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Te guste o no. por Whisperyuki

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Notas del fanfic:

Este fic fue escrito a respondiendo al reto de Ale chan. Se basa en la canción "Te guste o no" de Arjona.

No es un songfic.

Por favor pasarse por las notas finales.

Notas del capitulo:

Los personajes de Harry Potter y la canción "Te guste o no" pertenecen sus derechos a sus respectivos dueños. Hago este fic sin fines de lucro.

Nota: Favor de leer las notas finales por fa.

Como muchos, Viktor Krum empezaba su día religiosamente con una taza de café espresso, acompañado de algún tentempié de la pequeña cafetería cercana a su trabajo. Sin embargo, ese día al parecer por alguna u otra razón el local había permanecido cerrado, obligándolo a empezar su día sin batería para afrontar su  trabajo, que por la fechas parecía haberse triplicado de manera alarmante.

 

-Krum, ve y tómate un descanso- le exigió su jefe inmediato, Igor Karkaroff, al verlo cometer el mismo error  en la última media hora, y eso que no llevaban ni siquiera la mitad de la jornada laboral.

 

-Pero aun no termino-protestó con el ceño fruncido, empecinado a no abandonar su tarea hasta encontrar y corregir el maldito error que lo estaba fastidiando. Error que su jefe a simple vista ya había encontrado y que el por más que hacía intentos y correcciones no hallaba.

 

-Viktor, no te lo estoy pidiendo, es una orden-su jefe palmeó su hombro conciliador y habló con un tono firme- Eres mi mejor hombre, pero ahora no me sirves en ese estado, así que ve y tómate una hora ¿Entendido?-

 

Asintió de mala gana, guardó el avance del día y puso a hibernar la computadora, rumiando en contra del desperdicio de tiempo al que era obligado hacer. Podía perfectamente trabajar hasta la hora de la comida; se puso el saco y salió del edificio mascullando improperios. Cuando los rayos de sol de mediodía le dieron en la cara, su humor mejoró algo, ya no le parecía tan mala idea ir.

 

Ni que decir del desencanto que sintió al ver su pequeñísimo rincón brujo aún cerrado ¿Qué hacer? Su cuerpo reclamaba a gritos su ración diaria de la adictiva bebida y si se acompañaba con algo de comer mucho mejor. Recordó haber visto esa cafetería multinacional a unas cuadras de allí, no perdía nada con ir.

 

¡Dios! ¿A qué hora pensaban atenderlo? ¿Qué creían que el mundo giraba en torno a la dichosa cadena de café y sus empleados holgazanes? Bueno sí, al menos eso podía asegurar que sucedía para los centenares de almas adictas a la cafeína, así como lo era él. Queriendo o no sus hábitos alimenticios estaban demasiado arraigados, para bien o para mal.

 

Cuando al fin se dignaron en atenderlo y salió jurando por sus adentro no volver entrar allí, aun le quedaban cuarenta minutos libres, así que se encamino a la plazoleta de enfrente  para disfrutar de un poco de aire libre y vistas de frondosas plantas, al menos podría fingir que estaba de vacaciones por escasos minutos y olvidarse del trabajo.

 

Al parecer, muchos oficinistas compartían su pensamiento, las bancas, bardillas y  jardines estaban ocupados por personas, que como él, vestían a traje sastre y tomaban alimentos charlando amenamente, olvidándose de sus deberes. Pero él no quería unirse a alguna charla trivial acerca del clima o que tan mal iba la economía, quería algo de paz, así que buscó algún lugar aislado para poder descansar. No le llevó mucho encontrar un rinconcito cercano a un   camino lateral, el cual parecía solitario y convenientemente acompañado de una banca y un arbusto de una planta indefinible. Se dirigió presuroso solo para toparse con que ese lugar no estaba tan solo como pensaba, ya que tras los arbustos se encontraba un chico sentado en el césped. Más no se dejó llevar por el desencanto, pues ese ser le quitó la respiración y su corazón después de haberse parado por algunos instantes, tan largos que pensó había muerto, latió como loco confirmando que sí, efectivamente había muerto y había visto el cielo, o al menos un ángel.

 

Se acercó y se sentó en la banquita, en el extremo por el cual podía ver sin dificultad a aquel chico pelirrojo sentado a la manera india, entretenido en la lectura de un libro considerablemente grueso a su gusto. Le dio un trago a su café y se encontró deseando que aquel desconocido levantará la mirada y lo viera, pero nada, al parecer aquel volumen era o muy interesante o muy importante. Una mordida al panecillo que había comprado fue acompañado de un suspiro involuntario cuando el chico levantó la vista para rebuscar en su mochila algo,  dejándolo admirar un par de ojazos de un imposible azul y un rostro hermoso veteado de adorables pecas.

 

Otro sorbo a la bebida se deslizó al igual que el tiempo. Aquel deseo primigenio de permanecer solo y  en completo silencio se había esfumado para dar paso a las ganas de platicar con él y escuchar su voz. Vio su oportunidad cuando el chico suspiraba y jalaba su cabello desesperado, al parecer aquel libro tenía algo que no era del todo su agrado.

 

-¿Que hora tienes?- Aventuró para entablar conversación, no sin antes haber escondido su reloj, no quería parecer tan obvio por llamar su atención.

 

El pelirrojo separó la  vista de aquel libro al que había vuelto su atención y ver a aquel extraño que le preguntaba por la hora –Son cuarto para las dos- respondió y regresó a lo suyo.

 

Si alguna vez necesito pruebas de la existencia de Dios allí tenía una ¡Qué voz! ¡Tan…tan…! Quiso decir algo más, pero al parecer aquella pregunta había encendido algún interruptor en el de ojos azules porque éste recogió sus pertenencias, se levantó y caminaba con paso presuroso por el pasaje del parque.

 

Viktor cerró su boca abierta en una pregunta no formulada con un fuerte tecleo. Se levantó y corrió para poderlo seguir, solo para regresar y recoger la basura que dejó y tirarla apropiadamente, no lo fueran a multar después. Le gustara o no al chico Dios los hizo él uno para él otro, seguro.

 

Le dio alcance rápidamente quedando unos pasos atrás del pelirrojo. Quería hablar, quería preguntarle su nombre y algo más, cualquier cosa, pero solo abría su boca y se quedaba boqueando sin saber muy bien por donde empezar.

 

-¡Pantorrillas de marfil! ¡Qué lindo muñequito!-Los  gritos vinieron de  la esquina por un albañil de una construcción, al igual que una serie de silbidos haciendo que Viktor volteara indignado y lo fulminara con la mirada ¿Acaso quería pelea ese atrevido? Aunque debía admitir que aquella observación era exacta,  ese pescador negro que llevaba el chico resaltaba la blancura y hermosura de esas pantorrillas.

 

-Eehh…- Trató de llamar la atención del pelirrojo, pero al parecer su boca había hecho corto con su cerebro y la voz no salió, al menos de forma coherente- Bravo ¡Viktor que elocuente!- se regaño. Una vez más lo intentó- ¿Te ayudo con los libros?-

El chico, sin detener su marcha giró su rostro y respondió- No- Tajantemente, viéndolo con una gran interrogación en pintada en su cara, para después volverlo a ignorar y seguir.

 

¡No se daría por vencido! -¿Puedo acompañarte?-

 

-No-Esta vez ni siquiera volteó, siguió andando.

 

En un ágil movimiento Krum le tomó del brazo, sin saber porque se confesó-Me gustas-

 

Completa consternación se dibujó en aquel rostro pecoso, un sonrojo subió desde el cuello hasta las mejillas, hubiera sido una reacción tierna si los azules ojos no mostraran enojo y aquella boca no se torciera en furia -Tú estás loco ¡Lárgate!- Espetó zafándose del agarre, volviendo a caminar aumentó la velocidad de sus pasos ¿Qué le pasaba a aquel señor? Una sola vista ¿Y ya se había enamorado? ¡Imposible!

 

Fue un cortón bastante brusco, pero no se rendiría, saldría con ese chico a como diera lugar. Viktor prácticamente voló persiguiéndolo,  muy atrasado  ¿Cómo había logrado agrandar la distancia tan pronto? Se había quedado clavado en el piso tras aquel rechazo, y por ello solo le perdió la pista al pelirrojo por unos instantes pues dio vuelta a la esquina, pero no era para que le llevara tanta ventaja.

 

Su ánimo se desinfló tras siete cuadras de persecución, al verlo subir al autobús. Todo estaba perdido, le faltaba recorrer tres cuartos de la cuadra para darle alcance y aquel camión estaba por avanzar ¡No lo volvería a ver!

 

El semáforo de la calle transmutó de amarillo a rojo, deteniendo por algunos momentos la marcha del vehículo público. No dudó ni un segundo, forzó sus piernas y corrió como si su vida dependiera de ello hasta lograr subir a duras penas  por la puerta trasera.

 

Resollando, buscó con la mirada al chico, no teniendo que buscar demasiado, la pelirroja melena destacaba entre cabezas de cabello rubio y oscuro, perfilándose en la parte media del autobús -Hola otra vez – Articuló, mientras se sostenía del pasamano  trasero –Ya te había dicho que me gustas-  le afirmó, acortando la distancia. 

 

Allí volteó el chico con los ojos azules muy abiertos de la impresión ¿No sé suponía que lo había perdido ya? Veía como ese hombre moreno y de traje sastre se acercaba sonriente.

 

-Estás loco- declaró el pelirrojo con el ceño fruncido,  más no lo corrió.

 

-Viktor Krum- se presentó el moreno, presintiendo que aquel flechazo que había sentido al verlo en el parque ahora era mutuo.

 

-Ron Weasley- una sonrisa afloró en el chico mientras Viktor se sentaba a su lado, muy cerca, inclusive más cerca de lo que se supone se encuentran los cuerpos en aquellos asientos.

 

-Señor- le habló el chofer de autobús, con una semi sonrisa en los labios, no todos los días se veían semejantes escenas, pensamiento que compartían los demás pasajeros y solo por eso dejaría pasar esa forma poco ortodoxa de subirse al bus- Debe pagar el pasaje-

 

-Claro- respondió el moreno.

 

Mientras Viktor se levantaba para cubrir el boleto, estaba seguro que una nueva historia comenzaba, gracias a su jefe y su adicción a la cafeína.

 

Un momento…

 

Verificando su reloj…

 

Eran las dos y diez…

 

Había pasado mucho más de una hora…

 

Debía estar ahora en su  trabajo…

 

¡Su jefe lo iba a matar!

 

 ¡Naa! ¿Qué más daba que se tomara la tarde libre? ¿De quién había sido la idea para empezar?

 

Ya se disculparía apropiadamente con su superior, le daría algún regalo costoso y quién sabe, tal vez este se acompañaría con una invitación para una futura boda, SU futura boda.

 

No dejaría escapar tan fácilmente aquella escurridiza mariposa roja por el resto de su vida.

 

 

Fin.

 

Notas finales:

Ok, si han llegado hasta aqui, gracias por su tiempo y leer.

Ahora sí,me explicare.

Desde hace tiempo me ha rondado en la cabeza una idea y aqui esta:  Quiero formar una comunidad que apoye y difunda la pareja de Viktor x Ron.

Llamenme obsesa, pero en serio pienso que esta pareja puede darnos mucho, además que ultimamente he visto algunos fic de ellos, asi que creo que no es tan disparatada mi idea ¿Que tal?

Bueno, espero que haya personas interesadas y me ayuden a difundir la palabra ^//^.

Interesad@s, quejas, sugerencias y demases clic en review, adiosito.

PD:Odio cuando lapágina no carga,subo de nuevo el fic y termina subiendolo doble ¬¬.


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