíamos compartido casi por una semana. Encontrándome, al abrir la puerta, a mi primo en el suelo. Corría hacia el tomando entre mis brazos para luego gritar por ayuda.

— Tiene fiebre —dije al tocar su frente y notar que estaba sudando— Rápido tráeme uno paño y agua. Ah, y también muchas cobijas. ¡Ahora!

La muchacha salió corriendo rápidamente mientras tomaba a HanGeng entre mis brazos intentado levantarlo. Pesaba mucho, pero debía hacer un esfuerzo. Con más que paciencia y fuerza lo llevé a la cama acostándolo allí.

Le quité los zapatos y aquella vestimenta elegante que llevaba. Estaba sudando demasiado. Corriendo entro la muchacha con lo que le pedí dejándolo a lado de la cama, a dispersión de mi mano. Es ahí cuando me acordé de algo importante -lo que mi mama usaba cuando estaba con fiebre-, mandé suavemente a la mucama pero esta vez por alcohol.

Sus dientes rechinaban de frío y le coloqué todas las cobijas que me habían traído. Mojé el paño y lo coloque sobre su frente. ¿Por que había pescado un resfriado?

— Joven aquí tiene —me entregó el frasco— ¿quiere que lo ayude?

— Llama a mis tíos para avisarles, pero rápido —la chica desapareció de la habitación dejando ambos solos.

Dejé el paño mojado en su frente mientras levanté las sábanas para que pudiera subirle su camiseta hasta arriba. Coloqué un poco que alcohol en mi mano y cuando quise ponerlo en su pecho su mano me detuvo.

— ¿Estás despierto?

— ¿Qué... crees que... haces in-intruso? —apenas podía hablar. Estaba muy débil.

— Curándote —intenté nuevamente y otra vez me impidió hacerlo— Hazme caso ahora HanGeng estás con mucha fiebre déjame curarte, ¿si? —el mayor le negó la cabeza mirándole— No importa, igual lo haré.

Estaba decidido ha hacerlo si quisiera o no quisiera que lo curara. Quite su mano para colocar el líquido en su pecho frotándolo, esto le ayudaría a bajar su fiebre. El mayor solo se calló viéndole mientras lo hacía, finalmente le estaba dejando que lo ayudara.

POV HanGeng

El resto de la cena había transcurrido muy tranquilamente -demasiado para mi gusto- y sabía que tarde o temprano algo tenía que salir mal. No vi cuando ni como a causa de que Ella me había pedido ir a buscar algo, pero cuando volví e intenté probar mi plato de comida descubrí que estaba raro, tenia gusto a jengibre más que a ramen.

Mi tía sabía perfectamente que había dos comidas que no podía tolerar y una de ellas era el jengibre.

Comí solo por orgulloso y mientras comía sentía como todo mi estómago y mi intestino ardía en llamas; sabía perfectamente que era lo que me esperaba luego de media hora de haberlo comido pero mi orgullo era más fuerte y no me permitiría flaquear en esos momentos.

Vi su sonrisa de satisfacción al salir de la puerta acompañada por mi tío y mis padres -al parecer la comida de mi casa no había llegado a satisfacer a su paladar; por su puesto que solo era una cuartada para dejarme solo- y en cuanto se fueron no pensé dos veces y subí la escalera hacia mi habitación.

Supuse que era media hora porque no supe en que cantidad le había puesto, pero ni bien pisé mi cuarto sentí como me mareaba y caía al piso. No logré alcanzar mi cama por más que lo intenté y todo de repente se volvió borroso... Y luego... Negro.

~*~

No se cuánto tiempo fue el que me quedé en el suelo pero pude sentir casi a la perfección como alguien me levantaba y me conducía a mi cama, me sacaba los zapatos, daba ordenes y...
Que delicioso fue sentir el paño sobre mi frente, a pesar de los constantes temblores en mi cuerpo y el castañeo de mis dientes el paño se sentía lindo.

Sentí como mi camisa subía e instantáneamente detuve la mano que quería atreverse a tocar mi pecho cuando me percaté a quien le pertenecía esa mano.

— ¿Qué... crees que... haces in-intruso?  —le dije con mi poca fuerza.
No podía hablar ni sentir prácticamente nada a mí alrededor pero me dieron ganas de decirle que se fuera y no regresara hasta mañana; mi tía podía volver en cualquier momento junto con mis padres y no quería volver a verlo llorar de esa forma en la cual me sentía identificado.

Lo que sea que haya puesto en mi pecho me calmó bastante, aunque todavía sentía como mi intestino se retorcía torno a mi estómago dentro de mi. Preso de las muchas noches sin dormir, las bajas defensas y ahora el jengibre, sentí como mis ojos se cerraban.

No quería dormirme porque aun por mi tía debía mantenerme en pie si me veía en esas condiciones... La haría feliz. No quería hacerla feliz. De repente sentí como algo peladito se instalaba cerca de mi cuello y aún con los ojos cerrados -pero la mente muy bien abierta- sonreí dulcemente olvidándome de todo lo que podría llegar a pasar después de eso.

POV RyeoWook

Tras haberlo curado me mantuve a su lado sentado en una silla. Mis tíos habían llegado minutos más tarde, asustado por su hijo. Con ellos venía un doctor y tras haber sido analizado mis tíos salieron con él para saber de su estado, quedándome yo en su habitación. Esperaría hasta que supiera que su estado está mejor.
Sé que cuando lo haga, separa mi mano que ahora mantiene la suya. Estaba preocupado y no podría haber evitado hablar así. Le miré mientras dormía con aquellas cobijas encima, la fiebre le estaba bajando pero por sus cejas fruncidas pienso que aún sigue mal.

— ¡Quiero saber inmediatamente quien fue el responsable de la comida! —pude escuchar gritos desde afuera.

Me levanté de la silla metiendo la cálida mano de mi primo bajo las cobijas. Verlo así, durmiendo y callado se venía la imagen de una ángel amable y hermoso. Sin tan solo no tuviera esa personalidad, ni me odiara lo podría querer demasiado para apoyarme en él.

Los gritos se hicieron en el pasillo continuaron y con mucha cautela caminé hacia la puerta. Mi tío hablaba seriamente con el chef de la casa, este tenía su cabeza agacha y suplicaba por no ser despedido. Seguí escuchando lo que pasaba allí, mi tía preguntaba una y otra si la comida no tenía algún ingrediente del que HanGeng era alérgico, el joven nuevamente negó mientras suplicaba.

— Esta bien, vete que no quiero verte ahora —se notaba que mi tío estaba muy molesto— Oh, Dios. HanGeng está delicado.

— ¿Cómo fue que el jengibre llegó al plato? —preguntó mi tía pensando cuando noté como sus cejas se fruncieron, estaba molesta— Tu hermana. Ella debe haber hecho algo, estoy segura.

Era una acusación demasiado delicada, pero ella decía una y otra vez que estaba segura. ¿Será aquello por lo que HanGeng dijo que si quería sobrevivir no viniera a casa? No lo sabía, quizás si pudiera saber quien fue el culpable... oh, si lo supiera, si lo tuviera en frente.

— Le haría pagar por ello —mascullé cerrando despacio la puerta— Si fue tu tía la que hizo esto, yo... —me senté en la silla tomando nuevamente su mano— prometo que esto no se quedará así.

Me quedé junto a él los siguientes minutos restantes, quizás horas. No lo sé. Solo pensaba en que HanGeng se recuperara y que pudiera averiguar al culpable de esto. No dejaría que se metan con mi nueva familia, no quiero perder a nadie más. HanGeng es importante para mí, es mi apoyo en esta casa.

— Eres... mi primo —bostecé cayendo rendido, apoyando mi cabeza en sus pies mientras todo se volvía negro. Había caído en un profundo sueño.


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