Como cada mañana el incesante sonido del despertador golpeó mis oídos como si se tratase de taladros, estiré mi brazo sacándolo de entre las sábanas y sujeté con fuerza el despertador para lanzarlo lejos. Oí el sonido de las piezas desquebrajarse contra la pared y solté un suspiro de gozo cuando la alarma se detuvo. Continué mi sueño sin más, no era de los que se desvelaba con poco…y un despertador sin duda era una nimiedad.
No sé cuanto tiempo pasó cuando mi sueño volvió a ser perturbado, esta vez mi móvil, lo cogí y lo lacé también a lo lejos, aunque no acertó contra la pared. Ahora sí que nadie me molestaría. Lo único que tenía que haber hecho para disfrutar de mi sueño era cargarme un despertador y un móvil, pero merecía la pena.
Los timbrazos y golpes provenientes de la puerta de mi piso volvieron a despertarme, intenté ignorarlos, pero eso ya si que me perturbaba. Gruñí y salí de la cama en ropa interior, que es como solía dormir, fui hacia la entrada y abrí la puerta malhumorado del tirón. Frente a ella estaba un chico de cabello negro y ojos del mismo color (o al menos lo parecían en ese momento)
- ¡¡¡Kyo!!! ¿¿No se te olvida algo??- me recriminó a voz en grito, apartándome de un empujón para entrar en MI casa.
- Al menos que no sea haber arrancado el timbre para que no me molestes dormir…no...nada- sonreí irónicamente.
- Bueno, pues yo te lo recordare- la vena de la frente le palpitaba cuando fue a mi habitación y oí como rebuscaba en el armario.- ¡¡LA REUNIOOÓN!!- vociferó tirándome la ropa a la cara.
- Relájate, relájate. ¿Por qué no me la cuentas luego?- dije recogiendo la ropa esparcida por el suelo.
- Porque debemos estar todos, mueve tu culo a la ducha, pienso estar aquí hasta que salgamos ambos por esa puerta en dirección al estudio.
- ¿Y si me niego?- mascullé.
- ¿Tendré que ducharte Kyo? Aunque creo que prefiero utilizar un estropajo y unos guantes por si me pegas la rabia esa que tienes.
- Creo que ahora el rabioso eres tú, Kaoru- sonreí.
- ¡¡A LA DUCHA!!
No me quedó otra que meterme al baño para darme una relajada, muy relajada ducha, ya que me despertaban pensaba tomarme todo con mucha, mucha pasividad de esa forma alteraría mucho más los nervios de mi compañero. Me puse unos pantalones negros y una camiseta del mismo color.
Cuando llegamos al edificio del estudio Kaoru prácticamente me arrastraba por los pasillos tirándome de la mano. Durante todo el viaje había estado caminando sumamente lento y en más de una ocasión estuvo tan desesperado como para golpearme hasta dejarme inconsciente y cargarme a los hombres. Pero es en esos momentos donde interviene mi factor monada (que pocas veces poseía, no era la impresión que quería transmitir, pero a veces resulta necesario). Le puse ojitos de cordero y le dije que si ¿me pegaría delante de todo el mundo? El solo pudo responder con un suspiro de indignación y me arrastró de la mano hasta aquí.
Cuando entramos en el salón de reuniones, ya estaban todos allí. Saludé con la cabeza y me tiré sobre una de las cómodas sillas de despacho que había alrededor de la robusta mesa de madera clara.
- Ya era hora Kyo- dijo Die.- Llevamos esperando una hora.
- ¡Una hora!- repitió Toshiya que parecía más indignado, supongo que por la resaca que cargaba, ya que tenía una cara…
- Bah, os jodéis. Haber llegado tarde como yo- gruñí sin más.
- Bueno ya vale chicos, como os quería decir vais a tener una serie de conciertos aquí en Tokio, en uno de los escenarios más grandes y famosos.
- ¿Para eso nos has hecho venir?- preguntó Shinya tranquilamente, era la primera vez que abría la boca.
- Sí…el caso es que no estaréis solos. Se trata de una serie de grupos en el mismo escenario- antes de que reaccionáramos.- Sé que no os gusta la idea, pero es una gran oportunidad. Son conciertos importantes y allí van gran cantidad de fans, no solo irán vuestros, así que si lo hacéis bien y ponéis todo el empeño podréis tener también fans de otros grupos…- eso pareció gustarles a todos. A mi realmente me daba igual, seguiría haciendo lo mismo en el escenario con más grupos o con ninguno. Aunque por una parte no me gustaba la idea de compartir protagonismo.
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Hoy nos juntábamos en el estudio para una reunión de última hora, por lo visto algo importante. Pasé a buscar con el coche a Aki, que me esperaba en la entrada de su edificio. No dijimos mucho en lo que duró el trayecto porque ambos estábamos disfrutando de la música que tenía puesta en la radio. La cual se detuvo para hacer un breve anuncio: ¡¡¡A partir del miércoles Festival Music, en Tokio, en el más conocido escenario se juntarán varios grupos de música!!! Nosotros, aquí los iremos entrevistando poco a poco. ¡Por ahora tenemos la primicia de que Dir en Grey será uno de ellos! Empiezan por lo alto. Seguid atentos.
- Uff…ojala pudiésemos conocer a los de Dir en grey- suspiré.
- Es verdad…a ti te encantan ¿no Natsuki?
- Sí…- mascullé.
Llegamos a la sala de reuniones, donde ya se encontraban Tama, Nao y Zukki, los cuales no habían llegado hace mucho ya que se quitaban los abrigos en ese momento.
- Chicos, seré breve ya que hay muchas cosas que preparar y es una cosa que os encantará- dijo nuestro manager.- ¡Oz está dentro de los grupos que actuará en el Festival Music!
- ¿¿¿Qué???- inquirió Tama sin poder creérselo.
- Oh, Dios- murmuré yo con una sonrisa.
- ¡¡¡¡¡Bieeeeen!!!- exclamaron Aki y Nao saltando en círculo los dos juntos. Zukki se les unió después.
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- ¡¡Ruki!! ¡¡Ruki!!- me llamaba Uruha. El cual entró en el baño completamente arreglado y bien peinado, hoy se había puesto excesivamente guapo. Hasta llegaba a captar mi atención…- ¡No hace falta que estés cinco horas frente al espejo!- Estaba colocando mis mechones de pelo castillo a base de chutes de laca y más laca.
- Ahhh, claro…. ¿Y por eso te has puesto tú tan guapo hoy, no?- pregunté enarcando una ceja.
- Eso es porque soy un chico coqueto…- apartó la mirada sonrojado.
- Claro, claro. De todas formas es una ocasión para ponerse guapos, no todos los días te dicen que The Gazette ¡¡participará en Festival Music!!- ambos nos abrazamos y nos pusimos a saltar emocionados. Era realmente una oportunidad de oro.
- ¿Y no te importa compartir escenario con otros vocalistas?- preguntó Uruha apartándose. A mí siempre me gustaba ser el centro de atención.
- Emm…creo que lo he superado, un poco…también podré aprender muchas cosas de otros cantantes, así que supongo que eso es bueno- contesté rasándome la cabeza con la mano, avergonzado.
- ¡Así me gusta Taka-chan!- exclamó abrazándome como un gran oso amoroso.
Sin duda esperaba impaciente que llegara la tarde para ir a donde tendrían lugar los conciertos, a conocer a los demás grupos, a todo en general.