Itachi volvió a la cueva después de haberse despejado un poco, había salido a dar una pequeña caminata porque ese día, definitivamente, iba a decirle a Kisame lo que sentía por él. Ingreso a lo que era su “hogar”, los demás miembros estaban ocupados haciendo lo de siempre: nada.
Sasori y Deidara estaban muy cómodos tumbados en el sillón mirando televisión, no les dio importancia. Tobi estaba haciendo quien sabe que con muchas hojas de papel, tampoco le importaba. Kakuzu de seguro seguía con el líder discutiendo la falta de presupuesto, Zetsu nunca estaba y Konan estaba en la cocina. Sólo le faltaba ubicar a dos más.
-dónde está Kisame?- pregunto o mas bien ordenó que le respondieran.
-tu novio estaba con Hidan hace un rato- dijo Deidara asomando su rubia cabellera por el sillón.
-pregunte dónde está, no con quién...- recalcó sin nada de amabilidad.
-Itachi san- dijo Tobi dejando lo que estaba haciendo- está en la habitación de Hidan y Kakuzu sama desde hace un rato-
Al escuchar, eso el pelinegro simplemente se dirigió en la dirección que había sido señalada por el enmascarado. Iba a abrir la puerta cuando noto que la misma tenia seguro por dentro, eso lo irritó demasiado, no tenían nada que hacer solos y encerrados… tal vez Hidan estaba planeando sacrificarlo o peor hacerlo Jashinista.
Abrió la boca dispuesto a llamar al tiburón, pero sus labios se quedaron abiertos sin pronunciar palabra alguna en cuanto escuchó el diálogo de los otros. No era que tuviese celos o algo por el estilo, simplemente tenia curiosidad por saber de que hablaban esos dos.
-en serio, Hidan- la voz profunda de Kisame fue la primera en oírse- ya dejemos esto… de verdad ya no es divertido-
-no te hagas el idiota, sabes perfectamente que yo tengo razón-
Estaban discutiendo, no era como si se pudiese hacer otra cosa con Hidan. El albino decía negro cuando oía la palabra blanco y salado cuando se decía dulce. Verdaderamente el jashinista podía ser muy irritante, y lo era con todas las letras.
-no es cierto, pero no vas a cambiar de opinión- volvió a decir el azulado.
-claro que no. Porque es cierto, maldita sea!!!!- seguía discutiendo-sabes que la mía es más grande…-
No sabía si había escuchado bien, pero le parecía haber oído algo que no debía oír. Ya no había vuelta atrás necesitaba saber a que se referían esos dos y como era eso de que Hidan la tenia mas grande… qué tenía más grande?
-Hidan… no es cierto- dijo tranquilamente el tiburón- se ve que la mía es mucho mas grande, sácala y comparamos-
-de acuerdo, tendrás que tragarte tus palabras- dijo con superioridad.
Itachi seguía parado frente a la puerta, no tenia intención de irse de allí. Realmente estaba bastante shokeado al oír las palabras de esos dos, esperaba esa clase de cosas de Hidan… pero Kisame?
-… lo ves? Ja! Te dije que la mía es más grande…-
-… mierda, tienes razón…- se quejo el peli gris- pero no importa porque la tengo mucho mas larga y, además, puedo hacerla mas larga-
- pffffft no importa si es mas larga, eso no cambia que sea pequeña- dijo el tiburón con burla- es mejor tener una grande y potente que una larga pequeña.
-no importa el tamaño si no como lo usas, imbécil!!!!- los gritos de Hidan se oían hasta la sala.
Itachi suspiro, eran idiotas en serio… pero le hubiese gustado saber de que estaban hablando en realidad. Podía estar equivocado con respecto a lo que estaba oyendo, no creía que esos dos estuviesen hablando de sus mie…
-sabes… siempre tuve ganas de tocártela- dijo el oji lila con seducción- es enserio… no se lo digas a Kakuzu-
-de verdad?... así que te gustaría tenerla en las manos, no?- el mismo tono en Kisame hizo sonrojar al pelinegro.
-s…si-
Estaba cansado, una palabra más y tiraría la puerta abajo si era necesario. Estaba cansado de oír tonterías e imaginarse esas cosas. Estaba a punto de cumplir con esa idea cuando escuchó nuevamente la voz del religioso.
-Itachi… nunca te la tocó?- se quedó en silencio un momento- apuesto a que te lo pidió alguna vez… aunque tiene las manos pequeñas, de seguro no la hubiese podido tomar completa-
-no, no le interesa- rió levemente- aunque me excita bastante imaginarme que la tiene en las manos-
-te excita eso? Que fácil es excitarte entonces. Kakuzu a veces no me deja tocarla en unos dias… se queja de que estoy muy pendiente de ella-
Estaban hablando de él… Kisame pensaba que al moreno no le gustaría tomarla, estaba muy equivocado. Itachi también pensaba en tomarla, se imaginaba como seria y… después… el sonrojo del Uchiha fue inevitable.
-qué dices?- pregunto Hidan.
-qué digo de qué?-
-me dejas…tocarla? No me pongas esa cara!!!!- se tranquilizó- luego te dejo tocar la mía todo lo que te plazca-
-no lo se…-
-demoños, no te cuesta nada!!- empezó a gritar otra vez.
-esta bien- suspiro- pero solo una vez… - se escuchó el sonido de la tela despejarse- toda tuya-
-genial… wow… es casi orgásmico!!!!-
-no grites, Hidan- lo regaño el tiburón.
La respiración de Itachi se acelero y sus puños se cerraron. Kisame estaba haciendo con el imbécil de Hidan lo que debía hacer con él… no iba a perdonárselo a ninguno de los dos, a pesar de que quería hacer algo, su cuerpo no le respondía.
-es bastante pesado… apuesto a que choca contra tus piernas cuando caminas- comentó el albino.
-no, esta bien amarrado. Soy cuidadoso en ese tema-
- oye… es áspera…son escamas?... me dejas sujetarla con las dos manos?-
El pelinegro sintió la garganta seca, esos dos estaban pasándose de los límites. Esperaba la respuesta del azulado y fue la peor…
-claro… pero ten cuidado, podría lastimarte-
-no puedo sujetarla, mierda! Es demasiado incomodo...-
-tienes que agarrarla así- silencio- mejor yo te la pongo…- silencio- ábrelas más, Hidan. Como se supone que te la voy a poner si no las abres?-
-ya abrí, contento?-
-un poco más-
-por Jashin-sama!!!!! Eso duele!!!!- el moreno reaccionó- ya… sácala… esta bien que me guste el dolor, pero no exagero. Eres un malnacido, Kisame!!! Jashin-sama te castigará por esto!!!-
-eres un mocoso… déjame ver-
-no!!! Vete al infierno, te pasaste… me hizo sangrar… no me lo habías dicho…- se quejo el albino.
- es que tu estabas muy impaciente, la querías con tanta desesperación que me olvide de advertirte que terminarías así- risas del tiburón- mira nada más… no podrás caminar en una semana y eso que a penas fue un roce-
Ese fue el límite de la paciencia del Uchiha, de una sola patada a su mero estilo, abrió la puerta haciendo saltar la cerradura. Los otros dos estaban en la cama mirando aterrados su sharingan y rogando que el chico no hubiese pasado un mal día y estuviera a punto de desquitarse con ellos.
-que demoños hacen los dos en la…- no pudo decir “cama” cuando analizo la situación.
Kisame estaba sentado en el extremo inferior de la cama mientras el otro estaba en la cabecera, el pantalón de Hidan estaba rasgado cerca de la rodilla izquierda, las vendas de Samehada estaban tiradas en el suelo y la misma estaba junto a la cama. La hoz de Hidan estaba apoyada contra la pared y ambos estaban perfectamente vestidos como siempre, aunque no llevaban las capas.
Se relajo un poco y se puso aun mas serio para esperar la explicación del dúo de hombres. No pudo decir nada cuando oyó que alguien le hablaba.
-tendrás que pagar por la puerta, Itachi- era Kakuzu que ingresaba- Hidan… de nuevo estaban haciéndolo?-
-si, lo que pasa es que…- intentó explicarse.
-te lo he dicho miles de veces, tu guadaña es mejor que la espada de Kisame- suspiro- después de todo con ella haces los sacrificios para el inútil de tu dios-
-a que te refieres?- pregunto el moreno devolviendo sus ojos a su estado natural.
-veras, Hidan dice que su guadaña es mejor que Samehada y para poner fin a eso decidimos compararlas-
-así es, me importa una mierda si tu espada es mas grande o lo que sea. La mía es mucho mejor!!!!!- y se lanzo a reír como un demente.
-que te paso en la pierna?- pregunto el tesorero.
-ah eso, intenté tomar la espada y era tan pesada que se me cayo en la pierna- dijo avergonzado- si me cortaba no importaba, después de todo podías coserla-
-váyanse- dijo el mayor a los otros dos- yo te voy a enseñar a no cuidar tu cuerpo…es mío-
Los otros dos salieron rápidamente, en cuanto la puerta se cerró escucharon un grito del albino. Se miraron de frente durante algunos segundos.
-Itachi, por qué estabas molesto?-
-por nada- despejo el cabello de su rostro, que volvió a su lugar inmediatamente. Sonrió le daban ganas de hacer jugar a la mente del tiburón como lo había hecho la suya- Kisame…-
-dime…-
-me encanta Samehada, sin dudas es la mejor-
-lo se- dijo orgulloso.
-me encanta por que es- se acerco al oído del otro poniéndose en puntas de pies- enorme, dura y larga- cada palabra soplaba en el oído del otro- deberías dejarme tocarla un día de estos…-
-por que no hoy?- dijo torciendo una sonrisa.
-vamos a la habitación entonces… Kisame- y mordió ligeramente el lóbulo de su oreja.
Iba a decirle lo que sentía y después se encargaría de atender a “Samehada” hasta que Kisame quedara satisfecho.