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El último día por Badlolita

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Notas del fanfic:

Es una locura, lo se. Hace mucho que no escribo un fic de esta pareja asi que sepan disculpar el disparate y el horror de esto. Me encantaría que opinaran al respecto, saludos!

Notas del capitulo:

24 hs, solo ese tiempo tienes antes de lo inevitable.

 

El último día.


Capítulo 1: Amor descartable


Todo era un caos, la calle parecía una maratón de personas enloquecidas que corrían de un lado al otro saqueando tiendas y llevándose todo lo que podían; Por qué? Simplemente porque quedaban 24 hs antes que un asteroide se estrellase contra la tierra causando una reacción en cadena que daría fin a la vida en aquel hermoso planeta. No había posibilidad de salvarse, y ya muchos habían optado por el suicidio, otros robaban la última tecnología de los negocios como si del último deseo se tratase, y solo una mínima cantidad de personas había podido mantener la cordura ante tal situación. Él estaba, como siempre, trabajando.


-Puede retirarse con su familia, o con quien desee. – La voz fría del hombre de traje gris resonó en el lugar vacío. Aquella oficina era la única que permanecía en perfecto estado, mientras que los demás pisos estaban revueltos como si un huracán hubiese arrasado con los papeles y demás artículos de trabajo.


-Señor Yuy- susurró la asistente, ella nunca abandonaría a Heero sin que el se lo pidiese, le debía la lealtad, el cariño y la posibilidad de progreso en un mercado competitivo donde ya nadie le daba la posibilidad a los desempleados mayores de 60 años. Naoko se inclinó entonces despidiéndose, pero antes de voltearse para abandonar aquel lugar, miró con esos ojos negros a su jefe.


-puedo hablar con franqueza?- preguntó con la misma formalidad que siempre tenía con aquel “chico”. Para ella, el era un niño y tal vez por esa razón se había encariñado, podía ver mas allá de la postura fría y perfeccionista de Heero Yuy. Era joven, exitoso, tenía todo y aun así se esforzaba como el primer día. Habían pasado los años, y el no había cambiado nada.


Estando se pie frente a el vislumbró por los ventanales la ciudad de Nueva York por completo, los rascacielos ahora abandonados, el cielo rosa viejo fundiéndose con la oscuridad del azul nocturno. Se removió un poco inquieta entonces, recordó a sus nietos tan pequeños, a su hija… Todos morirían al día siguiente, y no había nada que hacer. Daría su vida mil veces si pudiera salvar a su familia, lo haría sin pensar.


-Claro, después de todo… no tengo tiempo para despedirte- Si le contase a alguien que Yuy estaba bromeando, nadie lo creería, y sería seguramente el tema de conversación entre los cientos de chicas que antes habían trabajado allí y habían puesto el ojo sobre su jefe.


-por qué…esta aquí? Mañana ya no habrá nada mas… acaso no desea pasar su último día de otro modo?- aquella era una pregunta muy franca y no era novedad, por lo menos desde que las autoridades habían anunciado el inminente colapso.


Heero Yuy sonrió por primera vez, o eso pensó Naoko ante la imagen perturbadora- no tengo nada mejor que hacer, no tengo amigos, ni familia… simplemente esto me mantiene a flote, replantearme mi vida en mi último día no es algo que disfrute.


Naoko asintió , aunque no compartía aquella perspectiva- pero aun le queda un día..tal vez pueda ser feliz…Aunque sea solo un día.


Heero Yuy no respondió, solo sacó del cajón de su escritorio un paquete con $150.000- aun ciertos negocios aceptan dinero…- dijo entregándole  aquella suma- disfrútalo.


Naoko volvió a inclinarse entonces, y se retiró de aquella oficina para dirigirse con sus hijos y nietos, solo deseaba que aquel chico pudiese ser feliz… realmente lo deseaba.


 
“Encontrarte en algún lugar

aunque sea muy tarde,


tantos odios para curar,


tanto amor descartable.”


Heero volvió entonces los ojos hacia su laptop, y suspiró la vista después de un arduo día mirando números y mas números. No había nadie ya trabajando, tal vez en toda la tierra , pero de todas formas la intriga fue mas fuerte y sin poder evitarlo ingresó en el sistema de mensajería interna de la empresa. Al ser una empresa multinacional, podía contactarse con todos los países dónde había llegado aquel imperio que había comenzado desde abajo, manejándose en el mercado de tal forma que en pocos años había adquirido un poder que ahora no valía nada, acciones que ya nadie compraría.. Era tan irónico..como el encontrar a alguien trabajando.


 


Conectados:


Duo Maxwell


-Ingeniero mecánico


-New York


 


Heero se sorprendió al saber que había alguien mas en ese mismo edificio que no se había marchado, y no conocía  a ese empleado. ¿Acaso estaría robando?  


Se levantó de inmediato tomando su arma , y colocándosela en la cintura  se apresuró a tomar aquel ascensor que antes tardaba largos minutos en llegar y ahora unos segundos.


El reflejo que le devolvió el espejo del elevador fue tan perturbador como para obligarse a aflojar la corbata y con ella los dos primeros botones de la camisa. Heero se sentía ridículo, allí en aquel edificio abandonado jugando a los ladrones y policías..pero qué  mas hacer?


 


“Subsuelo” . Las puertas se abrieron y un piso en penumbras lo recibió silencioso, a lo lejos solo una luz estaba encendida y podía escuchar el sonido del trabajo manual..tal vez un taladro?


El genio en computadoras caminó sigilosamente, sonriendo internamente al sentirse aun mas tonto que antes. Estaba solo, en el subsuelo, con un arma cargada y auto compadeciéndose… tal vez alguien mas estaba allí sin tener mas que hacer.


 


El sonido cesó justo antes que llegase al lugar, y asomándose, tuvo que retroceder un par de pasos al sentir el frío cañón de un arma apoyándose en su sien; del lado derecho una mano pálida empuñándola, y mas allá de ella unos ojos violáceos y grandes parecían ocultarse tras la visera de una gorra de sol negra.


 


-quien te crees que eres para apuntarme, que haces aquí?- Heero sentía la adrenalina incrementándose, invadiendo sus sentidos al notar como aquel hombre sonreía con sorna, provocándolo. ¿Cómo diablo ese sujeto había entrado a trabajar allí y no lo recordaba? Seguramente otro lo había entrevistado…


- y quien lo pregunta- la voz del sujeto sonaba intensa, americana- qué haces aquí?


-Soy Heero Yuy, el dueño de este lugar…y tu un simple empleado que no se como ha pasado el detector de metales con esa 9mm.


-vamos señor Yuy, acaso  no sabe que no hay quien mire el detector de metales ya? –bajó el arma entonces y la mano cayó pesada con el cañon apuntando hacia el suelo- qué lo trae por los suburbios, mr?-Duo Maxwell era brillante en casi todo,  pero tenía una excelente habilidad para sacar a las personas de quicio.


El hombre de ojos cobalto refunfuñó furioso, y tomando al trenzado por la camisa negra, lo acercó peligrosamente hacia si mismo. No importaba el arma, nada importaba. Tal vez solo buscaba alguien que lo matase, el suicidio no era algo digno pero si un duelo.

Notas finales:

Por favor opinen sobre este fic! Es una idea algo rara, asique espero que disfruten al leer! 

BadLolita


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