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Las estrellas de Orion en la arena. por Lilim

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Notas del capitulo:

Es mi primer Fan Fic, espero lo lean y les guste.

-A veces no entiendo por que somos amigas-Sentí un dolor en el pecho al igual que un vacio en el estomago, los dos dolían.

-Ni yo tengo idea-  conteste, fue inevitable que unas cuantas lagrimas rodaran por mi mejilla, el dolor se volvió mas intenso.

-tengo que irme voy a salir- se despedía Claudia.

-Bye- escribí pero ahora rompiendo en llanto.

Se desconecto y  yo lo hice minutos después, apague la computadora y me acosté en mi cama, preguntándome ¿como la había conocido?, ¿como había cambiado mi vida? , ¿Como habíamos terminado así? y ¿en que momento se perdió el sentimiento? Me quede dormida.

-Dos años antes-

Era mi ultimo año en la secundaria cuando nos conocimos, Mónica es una de mis mejores amigas, cabello negro y largo, siempre lo trae recogido, ojos cafés oscuros, buena figura debido al ejercicio, facciones muy bien definidas, es linda, aunque de estura pequeña, la conozco desde que entramos a secundaria. Mónica me presento a Claudia, que era la chica que iba en nuestro salón. Sin embargo nunca le preste atención hasta ese día, ya que mi primera impresión de Claudia fue que era una tonta superficial. Yo en esos tiempos estaba más interesada en el baskeball y el surf, que en la escuela.

Siempre he sido atlética, complexión delgada, facciones definidas, ojos pequeños color miel, boca pequeña, nariz pequeña, cabello largo y quebrado color negro, a pesar de eso siempre lo traigo suelto, mi piel es bronceada, siempre he sido alta, practico el surf y basketball, debido al surf mas que nada, se puede decir que estoy en muy buena forma, no tengo pechos grandes pero tampoco soy una tabla, tengo todo bien proporcionado y lleno de músculos que se marcan ligeramente, Se podría decir que si me cortara el cabello, debido a mi personalidad y mi falta de feminidad (no se si exista esa palabra, pero la usare), podría parecer un chico.

Y es que bueno no parezco  hombre, solo que al lado de Claudia, perdía mi encanto femenino o bueno el  poco que tenía, además siempre fui más popular con las chicas que con los chicos, en el  día de San Valentín, recibía flores y chocolates, también en mi cumpleaños, en los partidos y torneos de surf siempre había mas de una chica  observándome.

Claudia  con sus ojos verdes y penetrantes, labios carnosos que te retan a robarle un beso, una sonrisa que deslumbra, cabello largo y lacio color café claro,   una nariz pequeña, unas facciones definidas pero delicadas, midiendo como 1.65, se veía que también hacia ejercicio, su trasero era prueba de ello, sus pechos no son nada pequeños, pero tampoco son exagerados, el hecho de que ella fuera muy linda, femenina  y que todos sus rasgos encajaran bien en ella, hacia que le quedara bien el rol de Julieta y a mi el de Romeo.

Siendo yo un romeo  con cara de chica, muy suave  y sin bello facial. Aquella vez que nos  presento Mónica hablamos  del tipo de cosas que nos gustaban, pero solo teníamos en común ver películas y jugar basketball.

Para ese tiempo Claudia acababa de terminar con su novio así que entro al equipo de basketball de la escuela,  debido a que jugaba muy bien, termino siendo co-capitana y como yo era capitana, eso hizo que empezáramos a pasar mucho tiempo juntas,  tanto en la cancha como en el salón, también me iba a ver montar olas en las mañanas, nos volvimos inseparables a pesar de ser tan distintas, con el tiempo me di cuenta que nuestra amistad se volvía mas intensa, debido a los comentarios que hacían respecto a nosotras, a veces bromeábamos y nos comportábamos como novias solo para burlarnos, sin embargo  yo la empecé a ver diferente, sus abrazos me dolían, sus besos en la mejilla me quemaban, mi corazón se aceleraba, soñaba con ella, sus pretendientes me empezaban a molestar, me ponía celosa cuando un chico trataba de ligar con ella y prefería estar ella con el que conmigo. Fue cuando me di cuenta que me había enamorado de Claudia, me dio tanto miedo,  pero mi miedo no era por como reaccionaria mi familia o los demás al saber que me gustaba una chica. Tenía miedo de perderla, así que decidí que con solo verle y estar junto a ella seria más que suficiente.  Pero me equivocaba, mientras más tiempo pasaba con ella y mas nos conocíamos, mas me gustaba, mas llegaba a amarla y ella no se daba cuenta de mis sentimientos al igual que no los correspondía.

- Aimé te hablan por teléfono- Grito mi padre, detrás de mi puerta.

-un segundo, ya voy- rayos, ¿por que no puedo soñar con elefantes rosas  en vez de Claudia?, baje las escaleras y agarre el auricular del teléfono.

-¿Bueno?-

-Hola, Aimee, soy yo Tom- contestaba una voz gruesa por el otro lado del teléfono.

 Tom es uno de mis mejores amigos, tiene una melliza llamada Sarah,  Los dos tienen el pelo rubio y liso y los ojos azules. Físicamente los dos son similares pero sus personalidades son muy diferentes, Son altos, complexión delgada, sexys.
Tom es muy extrovertido. Habla mucho y siempre se la pasa husmeando en la vida de los demás, el nos pone al corriente de todos los chisme, pero es muy buen amigo, es muy maduro cuando se le necesita. Los dos  asisten a la misma escuela que yo, Tom va en mi salón, pero su hermana no. Ella es muy creativa, le gusta mucho dibujar y leer, Sarah es una niña muy sensible. Es muy sociable,  muy independiente y testaruda, realmente es hermosa.

Hablo muy poco con ella, debo reconocer que sus ojos azules siempre que se encuentran con los míos, tienden a desnudarlos, si me siento frágil ante su mirada,   normalmente siempre va a verme a mis partidos con Tom. Ella tiene fama de come hombres,  en pocas palabras señorita heterosexualidad, aun así  Tom cada que tiene oportunidad bromea, sobre que  soy su cuñada y que su hermana esta loca por mí.

-hola Tom, ¿Qué paso, a que se debe tu llamada?-  conteste, regresando a la realidad.

-yo quería saber, no, mejor dicho mi hermana, quiere saber si vas a ir  a la fiesta de Mauricio hoy, aucchh!- Tom  se escucho un grito y después un golpe del otro lado de la línea.

-jajaja… espero te haya dolido, no lo se, no tengo ganas- mi risa se escucho forzada y mi voz triste.

-Nena, ¿que tienes se te escucha triste?- Tom cambio su voz de un tono bromista a uno preocupado.

-Nada, en especial, tú sabes lo de siempre-. Dije sin más

-ya veo estas así por Claudia, olvídate de ella un rato y vamos a la fiesta, de paso le pides a mi hermana que te consuele, que por cierto esta mas que dispuesta, desde que te conoció.-  Tom, te voy a matar aunque seas mi mellizo, ya cállate.  Se volvió a escuchar del otro lado de la línea.

Tom era uno de pocos de mis amigos que sabían que yo era bisexual.  

-jajaja… Esta bien, vamos, solo por eso aceptare, ¿a que hora pasan por mi?-  ahora si reí con ganas.

- pasamos por ti a las nueve, no te preocupes, te gusta el rojo verdad?- note en su tono de voz que planeaba algo.

-Si, ¿por que?- pregunte temiendo lo peor.

-pura curiosidad, JAJAJAJA.- dijo y después colgó.

No tengo ni la menor idea de que ira  a hacer y no quiero pensar en eso, me meteré a bañar.

-Hija tengo que irme a trabajar, ¿vas a estar en casa?- pregunto mi padre desde la puerta.

-No, iré a una fiesta, pasaran por mi, mi amigo Tom y su hermana.-  dije mientras tomaba el vaso de agua que había en la cocina

-Esta bien, cuídate, nos vemos.- Dijo antes de salir.

  Sola otra vez, no es que no me guste estar sola, en realidad amo estar sola,  ha sido así desde pequeña, esto es  algo que me inculco y me enseño a disfrutar mi madre, cuando vivía con ella.

No  tengo hermanos, jugaba sola desde pequeña y cuando aprendí a leer, me la pasaba leyendo cuentos, dibujando o inclusive escribiendo.  Soy una persona que tiene amigos y disfruta de ellos, sin embargo no muero sin ellos, no como otras personas que tienen la incesante necesidad de tener alguien a su lado para hacerlos sentir bien.

Suspire profundo, para después subir a mi cuarto, tomar una toalla y meterme a la regadera.

Mis padres se divorciaron cuando yo tenía tres años, viví la mayoría de mi corta vida con mi madre, mi padre estuvo poco presente en mi vida, mi padre es un doctor reconocido, que también trabaja en una empresa de medicamentos, así que siempre esta demasiado ocupado para otra cosa mas que no sea su trabajo. Yo soy muy parecida a el, soy su copia en versión femenina, el es alto, facciones fuertes, barba de candado, pelo chino, ojos color miel, bien parecido, en realidad es bastante guapo a pesar de ya tener sus años y muchas desveladas. Su personalidad es fuerte, es frio al igual que yo, en realidad lo conozco muy poco.

-Quiero acercarme a el, decidí venirme a vivir con el, las escuelas que hay donde vive mi padre son mejores, podre entrar a la universidad sin tanto esfuerzo. -Esa fue la excusa que le di a mi madre cuando tenía 14 años, para que me dejara venirme a vivir con mi padre.

Mi madre, es bajita, pelo ondulado, ojos cafés claros, facciones delgadas y suaves, de hecho es muy guapa y a pesar de sus años aun se ve joven, pero no tengo ni un rasgo suyo, solo hemos de tener en común el hecho de que amamos la tranquilidad y estar solas.  También es de personalidad fuerte, tiene un carácter de los mil demonios y es muy cariñosa. Ella es psicóloga, es el único pero que le pongo, cada que puede trata de psicoanalizarme.

En realidad no era que me preocupara asegurar mi lugar en la universidad, se me dan bien los estudios, de hecho quería huir de mi único gran tormento, que es Claudia, pensé que si me alejaba dejaría de pensar en ella y con el tiempo y la distancia empezaría a verla solo como a una amiga. Algo por lo que espero todos los días, pero no sucede, el sentimiento se hace cada vez más fuerte.

Deje muchas cosas de lado al venirme, como ir a surfear en las mañanas a la playa que queda cerca de la casa de mi madre, fui egoísta al dejar a todos mis  demás amigos de lado por huir de este sentimiento que ella provoca, sin embargo no me arrepiento, he conocido a personas geniales aquí.

25 de Marzo

-Claudia, pienso irme a estudiar a donde vive mi padre- dije mirando la arena

-En serio, pensé que estudiaríamos juntas, que mal que te vayas, aunque si es lo que quieres, vendrás mañana a montar olas?- Contesto sin darle importancia.

30 de julio.

-Claudia, pase el examen, me tengo que ir mañana, para inscribirme personalmente, ya que las clases empiezan en una semana- la abrace fuerte, sabia que iba ser de los últimos abrazos que le daría en un buen tiempo.

-maaa…maña…mañana?-  Claudia, tartamudeo mientras comenzaba a llorar y se aferraba a mi.

ENTIENDO, QUE NO PUEDO, SUPLICARLE UNA VEZ MAS, PERO NADA SE DETIENE SOLO VIVO PARA TI….

Ya sonó la alarma de mi celular, ¿cuanto tiempo he estado bañándome?,  me seque tan rápido como pude, Salí del baño y busque algo en mi guarda ropa, opte por unos jeans  rotos de la pierna derecha, playera blanca, chamarra de cuero negra, mis Vans negros, deje mi cabello suelto y me puse un poco de maquillaje obscuro en mis ojos. Tome mi celular y me di cuenta que no era la alarma la que había hecho que sonara mi celular, si no un mensaje de Anges que decía.

Cuando llegues a la fiesta, búscame que quiero hablar contigo sobre algo.

Agnes.

Agnès era una chica de un salón diferente, la conocí en el colegio por Tom, era la novia de un amigo de el, tiene buena figura, unos hermosos ojos grises  y facciones de niña,  muchos de mis amigos, dicen que ella estaba enamorada de mi, sin embargo yo prefiero no pensar en ello,  a mi parecer ella me ve como amiga, por mi parte yo la veo igual. La plática con ella es muy amena, hablamos de cosas importantes y a la vez triviales, ella no sabe  que soy bisexual, aunque llevamos muy buena relación.

Apenas son las ocho y media, bueno, jugare con mi guitarra un rato, cuando tenia 9 años mi mama tuvo un novio que sabia tocar la guitarra, el me enseño lo básico y una que otra balada, mi mama corto con el pero  con el tiempo  yo fui aprendiendo mas, ahora ya me puedo sacar cualquier canción solo con tener la partitura.  

Últimamente he estado tocando Orión, una canción que es solo el sonido de dos guitarras acústicas. Hay aun partes en las que me equivoco y termino por dejarlo o me pongo a tocar  Dear Death. Estaba apunto de empezar a tocar, cuando el  timbre sonó. Salí y era el portero.

-Que paso, Julián-  Conteste con la vista en la guitarra.

-Señorita Aimé, esta chica la busca- contesto el portero un poco nervioso.

 Alce la mirada y vi que era Sarah, con un vestido rojo, que moldeaba muy bien su figura, dejando poco a la imaginación.  No pude evitar sonreír.

- Gracias Julián, por cierto, hoy puedes irte temprano – Dije mirando a Julián

Julián afirmo con la cabeza, se dio media vuelta y se fue caminando por el patio.

-Hola Aimé, me adelante con el carro,  mis tíos vendrán a dejar a Tom en media hora, es que tuvo  un pequeño imprevisto-  después se acerco y me dio un beso en la mejilla.

-  bien, pasa entonces.-   me hice a un lado dejándola entrar, era la primera vez que Sarah estaba en mi casa y venia con un vestido tan provocador, que mis hormonas me pedían a gritos que le robara un beso.

- Me perdí un poco, Tom me dio un poco mal tu dirección me hubiera ahorrado muchas vueltas si me hubiera dicho que vivías en un mansión.– dijo mientras entraba y veía la guitarra que traía atravesada.

 - Es normal, han de haber muchas que no sabes mí, quieres ver televisión mientras-  Cerré la puerta  y nos dirigimos hacia la sala.

Al llegar nos sentamos en el sillón, ella tomo mi mano, se acerco peligrosamente a mí y dijo         -Preferiría saber más de ti-


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