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Mi madre es una fujoshi. por Gurimen

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Notas del fanfic:

Bueno, este es mi primer historia en esta cuenta. Ojalá les guste.
Me encanta hacer historias donde hay fujoshis.

Fujoshi: Chica podrida. Amante de lo homosexual.

 

Notas del capitulo:

Siento si la historia trascurre algo rápida.

Y bueno, lo que más siento es haber cometido el error de subir el fic en formato rol... dios mio.. suerte que me han avisado que sino.. Esque soy una obsesa del rol. Mil disculpas. Ahora ya creo que esta mejor.

-¿Estás seguro?- Me preguntó cuando llegamos al portal de mi casa.

-Si, mi madre aun no ha llegado de trabajar.- Le contesté susurrándole en su perforada oreja, intentando tranquilizarle a la vez que tentarle para entrar en casa. Hacía más de un mes que tonteávamos y yo ya no aguantaba más. Él me miro con un leve sonrojo y sus dulces ojos color verde, con ese brillo que siempre aparecía cuando nos besábamos de forma intensa, cuando jugábamos y tocaba su parte intima tan alterada, o cuando se encontraba nervioso.

-Tranquilo.- Dije con el mismo tono de voz que antes, a la vez que introducía mi copia de llave en la cerradura de la puerta.

 

Conocía bien los horarios de mi familia. Los de mi padre, un profesor de matemáticas de segundo grado y los de mi madre, dependienta en una tienda de cómics y mangas. En esos momentos no había nadie en casa porque era la hora del almuerzo y los dos comían en el trabajo o en un bar. Nosotros habíamos salido diciendo que iríamos a comer al chino del lado del instituto.

 

Subimos a mi habitación. Mi actual “novio” la miraba curioso.
-¿Y esto?- Me pregunto mirando un póster de una chica en actos eichi.
 
-Em..bueno un regalo de mi padre.- Suspire. -Ya sabes, no saben que soy gay.-

Le mire ladeando mis labios, no me atrevía a decir nada por miedo.
Y por cierto, mis padres son otakus, por eso lo del poster de anime.

-Entiendo...-

Se tumbo en mi capa y tiro levemente su cuerpo dejándome a la vista ese espacio libre de ropa donde su obligo aparecía levemente, dejándome ver también la goma de sus boxers, negros esta vez. Le seguí observando, intentaba mantenerme aunque deseaba tocarlo. Él me miraba sabiendo que su vientre eran uno de mis puntos débiles.

-Se nos terminara el tiempo de almuerzo...-

Rompió el silencio a la vez que tiro más de su cuerpo enseñándome, ya casi, toda si nívea y fina piel. Le mire a los ojos y sonreí.

-Tienes razón.- Dije rápido arrodillándome ante él para tener su piel a la altura de mi rostro.
Sabía que se estarías mordiendo sus labios ante tal poco espacio entre mi rostro y esa zona entre sus piernas, cosa que me encantaba. Me gustaba hacerlo sufrir en esos aspectos porque su expresión no tenía precio. Bese su vientre una y otra vez estando atento al cambio de ritmo de su respiración, viendo como su piel se trasformaba en piel de gallina y sus rubios vellos se erizaban. Juntó más sus piernas algo avergonzado por las reacciones de su cuerpo. Bese tu obligo y metí mi lengua haciéndote jadear. Se me escapo una leve risita, eso era el principio, le mire subiendo a por su cuerpo, quedándome encima de él y junte nuestros labios en un rápido movimiento posesivo. No sabía si le amaba pero no podía evitar tratarte como mi más preciado tesoro..

 

En esos momentos solo estábamos él y yo, él y su rostro, sus besos y su voz y esa sensación extraña y excitante que parecía que la temperatura subiera de manera alarmante en nuestros cuerpos.

Era tanto el éxtasis que no me di cuenta de que la puerta se había abierto.

-¡Oh Dios mio!-

Escuche esa voz tan familiar en esos momentos tan poco deseados. La sangre se me heló y en un acto de vergüenza y frustración grite.

-¡Mamá!-

Ella enseguida cerro la puerta y escuche como bajaba las escaleras a toda prisa.

-Mierda.- Susurre bajando la vista. Él me miraba con miedo, se incorporo enseguida y se sentó en la cama.

-Ve, corre.-

Sabía que mi familia era importante para mi, al cabo de todo ellos siempre me habían tratado bien. Le mire angustiado pero le sonreí, era muy importante para mi que fuera compresivo. Acaricie su rostro y fui tras mi madre. Ya no podía esperar un segundo más. El engaño había terminado y iba a aguantar todo lo que me cayese encima.

 

Baje las escaleras lentamente, podía escuchar hablar a mi madre por teléfono, gritaba, o eso parecía. Ya me imaginaba que estaba hablando con mi padre contándole la aberración de hijo que habían tenido. También imaginaba su cara llorosa y sus ojos llenos de rabia hacia mi manera de amar. Me adentre en el comedor, donde teníamos el teléfono. Me quede asombrado al ver que mi madre estaba sonriendo, casi saltando de emoción.

-Kyaaaaaaaaa, como lo oyes los he pillado.- Reía sonriendo.
-See, mi plan indirecto de vestirlo con ropa linda de bebe a funcionado. -Kyaaaaaa- Desde el teléfono podía escuchar los gritos, de lo que parecía ser una amiga suya.

-Ma..mamá.- La mire consternado y asombrado, sudando de alivio en parte. Ella me miro y salto encima de mi para abrazarme.

-Que mono eres.-

Me beso efusivamente la frente y las mejillas.

-Estoy tan orgullosa.-

Me miro con una gran sonrisa sin entender su reacción. -Pero..yo..-

Tomo mis mejillas.

-Llevate a tu novio siempre que quieras.- Guiño su ojo aun pellizcándome, dañándome las mejillas. Avergonzando y algo enfadado me aparte de ella..

-Pero..¡¿De qué vas?!-

Salí corriendo de allí, rojo como un tomate de vergüenza. Subí las escaleras de dos en dos. ¿Cómo se le había ocurrido decirme una cosa así? Suspire y entre en mi habitación. Él ya no estaba.

 

Maldecí y con lagrimas en los ojos baje las escaleras aun más rápido que cuando las había subido. Tenía que contarle. No iba a permitir que “lo nuestro” terminara de aquella manera. No iba a permitir que ningún miembro de mi familia me destrozara ninguna relación que quisiera empezar. puerta de entrada con fuerza, haciendo retumbar los cristales de la casa, mostrarle a mi madre lo enfadado que estaba con ella. Corrí y corrí pero no lo encontré. Jadeando, cansado y con el estomago revuelto mire el reloj. Ya se había terminado la hora de comer.

 

Estaba sentando en su pupitre, dándole vueltas al bolígrafo, parecía pensativo, aunque siempre estaba de esa manera,pero no todo seguía igual. Siempre venia a hablar conmigo entre clases, pero esa vez no lo hizo, se quedo sentado mirando su boli. Yo le miraba a él. Y aunque estaba terriblemente preocupado por la idea de haberle podido perder la reacción de mi madre aun me parecía peor. Arrugue mi nariz pensando en su proposición. No entendía su reacción. ¿Qué madre en sano juicio aceptaría de esa forma a su hijo homosexual? ¿Qué madre normal se podría a gritar de emoción al haber pillado a su hijo besándose con otro chico? Suspire. Pues por lo que había sucedido, la mía. Lleve mis manos a mi rostro y me talle los ojos. Tenía dolor de cabeza. Siempre me pasaba cuando había llorado.

 

Ese día Mike se esforzó para evitarme y se fue a su casa prácticamente corriendo. No tuve tiempo de hablar con él. Al final pensé que era mejor así, dejar que sus pensamientos se enfriaran y hablar con él al día siguiente.

No tenía ganas de ir a casa así que me fui a la biblioteca donde hice los deberes y luego me enganche en el pequeño apartado que tenían de cómics manga. Realmente mis padres me habían entrado en el mundillo, aunque nunca me obligaron a ver ni a leer nada que no quisiera. Me pase unas cuantas horas sentado en esa pequeña silla de metal.

Cuando mi di cuenta ya había oscurecido y por lo tanto mis padres ya habían llegados casa. Mostré un leve puchero al reloj y me levante para ir a paso lento hacía allí.

 

-Mierda..- Susurre, con las prisas me había dejado la llave.

Toque el timbre y me abrió mi padre. Al verme me sonrió y me abrió la puerta para que pasara. No hacía falta que le hablase ya sabía lo que había pasado.

-¿Y mamá?- Pregunte.

-En mi estudio.- Contestó. -Se ve que han fansubeado una anime nuevo. Tosió levemente. -De los suyos.-

Le mire extrañado, no entendía que quería decir. Suspiró.

-Supongo que tenemos que hablar.-

Des preocupadamente se fue hacía el salón Con el corazón en el puño le seguí y me senté donde siempre en el sofá. Él hizo lo mismo.

-Tu madre me ha contado mas o menos lo que ha pasado esta mañana.-

Baje la mirada, avergonzado. Que lo supiera mi padre era algo que aun temía más.

-Tranquilo. Acepto perfectamente todo lo que hagas o o en lo que creas siempre y cuando no sea perjudicial para ti.-

Me entraron ganas de llorar. Baje más mi rostro. Tantos años de angustia y mal estar para luego escuchar lo que siempre había deseado oír.

-Papa...- Le abrace. -Gracias...-

Sus palabras habían sido lo mejor de todo el maldito día. Me dio unas leves palmaditas en al cabeza, como cuando era un niño. Entonces me separe y tome unos cleenex que había encima de la mesa que seguramente había puesto él anteriormente.

Mi padre se mantenía callado. De repente parecía algo nervioso. Suspiraba y se movía.

-¡Wa...!,no sabes lo difícil que es para mi hablar de las aficiones de tu madre. A pesar de que las he tenido que aguantar y aceptar durante todos estos años que llevamos casados pero siguen siendo difíciles para mi.- Me miro mientras se rascaba la cabeza por los nervios.

-Tú...¿Tú conoces lo que es el yaoi?- Me pregunto.

La verdad, nunca había escuchado esa palabra. Negué con la cabeza.

-Bueno,pues tu madre es totalmente devota a este genero... -

Hizo una pequeña mueca, recordando todo lo que había tenido que pasar para hacerla contenta. -que es un genero de manga...el cual representa la historia romántica entre dos chicos.-

Abrí los ojos, algo sorprendido, entendiendo un poco la reacción de mi madre aunque yo era su hijo y se me hacía difícil pensar que eso le daba igual. Entonces el me tomo de los hombros y me miro algo alterado.

-Huye.- Dijo. -No dejes que te atrape con su pervertida mente. -

Me zarando levemente asustándome pues sus ojos salían un poco de órbita.

- No sabes las cosas que me hizo hacer para saciad su sed de fanservice. ¡Corre ahora que aun estas a tiempo!. Pude evitar que de pequeño te travistiera pero ahora...¡ya no hay modo de pararla!-
Grito o eso es lo que sus ojos me decían aunque su cuerpo no se movió. Y en realidad me dijo tomándome de los hombros y en un largo suspiro.

-Tendrás que tener paciencia, yo intentare que no te moleste mucho aunque ella ve yaoi por todas partes y es difícil distraerla...- Suspiro de nuevo. -En fin la tendrás que perdonar, cada uno tiene sus hobbys y el de ella, es este.-

Me miro con ojos compresivos, persuadiendome a que la perdonara pero no podía, por su culpa había perdido a Mike Negué con la cabeza. Me siento incapaz de perdonarla ahora mismo.- Susurre mientras me levantaba e iba a mi habitación y allí me paré apoyándome en la puerta. Miraba la cama, aun con las sabanas un poco arrugadas de cuando se había tumbado en ella Mike. Mis ojos se humedecieron y a paso lento me tumbe en ella intentando captar su olor pero las sabanas solo estaban perfumadas del suavizante de siempre...

 

No se cuanto rato paso cuando llamaron a mi puerta. Hice como si no estuviera. No me apetecía hablar con nadie más, quería que ese día terminara de una vez por todas.

-Iván ¿Puedo pasar?-

Era ella, su voz sonaba débil, tímida, me recordaba a la de la niña de enfrente. Siempre le hablaba así a su madre cuando había roto algo o se había ensuciado el vestido de barro o chocolate.

Sabía perfectamente que no la dejaría pasar. Escuche un suspiro de ella y sus pasos bajando decepcionados y lentos hacia el salón del piso de abajo. Yo siempre había considerado a mi madre una persona alegre y buena con la que siempre podía contar. Nunca me había gritado mas de lo necesario pero nunca tampoco me había preguntado nada cuando me veía triste aunque podía notar su mirada, transmitiéndome si apoyo fuera lo que fuera. Pero ahora ya no sabía que pensar de ella. Su perfil se había roto en mil pedazos. Sus palabras me hablan dolido y avergonzado mucho. Apreté con fuerza el cojín a la vez que lo humedecía. Me preguntaba si me sentiría igual si en vez de apoyarme hasta hacerme sentir como un muñeco de feria me hubiera despreciado hasta el punto de echarme de casa.

Esa noche no cene ni tampoco dormí. Entre mis manos estaba el móvil. Quería llamarle, quería darle las buenas noches como solía hacer antes. Me estaba dando cuenta de lo especial que era para mi y que por segundos odiaba mas ese maldito dicho porque era la pura verdad y me hacía sentir estúpido, por no haberlo notado antes. Odiaba la gente y las cosas que me hacían sentir estúpido.

 

Esperaba que cuando lo viera el almeno me miraría, aunque hubiera sido una fugaz mirada, pero no fue ni eso. Me ignoro completamente escondiendo de mi su mirada y su rostro bajo ese flequillo color azabache.

Lo intente varias veces pero nunca estaba solo, procuraba hablar con otros compañeros o esconderse de mi o eso me parecía. ¿Por que no quería hablar conmigo de lo que había pasado? Ni sabía la verdad. No podía permitirme perderle, no pasaría de hoy.

Salí más rápido que él y le espere en la entrada del instituto, iba acompañado pero me daba igual. Cuando lo vi pasar lo tome de la muñeca haciéndole girar su cuerpo hacía mi. Hizo fuerza para soltarse aunque no pudo.
 
-Quiero hablar contigo.- Dije mirándole a pesar de que el solo intentaba soltarse.

No me contestaba solo hacía fuerza. Sus amigas me miraban empezándose a mosquear por mi rudeza.

-¿Puedes dejarle ir..no quiere hablar contigo.-

Parecía estar enterada esa chica pero para mi no era una opción.

-No, no pienso dejarle, necesito hablar con él.- Le mire directamente. -Por favor..- Mi mirada se entristeció de tal forma que hasta sus amigas se apartaron, cuchicheaban pero me daba igual. Le deje ir a la vez que dejo de hacer fuerza.

-No quiero sufrir mas...Iván.-

Su voz estaba quebrada. Eso es lo que dijo antes de salir corriendo dirección a su casa.

-¡Espera!- Grite ya sintiendo que lo había perdido, sin entender lo que significaban sus palabras. ¿ A caso que mi madre nos pillara había sido un shock para él?

Lo miraba correr sin ganas de luchar mas. No tenía fuerzas después de esas palabras suyas. Ya no podría hablarle nunca más. Corría rápido dejando atrás esas chicas que le esperaban, que en verdad ya se habían ido. Corría tan rápido, puede que gracias a esos reflejos y que corría rápido el coche que le barro el paso no le atropello. Un Focus azul metálico, tan conocido para mi ya que era el de mi madre. Grite su nombre. Se había quedado paralizado, al igual que la cara de mi madre que se había quedado congelada en una mueca de horror. Entonces corrí yo y fui donde él. Le abrace sin remedio. Mi madre reacciono y salio del coche.

-¿Estáis.. estas bien?- Pregunto aun un poco alterada.

Estático aun Mike no decía y hacia nada hasta que intento dejarse ir de mi agarre entre lagrimas. El miedo que había sentido había roto el pequeño hilo que le impedía llorar.

-Pe...pero no lloréis...-

Si, empece a sollozar yo también. Mi madre se acerco más a nosotros.

-¿Estáis bien.. ¿no?- Pregunto preocupada. Nos miraba de esa manera, como cuando estaba triste.

-No, no lo estamos y sabes que es por tu culpa...- Susurre sin dejar ir a Mike el cual se había rendido y lloraba desesperadamente en mi pecho.

-Pero yo.. quiero que estés juntos...- Dijo algo apenada pues había roto nuestra relación.
 
-¿Eh?- Mike me miro sin entender. -¿Pero que no nos había desaprobado?- Me miro pestañeando dejando que las lagrimas terminaran de caer de sus ojos.

-Eso es lo que creía pero...- Suspire. -Mi madre es algo... eh...no se como decirlo.-

-Yo soy fujoshi.- Salto de repente mostrándonos la señal de victoria con los dedos.

-¿Le gusta el yaoi?- Susurro.

-El yaoi es mi vida.- Dijo orgullosa, ya sonriendo, cosa que no podía evitar cuando se trataba de yaoi. Mike me miro.

-¿Entonces podemos salir sin problemas?- Pregunto deseando escuchar una respuesta positiva.

-En principio si...- El único problema que veía era mi madre...

-Per...perdoname..- Susurro. Ni te pregunte que es lo que había pasado cuando bajaste. Lo he pasado tan mal todas las veces que he salido con chicos por ese motivo,ya no quería sufrir mas..Por eso yo...-

Bajo su vista, algo avergonzando por un error tan destupido. -No te preocupes.- Tome su barbilla.

- Ya lo hemos solucionado.- Susurre cerca de su rostro.

-Iván...- Mire por unos segundos a mi madre, mirando concentrada la escena, con una inmensa sonrisa y sus mejillas sonrojadas por la emoción.

-Mama....- La mire con algo de enfado. Ella frunció el ceño.

-Esta bien...- Subió al coche y me guiño un ojo. -

Por dios...- Susurre resignado bajando los ojos, algo ruborizado.

-¿Qué pasa?- Me miraba sonrojado acariciando mi nuca con sus largos dedos.

-Mi madre nos traerá problemas...- Murmure desviando la mirada.

Él rió.

-Que va. Ojala mi madre fuera como la tuya, no sabes lo que le costo y lo que le esta constando..-

Mordió su labio algo angustiado ya que vivir en su casa era una lucha cada día.

-Tienes suerte.- Termino de decir.

-¿Tu crees?- Le mire besando su nariz.

-Así es...- Sonriendo me apretó contra él dándonos un profundo beso. ¿Tendría razón? Ojala que si. Y mis dudas se habían ido, ya que esa mirada, la cual me tranquilizaba aun seguía en ella. Me había aceptado y yo tenía que aceptarla y así lo iba a hacer.

 

.

.

.

 

Y lejos de allí, escondida entre unos arbustos una madre hacía fotografías con su cámara de emergencia a una romántica y reconciliadora escena.

-Jejeje...luego me lo vais a agradecer...-

 

Fin.

 

Notas finales:

Grácias por leer. Ya ire subiendo los fics que he perdido en mi cuenta de vermillion.


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