El inicio del problema
Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto
Aparentemente, era un día normal, tan normal que hasta daba sospechas de que algo pasaría; quizá, por el simple hecho de estar todo completamente en calma, el cielo azul adornado con parciales nubes blancas como figuras de algodón, el sol destellante, el viento fresco ¿Algo podría salir mal? No, Naruto esperaba que no, al tiempo que se tambaleaba sobre sus talones una y otra vez, mirando con un poco de desespero hacia la puerta ubicada al fondo del pasillo donde actualmente se encontraba; mordió su labio inferior mientras sentía que el corazón latía conforme a las manecillas del reloj que se dejaban escuchar cada segundo gracias al abismal silencio que había entre las paredes de ese hospital y rogó a alguna entidad divina que todo saliera bien.
¡¿QUÉÉÉÉ?!
De inmediato reconoció la voz de Sasuke, algo muy malo debió haber pasado para el que moreno se atreviera a soltar tremendo grito, Naruto se asustó y tuvo un repentino impulso de ir hacia esa maldita puerta y abrirla de una buena vez, pero respiró hondo, le habían prohibido pasar.
Dentro de la sala, Tsunade apretaba con fuerza el transductor* que se mantenía en contacto con la piel de Sasuke, la cara de la mujer era de total asombro y un deje de curiosidad de dejaba ver a través de sus ojos castaños, inspeccionando al Uchiha de largo a largo. Éste estaba tendido sobre una camilla, ahora apoyado en sus antebrazos al recibir el impacto de la noticia. Su cara estaba entre el desconcierto, la duda, la ironía; sentía que en cualquier instante alguien saldría a decir ¡Sorpresa, esto es una broma, sonríe a la cámara! Pero por más que esperó, nada de eso pasó; su mirada se vislumbrada turbia, aunque solo estaba dirigida a la imagen que el transmisor* ofrecía. Volteó a ver a Sakura buscando en ella una muestra de apoyo o una pista que le dijera que todo eso era mentira, pero la chica se encontraba igual o peor que él, volvió su vista al monitor y por más que quiso, no le encontró forma a lo que allí se miraba, solamente veía una especie de sección cónica y dentro de ella una imagen de lo mas borrosa en blanco y negro. Arrugó aún mas su entrecejo, el frío que sentía en su abdomen gracias al gel no ayudaba mucho. No podía, no quería creer.
Estaba listo para lo que fuera, que le dijeran que tenía un órgano inflamado, que necesitaba un trasplante, que su vesícula estuviera dañada o su hígado desintegrándose; la idea de un tumor le pasó por la cabeza, incluso cáncer, pero eso, si que no se lo esperaba.
Tsunade apagó todo aparato que anteriormente usara, se quitó la bata blanca y le extendió a Sasuke una toalla para que limpiara su abdomen, éste lo hizo, se bajó la camiseta para cubrir lo que tenía expuesto de piel y volvió a mirar a la mujer.
- ¿Qué? - preguntó la rubia al sentirse acusada por la mirada que le enviaba el Uchiha.
- ¿Es...en serio? -
Tsunade rodó los ojos, ¿acaso ese chiquillo estaba insinuando que bromeba?
- ¿Crees que no tengo la suficiente seriedad Uchiha? Claro que tu diagnóstico es real -
Sasuke sintió que le faltaba el aire y una fuerte punzada surcó su pecho. A los ojos de la ninja médico, el chico no terminaba de asimilar su estado.
- Estás embarazado - aseveró la Godaime.
- ¿Cómo? - interrogó el moreno al sentirse terriblemente confundido.
- No lo sé, no fui yo la que estuvo follando -
El moreno se sintió ofendido, pero no replicó, le daban ganas de matar a esa vieja, pero si de algo estaba seguro, es que a partir de ahora la necesitaría. Giró su rostro para ver ahora a su compañera, Sakura parecía estar algo ¿decepcionada? Quizá, podría ser.
Embarazado pensó Pero ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?
De pronto su mente recobró lucidez, él sabía perfectamente cómo habían sucedido las cosas. Todo había empezado, hacía un par de meses atrás.
Ése día no había amanecido de muy buen humor, cosa que se le estaba haciendo costumbre; la noche anterior un rubio problema había ocupado la mayoría de sus pensamientos y eso realmente le tenía frustrado. Tomó una toalla y se encaminó al baño, tratando de "liberar" todo su cuerpo de la inquietante sensación que le producían ciertos "sueños" con cierta "persona"; salió directo a prepararse el desayuno dándose cuenta que no tenía mucho en la alacena. Iba al supermercado cuando se encontró con Naruto frente a la puerta de su casa.
Genial, la primera persona que veo en el día pensó con ironía mientras veía la sonrisa de su amigo ensancharse más de lo normal.
- ¿Qué quieres? - inquirió lo más neutral posible - sin lograr mucho éxito -
Naruto pestañeó luego le dedicó una mirada fulminante. - Al menos da los buenos días bastardo -
Sasuke se encogió de hombros, el Uzumaki ya debería estar acostumbrado a su carácter, ya llevaba casi el año en Konoha después de superar los traumas de su adolescencia.
- Ya ¿a qué viniste? - restándole importancia al asunto, cerró la puerta tras él y empezó a caminar a paso lento siendo seguido por el rubio.
- Verás Sasuke, hoy en la noche es la despedida de soltero de Neji y quería preguntarte si irías -
Sasuke alzó una ceja ¿Neji? Ni siquiera sabía que estaba comprometido.
- Mi presencia no fue requerida dobe - habló con cierto resentimiento ¿a caso le importaba lo que los demás pensaran de él? Quizá no, pero tampoco era gratificante sentirse excluido.
Naruto rodó los ojos Ahí va otra vez.
- No seas tonto, no es nada formal, todo fue idea de Lee, nos pusimos de acuerdo hace un par de días y los muchachos me dijeron que te invitara, sabes que eres bienvenido baka -
Sasuke sonrió de manera imperceptible, quizá y se animaba a ir; solo esperaba que no hubiera mujeres bailando con poca ropa, como aquellas "zorras" que se le habían restregado a Naruto una vez que se les ocurrió ir a un bar de mala muerte; ¿Por qué había ido? Porque no confiaba en que el rubio pudiese cuidarse solo en esos lugares.
- ¿Quién es? - preguntó Sasuke sin dejar de recordar tal escena.
- Hinata - respondió Naruto entendiendo perfectamente a lo que se refería el Uchiha - es la heredera legítima del clan, pero Hiashi confía plenamente en Neji para que le acompañe a llevar las riendas cuando él no esté; además, ellos dos parecen estar muy de acuerdo -
El rubio tenía razón Neji hacía alrededor de seis años que desarrolló un afecto especial por su prima, y ésta al ver que sus sentimientos por Naruto eran influenciados por una gran admiración hacia el rubio, se dio cuenta que tenía el amor más cerca de lo que creía. No se opuso cuando el clan Hyuuga acordó el compromiso con su primo, le quería y además era lo mejor para el clan y para preservar la línea sucesoria.
- Debe ser bonito ¿no crees? -
- ¿Qué cosa dobe? -
- Pues, casarse, formar una familia, tu sabes -
Naruto sonrió con un deje de tristeza y Sasuke se percató de ello inmediatamente; sabiendo de antemano la razón, de pronto, un pequeño dolor se apoderó de su pecho.
- ¿Iremos entonces? - pregunto el Uzumaki refiriéndose a la despedida de Neji.
- ¿Por qué no vas con Sakura? - Al instante Sasuke se arrepintió de haber soltado eso a la ligera, su voz debió haber sonado con todo el resentimiento posible. Espero a que el rubio protestara, pero en cambio solo escuchó un leve suspiro.
- Ya me hice a la idea, Sakura-chan nunca me verá como yo a ella - entonces el pecho de Sasuke volvió a doler, porque él estaba pasando por lo mismo que Naruto describía - Además, solo irán hombres teme -
- Está bien, pasas por mi - derrotado Sasuke aceptó la invitación, a final de cuentas, siempre terminaba haciendo lo que Naruto le pedía.
- Teme - masculló el rubio entre dientes - es más fácil a que tú pases por mi; de otra forma tendría que ir a tu casa, luego regresarme -
- Como sea - dijo finalmente, para seguir con sus labores cotidianas.
Generalmente los días para Sasuke eran aburridos; no estaba en calidad de ninja en la ladea, solo podía entrenar dentro del dojo de la mansión Uchiha y cuando Naruto se iba de misión; sobraba decir que se la pasaba en solitario. ¿Por qué había regresado a su aldea natal? A estas alturas para Sasuke sería muy hipócrita negar que había sido por el cabeza hueca de su amigo...Naruto, era su única razón para quedarse allí y ¿qué más da? Para seguir viviendo, no tenía familia, en cambio, un historial bastante revelador, no tenía aspiraciones como shinobi, todo su mundo se reducía a una sola persona.
¡Qué patético! Pensó al concluir que su vida dependía de otra.
Se arregló por enésima vez el cabello frente al espejo, eran alrededor de las seis y media de la tarde; comprobó una vez más su imagen perfecta, sus piernas eran cubiertas por un casual pantalón negro que coordinaba a la perfección con su calzado del mismo color y la camisa que había decido ese día contrastaba perfectamente con su piel, el azul oscuro lograba que el nácar de su pecho y cuello resaltara para dirigir la mirada a su atractivo rostro. Decidido a que no estaba mostrando mucho, debido a que la prenda superior era de manga larga, tomó los dos primeros botones para dejar algo al descubierto. Se miró al espejo, realmente lucía bastante bien, tomó un poco de colonia y presionó un par de veces el atomizador. Suspiró ¿Para qué se empeñaba en verse perfecto? Era lógico que ninguna mujer pasaba por su cabeza mientras se arreglaba, inconscientemente el rubio estaba presente en sus pensamientos ¿A caso quería que Naruto le viera apuesto? Si lo lograba, nunca sería con el efecto deseado. Naruto era heterosexual y jamás se fijaría en él de esa forma, a menos, claro está, que el fuera mujer; cosa que jamás sucedería.
Entonces Sasuke quiso romper el espejo que le devolvía la imagen de una personificación de belleza masculina, pero se contuvo, y se preguntó qué pensaría su padre si supiera que su hijo menor estaba enamorado de un hombre. Porque sí, era amor, desde hacía mucho tiempo. No quiso pensar más, solo tomó una cazadora negra y salió rumbo a la casa de Naruto, antes de que se hiciera mas tarde y el dobe le tachara de impuntual.
Llamó un par de veces a la puerta, de inmediato Naruto le recibió, aún con el cepillo de dientes en la boca.
- Efpera Safuke - pronunció el rubio tomando camino hacia el lavado.
Fue rápido, pero Sasuke logró identificar una polera de color verde debajo de la cazadora blanca que llevaba Naruto y unos jeans de tonalidad clara que se ceñían de vez en cuando a las piernas del mismo; así como el ligero olor a cítrico, otorgado por la reciente colonia que el rubio había adquirido hacía un par de semanas.
Naruto salió sonriente, metiendo las llaves de su pequeño piso en el bolsillo de su pantalón.
- Que formal Sasuke - comentó tras haber visto a Sasuke de pies a cabeza.
- Es mi porte natural que hace que toda la ropa se me vea elegante - respondió con altivez el Uchiha, logrando que Naruto mascullara unas cuantas palabras inentendibles.
- ¿Cómo lo logras bastardo? -
- ¿Lograr qué? - levantó una ceja intrigado, a veces Naruto salía con cada cosa que era mejor preguntar directamente, y no tratar de averiguarlo por si mismo, eso podría terminar...problemático.
- Pues eso, siempre verte bien, digo, yo me lleve una hora, y media de ella queriendo asentar mi cabello - explicó el rubio tomándose un mechón de pelo con su mano izquierda al tiempo que sus ojos se dirigían hacia arriba.
Sasuke sonrió de lado, ese dobe no era consciente de su propio atractivo que cualquiera envidiaría.
Llegaron al lugar citado, que fue en el centro de la ciudad, en algún bar medio decente - tomando en cuenta los gustos de Neji que no aceptaría ir a cualquier taberna - estaban todos los muchachos, Neji, principalmente; Chouji, Shino, Shikamaru, Kiba con Akamaru, incluso Sai y obviamente el organizador del evento Lee. Todo estaba bien hasta que les dio por beber tragos fuertes y empezó la hora de las confesiones.
- Bueno, yo estoy saliendo con Sakura -
Cuando Sai declaró la frase anterior se escucharon gritos, aplausos y palabras de ánimo al chico, quien a pesar de todo no mostraba ningún tipo de expresión; sin embargo, Sasuke fue consciente de la mirada triste de Naruto, que sin quererlo, afectó a él también; afortunadamente el rubio no había bebido mucho.
- Por... ¿por qué no me lo habían dicho ‘ttebayo? - tartamudeó el Uzumaki con la voz ligeramente quebrada. Le afectaba la noticia sobre todo por Sakura, pero también le afectaba bastante que le hubieran omitido tal cosa, se supone que eran compañeros de equipo.
Su voz infantil se escuchaba levemente triste, sus ojos azules se habían opacado momentáneamente y su linda sonrisa se había desvanecido; Naruto sufría, por ende, Sasuke también. Egoístamente el Uchiha se alegró de la noticia, pero también se sintió triste, porque la tristeza de Naruto le afectaba a él y porque se percató una vez mas, de que tendría que callar sus sentimientos el resto de sus días.
Soy un idiota se dijo a sí mismo el moreno mientras se echaba un trago basto de licor; gesto que imitó el Uzumaki.
Ya habían pasado cinco horas en aquel lugar, eran las doce y el local estaba por cerrar; así que, todos salieron entre tambaleos, hipidos y uno que otro adormilado; aunque sin duda el que se encontraba peor era Naruto.
- Que problemático - protestó Shikamaru, quien era el que menos había bebido; argumentando que si su madre lo veía llegar en ese estado a su casa le haría un reverendo escándalo.
Sasuke por su parte, iba algo más lúcido, con el brazo de Naruto en sus hombros y otro luchando por mantenerlo en pie.
- Sasuke ¿te lo llevas? Nosotros, estamos tratando de controlar a Lee - dijo Kiba a punto de caerse hacia su costado, gracias a Akamaru el Inuzuka no terminó en el suelo.
Sasuke asintió, después de todo, no era la primera vez que lo hacía.
Llegaron al departamento del rubio, ni que decir que fue un dilema para Sasuke poder subir hasta el piso del Uzumaki; ya frente a la puerta de éste intentó buscar la llave para abrir y dejar a su compañero sano y salvo - al menos salvo - sin embargo, a pesar de haber hurgado en todos los bolsillos posibles no la encontró.
- Dobe, dame la llave -
Entonces Naruto murmuró entre bostezos algo sobre las bolsas de la blanca.
¡Ah! Están en las bolsas de la cazadora comprendió Sasuke, aunque su tranquilidad se desplomó cuando vio que Naruto andaba solo en una simple polera y la famosa cazadora, seguramente la había dejado en el bar, que a estas alturas debería estar cerrado.
- ¡Mierda! - exclamó ofuscado. Odiaba que Naruto bebiera, porque a él siempre le tocaba cargar con el dobe y no es que el no anduviera pasado de copas, simplemente, mantenía un poco mas la coordinación, Naruto terminaba hecho un desastre cuando el alcohol corría por sus venas. Y siempre, terminaba recordando a Sakura y diciendo lo mucho que le dolía no ser correspondido por la kunoichi.
Por un momento, paso por la mente de Sasuke dejarlo afuera de su casa e irse al barrio Uchiha, pero el clima estaba especialmente frío, apenas estaban a enero y los grados Celsius en la ciudad solían descender y oscilar entre los cinco y algunos bajo cero. Sasuke suspiró viendo como su aliento se condensaba y hacía ver un pequeño vapor salir de su boca. Ni modo, se tendría que llevar a Naruto a casa, igual, no era la primera vez que lo hacía.
Llego y abrió la puerta, iba a tirar al rubio en el sofá, pero éste comenzó a removerse inquieto.
- Te mato imbécil - amenazó cuando vio las intenciones de su compañero; antes de que éste devolviera todo lo que había comido en el día sobre sus zapatos, lo llevó inmediatamente al baño, pero no fue necesario entrar Naruto solo se agarró de sus hombros y apoyó su cabeza cerca de su cuello. Tanta cercanía le ponía mal al moreno.
De pronto Naruto comenzó a sollozar muy levemente Genial ahora pasará a la etapa donde se deprimen ironizó el Uchiha, hasta que escuchó un débil Sakura salir de los labios de su compañero.
Era demasiado, Sasuke soportaba demasiado esa situación y Naruto era un completo idiota. El Uchiha pasó a dejarlo a la cama, él podría dormir en algún futón en una de las habitaciones de la mansión, no le apetecía entrar al dormitorio de sus padres, ni al que una vez fue el de Itachi; pero antes tomó ropa limpia de su armario y pasó a tomar un baño con la esperanza de aliviar ese mareo constante que el alcohol le provocaba.
Entró tras cerrar la puerta y se paró frente al espejo ya desnudo, vio su cuerpo estilizado, sus músculos firmes, su pecho y abdomen planos, los brazos fibrosos y las piernas torneadas, su entrepierna de tamaña considerable y su cara impasible.
Un hombre hermoso, como le había escuchado decir a algunas mujeres; sí, un hombre que no despreciaría la oportunidad de ser una chica para estar con Naruto.
No era obsesión, él mismo se había negado y había luchado contra ese sentimiento queriendo que el odio lo desplazara de su pecho, pero nunca pudo odiarlo del todo, lo odió porque lo hacía débil, porque tenía completo control ante él, lo odio y no vaciló en su intento por matarlo; pero cuando Naruto se acercó a él y le dijo dulcemente que podrían empezar de nuevo, que no estaba solo, que lo tenía a él; su voluntad y fuerza desaparecieron. El rubio le tendió la mano y lo llamo "amigo". Y quizá para él en ese entonces fue suficiente, pero no ahora, que lo tenía tan cerca, día a día, viéndolo, sintiéndolo, pensándolo. Lo amaba, lo amaba con una fuerza que no creía comprender y le desgarraba el alma imaginarse a Naruto de la mano de una mujer, frente a un altar, con una familia feliz y pasando el resto de sus días junto a la persona que elegiría tarde o temprano, mientras él quedaba rezagado a un extremo de su vida, sumido en la soledad, viendo desde fuera como Naruto era feliz y él irónicamente sintiéndose feliz por su amigo, protegiendo su sonrisa día tras día; porque de algo estaba seguro, Sasuke mientras viviera, no dejaría que nadie borrara la sonrisa del rubio ni le dañara de ninguna manera.
Miró su reflejo por enésima vez sintiendo como el mundo empezaba a girar mas a prisa y se preguntó cómo diablos hubiera sido su vida si hubiese nacido con sexo distinto. Y pensándolo bien, no era una idea descabellada; sonrió de una forma dislocada, de esas sonrisas efímeras que emergen cuando las copas hacen el máximo efecto en nuestro organismo; hizo una serie de sellos con sus manos que alcanzó a recordar en su estado de embriaguez - no eran muy difíciles después de todo - y en unos segundos después, la imagen de una bella mujer era la que se adueñaba del espejo. Se vio de pies a cabeza, un poco más bajo, con curvas a través del cuerpo, pecho ligeramente voluptuoso sin rayar en lo obsceno, brazos delgados y una cabellera ébano de algunos decímetros más. Su rostro...era idéntico a Mikoto, sin duda, si él hubiera nacido niña, sería un retrato de su madre, a excepción de la carencia de dulzura, que era reemplazada por una sensualidad propia de la cual Mikoto carecía.
Salió del baño con una toalla enredando su esbelto cuerpo Es una locura pensó mientras daba unos pasos hacia la cama donde el rubio dormía plácidamente y se sentó al borde de ésta, captando sus ojos la imagen de Naruto, en paz, tranquilo, respirando pausado. Los ojos negros se dirigieron hacia los labios morenos y no pudo resistir la tentación Solo una vez se prometió, deseándolos sentir nuevamente como hacía años lo había hecho, en aquel accidentado y efímero primer beso. Finalmente juntó sus femeninos labios con los del contrario, apenas en un roce, que fue el que desencadenó el resto.
Cuando menos lo imaginó la tela que le cubría había resbalado hacia el piso y su cuerpo estaba sobre el de un adormilado Naruto, que entre dormido y despierto, le acariciaba torpemente. No reprimió sus impulsos, besó su piel, tocó sus áureos cabellos y solamente desabotonó el pantalón de su compañero, hizo y se dejó hacer; aunque el estado del rubio impedía que el último coordinara correctamente.
- Naruto - musitó con voz aguda cerca del oído del mencionado, mientras se tomaba de sus hombros y enterraba en ellos las uñas. Todo sucedió rápido, no quiso saber como, hasta que sintió cómo sus cuerpos se unían, lo que comprobó gracias a un dolor inmenso y una repentina falta de aire que le recibió después. Y no había vuelta a atrás; decidieron llegar hasta el final.
Hubo placer, que fue el encargado de eliminar todo rastro de culpabilidad; hasta que finalmente, el clímax llegó y con él el orden de pensamientos. Sasuke cayó con todo su peso - ahora mas ligero - sobre Naruto, con sus manos finas deslizó unos cuantos mechones rubios que se habían pegado a la frente morena de su amigo para ver su rostro sereno. Se despidió de él con un pequeño beso en los labios - Duerme - musitó antes de separarse de su cuerpo y sentir el peso del remordimiento tocar todo su ser. Para cuando Sasuke se puso en pie, Naruto dormía plácidamente; el moreno solo se tomó la molestia de acomodar la ropa del rubio, esperaba que no recordara nada pues no sabía qué diablos le respondería si le interrogaba acerca del suceso.
Tomó la toalla que había dejado tirada y se encaminó al baño, allí las lágrimas no pudieron seguir resistiéndose y salieron surcando sus mejillas. No podía creer lo que había hecho; se había acostado con Naruto en un impulso y un conflicto de emociones; ahora, mientras enjabonaba todo su cuerpo nuevamente masculino, se sintió basura, cobarde, egoísta y ruin. ¡¿Cómo le miraría después de eso?! Lloró en silencio y golpeó con todas sus fuerzas las baldosas del baño. Era un imbécil.
Solo esperaba que su estupidez no trajera consecuencias graves.